miércoles, 16 de julio de 2014

JOSÉ MUSSO [12.347]



José Musso

José Musso Pérez-Valiente (n. Lorca; 26 de diciembre de 1785 - f. Madrid; 31 de julio de 1838), humanista, historiador, poeta y traductor español.

Fue miembro de la Real Academia Española de la Historia, de la Grecolatina, de la de Bellas Artes de San Fernando, de la Sociedad Económica de Valencia y de la de Ciencias Naturales. Sus padres fueron José María Musso Alburquerque y Joaquina Pérez-Valiente y Brost. Ella era hija del conde de Casa Valiente, por lo que José Musso recibió las primeras enseñanzas en su propia casa de parte del abate Chevalier, un sacerdote francés emigrado a España a causa de la Revolución francesa, educación reservada a nobles y burgueses acomodados. A los 10 años de edad se trasladó a Madrid para estudiar como alumno interno en el Seminario de las Escuelas Pías de San Fernando. En tres años, y acompañado de Chevalier, estudió humanidades, filosofía, matemáticas, álgebra superior, mecánica, hidráulica y dibujo. En 1797 volvió a Lorca con el fin de ocuparse de la administración de los bienes de la familia. Aunque realizaba esta actividad para no defraudar a sus padres, ansiaba y añoraba los tiempos en los que había estado inmerso en el mundo de la ciencia y el arte. Luchó en la Guerra de la Independencia Española con el grado de capitán; durante el conflicto se casó en Murcia con María de la Concepción Fontes y Reguera (1810) y formó parte de su Junta de defensa, enfrentándose al general Elío que no la acataba. Por entonces escribió unas Reflexiones sobre la naturaleza y último fin del hombre. Al terminar la guerra se dedicó a sus estudios helenísticos, centrados en la poesía de Safo y de Anacreonte, sorprendiéndole la muerte de su padre el 4 de julio de 1815. Favorable al levantamiento liberal de Rafael del Riego, se alistó en la Milicia Nacional en 1820. Nombrado alcalde de Lorca en 1821 e invadida España porlos franceses en 1823, se refugió en Gibraltar. Allí aprendió a la perfección el inglés y publicó en ese idioma una comparación del teatro clásico inglés con el español.

Pudo volver a España y se estableció en Madrid. Por entonces tradujo en verso el Áyax de Sófocles y el Heautontimorúmenos de Terencio, así como algunas Odas de Horacio. Escribió observaciones sobre algunas piezas de los teatros de Calderón, Lope de Vega y Cervantes, y sobre La Celestina, extractó el Itinerario de Alexandre de Laborde y su Viaje pintoresco; hizo también extractos y apuntes de la Historia de España de Juan de Mariana, de la de los árabes por Conde, y de casi lodos los cronistas e historiadores. Se propuso escribir la historia de la Guerra de la Independencia; pero, habiendo solicitado del gobierno que se le facilitasen los documentos que existen en los archivos y secretarías, su solicitud fue denegada desdeñosamente por Calomarde. Leyó once veces el Viejo Testamento, y el Nuevo dieciocho. También hizo versos él mismo y escribió un Diario (1829-1837), participando activamente en las labores lexicográficas de la Real Academia de la Lengua y las de la Real Academia de la Historia, donde se encargó especialmente de preparar la edición de la Crónica de Fernando IV. En 1833 murió su madre y un año después su mujer, ésta última de fiebre amarilla. Emprendió con ardor el estudio de las ciencias naturales, asistiendo diariamente y por varios años consecutivos a las clases de mineralogía, anatomía comparada, zoología, botánica, agricultura y química, como alumno matriculado, pese a su edad y sus honores. En la primera de aquellas ciencias oyó por tres años las explicaciones del profesor Donato García, cuyas explicaciones escribía diariamente. En la clase de química de Antonio Moreno, resolvió los problemas que éste le señaló, y escribió una disertación sobre las presiones y temperaturas de los gases; obtuvo diversos premios académicos. Nicomedes Pastor Díaz escribió su biografía en su Galería de españoles célebres contemporáneos. Madrid: Ignacio Boix, 1845, VII.





Bibliografía del autor

Obras, ed. José Luis Molina Martínez, Ayuntamiento de Lorca, Universidad de Murcia, 2004, 3 tomos.
Diario (1827-1838)
Memorial de la vida (1837)
Traducciones de varias obras de Quinto Horacio Flaco y algunas elegías de Publio Ovidio Nasón, Madrid, Imprenta Real, 1798
Extracto de El itinerario de Laborde, Cabrerizo, Valencia, 1817
Discurso gratulatorio al Señor Don Fernando VII, Rey de las Españas, por haber jurado la constitución política de esta monarquía. Premiado por la Academia Española en Junta de 15 de marzo de 1821. Su autor, D. José Musso y Valiente, vecino de la ciudad de Lorca. Madrid, por Ibarra, impresor de Cámara de S. M. 1821
"Noticia biográfica de Don Leandro Fernández de Moratín", en Obras de Moratín, Real Academia de la Historia, Imprenta Real, Madrid, 1830.
Colección litográfica de cuadros del Rey de España el Sr. D. Fernando VII, que se conservan en sus reales palacios, museos y Academia de San Fernando, con inclusión de los del Real Monasterio de El Escorial. Obra dedicada a S. M. y litografiada por hábiles artistas bajo la dirección de D. José de Madrazo, pintor de Cámara de S. M., Director de la Real Academia de San Fernando y académico de mérito de la Insigne de San Lucas de Roma. Con el texto por D. Juan Agustín Ceán-Bermúdez, consiliario de la dicha Real Academia de San Fernando, censor de la de la Historia e individuo de otras Academias, Madrid, 1826. Musso escribió los textos a raíz del fallecimiento de Ceán Bermúdez, libro XII.
"Memoria sobre los riegos de Lorca" (1833), en Tratado sobre el movimiento y aplicación de las aguas, tomo III, de José Mariano Vallejo.
Colaboraciones en La Minerva o El Revisor General (1817-1818), poesías originales y traducciones de los clásicos; El Chismoso (Murcia, 1822), carta sobre las injurias que este periódico vertía sobre él; Semanario Pintoresco (artículos sobre ópera; en 1844 reproduce algunos artículos de los que escribió para la Colección Litográfica, con el título genérico de "Galería de Pinturas"); en La España ("Estudios de la edad media", con motivo de la publicación de Doña María de Molina de Mariano Roca de Togores), en el Liceo Artístico y Literario (1837-1838).
Sermón sobre la Soledad de María Santísima (1838).
"De la certidumbre histórica". Aparecida en Revista de Madrid, 1838, pp. 131-154.
"De la existencia de Dios", en Revista andaluza, Sevilla, 1841, pp. 747-748.
"Discurso en acción de gracias leído en la Real Academia por don José Musso Valiente, al tomar plaza de honorario", en Memorias de la Real Academia Española, III, 1871.




ODA XVIII 

A la Sra Da
 J. C. de M. 
enviándole una escribanía oculta 
en un globo 

Si más propicia que cuando 
dio al Macedón India y Asia, 
cumpliendo en mí poderosa 
lo que Alejandro anhelaba,  
del mundo me diera el cetro 
la diosa griega y voltaria, 
como hoy ese breve emblema, 
pusiera el mundo a tus plantas.  
Corto es el don, mas no, cierto, 
comprado con sangre humana: 
no las lágrimas del triste 
verás que su lustre empañan. 
¿Qué a ti con el mundo entero? 
Del dolor mísera estancia, 
presa de ambición y cárcel 
de la virtud ultrajada.  
Quien le esquivase es dichoso,
no dichoso quien le manda: 
si la fortuna le sube, 
le despeña la venganza.  
¡Pluguiera al cielo que nunca 
del hombre se apoderara 
la locura de que el hombre 
tema temblando su saña! 
¡Oh si el tiempo consumiera 
esas funestas hazañas! 
¡O, justa, el arte de Cadmo 
a oprobio las condenara! 
No para que inflame el pecho 
en ardor de gloria vana, 
mas para que viva eterna 
la virtud nos fuera dada. 
Ministros de ella los vasos 
que preparó mano sabia 
para ti lleva escondidos 
esa esfera en sus entrañas.  
Tú, a quien los dioses han dado 
impreso en femenil alma 
alto ingenio que en varones 
ha pregonado la fama, 
No de tus hojas ofrenda 
harás del vicio en las aras, 
a quien el vulgo maligno 
laureles dedica y palmas. 
Verdad, modestia describe, 
piedad materna, fe casta, 
pura amistad, fiel desvelo, 
y a ti misma te retratas. 
Ojalá risueñas dichas 
escribas en dulce calma, 
la tristeza ponzoñosa 
de ti por siempre alejada. 
Como del amante esposo 
premió el cielo la constancia; 
vencedor de infame envidia 
el que venció con la espada.
Como en valor y en ingenio, 
viva de la madre estampa, 
fue de todos aplaudida 
madura esa tierna planta.  
El primero yo, pulsando 
ágil las cuerdas doradas 
de mi lira, tus loores 
diré ledo en canción grata. 





32 M

 Soneto 

Húmida cuna diome el mar salado: 
A mi elemento mano robadora 
Crüel hurtóme, y nave voladora 
Me apartó luego de mi suelo amado. 

De aquella antigua forma despojado, 
Industria su rigor fabricadora 
Probando en mí, la frente brilladora 
Ostenté, en nuevo ser mi ser mudado. 

De Sena a Manzanares me destina 
Fortuna, y más propicia a ti me lleva, 
Prenda de puro amor, fiel sino dina. 

Así la adversidad en dura prueba 
Da resplandor a la Virtud divina 
Y al VARÓN FUERTE sobre el cielo eleva. 






LOS SUSPIROS DE UN AUSENTE 

Vuelve a tu seno, 
Vuelve, querida, 
Pues no hay veneno 
De tal violencia, 
Que de la vida 
Como tu ausencia 
Pueda privar.

(Estribillo) 

¡Cómo suspira 
Mi pecho ardiente, 
Y en su quebranto 
Sólo respira 
Con un torrente 
De amargo llanto 
Tierna lealtad. 
Ya ni la fuente 
Ni la alameda 
Tiene aliciente; 
Todo me embiste, 
Todo remeda 
La imagen triste 
De mi pesar. 

Vuelve a tu seno,

¡Ay!... si a tu lado 
Mi pecho ansioso 
Siempre gozoso, 
Y en mil delicias 
Siempre empapado 
De tus caricias 
Llegue a gozar; 
Mi labio amante 
Tendrá por tema: 
“Ver tu semblante, 
Sentir tu aliento 
Y oír tu acento 
Es mi suprema 
Felicidad. 

Vuelve a tu seno,  

Cuando amanezca 
Y resplandezca 
Tan fausto día, 
¡Con qué alegría 
Mis tiernos brazos 
En dulces lazos 
Te han de estrechar!... 
En vano, en vano 
La ilusión grata 
Que me arrebata 
Tanto me halaga 
Que en gozo ufano 
Mi cruda llaga 
Quiere trocar. 

Vuelve a tu seno, 

A tu presencia 
Frutos y flores 
En ramillete 
Con mil juguetes 
A competencia 
Brotar amores 
Vi sin cesar; 
Mas en la pena 
Que me enagena, 
Luto funesto 
Tan sólo miro, 
La luz detesto, 
Gimo y suspiro 
Con loco afán. 
Vuelve a tu seno, 
Vuelve, querida, 
Pues no hay veneno 
De tal violencia, 
Que de la vida 
Como tu ausencia 
Pueda privar. 





A los españoles en sus discordias civiles

¿Qué insólito furor en vuestras venas 
arde, españoles, hoy? Aún humeante 
en sangre ajena y vuestra la campaña, 
ya os enardece rabia devorante 
las fieras alma de piedad ajenas. 
!Y el campo en sangre baña, 
vuelta contra vosotros vuestra saña! 
¿Do vais? ... ¿do vais, frenéticos, airados? 
¡Proclamáis libertad y dais la muerte! 
¡Oh dura, infanda suerte! 
De furias infernales agitados, 
volvéis en torno centelleantes ojos, 
haciendo muestra del puñal sangriento. 
¡Solo se escucha fúnebre lamento, 
sólo se miran pálidos despojos! 




A UN ARROYO

Vuelve, alegría 
del soto hermoso, 
ven, y al frondoso 
sauce defiende 
del estivo fuego 
que ya le ofende. 
Ven y con juego 
gracioso prende 
rosal llorido, 
o ya escogido 
de la marina 
Venus divina, 
mirto amoroso. 
Entre la arena 
la faz serena 
brilla apacible
Oye quejarse 
en fiel lamento 
la tortolilla. 
Ve en ti mecerse 
la simplecilla 
linda zagala. 
Por ti son gala 
a la pradera 
las bellas flores: 
y sus olores 
bálsamo al viento. 
De la ladera 
baja contento, 
y sus ardores 
en ti mitiga 
el corderino. 
Y la fatiga 
el pastorcillo. 



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