sábado, 30 de marzo de 2013

MARINA ROMERO SERRANO [9.587]

MARINA ROMERO SERRANO

(MADRID, 1908-2001)

Marina Romero Serrano fue ahijada del Doctor Luis Simarro Lacabra. Fue alumna del International Institute for Girls y del Instituto-Escuela. Hizo Magisterio, inicio estudios de Medicina aunque luego se cambió a Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid hoy Complutense. Antes de la guerra civil española se trasladó a California (U.S.A) con una beca del Smith College y del Gobierno español. Acabó sus estudios en el Mills College en 1935 obteniendo licenciatura en "Master of Arts".  Se trasladó entonces desde California a New Jersey. Allí, junto a Princeton, fue profesora de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Rutgers durante más de treinta años.

Fue Directora de la Casa Española del Douglass College. Aunque desde 1938 tenía establecida su residencia en New Brunswick siempre mantuvo los lazos con España. Aquí regresaba los veranos y a principios de los años cincuenta construyó un chalet en Mojacar (Almería) .  Apasionada fotógrafa, para mostrar la imagen de España a sus estudiantes de allende los mares, edita e ilustra una antología de autores del 98 titulada Paisaje y literatura de España, obteniendo un premio del Instituto Nacional del Libro Español. 

En 1970 regresa definitivamente a Madrid y realiza una fructifera actividad poética en la que destacan sus poemas para niños.En 1982 se estrena Cantata Divertimento de Antón García Abril, coro para niños basado en su obra Alegrías. Fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de R.T.E. en el Teatro Real de Madrid y el el Palau de la Música de Barcelona y se publicó como disco en 1982, emitido por Radio Nacional de España y Televisión Española.

En 1992 recibió la Medalla de honor de la Universidad Complutense. Ese mismo año hizo una donación al Legado Luis Simarro de un retrato de su padrino pintado al óleo por Luis de Madrazo. Fue Presidenta de Honor de la Liga española Pro-Derechos Humanos.

Falleció en Madrid el 15 de Agosto de 2001. Sus cenizas fueron a la mar en la playa de Mojacar.     

Obra Poética :

Poemas "A". Asociación de Alumnos de la Residencia de Estudiantes. Madrid 1935.
Nostalgia de Mañana. Rueca. México 1942.
Presencia del Recuerdo. Colección Insula. Madrid, 1952.
Midas. Poema de Amor. Insula. Madrid 1954.
Sin Agua, el Mar. Agora. Madrid 1961.
Honda Raíz. Ediciones Torremozas. Madrid 1989.
Poemas de Ida y Vuelta. Editorial Torremozas. Madrid 1999.

Ensayo:

Paisaje y Literatura de España. Antología de la Generación del 98. Prólogo de Julián Marias. Editorial Tecnos. Madrid, 1957 (Premio INLE).

Obra para niños:

Alegrías: Poemas para niños. Editorial Anaya. Madrid, 1973.
Alegrías. Editorial Escuela Española. Madrid, 1979. (Reedición en 1987).
Campanillas del Aire. Editorial Escuela Española. Madrid, 1984.
Churrupete Va a la Luna en Busca de la Fortuna. Editorial Escuela Española. Madrid, 1985 (Teatro).
Disparatillos con Masacha. Editorial Escuela Española. Madrid, 1986.
Poemas a Doña Chavala y Don Chaval. Editorial Luis Vives. Madrid, 1987.  (Reedición en 1989,1992 y 1994).
Cuentos Rompecabezas. Editorial Escuela Española. Madrid, 1989.
Poemas Rompecabezas. Editorial Luis Vives. Madrid, 1989. (Reedición en 1991,1992 y 1995).



Bienvenidos
a este valle de lágrimas.

Y cuidad que la sal
no os amargue
alguna noche,
y para siempre,
los labios.




                                            

  "y yo me iré
   y se quedarán los pájaros cantando."
                    Juan Ramón Jimenez                           
                                                                                                                                 
Y yo me iré, 
y tu te quedarás
pensando en otra espera
tigre en celo.
Y yo me iré
con la mar en borrasca
rebuscando el camino
sin la luz de tu estrella,
y quedarán sangrantes
desgarrones de vida
en la reja del puerto.
Tu corazón y el mío
habrán bebido todas
las nuevas alegrías,
y tú te quedarás
con mi recuerdo
clavado en las pupílas
mirándolo crecer.
                                 



Midas
                           
                              A todos los que habéis sentido
                                        el dolor de la distancia.


Si ésta, la soledad, es transitoria,
también de paso va la compañía,
inútil anhelar que cualquier día
nos llegue al corazón firme memoria.

Es difícil tejer sólida historia
de imposible amasar con alegría,
no es la vida continua algarabía
ni canjilón monótono de noria.

Hay que darle al momento lo que pida
sin esperar jamás chorro constante
que mitigue la sed del alma ardiente.

De momentos de hacer se hace vida
porque un sorbo de luz dura un instante,
y el que afirme lo eterno, miente, miente.



 



 
Que me abrace el mar,
que me acaricie el mar,
que me ponga palomas blancas
en los labios, el mar.
Rodeada de su azul,
de su gris,
por todas partes el mar.
Marina yo, su amante.

Que me arome la jara del monte,
que me cante el tomillo del monte,
que me ponga miel en la boca
el monte.
Anegada de su verde
de su rojo,
por todas partes el monte.
Romero yo, su amante.

Que me abarque tu nieve, sierra,
que me abrace tu frío, sierra,
que me ponga ansia blanca
en las manos, sierra.
Deslumbrados de tu luz
mis ojos.
Blanco en azul
infinito acabarse.
Serrano yo, tu amante.
                                                                   






El tacto de esta ola
en otra orilla
posible de añoranza...
Tan ignorado
ese segundo roce,
esa incógnita caricia
caldeada de soles meridianos
acunada de noches
inquietas de sal,
enlazada en anillos
latentes de distancia.
Esa ola,
monótona de ires
y venires,
huyéndose,
encontrándose,
esa ola exacta
me besará los labios
algún día.

                             
                                 
MAÑANA, CUANDO AMANEZCA

Si tuviera aquí el cesto

de los papeles,
me despojaría del alma
y echaría a la rosa del viento
tu recuerdo.
Devolvería al pino
de estas mesas cuadradas
una savia más blanca,
y una raíz más honda,
y ausentaría mi palpitar
de los catorce quilates
de mi pluma.
Ni viento Sur ni Norte
cuajaría las lluvias
en mi tejado plano,
y abriría la puerta
a todos los relentes,
en un amante olvido
de las cosas con forma.
Pero no tengo el cesto
de los papeles,
y he de guardar reliquias
de sabores a Werther
en la distancia opaca
de mi cajón cerrado,
y he de cerrar las puertas
para cansar el aire,
y han de hipnotizarme
los minutos sin tiempo
de mi reloj.
Mañana, cuando amanezca,
plantaré el mimbre,
y esperaré la forma
de mi libertad,
en un bostezo redondo
de cansancio.






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