viernes, 24 de agosto de 2012

AGUSTÍN MILLARES SALL [7.525]




Agustín Millares Sal

Agustín Millares Sall (Las Palmas de Gran Canaria, 1917−1989), fue un poeta canario próximo a las corrientes de la llamada poesía social o poesía realista. Junto a sus compañeros de Antología Cercada se le considera precursor de dichas tendencias literarias, surgidas tras la Segunda Guerra Mundial. Era hermano del gran pintor Manolo Millares y del poeta José María Millares Sall (1921-2009).

Agustín Millares Sall nació el 30 de junio de 1917 en Las Palmas de Gran Canaria. Estudió Bachillerato en el Instituto Pérez Galdós, donde será alumno del escritor de vanguardia Agustín Espinosa. Tras finalizar los estudios se dispone a viajar a Madrid para estudiar Filosofía y Letras, pero la Guerra Civil española se lo impide.
De formación prácticamente autodidacta, pronto de aproxima a las corrientes progresistas de la década de 1930. En 1929 publica su primer poema, El barco muerto, en el periódico La Voz Obrera y años más tarde, en 1932, se afilia al Partido Comunista, lo que traerá enormes problemas durante la Guerra Civil española. Marcha al frente, tras haber pasado por un campo de concentración y ser desterrado en Lanzarote (1938).
En 1941 ingresa como empleado en la Compañía Transmediterránea, empresa en la que ocupará diferentes cargos hasta su jubilación. Establece amistad con Juan Manuel Trujillo, quien le publicará su primer libro de poemas en la recién creada Colección para treinta bibliófilos. Colabora con Ventura Doreste en las tareas editoriales de la colección Cuadernos de Poesía y Crítica publicada por Juan Manuel Trujillo (1946).

En 1947 funda la colección El Arca con la colaboración de Juan Manuel Trujillo, Ventura Doreste y Pedro Lezcano. En ella, ese mismo año, aparecerá publicado como primer volumen la recopilación poética Antología cercada. Los poetas que en ella aparecen (el propio Agustín, su hermano José María, Pedro Lezcano, Ventura Doreste y Ángel Johan) se anticipan a la corriente llamada “poesía social”, que habrá de generalizarse en España algo más tarde. A comienzos de la década de 1950 la colección deja de publicarse debido a la censura política. Sin embargo, el compromiso social y cultural de Agustín Millares le lleva, entre 1949 y 1951, a publicar una nueva colección: Planas de Poesía, en la que intervienen también otros de sus hermanos, como José María, también poeta, y Manolo, el pintor. Esta serie, hoy objeto de coleccionistas y bibliófilos, ayudará a difundir la poesía de compromiso en el ámbito hispánico.
Años más tarde, entre 1964 y 1967 aparece con periodicidad trimestral la revista literaria Millares, vinculada a la familia Millares. Agustín forma parte del Consejo de Redacción.
En 1985 el Gobierno de Canarias le concede el Premio Canarias de Literatura. Fallece en Las Palmas el 6 de marzo de 1989.

Obra poética

Casi toda la obra de Agustín Millares ha estado marcada por el compromiso ético. En 1944 publica su primer libro, Sueño a la deriva. Al año siguiente aparece Deshielo en la noche, al que seguirán La sangre que me hierve y El grito en el cielo (1946).
En 1949 ven la luz La estrella y el corazón y De la ventana a la calle, al que seguirán en 1950 Ofensiva de Primavera, Poema de la creación y Cauce natural. Problemas políticos y económicos hacen que el poeta guarde silencio durante unos años, hasta que en 1960 publica Siete elegías a un tiempo. En 1964 aparecen sus poemarios Nuevas escrituras y Habla viva, primer libro que el autor publica fuera de las islas.
Los libros siguientes redundarán nuevamente en el compromiso social: La hebra (1965) y Poesía unánime (1967), la primera de sus antologías. En 1979 aparecerá la segunda, El paraíso de los nudos (con numerosos poemas inéditos). En 1974 publica su libro Segunda enseñanza y al año siguiente Función al aire libre. En 1977 aparece su obra Desde aquí, publicada en Madrid por Talleres de Ediciones J.B., dirigida por Manuel Padorno. En 1982 publica Andén Verde. Otras obras suyas son: Tierra batida (1986), Más lejos que yo amargo (1987), y su última obra publicada en vida: Metamorfosis de la estrella (1988). El mismo año de su muerte (1989) aparece La palabra o la vida.

CANCIÓN DE LA CALLE

La calle que tú me das
-calle ausente todavía-,
no será tuya ni mía.
Calle de todos será.
Por el momento no es más
que una canción encendida,
una estrella fugitiva
que soñamos alcanzar. 

Por de pronto se nos va
de los ojos, como el día;
volando, como la vida,
sobre la tierra y el mar.
La calle que tú me das,
no será tuya ni mía.
Habrá de ser compartida.
Calle de todos será.



NO VALE

Te digo que no vale
meter el sueño azul bajo las sábanas,
pasar de largo, no saber nada,
hacer la vista gorda a lo que pasa,
guardar la sed de estrellas bajo llave.

Te digo que no vale
que el amor pierda el habla,
que la razón se calle,
que la alegría rompa sus palabras,
que la pasión confiese: aquí no hay sangre.

Te digo que no vale
que el gris siempre se salga con la suya,
que el negro se desmande
y diga “cruz y raya” al júbilo del aire.
Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
”vivo en mi torre, sólo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale.



PERMANENCIA DEL HOMBRE

Tira el viento de los árboles.
Tira el río de los pies.
Viento y río sólo ven
lo que no pueden llevarse.
La retirada del mar
se lleva sólo la arena
Las raíces de la piedra
pueden más.
Son las nubes las que corren.
No la luna.
Es el tiempo el que se fuga.
No los hombres.
Ni la esperanza se pierde,
ni el eco ahoga el cantar.
El futuro no se va
porque viene.
Como el sol la humanidad
es hoy ayer y mañana.
Porque pasa
y porque vuelve a pasar.
Son las nubes las que corren.
No la luna.
Es el tiempo el que se fuga.

No los hombres.




SALUDO

I

Yo te saludo amigo te saludo y te canto
igual que si te hubiera de siempre conocido.
No puedo equivocarme después de haberte oído.
Tú eres parte del sol que yo he esperado tanto.

Yo te saludo amigo te abrazo emocionado
a través de la niebla por donde pasa el día.
Con tu enorme caudal de luz y poesía
el rincón más oscuro se hubiera iluminado.

La senda que me enseñas no me es desconocida.
He marchado por ella sin conocer la calma.
Antes que tus palabras me llegaran al alma
ya habían tus ideas incendiado mi vida.

Es verdad que estos años no los hemos vivido
sino sólo pasado que el tiempo nos supera
que hay estrellas más altas sin sospechar siquiera
que forjando el gran siglo muchos han transcurrido.

Diste tu libertad que es como darlo todo
para que la alegría repique en la campana.
Un trozo de tu vida brindas cada mañana
para que el mundo entero pueda salir del lodo.

Yo te aseguro amigo que nunca había estado
tan cerca de la vida como en este momento.
No es posible la duda donde llega tu aliento.
Tú vas por la llanura de un cielo despejado.

Yo poeta declaro que tu acento es profundo
que llevas en las venas los ríos de un planeta.
Yo poeta declaro que tú eres poeta
porque anuncias y cantas el mañana del mundo.



II

Yo poeta declaro que escribir poesía
es decir el estado verdadero del hombre
es cantar la verdad es llamar por su nombre
al demonio que ejerce la maldad noche y día.

El poeta es el grito que libera la tierra
la primera montaña que divisa la aurora
la campana que toca la canción de la hora
el primer corazón que lastima la guerra.

Colocado en vanguardia sin que nunca desate
su unidad con los pueblos su visión del conjunto
el poeta es el hombre que primero está a punto
para hacerse con bríos a la mar del combate.

El poeta es el pueblo que a morir se resiste
en la súbita noche donde todo se olvida.
Donde no hay libertad no hay poeta con vida.
Ningún pájaro vuela donde el aire no existe.

Yo poeta declaro que la cólera es una
cuando hay algo que atenta contra el sol que nos guía.
Languidece el poeta si la tierra se enfría
cuando no hay corazón ni justicia ninguna.

Yo poeta declaro que en el duro camino
del tiempo el poeta se halla siempre un hermano.
Yo poeta declaro que el poeta es humano
aunque a veces nos haga presentir lo divino.

La estrella y el corazón, 1949.



LA PALABRA O LA VIDA

Escuchad, de hombre a hombre,
en las mares violentas que navegar nos toca
rebasado el eclipse del terror en la boca,
los instantes del mundo llamados por su nombre.

Escuchad la palabra que hace frente a la muerte
por amor a la vida.
Escuchad la palabra que no ha sido vencida
a pesar de que vive de espaldas a la suerte.

Mientras cae una lluvia que la tierra sedienta
hasta los huesos cala,
el vientre de la tierra se extiende como un ala,
y el rayo que ha hecho blanco desploma la tormenta.

Se ha llegado hasta el límite del sufrimiento humano,
y la evasión no existe.
La vida que aún hay dentro del hombre se resiste
a no saber de un mundo que alcanza con la mano.

Escuchad la palabra
que repite sin tregua la verdad de las cosas;
la palabra que engendra tempestades y rosas
para que la clausura de los ojos se abra.

Hasta el árbol más firme tiembla de pies a cabeza
y las puertas dan golpes cada vez más violentos.
Como el perro y el gato, las aguas y los vientos
se erizan al contacto de la naturaleza.

La libertad dormida por fin ha despertado.
Levanta el tiempo el ancla para seguir su ruta,
y la mirada, libre de toda nube, escruta
el más amplio horizonte que el sol ha iluminado

Escuchad la palabra que del alma despega
para que sean claros los caminos oscuros.
Escuchad la palabra que atraviesa los muros
porque es algo de todos, y al corazón nos llega.

A su paso la bruma se vuelve fugitiva
y se mueven las tierras sin que un dios las sacuda;
el más hondo secreto del ayer se desnuda
y la voz de los vientos se levanta agresiva

Los pueblos que han llegado con su dolor muy lejos
en las entrañas cantan un júbilo inminente.
Una nueva alegría pone clara la frente
y limpia las pupilas hasta hacerlas espejos.

Escuchad la palabra que la forma dibuja
de la vida más bella.
Escuchad la palabra que a viajar nos empuja
por encima del pájaro, más allá de la estrella.

Poesía unánime, 1967.



Aguafuerte

Aquí te quiero ver,
amigo mío.

Aquí, aunque sólo sea por el dicho
de que ver es creer.
Aquí, para que vivas como vivo,
para que mueras una y otra vez
como yo muero sin haber vivido.
Aquí te quiero ver.

En el camino
de más áspera piel
que he conocido.
Donde matan de sed
hasta los ríos.
Donde el azul es otro precipicio,
de cuyo abismo el corazón da fe.
Donde se cae siempre en el vacío.
Donde se alienta sólo en el papel
de una letra de cambio o de un recibo.
Toreando los filos
te quisiera yo ver.

Aquí donde los astros que se ven
están emparentados con el frío.
Donde el día está herido
antes de amanecer.
Donde querer saber
es un delito.
Donde el aire es un hilo
que se puede romper.
Donde es triste nacer
y morir un respiro.
Aquí te quiero ver.

Donde nada anda bien
Donde no ves un libro
en que la letra esté
jugando limpio.
Donde el llanto es tratado a puntapiés.
Donde se hace difícil hasta el grito.
Donde acaba hecho un trapo el hombre mismo,
te quisiera yo ver.

Aquí, midiendo el pozo y la pared,
caminando a la cola de este siglo.
Aquí, tragando hiel,
tragándotelo todo a dos carrillos,
sabiéndote encarado con la ley
si no vives al margen y en el limbo.
Aquí, pescando el vicio
de beber
un tiempo sin sentido.
Aquí donde no hay sitio
para ser
lo que en un tiempo fuimos.

Donde el sol es de abrigo,
te quisiera yo ver.

Aquí te quiero ver,
Amigo mío.

De Habla viva


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