sábado, 14 de junio de 2014

FABRICIO DEVALIS [11.899]



Fabricio Devalis 

Nació en James Craik, provincia de Córdoba, Argentina, en 1971. 
Sus obras poéticas antes publicadas son Un cristo ciego (1999), Tramas (2002) y Anatomía (sello Editorial Gráfica 29 de Mayo / Pan Comido Ediciones, 2013).
Fue incluido en las antologías locales Belleza Obliga (2004),  Derrota no (2005), El día más parecido: antología Pan Comido (2008). Ejemplos de su obra narrativa fueron antologados en el volumen Voces de este río (2009).



Menesteres

Tendrás la palabra necesaria?
La que no duele por dentro
La que lava los huesos
la que necesita de la luz
y en la noche
se muerde en su paraíso
Sabés que está ahí
esa palabra
entre el sueño y el deseo
a flor de dientes
en su noveno mes
Eres tú solamente
el que no confía
el que ha puesto precio
a esa palabra






RECORDANDO A BIANCA

Todas las siestas
los oídos se nos agudizaban
finitos
hasta escuchar el sonido
de un martillo contra el yunque
era el único sonido
en el vacío sin pájaros
en el que todos aplacaban el tiempo.
Despacio, imitando a los gatos
robábamos dos monedas
y nos reuníamos en la esquina vieja.
Nadie hablaba
y de a uno habríamos las manos
hasta que se llenaba
de solcitos la esquina.
Caminábamos silenciosos hasta el sótano
con el sonido perdido del yunque
que todos sabíamos
era el sonido del tiempo
Bianca nos sentaba en ronda
y decía que había nacido
con la mitad de un higo en su cuerpo
dos monedas valía el milagro.
Mientras nos tranquilizaba
hablando del romero y la albaca
que eran mágicos
le contaba su mamá.
Hacía que pusiéramos las monedas
sobre nuestros ojos
y sostuviéramos una olla entre las manos.
Suavemente
como la voz del aire decía:
¡Ahora!
De a uno dejamos caer las monedas
que golpeaban en la olla.
Ella estaba desnuda
con las piernas abiertas
frente a nosotros
recortándonos del mundo
y entre sus piernas
la perfecta mitad
de un higo rosado
mágico
nacido en su cuerpo.







DUDAS

Pareciera
que estas palabras
nunca evolucionan
Se duermen con sonidos
de siempre
Que una tristeza rectilínea
desde mi abuelo hasta mí
la abraza en un solo día
Que no hay más
que un solo poema
que escribir
es reincidir
y quieto
quietito
se torna el corazón
al compás de los huesos
por comparación
o leyes del mercado
o ley natural
Será una pregunta
esta distancia
O será sólo ese poema
que espanta
que derroca escritores
y perdona a los transeúntes.






Destino

Sopla ahora
que no es tristeza
esta casa
lo que he guardado 
bien lo olvidaste
lo que he olvidado
mal lo has conservado
Todo alimenta o
asesina este fuego
La vida que elegimos.





  
Lo sabemos 

Con los ojos en los ojos
así 
como pajaritos maravillados
atentos al desvelo
en guardia de perro
sabemos de esta injusticia
sabemos del tedio
de esta austeridad sobre el mantel
Todo pasa con su duelo
en este suspiro del alma
todo lo sabemos
todo lo masticamos
y sin embargo
a pesar de esta rabia
uno a uno de pie
miramos por la ventana
sospechamos certezas






Amores 

Son como gotitas de sed
que buscan restos de luz



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