sábado, 25 de abril de 2015

CRISTÓBAL DE MONROY Y SILVA [15.761]



CRISTÓBAL DE MONROY Y SILVA (1612-1649)

En la primera mitad del siglo XVII, en pleno Siglo de Oro de la Literatura Española, nos encontramos con el primer gran escritor nacido en Alcalá de Guadaíra, SEVILLA Cristóbal de Monroy y Silva (1612-1649), que destacó sobre todo en el género teatral como seguidor de la escuela de Lope de Vega.

En palabras de Francisco López Estrada: “Monroy es un autor que reaparece en la consideración más reciente del estudio del teatro español. Es uno de los muchos que está obteniendo el lugar que merece en la revisión histórica y crítica actual del teatro de su época, tan numeroso y disperso. Se sitúa en el periodo que se encuentra entre Lope y Calderón, con una marcada influencia del lírico Góngora, y en un lugar determinado, Sevilla”.

Entre los títulos de sus comedias destaca especialmente Fuente Ovejuna, donde realiza una refundición o libre realización poética de manera magistral de un asunto tratado años antes por Lope de Vega. La obra se aceptó como una comedia más de carácter histórico por parte del público, como tantas otras, y su originalidad y el esfuerzo creador que requería se valoró en paralelo a la obra de Lope.

Hasta ahora, el trabajo más completo sobre la vida y obra de Cristóbal de Monroy lo realizó Manuel R. Bem Barroca en su tesis doctoral de 1967, dirigida por Francisco López Estrada.

ALCALÁ DE GUADAÍRA EN EL SIGLO XVII

El contexto histórico de España en el año del nacimiento de Cristóbal de Monroy corresponde con una época relativamente tranquila. El imperio español goza de paz con los Países Bajos, Francia e Inglaterra, sus principales enemigos. Reinaba entonces Felipe III, el más poderoso monarca del momento. Tan grande como el imperio era también la corrupción de la nobleza cortesana. Cada cual se aprovechaba de lo que podía, empezando con el propio valido del rey, Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma.

Cuando nació Cristóbal de Monroy, Alcalá Guadaíra contaba con unos 1.100 vecinos (cabezas de familia censados), aproximadamente unos 4.000 habitantes. La población había crecido mucho durante el siglo XVI gracias al gran auge económico experimentado. La pequeña villa medieval del cerro del Águila y el barrio de San Miguel se extendió durante el siglo XVI, desarrollándose los arrabales de Santiago y San Sebastián. En la primera mitad del siglo XVII, en tiempos de Cristóbal de Monroy, la mayor parte de la población alcalareña vivía en estos dos barrios bajos. Por el contrario cada vez eran menos los vecinos que vivían en la zona más alta y antigua de la villa. La mayoría de los alcalareños eran campesinos, artesanos, tenderos, panaderos o molineros. Solo un grupo muy pequeño de familias eran nobles y vivían de la explotación de sus tierras. Además estaban los vecinos pertenecientes al estamento eclesiástico (sacerdotes, frailes y monjas de los conventos).

Esta población se vio afectada por la epidemia de peste que atacó Sevilla en 1649. Para evitar que empeorase el contagio, el cabildo municipal ordenó tapiar todas las puertas y bocacalles de la villa que diesen al campo y prohibió algunas celebraciones. Según el Padre Flores, murieron unas 1.000 personas durante esta epidemia de peste.

La economía de la villa se basaba en la explotación de la fértil vega del río Guadaíra. Alcalá aprovechaba la excepcional posición estratégica de su emplazamiento entre una gran campiña rica en cereal y una gran ciudad como Sevilla que demandaba pan. Los manantiales que manaban de la roca y la corriente del río Guadaíra suministraban la fuerza para mover los molinos harineros que constituían la principal industria de Alcalá. Numerosos panaderos alcalareños vendían sus productos en la plaza del Pan de Sevilla. El pan de Alcalá era muy apreciado por su calidad. El poeta utrerano Rodrigo Caro, contemporáneo de Cristóbal de Monroy, reconoció la superior calidad del pan de Alcalá, que había terminado desplazando al pan de su propio pueblo en el mercado de Sevilla.  

El cabildo municipal de Alcalá de Guadaíra en tiempos de Cristóbal de Monroy estaba formado por dos alcaldes (uno hidalgo y otro ordinario), doce regidores, un promotor fiscal, un fiel ejecutor y otros cargos menores. Los alcaldes presidían el cabildo y ejercían como jueces; los regidores eran equivalentes a los actuales concejales; el promotor o procurador era el representante en los tribunales y el fiel ejecutor era el encargado de velar por el cumplimiento de las leyes. La mitad de los cargos del cabildo alcalareño eran de propiedad perpetuos, es decir, pertenecían a familias nobles de Alcalá que tenían el derecho de ocupar su asiento en el Ayuntamiento y gobernar la villa. La otra mitad se renovaban anualmente mediante votación de los propios componentes del cabildo.

La fortaleza de Alcalá pertenecía al cabildo municipal de la ciudad de Sevilla. Contaba con algunos soldados que componían la guarnición y se encontraba al mando de un alcaide. Este puesto era nombrado por el cabildo de Sevilla, aunque el cabildo de Alcalá solía recomendar a algunos vecinos de familia noble para este cargo.

En 1646 el rey Felipe IV vendió la jurisdicción de la villa de Alcalá a Antonio Álvarez de Toledo, marqués de Villanueva del Río y posteriormente duque de Alba. Con ello el poderoso noble tenía poder para nombrar los cargos del cabildo de Alcalá y recaudar en la villa determinados impuestos, como la alcabala y las tercias. La villa de Alcalá se opuso a esta venta y presentó un pleito en los tribunales pero no consiguió nada.

RESEÑA BIOGRÁFICA

La hidalga familia de Cristóbal de Monroy y Silva era de procedencia extremeña. Fue en torno a 1570 cuando su abuelo paterno, Cristóbal Rodríguez de Monroy, llega a Alcalá de Guadaíra y se casó con Mencía de Algarín y Cervantes. Era hijo legítimo de Bartolomé de Monroy y Algarín y María Navarro de Silva. Su padre era escribano público y tenía gran consideración en la ciudad.

Nació en Alcalá de Guadaíra el 22 de octubre de 1612 y fue bautizado en la parroquia de Santiago el día 24. Vivía con sus padres en unas casas que tenían en la calle de los Monroy, que aún existe con esta denominación.

En 1629 Cristóbal de Monroy comenzó a estudiar artes en el colegio mayor de Santa María de Jesús (actual Puerta de Jerez), origen de la Universidad de Sevilla. Más tarde decidió cambiar de ambiente y marchó a Salamanca. En esta Universidad, el 13 de noviembre de 1630, se matriculó en segundo año de la Facultad de Cánones. Salió aprobado porque de nuevo se matricula en tercero el 17 de noviembre de 1631. Posiblemente dio por terminados sus días de estudiante en 1632, puesto que en los años siguientes su nombre no figura en los libros de matrícula de esta Universidad. No parece que terminara la licenciatura, puesto que nunca lo menciona y tampoco sus amigos lo tratan de licenciado.

Durante los años que permaneció en Salamanca escribiría su primera obra poética bajo el título Canción real de la vida de San Pablo. Fue impresa en Sevilla, en la imprenta de Simón Fajardo, en 1633. Al final de la obra encontramos la conocida composición escrita en doce octavas reales titulada “Descripción del nacimiento de la agua, cueva, que junto a Guadaíra hace ostentación de una fuente que nace en sus cavernas”.

Dos años más tarde, en 1635, publica Encomio y defensa de la iglesia mayor de Santa María del Águila de la villa de Alcalá de Guadaíra. La publicación es un pliego suelto que solo tiene siete folios (catorce páginas y portada). La dedicatoria, firmada por Monroy con fecha 20 de marzo de 1635, va dirigida al Muy Reverendo Padre Maestro Fray Blas del Día y Mendieta, que era el señor vicario de Alcalá. Trata de un asunto que dividía a los vecinos de Alcalá: los señores de la nobleza local muestran su apasionado rechazo a la decisión de la autoridad eclesiástica de quitar el dominio y jurisdicción a la iglesia de Santa María como iglesia mayor en favor de la de Santiago, algo que favorecía a la mayoría del vecindario con el crecimiento de la ciudad extramuros de la antigua fortaleza. Al final del mismo aparecen los nombres de las personas que lo apoyan.

Esta publicación es una primera muestra del papel protagonista que ejercerá Cristóbal de Monroy en su ciudad natal a lo largo de su vida en paralelo a su intensa actividad de creación literaria para la escena. Fue bastante activo en la política local alcalareña, como se refleja en los siguientes datos:

Del 9 de julio de 1636 al 15 de febrero de 1641 ejerce como fiel ejecutor de la villa de Alcalá de Guadaíra, y parece ser que en 1639 fue nombrado regidor perpetuo.
Entre 1645 y 1649 fue teniente alcaide de la real fortaleza de la ilustre y antigua villa de Alcalá, cargo en el que le sorprendió la muerte.
Por último, el 11 de enero de 1647 es nombrado, por Alonso Álvarez de Toledo, promotor de su justicia en la Audiencia mayor.
El 12 de enero de 1637 se casó con Ana Arias Salvador en la parroquia de Santiago. Tuvieron varios hijos, pero todos murieron de corta edad.

Durante algún tiempo vivió también en Arahal, donde residía su hermano Bartolomé, aunque mantenía su casa en Alcalá de Guadaíra. Prueba de ello es la publicación, en 1640, de la obra Recibimiento que la ilustre villa de El Arahal hizo al Excelentísimo Señor Duque de Medina Sidonia, pasando de Sanlúcar a Montilla a su desposorio, dedicada a Bernardino Velázquez de Lara, corregidor de dicha villa. También escribe la comedia El más valiente andaluz Antón Bravo, que representa episodios de la vida de un joven caballero muy popular de este pueblo sevillano que muere a los veinte y ocho años por sus temeridades.

Residiendo en Arahal, el 21 de junio de 1641, figura entre los nobles notificados para estar en las ciudades de Villalba y Manzanillo para defender la frontera a causa de la independencia de Portugal de la corona de España. Esta situación duraría hasta 1644, en que volvería de nuevo a su ciudad natal.

A finales de 1646 o principios de 1647, nuestro poeta vivió el papel de uno de los protagonistas de sus comedias. Aunque no se saben las causas, lo cierto es que tuvo un duelo con su cuñado, Francisco de Andrade. Llevaron el incidente a la Real Audiencia y, según el alcalde ordinario, Juan de Bordas Ynestrosa, fue sentenciado a pagar quinientos ducados y cuatro años de guerra. Dicha sentencia no la cumplió, ya que el 11 de enero de 1647 recibe de Alonso Álvarez de Toledo el nombramiento de promotor de su justicia en la Audiencia mayor, que originaría una gran controversia en el Cabildo alcalareño.

Los últimos años de la vida de Cristóbal de Monroy, entre 1647 y 1649, fueron trágicos para Andalucía y en particular para la mayoría de la población de Sevilla y sus alrededores. El año 1647 fue de gran escasez de víveres y el hambre originó grandes penalidades. En 1648 las inundaciones del río Guadalquivir dejaron sin casa a una innumerable lista de habitantes de la capital sevillana. Por último, en enero de 1649 llegó la epidemia de peste, asolando a miles de personas.

En el caso concreto de Alcalá de Guadaíra, hubo que hacer sepulturas en los campos porque en los cementerios de las parroquias no había sitio para enterrar tantos cuerpos. En la familia Monroy el primer miembro que murió de la peste fue su madre, María Navarro de Silva, el 30 de junio de 1649. Resulta curioso destacar que en su testamento dejó a su hijo Cristóbal las casas que poseía en la calle Monroy. Casi en seguida murió Ana Manuela, única hija que quedaba de su matrimonio con Ana Arias Salvador. Por último, el 6 de julio moría Cristóbal de Monroy, a pocos meses de cumplir treinta y siete años.

Dos días antes había hecho testamento, pidiendo que le enterrasen en la iglesia de Santa María en la sepultura de la familia con el hábito de la Virgen del Carmen, de la que era muy devoto. Parece que, por lo menos en los primeros años después de su muerte, no pudieron cumplir sus deseos. Dadas las dificultades con que luchaban las autoridades, puesto que moría mucha gente a diario y no había donde sepultar tantos cadáveres, es posible que muchos no fuesen enterrados en donde habían requerido en su testamento.

El cuerpo de Cristóbal de Monroy, como lo afirma el Padre Flores, fue depositado en el convento de San Francisco el 9 de julio de 1649, añadiendo que se le hicieran honras en el mismo convento el 8 de octubre de 1650. Posteriormente se ha especulado también con la idea de que sus restos se encuentren en la actual capilla del Santo Entierro (antiguo convento de Nuestra Señora del Carmen), ya que en su testamento donó un manto, un vestido y cuatro cuadros a Nuestra Señora de la Soledad, pero es algo pendiente aún de ser verificado.

TRAYECTORIA LITERARIA

El contexto literario en el que se desenvuelve la obra de Cristóbal de Monroy se enmarca en la primera mitad del siglo XVII. De entre todos los géneros literarios, el que mayor renovación y producción ofreció fue el teatro. Lope de Vega, el gran artífice de esta tarea, muere en 1635, cuando el escritor alcalareño tiene 23 años.

Por esta época nos encontramos en Sevilla con dos grupos de autores, todos de segunda fila: por un lado, a Luis Belmonte Bermúdez (1567-1650?) y Diego Jiménez de Enciso (1585-1634), encuadrados en la escuela lopista; por otro, los hermanos Diego y José Figueroa Córdoba, nacidos respectivamente en 1619 y 1625, encuadrados en la escuela calderoniana. Monroy ocupará el lazo de unión de ambos grupos, ya que sigue a Lope de Vega en los asuntos y a Calderón de la Barca en su técnica teatral y estilo literario.





Escritura de 1646 firmada por don Cristóbal de Monroy y su esposa doña Ana Arias Salvador en Alcalá de Guadaira. Si en 1641 el escritor vivía en Arahal, en 1646 está en Alcalá, donde morirá por la peste tres años después.


Su labor literaria, centrada fundamentalmente en la comedia, la define perfectamente Francisco López Estrada cuando dice que es “un seguidor de la escuela de Lope; artesano más bien que artífice del teatro español, conoce por dentro los recursos de la escena, y tiene un estilo suelto, que lo mismo usa la hinchazón verbal que detiene la comedia y la expande en lirismo palabrero que el diálogo restallante, precipitado. Y sobre todo sabe lo que gusta a un público que conoce ya el magisterio teatral de Lope y que cuenta con el teatro como si fuese una institución de la vida nacional, tan necesaria como el pan”.

Como Lope de Vega, Cristóbal de Monroy siente un cierto interés por las tradiciones pintorescas, las fiestas, las danzas, las procesiones, y hasta un cierto fanatismo religioso. Respecto a este último asunto, es capaz de someter al protagonista de una comedia a los más sangrientos crímenes para probar que Dios todo lo perdona. Los personajes de Monroy aceptan sin distinciones ni matices la materia de la fe común, aunque se nota también una cierta consideración hacia lo musulmán.

Pero, sobre todo, el teatro del autor alcalareño usa esencialmente motivos tomados de la sociedad andaluza. Sirva de ejemplo su comedia Escarmientos del pecado y fuerza del desengaño, donde describe la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles de Alcalá de Guadaíra:





JORNADA PRIMERA

Sale don Enrique y Chichón de camino

DON ENRIQUE

Chichón, que hemos llegado
a las márgenes sagradas
del famoso Guadaíra,
voz de metal de la rama,
piélago de la grandeza
y maravilla de España,
donde generalmente
compiten Ceres y Palas.
Fuera necedad partirme
sin ver la fiesta mañana
de los Ángeles.

CHICHÓN

                         Señor,
es fiesta tan celebrada
de los vecinos lugares
como la de nuestra patria
Utrera, a quien solemnizan
las provincias más extrañas.

DON ENRIQUE

Mi padre ha gustado, amigo,
de enviarme a Salamanca,
ahora al fin ya partimos
con prodigios de esperanzas
a granjear con las letras
poder, honor, gloria y fama.

CHICHÓN

Yo pienso obispar por Cristo.

DON ENRIQUE

La virtud, Chichón, ensalza
los humildes, esta estima
porque es joya de importancia.
Y el navegante que lleva
por piloto esta estimada
joya, no tema naufragio
que con ella y su constancia
contrastara del mar hondo
las olas más arriscadas.

En ella muestra las calles adornadas de luces, la música en la plaza, los cohetes, las campanas repicando, los forasteros que venían a la romería con sus canciones y bailes, las damas y galanes paseando por las calles, etc. Igualmente, en el auto sacramental Las grandezas de Sevilla, refleja una magnífica visión de la capital hispalense. Tampoco podemos olvidar la comedia El más valiente andaluz Antón Bravo, que representa episodios de la vida de un joven caballero muy popular de Arahal que muere a los veinte y ocho años por sus temeridades.

Otro ejemplo lo encontramos en la comedia El encanto por los celos y fuente de la judía, donde Cristóbal de Monroy describe el paisaje de las riberas del río Guadaíra de la primera mitad del siglo XVII. La técnica descriptiva la pone al servicio de una maravillosa recreación del entorno del río mediante la exaltación poética:

JORNADA PRIMERA

[…]

ZAIDA

¿Y dónde has de ausentarla?

AURELIA

Donde Gazul no pueda encontrarla,
en una ilustre villa,
hija abundante de la gran Sevilla,
cuya grandeza admira.

ZAIDA

¿Y llamase?

AURELIA

                     Alcalá de Guadaíra,
tu madre me contaba,
que en ella oculto un gran tesoro estaba,
en una fuente amena,
coronada de murta y de verbena,
que bulliciosamente
tributa a Guadaíra su corriente,
y aquella fuente fría
blanda prisión será de la judía,
donde viva encantada,
y en sus cóncavos senos acultada.

ZAIDA

No quiero con razones
reconocer la deuda en que me pones,
el alma con los brazos
te doy.

AURELIA

             Estimo tus abrazos.

ZAIDA

Traidor Gazul, aguarda,
verás en mi poder, que ya se tarda,
con rigor sin segundo,
la venganza mayor que ha visto el mundo.

De todas formas, en la relación completa de su bibliografía podemos observar que sus comedias abarcan los más variados temas: religiosos, mitológicos, históricos, de ficción morisca y caballeresca, y de costumbres.

El ambiente teatral de Sevilla en esta época, donde llegaba a haber 198 días al año de representaciones teatrales en los distintos corrales de comedias, facilitó a Monroy conocer de primera mano las aportaciones del nuevo teatro calderoniano e introducir en sus comedias la nueva técnica teatral y el nuevo estilo literario de Calderón de la Barca.

Respecto a la actualidad de su teatro, ahora que celebramos el IV centenario de su nacimiento, podemos señalar dos aspectos: el de las publicaciones y el de las representaciones teatrales. En relación a las publicaciones hay que destacar la edición constante de Castalia de la obra Fuente Ovejuna que aparece siempre conjuntamente con la de Lope de Vega; en el año 2004, la Universidad de Sevilla la edita en solitario con estudio introductorio y notas de Francisco López Estrada. En relación al aspecto de las representaciones, en el año 2001, con motivo de las fiestas del Corpus Christi de Sevilla, se pudo presenciar la puesta en escena en la plaza de San Francisco del auto sacramental Las grandezas de Sevilla, a cargo de la compañía Tierra Roja Teatro.

RELACIÓN BIBLIOGRÁFICA

Manuel R. Bem Barroca en su tesis doctoral de 1967, dirigida por Francisco López Estrada, recoge treinta y cinco títulos de obras publicadas, número que puede oscilar en otros autores si tenemos en cuenta que algunas comedias suelen aparecer bajo diferentes títulos. Además muchas de ellas se publicaron sin pie de imprenta o con ausencia del año de la edición con posterioridad a la muerte del escritor alcalareño, sobre todo en el siglo XVIII. Por otra parte se conservan manuscritos de los que no se conoce edición alguna. No olvidemos que Cristóbal de Monroy había dado al fuego los manuscritos que tenía, y que sólo se salvaron los que andaban en manos de sus amigos.

En la relación siguiente se recoge un total de treinta y siete títulos, distribuidos por géneros literarios de la siguiente manera: dos de poesía (además de seis poemas sueltos), dos de narrativa y treinta y tres obras dramáticas (un auto sacramental y treinta y dos comedias de la más variada temática).

POESÍA

Libros

Canción Real de la vida de San Pablo primer ermitaño, descripción y pintura de la aspereza de la Tebaida y austeridad de su penitencia. Con otra pintura de una cueva madre de un arroyo, que el vulgo llama nacimiento del agua y cercano a Guadaíra aumenta su corriente, Sevilla, Imp. de Simón Fajardo, 1633.
Recibimiento que la ilustre villa de El Arahal hizo al Excelentísimo Señor Duque de Medina Sidonia, pasando de Sanlúcar a Montilla a su desposorio, s.l., s.i., (   1640).
Poemas sueltos

“Descripción del nacimiento de la agua, cueva, que junto a Guadaíra hace ostentación de una fuente, que nace en sus cavernas" (Octavas reales), en Canción real de la vida de San Pablo primer ermitaño..., Sevilla, Imp. de Simón Fajardo, 1633.
"Silva a la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán", en Lágrimas panegíricas a la temprana muerte del gran poeta y teólogo insigne Doctor Juan Pérez de Montalbán..., de Pedro Grande de Tena, Madrid, Imp. del Reino, 1639, fols. 33v-34r.
"Décima al autor", en Episódico poema, métrico discante, lírico encomio, triunfo contextual, y festiva narración del solemnísimo desvelo, pródigo desperdicio, e inimitable fiesta, que admirable ostentó la Ilustrísima Iglesia Mayor de Santa María de la Mesa de Utrera..., de Francisco Salado Garcés y Ribera, s.l., s.i., 1640.
"Soneto acróstico al autor", en Estilo nuevo de escrituras públicas..., de Tomás de Palomares, Sevilla, Imp. de Simón Fajardo, 1645.
"Décima a San José", copia manuscrita de un cancionero de 1688.
"Décimas", copia manuscrita de una antología del siglo XVII.

NARRATIVA

Encomio y defensa de la Iglesia Mayor de Santa María del Águila de la villa de Alcalá de Guadaíra, Sevilla, s.i., 1635.
Epítome de la Historia de Troya, su fundación y ruina. Con un discurso apologético en defensa de su verdad, Sevilla, Imp. de Francisco de Lyra, 1641.

TEATRO

Auto sacramental

Las Grandezas de Sevilla, Sevilla, Imp. de Lucas Martín de Hermosilla, 1695 (Este auto sacramental va precedido de la Loa sacramental de la fábrica y grandezas de la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla y finaliza con otra Loa).
Comedias religiosas

Los celos de San José.
Más vale a quien Dios ayuda (También conocida con el título de Esaú y Jacob). También se publicó con el título El pastor más perseguido y finezas de Raquel.
San Bartolomé en Armenia.
El gigante cananeo San Cristóbal o El mayor vasallo del mayor señor.
No hay más saber que salvarse.
Los príncipes de la Iglesia San Pedro y San Pablo.
La sirena del Jordán San Juan Bautista.
Escarmientos del pecado y fuerza del desengaño.
El horror de las montañas y portero de San Pablo.
Lo que puede el desengaño y memoria de la muerte (También conocida con el título de Justo juicio de Dios).
Los tres soles de Madrid.
Comedias mitológicas y del ciclo troyano

Acteón y Diana.
El caballero dama (También conocida por El Aquiles).
La destrucción de Troya.
Héctor y Aquiles.
El robo de Elena.
Comedias de historia y leyendas de España

La batalla de Pavía y prisión del rey Francisco.
Los pleitos de Hernán Cortés.
Fuente Ovejuna.
Envidias vencen fortunas.
El más valiente andaluz Antón Bravo.
Las mocedades del duque de Osuna.
Comedias de asuntos de ficción morisca y caballeresca

El encanto por los celos y fuente de la judía.
Las violencias del amor (También conocida por Don Belflorán de Grecia).
Comedias de costumbres

La Alameda de Sevilla y recato en el amor.
El casamiento fingido.
Mudanzas de la fortuna y firmezas del amor.
Lo que pasa en un mesón o El mesón.
Lo que pasa en una venta (segunda parte de Lo que pasa en un mesón o El mesón).
No hay amor donde no hay celos.
El ofensor de sí mismo.
Todo es industria el amor o Celos, industria y amor.
Por último, se sabe también por Jaime Villanueva de la existencia de un manuscrito que se encontraba en el monasterio de Poblet (Tarragona) con el título de Antigüedad y grandezas de la villa de Alcalá de Guadaíra. Con posterioridad se produjo un incendio en dicho monasterio que destruyó la mayor parte de los fondos de su biblioteca.

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA SOBRE CRISTÓBAL DE MONROY

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--------- "More on Monroy", en Bulletin of the Comediantes, vol. V, núm. 2, 1953,            p. 32.







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