miércoles, 6 de agosto de 2014

LUIS FABIO XAMMAR [12.705]


Luis Fabio Xammar

Luis Fabio Xammar Jurado, (Yanahuanca, 11 de mayo de 1911 - Antioquia, 17 de marzo de 1947), fue un escritor y poeta peruano, creador del movimiento "cholista" que fue una variante extrema del indigenismo literario. Fue un poeta que invocó en todo momento la vida rural; su poesía encierra ese amor al campo y a la vida.

Hijo de Antonio Xammar y Clotilde Jurado. Estudió en el Colegio de la Inmaculada de los jesuitas en Lima, de donde egresó en 1929. Luego ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y tras el receso universitario de 1932-1935 se pasó a la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Luego continuó sus estudios literarios en la U. de San Marcos, graduándose de bachiller en 1938 y de doctor en letras en el mismo año. Ese año inició también su labor docente en su alma máter sanmarquina.
Fue cofundador de la Revista 3, en la que colaboró con diversos artículos (1939-1941). El 4 de mayo de 1939, publicó en la edición conmemorativa del centenario de El Comercio, el artículo: Voz para la leyenda de Abraham Valdelomar, el cual sería el primer capítulo de su libro: Valdelomar: signo (Sphinx 1940). En esta obra, Luis Fabio Xammar, incluye una extensa bibliografía de Abraham Valdelomar.
Como secretario general de la Biblioteca Nacional del Perú (1943-1946), contribuyó a acrecentar el acervo histórico y literario de dicha institución. En la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Ayacucho, se le hizo entrega de una colección de obras de muy alto valor literario, la cual puso a disposición de la Biblioteca Nacional del Perú.
Cuando viajaba a México al frente de una delegación universitaria sufrió un accidente aéreo, en las montañas de Antioquia, cerca de Medellín, Colombia, que ocasionó su muerte, cuando apenas contaba con 35 años de edad (17 de marzo de 1947).
En Huacho existe desde el año de su muerte, un gran Colegio Nacional que lleva su nombre (hoy Colegio Emblemático) y Augusto Tamayo Vargas publicó poco después, con el auspicio de la Universidad Mayor de San Marcos, unas breves reflexiones sobre el Maestro, tituladas "Acerca de Luis Fabio Xammar".

Obras

Poesía

Pensativamente, (1932)
Las voces armoniosas (1932)
Wayno (1937)
Alta niebla (1947)
Poesía (1949) [Compilación póstuma]

Ensayo

Valores humanos en la obra de Leonidas Yerovi ,1938.
Valdelomar: signo (1940)
Entre otros ensayos de crítica literaria.

Opiniones de los críticos

Es un poeta límpido de perspectiva humana y de acento esperanzador. Perteneció a la "Generación Palabra", la suya es una voz que se acentúa entre los escritores que se inician a partir de la década de los años 30. Xammar se distingue de sus compañeros por el efecto melancólico conceptuado en la vida intensa, en el rumbo viril y tierno del huayno, y en la propia vida cálida del poeta. Creemos que la obra en verso de Xammar no ha sido aún estudiado como se debiera. (César Toro Montalvo)


Con Abraham Arias Larreta y José Varallanos, comparte la representación del cholismo poético. Se caracteriza por su gracia, fineza y ternura incomparables. (Antenor Samaniego)


En pocos autores es tan visible la evolución formal. Su verso avanza desde el consabido tono elegíaco de sus primeros libros a la busca intensa y cromática de la belleza vernácula, según se ve en Huayno. Después ensaya en la gravedad metafísica en Niebla; el verso se hace cada vez más austero, más depurado…
Al publicarse sus Obras completas (de las que solo aparecieron dos volúmenes), se comprueba en Huayno un nuevo sentido del folclor indio. Son canciones alegres, tiernas, reelaboradas estéticamente, como debe ser. Niebla nos ofrece ejemplos de una lírica llena de austeridad y de trascendencia, aunque el lenguaje carezca de la pureza de José A. Hernández, Arturo Jiménez Borja y José Alvarado Sánchez. Xammar, dedicado fundamentalmente a la docencia, que tanto absorbe, no tuvo tiempo para consagrarse a la tarea de depurar su estilo. (Luis Alberto Sánchez, 1975.)




Wayno

Tus labios eran breves y sencillos
casi como una flor; casi como una
mentira pronunciada sin sentido.

Venías matinal entre naranjas
sin saborear aún; entre mazorcas
crujiendo sus frescuras sorprendidas.

Ah, tus manos en flor como violetas,
mudas de sol, en su color extraño.
Violetas de azafrán, de los jardines
crecidos entre el río y los duraznos.

Yo recuerdo la letra de ese huayno
del cardo santo, sobre la pradera,
flotando ante tus labios como nube
venida de las altas cordilleras.

Llegabas silenciosa por la chacra
sin doblegar la luz de las espigas;
sobre tus brazos, alta tu sonrisa
era un rústico ramo de alegrías.

Y entonces todo el campo se encendía
del júbilo de arar sobre la tierra.
Y querías cantar. Y tus palabras
gustaban como chicha en el sembrío.



Distinguido maestro, crítico y poeta yanahuanquino, truncado trágicamente a la edad de treinta y cinco años, cuando empezaba a florecer pletórico y triunfal en el ejercicio de la docencia y el quehacer literario, honra, con sus creaciones cargadas de singular calidad, a las letras de nuestra patria.

Cuando comenzaba a ejercer una docencia universitaria ejemplar y provechosa en la vieja casona de San Marcos y yendo en representación de nuestra patria a un Congreso Internacional en la ciudad de Colombia, falleció trágicamente en un accidente de aviación en Medellín el 18 de marzo de 1947. Por esos días, escribía estos premonitorios versos.


EN LA CRUZ DEL CAMINO

En la cruz del camino Frente a mis tres caminos
ha expirado una senda palpitantes de tierra,
ha nacido una duda me han brindado sus voces,
y ha brillado una pena. como mudas, sinceras.

El ayer arrimado En la cruz del camino,
a su cruz de madera ha expirado una senda,
se ha quedado temblando y el ayer era un perro
como música vieja. custodiando a la muerte.


Luis Fabio Xammar Jurado, nació en el fundo CHACAPAMPA, heredad de su señora madre, unos kilómetros más abajo de Yanahuanca en el año de 1911. Su padre de origen catalán, tenía una tienda de comercio en la Plaza Chaupimarca junto a la histórica iglesia cerreña donde habían nacido sus dos hijos mayores, hermanos de Luis Fabio. Antonio, el mayor, notable periodista que en calidad de Director el periódico Universal, había viajado a Francia, Italia, Alemania y, Carmen, la segunda, una poeta notable.

Su madre, la señora Clotilde Jurado, natural de Yanahuanca, había abandonado el arte de la pintura en el que había obtenido plausibles creaciones, en aras del matrimonio y de sus hijos.



EL SURCO ÁVIDO.

Amo la honda llaga que en la tierra,
el árbol ha dejado al caer,
como muda protesta dolorosa
de un pasado que fue.

Hay oculto deseo en esa herida,
siempre nueva en su fe,
y es que entre sus bordes se desliza,
la semilla que alienta un nuevo ser.

Es un eterno poeta el surco ávido
siempre y nunca saciado en su sed.



Luis Fabio Xammar se aleja de la heredad paterna a muy tierna edad para realizar sus estudios primarios y secundarios en el Colegio de Jesuitas, LA INMACULADA de la ciudad de Lima. Su paso por estas aulas, le deparan nueve premios de excelencia en diez años. Su profunda inclinación religiosa y su apego a los estudios sufre un significativo vuelco en el último año de su permanencia en el plantel; sin embargo, por sus cualidades especiales, se le concede el honor de decir el discurso de despedida a nombre de la promoción. Este fue un discurso de tinte revolucionario -rememora su entrañable amigo de infancia y compañero de estudios, José Alfredo Hernández- que descubre su alma rebelde e insatisfecha por los destinos del Perú. ¿Fue influenciado por su padre?. No lo sabemos. Pero es necesario mencionar que su padre, don Antonio Xammar llegó a ser un activo dirigente comunista en la década de los treintas por lo que fue muchas veces detenido y enviado a prisión a la ciudad de Lima.

Terminada su secundaria, ingresa en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos en donde, a poco de su incorporación, interviene activamente en varios grupos y cenáculos literarios. En el grupo ACCION SOCIAL DE LA JUNTA, por ejemplo, muestra sus dotes de enjundioso y notable orador, polemista agresivo y periodista revolucionario. Es en el transcurso de estos mismos años cuando reúne a un inquieto grupo de jóvenes y funda con ellos la revista SURSUM donde inicia sus escarceos de poeta.



LAGUNA VISION DEL CIELO

Laguna, visión del cielo 
aprisionada aquí abajo
frágil cinturón de juncos
y vestida toda en pájaros.

Paréntesis en la tierra,
formada un día de llanto
silenciosa, que va en brazos
de un río rodando llanos. 

Laguna, compendio inmóvil
del sol, del cielo y del llanto:
mudo espejo en soledades
claro bullicio de pájaros.

Doncella pura asediada
por el sol enamorado,
amoroso espejo mudo
del aire, la luz y el canto.

Confidente de la nieve
más blanca de los más alto,
que para llorar contigo
bajó hecha de luz y ocasos.


El año de 1930, con diecinueve años de edad, se inicia como notable versificador con el volumen PENSATIVAMENTE. Su ávida necesidad de expresarse lo incita a publicar inmediatamente LAS VOCES ARMONIOSAS (1932) revelando su acuciosa inquietud estética. De 1930 a 1932, con un grupo de inquietos sanmarquinos de su promoción, publica también la revista PALABRA, en la que muestra una gran curiosidad por las novedades estéticas de moda como todos los sucesos de ámbito cultural, especialmente los relacionados con las tradiciones populares de nuestra patria.

Al recesarse la Universidad de San Marcos en el año de 1932, va a retornar a su tierra natal encontrando en ella su profunda vena telúrica de clara inspiración folklórica que a manera de Vallejo y Valdelomar, pero con una muestra muy personal de su “cholismo” auténtico, nos regala con una serie de creaciones poéticas que va a compilar en WAYNO, la más lograda de sus concepciones artísticas en la que se refleja su profundo y notable personalidad lírica. En esta época, sus obras son publicadas con notables y favorables comentarios en los diarios LA PRENSA y LA NACION de Buenos Aires. Por ejemplo, el crítico literario de EL COMERCIO, Aurelio Miró Quesada Sosa, refiriéndose al mencionado poemario, dice: “En una fina y elegante edición, que revela una vez más el sentido artístico y el vigilante cuidado de la forma que tanto distinguen a su autor, acaba de publicar Luis Fabio Xammar una nueva versión de WAYNO el bello libro de poemas que había alcanzado muy justificado éxito cuando hizo su primera aparición ante el público”.

En WAYNO se reúnen, con sereno equilibrio, los poemas de tono subjetivo con las escenas coloristas de la vida en el Ande. El autor mismo ha cuidado de distribuir ambas maeras en una especie de ritmo alternado, que se manifiesta, desde el punto de vista de la forma, en la inclinación por el endecasílabo de la primera y tercera parte de su obra, y el égil; cultivo del romance en la parte central. Pero esta separación externa no perturba la unidad esencial de los poemas, hermanados por una gracia lírica, una suave ternura y una agradable lozanía que es don común de todos.

Para alcanzar estas virtudes, Xammar ofrece en WAYNO una visión alegre y optimista de la sierra peruana. Lejos de las preocupaciones de caracter social, sin el rebuscamiento y las exageraciones torturadas de muchos poemas andinistas Xammar llega a los temas y paisajes del Ande con limpia emoción y sin prejuicios. Por eso ha conseguido tales escenas líricas, hechas con aire matial y suave sentido campesino, que nos presentan no una sierra éspera, sino una sierra amable, con valles y trigales, rumor de agua y fulgores de estrellas.

Sus personajes son los adecuados para unos paisajes tan galanos. Con sus manteletas de colores y sus husos ligeros, pasan cholitas suaves con sonrisas de fruta, cuerpos de “pan moreno” y “mejillas de ají”. Camino al puquial, o entre las pircas, van desfilando esas flores de arcilla que andan y anan en silencio, mientras el sol encendido “las aguaita y el río se precipita”. A veces hay una nota de ironía, como en los romances “Andando la chola linda”, “La chola a bañarse al río”, o el intencionado:”Te seguiré hasta el puquial, cholita, aunque no lo quieras”. Otras veces es sólo un elogio tierno y fino, con cierto dejo de melancolía, como en el poema “Eres serrana y rubia como el trigo en agosto”, o el bello romance que comienza:



Murió la cholita ufana
una mañana de abril.
Murió porque Dios le dijo
que tenía que morir.


Si los primeros poemas de WAYNO tienen una inclinación más musical, en los romances hay un alegre despliegue colorista, de tonos vivos como en tela de poncho. Podrían citarse algunos ejemplos :”Laguna visión del cielo, frágil cinturón de juncos”, “tu cuerpo fértil de greda, fresco tinajón de arcilla”, “la luna taza de nieve blanca de la vaca pinta”. Pero son sólo matices que no deslumbran, sino que se suceden en el fresco y lozano fluir de los poemas, que hacen de WAYNO por la intención y por la forma, una de las colecciones líricas más finas de nuestra poesía de estos años.

Para completar el agrado, el libro (que tiene una portada de Camilo Blas) lleva como ilustraciones musicales dos bellos “lieder” de Carlos Sánchez Málaga. (EL COMERCIO, 12 de julio de 1942).




ROMANCE DEL DIOS CHOLO.

Entre tempestades altas,
en potro de luna overa,
viejo el dios cholo desciende
emponchado por estrellas.

De tanto agitar los ángeles
sus alas sobre la tierra
un cortinaje de nubes
bajando relampaguea

En los espejos de hielo
se retrata la primera
-chola que no sólo es chola- 
sino también es gacela

Y esa mañana se vio
-adornao con sus trenzas-
bajar, muy linda, sonrisas
en manojitos de hierbas.

Lleva toda la mañana,
una larga tarde lleva,
llega la noche y la guagua
la muerte ya se la lleva.

Con una ovación de truenos
llega el dios cholo a su puerta 
-“mamacha” del cielo vengo”-
a ver la gugüita enferma.

Abajo, la chola tiene
su corazón de cereza,
como una planta medrosa
creciendo entre la tormenta.

Hasta la nieve subió
por huira-huira azucena
y vinieron las vicuñas
calladitas, a lamerla.

Frutos de alegría caen
de entre sus manos repletas,
En la frente de la Guagua
brillan dos estrellas nuevas.

Con una sonrisa dulce
como una naranja, sueña
la chola con sus sembríos
florecidos de borregas.

Y el huallqui todo repleto
de dulce coca morena;
muy maduros los duraznos
muy lejanas las tristezas.

Mientras por los cielos altos
galopando en nube almendra,
-arriba, arriba, el dios cholo-
vuelve a la cordillera.


Levantado el receso universitario en el año de 1935, deja su tierra y retorna a Lima inscribiéndose en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica para seguir sus estudios de leyes. Simultáneamente sigue asistiendo a la Facultad de Letras de San Marcos en donde obtiene el grado de Bachiller en el año de 1937 y el de Doctor en Letras en el año de 1938. Ese mismo año, en mérito a sus cualidades intelectuales y humanas es incorporado a la docencia superior, siendo entonces el catedrático más joven de la Universidad. En San Marcos profesa la cátedra de Literatura Antigua (1938) en reemplazo del patriarcal maestro y poeta tarmeño don José Gálvez Barrenechea y, de 1939 a 1947 “Autores Selectos de la Literatura Universal”.

Invitado por prestigiosas universidades de países hermanos viaja por Chile, Brasil, Argentina, Uruguay y Bolivia y, dolido por la ignorancia en que se tenía al Perú, funda la revista TRES en compañía de sus más grandes amigos: Arturo Jiménez Borja y José Alfredo Hernández. Esta revista cumple con orden y acierto la difusión de los valores ecuménicos de la Lieteratura del Perú.





C H O L A L I N D A.

Andando la chola linda
con una flor en la mano
con una flor en el pelo
andando por la campiña.

Su risa en el agua nueva.
Ella camina, camina,
y la flor de su corpiño
!Qué nieve color de arcilla!.

Junto a la oreja, una flor,
sólo otra flor se abriría:
y sobre ella cien miradas
como flores de codicia.

Camino al puquial, los cholos
parados tras de las pircas.
ella camina, camina
y camina calladita.

Y la chola linda va
a la chacra de la orilla,
por sembrados que se queman 
de esperanzas y delicias.

Tierra que pisó su planta
es tierra de maravilla:
de cada huella una flor
esparce su lumbre fina.

Flores de sus ojos. Casi
flores de amor primitivo
las que caen de sus brazos
y mueren en su alegría.

Mucho la quieren los cholos:
mucho, en esta serranía.
Más flor que la flor de coca
y que la papa amarilla.

Y sin voltear la cabeza
ella camina muy digna:
bajo el arco de sus cejas
hay dos flores amatistas.

!Y toda la chola linda
es una flor cabritilla,
nacida en noche de cashua
y entre porongos de chicha!.


Simultáneamente con el ejercicio de la docencia, publica sus obras en prosa con los siguientes títulos: VALORES HUMANOS EN LA OBRA DE LEONIDAS YEROVI (1938), VALDELOMAR, SIGNO (1940), DON RICARDO PALMA (1941); JUAN DE ARONA (1943); MANUEL ATANASIO FUENTES (1945); ENRIQUE BUSTAMANTE Y BALLIVIAN (1945) y JUAN DEL VALLE CABIEDES (1946).Finalmente el año de 1947, poco antes de partir al viaje sin retorno, escribe su libro LA ALTA NIEBLA que lo presenta en Colombia.




EL BAÑO DE LA CHOLA.

La chola a bañarse al río
apuradita camina
el sol goloso la aguaita
y el río se precipita.

Ardiendo ! qué coloradas
qué redondas sus mejillas;
cómo se adivina alegre,
linda, cómo se adivina!

Como vizcacha se esconde,
es desconfiada y no mira
-amoroso cazador-
quisiera cazarte viva.

Cómo se ensombrece el río
-río abajo, río arriba-
al abrazarte desnuda,
quisiera arrastrarte viva.

En la espalda quipichado
su atado de ropa limpia
y de la boca a los ojos
bailándole la sonrisa.

!Qué no diera por mirarla
que no diera por seguirla.
Como tuna de huayunca
es sabrosa y con espinas.

Tu cuerpo fértil de greda,
fresco tinajón de arcilla
cocido al calor del sol
para chamicar la chicha.

¿Cuándo te tendré en mis brazos
cuándo beberé de tu vida?.
-borracho por nuestras penas
y borracho de alegría.


Su tremenda capacidad de trabajo y su notable inteligencia determinan que don Manuel Beltroy lo nombre Jefe de la Sección Bibliotecas en la Dirección Artística y Extensión Cultural del Ministerio de Educación Pública (1941-1943). De 1943 a 1946, el maestro peruano don Jorge Basadre, Jefe de la Biblioteca Nacional, lo nombra en el cargo de Secretario General de la misma, cargo que ejerce hasta 1946, año en que recibe el nombramiento de Director de Educación Artística y Extensión Cultural.

En marzo de 1947, por expresa disposición del Rector de San Marcos, doctor Luis Alberto Sánchez, viaja a Colombia en representación de la Universidad con tan trágica suerte que, a 25 kilómetros de Medellín, en un cerro escarpado e inaccesible, se estrella el avión en que viajaba falleciendo trágicamente. Los restos del avión carbonizados y esparcidos por los vientos de la altura, impidieron la repatriación de sus restos mortales para sepultarlos en su tierra amada.




LA MUERTE DE LA CHOLITA.

Murió la cholita ufana
una mañana de abril,
murió porque Dios lo dijo
que tenía que morir.

Al morir volvióse toda
carne de bronce y marfil.
La envolvieron en su pullo
de bayeta carmesí.

Cómo lloraron los cholos
abrazándose entre sí;
Ya se murió la cholita
sin venirse a despedir.

Cómo llegaba a la gloria,
cómo ingreso sin pedir.
Cómo sonaban las llaves
de San Pedro en el mandil.
El día en que la cholita
llegó al cielo a sonreir,
todo el cielo era naranjas
de un confín a otro confín.

Los ángeles con guitarras
entonaban huaynos, y
ella bailaba y bailaba
con un cholo serafín.

Toda la noche bailaron
la cashua del perejil,
con la coca entre los dientes
para olvidar y dormir.

La enterraron fresquecita
como una flor capulí,
guardada en cajón de palo
sin cepillar ni pulir.

Una mañana de jebe
prolongándose hasta el fin,
vio cómo subió la chola
por un cielo verde gris.

Su corazón chiquitito
era un corazón de anís,
que subía con las notas
que bajaban del violín.

Nunca te vieron cholita
los cholos de este país,
como esa noche en el cielo
con las mejillas de ají.

Y todavía te espera
más de un cholo por aquí;
-Cuándo vendrá la cholita
que se fue sin despedir.

Mientras tú sobre las nubes
pareces ir a morir,
bailando y bailando ufana
con el cholo serafín.

Casa grande de la hacienda Chacapampa, propiedad de la señora Clotilde Jurado donde naciera el insigne hombre de letras, Luis Fabio Xammar Jurado, el más grande escritor y maestro que Pasco le dio al Perú.

Casa grande de la hacienda Chacapampa, propiedad de la señora Clotilde Jurado donde naciera el insigne hombre de letras, Luis Fabio Xammar Jurado, el más grande escritor y maestro que Pasco le dio al Perú.





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