martes, 15 de noviembre de 2016

MAURICIO GUZMÁN [19.552]


Mauricio Guzmán

Zipaquirá, Colombia 1968. Conocido como el poeta del microcosmos, hace una singular propuesta que sintetiza bajo el título de La física del poema y que ha venido desarrollando a través de sus distintos libros, la cual consiste en hacer del acto poético el método más eficiente para indagar la materia que da cuerpo y sustancia a las cosas; el método, en últimas, para detallar, más que nada, el funcio- namiento de esa materia. Igual como lo haría la física o la biología, ¿por qué no lo podría hacer la poesía? En su poética, el poema es visto como una herramienta que le sirve para descubrir, para decir las mecánicas del Universo: la pequeñez, la redondez, la espacialidad, lo corpuscular, el movimiento, el reflejo de la luz, la flexibilidad, las innumerables y sutiles relaciones que conforman la Física del Mun- do. El poema más que decididamente bello, se sugiere orgánico, y el poeta, más que poeta, termina inevitablemente siendo otro científico más: aquel científico que persiste en decir el verso como hallazgo. Ha publicado sus escritos en diferentes revistas de literatura y ha desarro- llado conversatorios sobre su propuesta poética en distintos espacios académicos. Ha participado en diversos encuentros de escritores y en varias jornadas literarias en la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Su obra la conforman los libros: La mitad (1999); La física del mundo (2006); Fábula fría, libro galardonado con Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía del Distrito 2001; Las bacterias (poemas corpusculares), obra merecedora en el 2005 de la Beca Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura; Los labios de Ziña y la partícula, obra con la que recibió el Premio de Poesía Ciudad de Bogotá en el 2013. Mantiene inéditos: La blandura de los átomos; El cerebro de Fousa. Es fundador del grupo de estudios “El alminar” desde donde promueve actividades encaminadas a consolidar la producción de ideas y conocimiento.




Partículas (Antología)



Átomo 6: Salam Faadem

A las niñas y niños palestinos

Hoy llueve como hacía mucho tiempo no llovía…
En mi casa, hecha de piedritas blancas, hay dos ventanas
Por una de ellas entra el sol, por la otra la luna

Parada en la azotea, miro a la lluvia abrazarse con
Los pájaros y con los mosquitos que deambulan
Buscando azúcar y pan. Bellos niños buscando sus golosinas

Si pudiera me echaría a volar y atravesaría el Oriente
De mis sueños. Es en el Oriente que he guardado, entre
Todos mis sueños, el más preciado: un caballo alazán

Montada en él, saltaría desde la azotea, y todos
Me mirarían con asombro partir hacia el país
Que tengo en la arboleda, un país rodeado de flores

¿Quién, por más poderoso que fuera, podría alcanzarme
En mi caballo alazán? ¿Quién, por más poderoso que fuera
Podría entrar a mi país sin que lo adornaran las flores?

Ruego a los pájaros que no me falten cielos para ver
Ruego a los mosquitos que no me falte azúcar y pan
Ruego a la lluvia que no me falte su abrazo blanco que me haga soñar

Escucho a la luna que golpea en la ventana




A mi madre

El sol chifla a la huerta para que se despierte
Ella, ya despierta, mira al sol echarse agua en la cara
Esta mañana será más feliz que todas las demás mañanas
Una mujer, que aprendió de niñaa escuchar chiflidos
Entra en la huerta con su azadón enamorado: Sin ese amor
Cómo podría abrir un espacio en la tierra donde dejar caer un granito




Alrededor del falso pimiento, el pasto se abre camino:

“Voy sin detenerme, seguro de dar mil pasos, aunque vosotros 
sólo veáis uno. Voy, vestido con mil vestidos, aunque vosotros 
apenas me veáis con uno. Voy de mil aromas acompañado y de mil 
palabras de mi estima, mil palabras inclinadas, aunque vosotros 
las veáis erguidas”. Esto recitaba el pasto a medida que crecía 
en delgadas hebras, aparentemente iguales, pero tan distintas.
Sorprendido, el falso pimiento grita: “¡Ahí suben mil canciones, 
preparaos para saber cuál es cuál. Suben sin escalera porque el 
Espacio les ha lanzado una pita. Si las vierais cubriendo el campo, 
estirándose como sonoras cuerdas, despidiendo espirales de música! 
¿Quién tendrá, entre vosotros, tan abiertos los ojos, despiertos 
los oídos, para que aprecie este campo en carcajadas, saltando de 
dicha, inundado de festivos sonidos? ¡Preparaos para tocar con 
sutileza este Campo Sonoro!”. El copetón, pequeño interprete, 
se mete con parsimonia entre el pastizal, y constata cuerda 
por cuerda, la música que tienen.





La misión

A Lida

Mi linda japonesa
Nai Dai
Llegarás al muelle Yori
En un barquito lleno de arroz
Y de
Nai Dai
Traerás prisa
Y el olor de tus últimos hombres
Él
Que será un árbol
Te estará esperando rodeado de un silencio
Religioso
Y de otros árboles
Pero será a él a quien le darás tu amor letal
Nai Dai




De entrometimiento

Usted me desconoce
Pero yo a usted sí la conozco bien
Como conozco el jarabe que me tomo todas las
Noches
A las ocho
Usted no sabe de su amor abstracto
Yo sé mucho del mío y del suyo
Usted se descuidó y yo aproveché ese descuido
Para entrometerme en sus moléculas
Yo entré en usted como un chorro de agua
Abarcando un instante de su boca
Empujado por un curioso concepto de sed
Que no medio tiempo para definir su rostro
Que no me dio tiempo para negar la gravedad
Yo entré en sus nervios cuando entré en usted
Y descubrí en usted un desordenado temblor
Y me aferré a él
Igual que la muerte se aferra a esa cosa llamada
Mortal
Le digo a usted que su indiferencia no me importa 
                        Porque a usted ya la supe




Hechos varios

Abrir las cortinas, las ventanas
Y darte la vuelta para que el sol monte un poco
De tu espalda
Convertirte en gato para discernir encima de los
Tejados 
Compartir por fin ese silencio contigo y el silencio
Desarmar tu cabeza, limpiarla y volverla a armar
Enamorar los senos de tu amada, no decirles senos 
Sino
Sueños
Entregarte a ella como se entregaría ella
Escuchar
Sentarte sobre la mesa, balancear tus pies
Morirte y sonreír



El poema, verdad científica

Lo invisible es velocidad, sólido invertido;
las cuchillas tañen.
Somos lo invisible de otros,
sus fantasmas,
no nos ven, no los vemos.
La materia, aun lo sólido, es invisible,
fantasma más fantasma.
[El poema es ciencia exacta, verdad científica].




Refracción

A los innumerables materiales del amor

Nacimos en el prisma, en su flor
en su agua.
Los espejos crecían como crecen los niños.
El amor estaba en las aristas,
en los caballos, en sus crines,
[los círculos tienen sótanos].
Vivíamos en un castillo,
una muralla de diamantes.




Masa

El poema en gramos, finalmente la materia.
[Cromosomas en el poema]
Fruta compleja, pesada. El poema pesa.




Geométrico

Entre rectas que se cortan, se palpa el poema.
Atmósfera posible.
Viento obtuso, intensidad.
Un triángulo es un río.
Los peces escalenos
devoran fácilmente a los isósceles.
La noche ha crecido 35 grados para sí,
suma 125.
La luna desaparecerá algún día 
                en algún grado.
Nacen ángulos,
cada 80 grados una fruta,
cada 50, lo sagrado.



Con tablitas de agua hizo una escalera [las tablitas de 
agua se aseguran con puntillas de hielo]. Esa escalera 
le sirvió paraalcanzar manzanas y naranjas, para subir 
al techo de su casa, para descender a lo profundo de un 
sueño, para subir a lo más alto de un poema 
[después de usarla, la pone en un balde].




Antes de cada batalla el general Guimaraes y sus soldados cumplían 
con el rito. Desnudos, se internaban en aquel río maravilloso que 
les había dado a ver el mundo sólo a ellos [nunca se les pudo ver, 
el río siempre estaba situado en otro tiempo] [un tiempo cercano 
al del ensueño] [cuando se ingresa en ese tiempo, las células explotan 
en finísimos cristales, y se incrustan, como joyas, en su brisa, 
en su agua]; permanecían allí hasta que el río los hacía un poema; 
entonces, bizarros, se lanzaban al campo de batalla con sus caballos, 
sus cañones, sus espadas y gritaban los versos con fiereza [los enemigos 
escuchan en la distancia: y uno a uno van desplomándose alucinados; 
cuanto más bellos son los versos, más alucinante, vaporosa es la batalla] 
[hay batallas en las que un solo verso hace desmoronar todo un ejército] 
[el verso cuando llega al corazón mata, cuando llega al cerebro, embriaga, 
cuando llega al alma, ilumina].




El aliento de las estrellas ocupa mi cuerpo, su brisa
 molecular: la sangre del universo [la sangre del mar, 
de la lagartija y de la nube] [sangre que estalló de 
pronto, untando la oscuridad] [lo primero fue una roja 
oscuridad] [dentro de esa oscuridad el primer aliento, 
el primer hilo de luz] [hay luz en la sangre, hay aliento 
en la luz: luminiscencias, los diminutos corpúsculos, 
la materia pura, la vida pura]





Es un día blanco [blanco por dentro, blanco por fuera]. 
Un árbol del que sólo es posible ver su belleza crece 
en la blancura [el sol sigue haciendo los días blancos, 
en un comienzo los hacía verdes brillantes: como una 
esmeralda era el mundo entonces, esmeraldas eran las nubes, 
esmeraldas las gotas de lluvia, inmensas esme-raldas los mares], 
es el más bello árbol que el universo haya imaginado 
[el oficio del universo es hacer árboles]: es un árbol 
de cristal que por dentro tiene estrellas [suben y bajan], 
sus hojas de cristal, sus flores de cristal como campanas 
[tintinean las campanas y se escucha un vientecillo rojo] 
[las hojas y las flores aparecencuando las ramas se atiborran 
de estrellas, en ese momento revientan]; llueve blanco sobre 
el árbol, un gato blanco atisba desde una ventana cómo 
el mundo se hace blanco [el gato no ve blanco, ve leche].




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