domingo, 8 de febrero de 2015

JESÚS GABRIEL ALVARADO CÓRDOVA [14.759] Poeta de El Salvador


Jesús Gabriel Alvarado Córdova

Nace el 24 de diciembre de 1979 en San Salvador, ya desde niño se muestra como un alma sensible, a lo extraño y fantástico. Por esa época se entretiene leyendo libros de aventura, dada su soledad, su hermano mas próximo le lleva 10 años. Sus dotes literarias permanecen dormidas, hasta la adolescencia, cuando comparte poemas con sus compañeros, que nadie entiende o ridiculizan, desmotivándolo. Reaparece en un curso de cuentos cortos, dirigido por Rafael Menjivar, luego se integra a un grupo de escritores y actores en el Taller de la casa de la cultura del centro, comandada por el poeta, Darío Lara, este grupo se disuelve tiempo después y entonces forma parte del taller UTEC, dirigido por la poetisa Silvia Elena Regalado. Actualmente es miembro del grupo Letramorfosis y del grupo de teatro experimental Xipetotec, sus poesías y cuentos se encuentra entre el sueño y la realidad. Sombrilla brillante fantástica.




PERDIDO

Viene la noche con lágrimas verdes
y en el callejón
 los leones muertos veneran a la luna
Venus pasa con su fuego
sembrando flores de liz
Nácar de pétalos sobre la noche
y la sombra del humo azul
las serpientes vuelven
verdes de nostalgia
entre las espadas y las rosas
llora la cobra y la esmeralda
                                          en las fauces del león
Nautilos en la botella
cristal sobre tu cuerpo y la luna
lobos y siluetas de vinagre
la sangre gotea
pubis de mariposas
corre con frío
                    bajo
                           la
                               ll
                                  u
                                    v
                                      i
                                      a
lejos de casa
Estas lagrimas verdes
esta droga invisible
como dormir si el corazón sueña
y las palabras laten y resuenan
como elefantes llenos de tarántulas
perdido escribo soledad
En la noche.




GRIETA

El verso es azul
la esmeralda roja
 devociones de hongos y soledad
el páramo celeste de
                                              la garza negra
en su carruaje pedrería lunar
estación del tren cristal
temporada de monzón en celo
cuatro caminos y tu sonrisa
cuatro caminos y el diablo
cuatro caminos y los colmillos
cuatro caminos suicida de la noche
en la pared hay humedad
dentro mío luciérnagas
quemar el puente de amapolas
mañana tu mano de aurora
serpiente y león
medusa de fuego
hay en el mandril
                          destellos de tarántula
armadura de saurio
amapola roja de tristeza
desciendes y el sol palpita verde
la sombra y la arpía en
                                  el lago del lobo
león verde
caballo rojo
corona de acero
cetro de relámpagos
el verso es rojo
la esmeralda azul





SILENCIO

Las amarillas plumas del quetzal
perdidas en la noche verde
                                          del recuerdo
del arrecife matarraya
mas allá de la nebulosa
cuadrante de abejas y
                                 girasol azul
llora la luz como virgen
                                     en la cueva
el río y el tiempo traen sus meteoritos
el jazmín un pulpo rosado en la oreja
cuatro crisálidas y la iglesia
murciélago rojo
bronce escarlata
sueñas y arriba el trébol
                                   hierve la luz
aguijón de estrella
tierno escorpión del África roja
escribo y llegas
escribo y la esfinge
escribo y la lluvia mece el bambú
en el azul dorado de la noche
silencio
la lechuza baila 
el murciélago aúlla
y Júpiter sentado decapita las flores
silencio
demonio azul de montaña
silencio
de esmeraldas y plumas




DIOS ESTA AHÍ

Dios este ahí con su canto de paloma
oráculo de paz y muerdago
En la sandalia desnuda de la noche
vienen las abejas y el amor en la telaraña
ya no hay tarántulas en los cráteres de la luna
tu sonrisa envenena la mañana
te espero y lloro
te espero y duermo
en el bronce del día
te espero y el ojo se vuelve luna
campana de sirena en el oro
                                         de la noche
golondrina roja
Dios esta aquí
en el agua de la pesadilla
en el desierto de las arañas
el mineral de su boca es luz
aurora boreal sobre el bosque
tu sonrisa como pétalo de jade
lince tormenta solar
moneda de Júpiter
Dios gracias por tu vos
al amanecer




TRAS EL PASO DEL PELÍCANO

Tras el paso del pelicano
mi amor hacia lo negro y la flor
en el cementerio la nave blanca
entre los linces el cubil del angel
sendero al sol lleno de huesos
esperas o transformas
saltas o revientas
el Ibis es como un lagarto
afuera la tarde con su barco
                                       de higos y almendras
salto de quetzal y pirámide maya
el cielo del tulipán es volverse oro
sangre de sombra
laberinto de cuernos
el suicidio se vuelve palmera
el amanecer una morsa
la energía golpea tus labios
brújula jaguar
en la playa yace el Leon
como genio de neon dormido
sonámbulo en el cementerio de la luna
la hiena trae sus anillos
el gorrión la esmeralda
Saturno afila su guadaña
el sueño del tulipán es volverse oro





OTRA VES TU LLUVIA

Otra ves tu lluvia
playa blanca
palmera infinita
Tú presencia de coral
bronce del atlántico
chica del corazón negro
resplandor de oricalque
Atlántida de amor
Tú en mí como una hola
tus manos llenas de sargazos y paz
giras al azul veleros en tu ventana
muelle donde hay fiesta
caracoles y fantasmas
mujer de volcán y luciérnaga
que haces al lado del cielo
con pan de vida
                       tu aliento
perfumen de huracán
noche de selva
viaje contigo lleno de arcóiris
quédate bajo el almendro
cuentos de abejas asesinos y brujería
estrella de amor con todos tus dedos
tu recuerdo otra vez en la lluvia






SIN NOMBRE SOLO SANGRE

Sin nombre solo la sangre
sin sangre solo la espuma
nubes de peces y chacales dorados
las murallas junto al mar
el eucalipto sobre el lago
sueño lleno de pirañas
sueño refugio de gemas
cubil de palomas
nido de elefantes
las cabezas ruedan
reina de corazones
                            y hierro
forzar al sol y la raíz
                             de las brumas
lejos de la mañana
manchada en bronce
serpiente dorada
Aguila sin escamas
el oro y la nieve
el lobo y el casco
centurión de la Atlántida
camino espiral al desierto
sin nombre solo sangre
sin sangré solo espuma
el sarcófago de sirenas
el unicornio contra el cielo
y los chacales…




LA NUEVA PALABRA

Verbo dulce de Floricunda
pedestal de mármol rosado
sin rosas ni claveles
en los cuernos del bosque
la flor del laberinto
gladiola y crisol
                      de peces anaranjados
amargos melocotones rojos
Nueva palabra
astilla de fénix
medusa azul de diamante y nube
río de manzanas
trenza alta de violetas y cirios
Palabra aullido de ballena
nido de lunas y serpientes
en la botella del siglo XXI
en el océano de monjas verdes
Nueva
esmeralda y ponzoña
cuento de volcanes y caballos
tréboles de nuevo
ojos
infusión de mandrágora
en el sagrario
Pan/sangre/leche/miel





MÚSICA

Labios rojos de semillas
conjuro de angel y mandrágora
cabello celeste mano de Floricunda
afuera la virgen y el incienso
muelle – perfume – primavera
el viento camina el lago
juega un Arquero entre el bosque
música
sonido de marisma y fuego azul
alfiler en los ojos del lince muerto
adelante la libélula y el rojo
retoño de ópalo triste
pirámide y luna del cisne
pulpo de orquídeas
lince de meteoros
música
            aureola
                        amanecer



VOCES NOCTURNAS

Voces de niños pidiendo agua
arañas voladoras
sombra de hiena y calamar
cala el frió tu vestido
                              al rojo
semáforo a mitad de la palmera
“mami quiero agua”
monstruos y sexo nocturno
“mami hay un genio
escondido en la cama”
en el parlante en la música
afuera están los perros
lamiendo el frío
ahora el silencio y las garzas muertas
ahora la horca y las pastillas
ahora el abrazo y la esquina blanca
mujeres en la noche de labios verdes
“mami quiero leche sin culantro”
“mami quiero leche con canela
y una galleta”
quiero tu refugio de osa mayor
quiero el agua de tu voz





NOCHE 

Estos malditos zancudos
hacen el amor en el aire
Yo escribo sombras y
                                          peleas de gatos
en los cuernos dorados
                                  de la noche
solo Venus y las alas
solo el caduceo y el andrógeno
el silencio celeste del Cristo de oro
en el lago de esterina
el dolor y la estrella roja
esperar al día con tus pies
tus libros
tus anillos
tus corales y los narval
la noche desciende como un libro
en mi cama de rombos y oxidianas
sabes parir y soñar
morder la sangre
noche con una grieta en la sombra
y un perro en la radio
mañana ella con quetzales y gladiolas
túnicas y terciopelo
mientras tanto
estos malditos zancudos
hacen surcos de amor en el aire





"El León Negro", Editorial EquiZZero, 2010.


Bajo el título de El León Negro, el joven poeta Gabriel Alvarado se aventura dentro del collage literario y el contrapunto para ofrecernos una narrativa que podríamos calificar como novedosa. Con un discurso cargado de enorme fuerza y agresividad el protagonista nos narra sus propias experiencias, en las que lo real  y lo fantástico  se funden al unísono para formar un tercer plano totalmente distinto e intemporal. Por tal razón, no debe extrañarnos que ciertos pasajes de El León Negro nos remitan a Los Campos Magnéticos de André Bretón. La simultaneidad del lenguaje, los saltos en el tiempo, los juegos de palabras, la violencia y la lujuria son sólo parte de lo que se nos ofrece en este breve relato que, por sus misma extensión y características, no podríamos calificar como novela, para ello, el autor introduce el concepto de novelight que sin duda responde a sus propios intereses y calamidades.

 Omar A. Chávez 


El León Negro fue la segunda publicación de Editorial EquiZZero, con él se abría la colección Suburbia, para narrativa. Presentamos unos fragmentos del libro. 



Fragmento tomado del capítulo: "El cisne"

"Ahora querrás la verdad, la verdad para mí es lo más triste, tiene pelos y huesos de chacal. La primera vez que espié a una mujer desnuda Padre me descubrió; vagina de yegua, vulva bigotona. La verdad estoy enfermo, y el cisne me devora como los mandriles a los flamencos, el día embaraza a la noche y nace el sueño. Él descansó al séptimo día. Yo, a la séptima hora. Aquí termina la primera parte, quedan pendientes trescientos treinta y tres. Al final una florifundia flotando sobre el éter."


Fragmentos tomados del capítulo: 
"El mastodonte"

"Vestido de smoking híperfumado te prostituyes en la calle, te vendes a la noche como un par de zanahorias, lombrices o tullidos tubérculos, esquinas, policías y cuchilladas. Sólo Vincent Van Gogh conoce la noche y sus matices; cortarme un dedo y comérmelo a pedacitos; ánimas del cementerio, Mar del Néctar, Mar de la Tranquilidad, topo lunar. El vodka me chorrea las orejas. Desde lo azul risas diamantes, el ojo de Horus, las cucas en mi cama, Ibis escarlata. La cárcel sólo Alexander Solzhenitsin la entiende; los fantasmas de Mariona son gatos y bailan como duendes.

— Antes  aquí  había mucha  magia  negra, sacrificios
     animales  y  humanos, yo  era jefe  de un ala  en  el    
     sector tres de penados, en la noche pasaba un viento
     con rezos satánicos

Esto me lo dijo Morris, era traficante y asesinó a tres — dieciséis años cuadrados —, le gustaban los Beatles y Samael Aun Weor, tenía a la diosa Hécate tatuada en el brazo izquierdo, con cuernos, en bikini y con sombrero. Era un killer, era un ranflero, era mi amigo. Ahí conocí a Dios, la luz de las criaturas submarinas, las vergas de veinte y la libertad de las libélulas."


"Sobre la diabólica autopista al aeropuerto, en la década perdida del ochenta, todas las mañanas pasaba un camión recorriendo los cadáveres torturados y decapitados por los Escuadrones de la Muerte. El monumento al Cristo de la Paz era el primer peaje y la carretera a los Planes de Renderos barrancos y zacatales. Mi hermano mayor, Abel, siempre encontraba pisto y chibolas. A finales del setenta y ocho una gringa fue secuestrada, violada y asesinada, la pasaron tirando y rodó hasta la colonia — entonces sólo había unas casas —. Vestido blanco con dibujos ácidos y enormes botas hasta la rodilla, por las noches, en la polvorienta calle del pasaje, en los patios y en las gradas, taconazos retumbaban. ¡Era la Botuda!, buscando la última Cosmopolitan, queriendo fumar marihuana y comer carne. Karma de ojos verdes y cabello rubio; morir de un balazo en la nuca, sin dientes, con la boca reventada, en harapos, sin calzón, la vagina desangrada, el ano desgarrado. ¿Qué habrá pensado cuando le agarraron a patadas el estómago y las nalgas? Los brazos mallugados, los pezones cortados. País de mierda ¡Mother Fucker! Gringa botuda, llorona de exportación, espantar en una quebrada tan lejos de Michigan"




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