martes, 23 de octubre de 2012

JARL RICARDO BABOT [8173]


                                                Javier Romero Hernández y Jarl Ricardo Babot




Jarl Ricardo Babot
Nació en la ciudad de Panamá, en 1945.

Egresado de la Universidad de Panamá, realiza estudios de dirección teatral en Moscú, donde obtiene una Maestría en Artes en el Instituto Anatolia Lunacharosky, en 1973.
Ha sido director de la Escuela Nacional de Teatro de Panamá, del Teatro Universitario, así como director del Departamento de Expresiones Artisticas y es profesor de Teatro en la Universidad de Panamá.  También es actor y director teatral.

Ha ganado el premio nacional de literatura "Ricardo Miró" como poeta y dramaturgo.

LIBROS, CUADERNILLOS Y FOLLETOS PUBLICADOS:
Como poeta, ha publicado: Un sonido de hojalata (1967); Aquí vivirás (1979); Rompeolas (Editorial Signos, Panamá, 1982); Resplandores (Ediciones Formato Dieciseis, Panamá, 1986); Poemas de la calle Gorki (INAC, Panamá, 1990); el diario La Prensa, de Panamá, publicó por entregas Danza del caníbal (1991); La pequeña orquesta. Primera antología personal (1966-1991) (INAC, Panamá, 1993); Días como el mar . Segunda antología personal 1966-1999 (Editorial Universitaria, Panamá, 2000). Como dramaturgo publicó: Las aves (INAC, Panamá, 1980); La revista Lotería publicó su obras teatrales: El interior del pacífico reloj (1974), El viejo león (1978), La fiera en el jardín (Revista Lotería, 1984), Imitación (1985) y Preguntas en la oscuridad (1985);  la revista Universidad, de la Universidad de Panamá, publicó Aspinwall (1993).

Han sido estrenadas la siguientes obras teatrales: Donde vive la langosta, El interior del pacífico reloj, La fiera en el jardín y Preguntas en la oscuridad.




¿Y quién sería capaz
de repetir
aquella canción de las tuercas
que empieza así:
‘‘Ya lo olvidé
Ya lo olvidé
Ya lo olvidé...?’’
Bajo las largas sílabas
alguien castiga a alguien
y echa a rodar
tuercas locas
grandes y pequeñas —pequeñitas—
en vez de campanas
que graves ya anuncian
el desfile de los animales
mientras prosigue el horadar de la aguja
en el lecho.
Silencio
Silencio que las tuercas
van a hablar.






Digan bosques
en lugar de mármol
y de tanto cautiverio.
¡Qué redondez la tuya,
sombra mía!
Un hueco regalado
y después,
toda la arena.
¿Quién me hallará mañana,
es decir,
cuando se quiebre esta rama?






VI Palabra

Tantas voces y tantos cuerpos entregados
al silencio blanco de las tumbas.
Ganamos la batalla:
yacemos al fin
sin ojos. Mirando las estrellas
de un día lejano....






Poema No 16

Animal que viste sangre
pero no quiere
salpicarnos.





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