viernes, 11 de julio de 2014

EVANGELINA GUERRERO ZACARÍAS [12.265]


Evangelina Guerrero Zacarías

Evangelina Guerrero Zacarías (1904  -  11 de abril de 1949), poeta y periodista filipina en lengua española, es la hija mayor del “Príncipe de la poesía lírica filipina” Fernando María Guerrero. Nació en Quiapo en 1904, Manila. Se casó en 1929 con Antonio Zacarías, secretario del Senado de Filipinas.

Carrera

Colaboró en los periódicos, La Opinión, La Vanguardia, El Debate y Excelsior desde 1927. Escribía cuento, ensayo y prosa lírica.


Premios

Obtuvo el Premio Zóbel en la edición de 1935 por su poemario Kaleidoscopio Espiritual (Ciudad Quezón, Imprenta Phoenix 1959)

Evangelina, hija del mayor poeta lírico de Filipinas, Fernando Ma. Guerrero, siguió en los pasos poéticos de su padre. Ganó el Premio Zóbel en 1935 con su tomo de poesías, cuentos y prosa lírica titulado Kaleidoscopio Espiritual.

En 1947, fue la primera mujer electa en la Academia Filipina; pero por modestia y razones de salud, no quiso aceptar la elección. 

Murió muy joven a los 45 años. He aquí una muestra de su obra poética:




      NOCTURNAL (fragmento)

      Los jardines se aduermen bajo el azul milagro
      de la luna que sueña en la noche serena;
      cada estrella que surge en el cielo lejano,
      es ilusión que vibra y palpita y se aleja.

      Y en la tácita calma de la noche y la luna,
      mi corazón es flor que a sus manos se entrega,
      cantares mis anhelos, mis quimeras espuma
      de la mar que entre sombras meditando se aquieta.




Escribió cuentos, ensayos, prosas líricas, además de sus poesías que publicó bajo el título Kaleidoscopio Espiritual. He aquí una poesía tomada de esta colección:



EL PARQUE SOLITARIO

Envuelto en sombras duerme en el misterio
de la noche plateada el olvidado
parque; glosa la brisa en el salterio
mágico del frondaje desmayado
leve cantata de sutil pesar.
Surca las ondas una azul estela
que un barco deja sobre el glauco mar.
Un ave pía con fugaz cautela...
Es una queja el canto de la fuente
que va evocando mil recuerdos viejos,
mientras sus aguas hacia el cielo miran.
Y en un espasmo de ansiedad ardiente,
se alzan hasta los astros que allá lejos
plenos de amor por su pasión suspiran.






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