domingo, 21 de octubre de 2012

CRISTINA RAMB (8143)





Cristina Ramb.    Nació en Córdoba (Argentina) en 1966, lugar donde reside. Es Licenciada en Psicología, estudió en la Universidad Nacional de Córdoba. Ha publicado tres libros de poemas: “Bendita Sed” (2011; Edit. Milena Cacerola y El asunto), “Escandalosamente Viva” (2001; Sol Rojo Editora) y “La luna del Centauro” (2004; Sol Rojo Editora). Ha participado de diversas antologías: “El Ojo del martes” 1997. “El Andén de los Juglares” 1999, 2000, 2001, 2002, 2010. “Homenaje a Juan Filloy - Poesías Premiadas” 2001. Obtuvo numerosos premios por su obra literaria. Conformó e integra el Grupo Literario: “El Andén de los Juglares” desde 1997. Participó de Espectáculos Poéticos musicales en el marco de la Feria del Libro de Córdoba. Realiza y coordina anualmente la Mesa: “Erotismo y Poesía” con poetas invitados. Participa de programas radiales y actividades culturales como charlas y presentaciones en diversas instituciones. Publica en su Blog: http://cristinaramb.blogspot.com.es/





Digo, la palabra...

"Los poemas suelen ser papel mojado"
Mario Benedetti

La palabra que se quita la ropa
y muestra sin pudores las heridas
los rastros de las lágrimas
cicatrices del tiempo.
La que no se maquilla para otros
ni adula los oídos como una prostituta
que miente su sonrisa.
La palabra sin piel
que se cae del pecho del poeta
cuando ya se han quebrado sus espejos.
La palabra que calla
para dar lugar al beso
que vendrá a decir con los sentidos.
La palabra disparo
sin un blanco preciso
traspasando los muros
de las censuras previas.
La palabra que vuela
encima de las letras como límites ciertos
que surge del abismo
del instinto, del fuego.
Esa palabra digo
tan pura y tan obscena
que no se escribe nunca con lápiz ni con tinta
la que no se pronuncia
para adornar un verso.
La palabra que amo
se forma con la sangre
de la artería más honda
descarnada de formas
parida en el silencio
la verdad del sentido
la palabra que amo
la que hace al poema.






Sólo Uno

He probado
todas las formas posibles del olvido
y el sueño se repite
como latigazos sobre la misma espalda
como el viento en el mar
o la lluvia en septiembre.

Se repite con un rostro distinto
otra voz, otra forma
otro agitado tacto.

Vuelve siempre
con húmedas mañanas
con tu nombre y el miedo
como un estandarte para reconocerte.

El eterno retorno
de un olvido imposible.

Se repite
desconociendo el tiempo
y los vanos intentos 
de renovar la historia.

No hay manera de acallar la verdad
de permanecer despierto
de sellar lo inconciente.

El deseo incesante
incansable, no cesa
reconoce las trampas 
y las imitaciones.

El amor se repite
vuelve a buscarte y sabe
exactamente
aquello que ha perdido





El final del sueño 

No voy a pronunciarte
ni emprender el viaje terrible del olvido
ni esperar en la puerta los golpes del regreso.
Has salido del sueño
atravesado noches de húmedas almohadas
pesadillas de ausencias reiteradas y mudas.
No caeré en el tiempo
que desgrana almanaques amarillos e inertes
aclarando cabellos, arrugando las manos.
No tocaré tu piel ni en un mero recuerdo
ni habrá atardeceres con colores antiguos
ni lunas dibujando tu sombra entre mis sábanas.
Cuando rompa la aurora
daré gracias al tiempo porque lo atravesaste
y con él a mi vida marcándole un estigma
de lo eterno y lo efímero
lo vano y lo perpetuo.
Drenará por mis venas la sangre necesaria
la que cobra latidos gestándose en deseo
arrastrando mis nervios como raíz al agua.
No voy a pronunciarte
será gloria el pasado sin flores ni memorias.
Has salido del sueño
aunque el presente tenga un tatuaje en los labios
aunque el olvido sea tan sólo una palabra.






Safo

Nos separan murallas de culturas y tiempo
el dolor, la pasión, sólo un libro deshecho
te trae hasta mis manos
con la sangre lo leo
tu esencia de mujer trasciende, la presiento.

Pétreo acantilado sobre el azul Egeo
recorta tu figura al borde del abismo
como gime la brisa
como grita el silencio
la sombra de Afrodita acaricia tus senos
tu boca calla el nombre que te hiere en el pecho
tus versos como flechas apuntan contra Zeus

Poeta cortesana,
ven a mí en un sueño
elévame al Olimpo en manos del deseo
bésame con palabras,
escríbeme con sexo.

Quiero hallarte poema en las ruinas del templo.
recoger tus pisadas
sólo arena en los dedos
rescatar el amor de las aguas y luego
derrumbar un instante el muro que separa
este siglo XXI de tu isla de Lesbos.





El lugar

Si el último segundo se apagara de pronto
todo el tiempo vivido
deshojado
cayendo como pétalos
una imagen del mundo
cabría entera en tu mirada.
Quiero morir ahí donde la vida
me mostró su razón, su mejor cara:
en tus brazos
ese hueco del sol de la mañana
escuchando el galope de tu pecho
resumiendo en tu olor todos los aires
durmiendo en paz.
Después
se sucederán los días
nada saldrá de entre mis labios
lo dicho ya fue.
Será recuerdo fugaz entre las horas
que cayeron ayer cuando tu espalda
se perdió por mi calle con el día.
Ya no habrá la sorpresa ni la euforia
nada más que un silencio
adormeciendo el beso que dejamos
en el lugar más puro del deseo.
Quiero morir ahí sobre tu carne
con tus ojos librándome del miedo
al fin
de todo el miedo.





Silencio

Ese escarabajo
rasca con su peluda pata
la parte de adentro del pecho.
Ese bicho
circula libremente por ventrículos y arterias
provocando arritmias de palabras
bebe de las lágrimas que no soltamos.
Un insecto enorme
hace bolitas de barro con restos de nombres
y tapona la memoria.
Hace nido en las costillas
se cree un cascarudo real y con derechos.
Pero no es un ser vivo
es un infértil miedo anidando el silencio
poniendo ahí sus huevos.
Imaginario insecto
hijo del tiempo y de la noche
se comerá a si mismo.
Un silencio que nunca llegará
a quebrar un solo verso.
Un pobre silencio
que descompone el olvido.




Desafío

La duda no cabe sobre lo que ya no brilla
cada minuto caído es arena en los zapatos
que molesta y detiene
ya no iré a recogerlos ni a llorar sobre las tumbas
que pudren restos de lo inexistente.
Algo vino a besarme los ojos
un espejo, una brisa, otra mujer, no sé
desde entonces la tarde
destruyó los andamios en torno a mis certezas
para saberme libre de estructuras ficticias
rompí todos los miedos como terrones secos.
No hay nada a mis espaldas
la vida es lo que haga de ella en cada paso.
Será sólo mi culpa, mi soberana culpa
si dejo de entender que todo es sólo un viaje
si no entiendo que amor no implica pertenencia
que soy causa y efecto de mi propia ignorancia
si mi palabra deja de intentar la belleza.
Serán sólo mi culpa las sombras del fracaso
si mis ojos regresan por necios o cobardes
a creer solamente en lo que ven.






DEVENIR 

“ No nos bañamos dos veces en el mismo río”
Heráclito

Al mismo río lo suceden
nuevas y nuevas aguas.
Nadie regresa.
Una misteriosa y profunda transformación
nos alcanza
en la luz que sucede
entre el adiós y el regreso.
Nada aparente
y sin embargo
ya no volvemos.
El dolor ha tallado en el alma
otra forma y espacio
como una duna al viento.
Invisible y constante
el devenir transcurre
entre el ser y dejar de ser
y ser tan nuevos
tan otros
tan ajenos.
Nuestros cuerpos luciendo
las grietas y las lunas
mareas de otros mares
vejaciones del cambio
que forjó la experiencia.
La distancia ofreció
la real perspectiva.
Entonces
No regresamos
no nosotros
los que fuimos
no los mismos.










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