viernes, 22 de mayo de 2015

OLIVIO JUKEPÉ JUKEPÉ [16.074]

Deborah Goldemberg, Olivio Jukepé ao lado da esposa, Eurico Baniwa e Eliane Potiguara.




Olivio Jukepé Jukepé 

Joven poeta guaraní de Brasil.

Mucho hemos sufrido los indígenas en manos de los opresores que vinieron a parar a las tierras que siempre fueron nuestras, con ganancias que asustan a cualquiera, y para obtener esas ganancias roban nuestras tierras, nuestras plantas, nuestros remedios, matan a nuestra madre naturaleza y destruyen nuestra cultura.

Así hemos pasado 500 años de sufrimiento en los que debimos enfrentar múltiples batallas para defendernos, y seguimos vivos hasta hoy.

Una de las formas para que los indígenas continuemos resistiendo por siglos y más siglos es necesario esforzarnos en tener escuelas en las aldeas, y que en ellas se aprenda la lengua nativa. Es importante organizarnos.

En nuestra aldea tenemos el grupo de danza Kyringué Nhe ê, que se presenta en escuelas, iglesias y otros locales a donde nos invitan. Gracias a ese grupo mejoró la vida en la comunidad, y las ganancias de sus presentaciones van todas a la Asociación Guaraní Nhe ê. Aldea Krucutu, Paralehiros, Sao Paulo, Brasil.






De su libro Poesias Novas.
    (Traducción del portugués: HB)





NUEVAS DEL MUNDO KAINGÁNG


La india

Estaba yo en la carretera,
en la ciudad de Londrina,
en el estado de Paraná,
y de repente vi llegar
una india tan linda
que daba gusto de mirar.

Se sentó cerca de mí,
y de inmediato le pregunté
“¿de que tribu es usted?”

Ella respondió
con la sonrisa más tierna:

“Soy kaingáng”





*

Famoso

Soñé con el famoso dios,
aquel que los blancos
tanto dicen amar
y que lo llaman padre.

Pues soñé que él fue
quien dio la orden
de que los blancos se vinieran
para América.

Además les mandó explorar
todas las tierras de los indios,
y si éstos se resistían podían
hasta matarlos, así ordenó dios.

Qué sueño tan extravagante,
nunca se me había ocurrido
lo que acabo de pensar.

¿Será mi sueño realidad?




*



Profecía del chamán

Al norte de Paraná
tengo un amigo indio
que es chamán de los kaingáng.
Lo visito siempre que voy.

Un domingo que fui a la aldea
me puse a platicar con el chamán
y él decidió contarme
una triste profecía.

En el siglo XXI, los ríos
de todos los confines de Brasil
estarán contaminados y muertos,
y los peces se habrán acabado
por  completo.

Los animales también serán
destruídos,
los árboles desaparecerán
y los hombres
se sentirán muy solos.

No tendrán más alegría
y perderán la voluntad
de seguir existiendo,
dijo el chamán.








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