martes, 21 de junio de 2016

MARIO BARAHONA SALDÍAS [18.889]


Mario Barahona Saldías

Parral, Chile 1955

"De las presentaciones de mí mismo -cuestión sumamente peliaguda-, la que me deja más sereno y  al mismo tiempo lejos de cualquier nido, es la siguiente:

Mario Barahona Saldías nace en el año 1955 en Parral y 49 años después inicia sus afanes literarios una vez radicado en 'El Litoral de los Poetas'

Es todo."

Títulos Publicados

Poe-Mario (Poemas. Primera edición, noviembre 2006. Segunda edición, noviembre 2009)
El Amor y Patagonia, En Última Esperanza (Novela. Primera edición, julio 2006. Segunda edición, diciembre 2009)
Buganvilla (Novela. Primera edición, septiembre 2007. Segunda edición, diciembre 2009)
Oráculo poético de Isla Negra (2008)
Quántos cuentos (2008)
De Casa en Casa (Novela. Primera edición, mayo, 2008. Segunda edición, diciembre 2009))
El Bagual (Novela. Primera edición, octubre 2009. Segunda edición, febrero 2010) 
Aviento de poesía y herbaje para el amor ajeno (2010).
La nuez que devora la vida, Colección Nadar – Contracorriente Poesía.



LA NUEZ QUE DEVORA LA VIDA


Primera lenteja

Que la cantidad Y la imagen de un salvador
solitario Lejano Nos condena al tumulto Al
circo A ser masa vociferante Para que unos
pocos nos arreen en rebaño Flanqueados
por su perrada Debida-mente amaestrada
Que esquila Nuestra lana Y funde nuestro
sudor En el crisol sagrado Herencia de sus
dioses mentales



Segunda lenteja

En todas las comarca Están sobre la ley
Aquellos que la escriben y aquellos que
la financian Aquello que no está bajo el
imperio de la ley Está en los sótanos del
conocimiento De la información Y de los
militares En todas las comarcas El cono-
cimiento La información y los militares
Tienen dueño desde mucho antes Que
publicaran Los primeros libros sagrados



Tercera lenteja

Que los cuentos que narramos A nuestros
niños y niñas Son el vivo reflejo invertido
De la vida Los buenos nunca gana Y los
malos se refugian en Barrios exclusivos
Sacristías Presidencias Aulas Directorios
Senados Tribunales



Cuarta lenteja

En la medida que aumenta y aumenta el
oro En las comarcas  –por dogma- Crece
y crece El número del hambre Tanto
crece Que ya es ley bajo la piel De los
desamparados



Quinta lenteja     

Que caminar y detenerse Encender una
lámpara Aprender a leer y escribir  Curar
una herida O beber agua limpia No es un
derecho En las comarcas Es un milagro
Que se cancela en metálico Y con beata
Puntualidad



Sexta lenteja

Los kilómetros no son iguales. Como en
toda la redondez del mundo En nuestras
comarcas son Mucho más largos Azarosos
Y siempre van Cuesta arriba



Séptima lenteja

Creer que votar Es elegir Que escuchar
es aceptar Que el dinero es por sí mismo
y el trabajo un accesorio Que el general
se debe al pueblo El pontífice a los po-
bres Y el presidente a sus promesas Es Es
el mayor logro De una minoría invisible
Mientras  el vendaval de ilusiones Comi-
da chatarra Y objetos inútiles Nos ahoga
Provocando Eterna-mente Un silencioso
diluvio de infelices Contemplándose Au-
tocomplacientes En el espejo Del espejo

    



Mario Barahona S. “Poe_Mario Antología Rupestre”

Por Javier Sepúlveda

Mario Barahona Saldías es Poeta por convicción y su obra, más allá de ser provocativa para el lector surtido, llama poderosamente la atención de quien se involucra en sus versos. Dejan un olorcito de aquellos paisajes, un recordatorio de lo simple que puede ser la vida, un momento iluminado con alientos desde la naturaleza -mirada delicadamente-.  “Poe_Mario Antología Rupestre” (Forja, 2006) es una pequeña colección de poemas relacionados en sí con la natura, la geografía otrora en concatenación con el hombre, y el amor. Una  mirada cercana: la amabilidad,  los rasgos verdes, azules, el vigor y a la memoria descansada y lúcida de un Poeta declarado autodidacta, sin lectura poética rimbombante y de profesión Ingeniero.  Mario Barahona S. (de aquí en adelante MBS) quien reside en el Litoral Central, más específicamente en “El Tabo” (y nace en Parral. 1955, Chile) se acerca a si mismo y reniega todo tipo de comparación, en cuanto a obra y autores (cosa que tampoco se hará en este artículo) y eso, en medida de lo que comprendemos, es una invitación a la libertad y al estudio auto-asumido, sin dejar de lado el laborioso proceso de creación; es un llamado osado, una herejía (al no conocer él, autor que sea -o fuese- su trampolín en el largo camino del oficio poético) un Poeta diferente pero igual a muchos, lleno de percepciones muy propias. Es así como MBS nos plantea en el poema “Escritor” la realidad de su llegada a la poesía, una entrada dolorosa que cruzó con resuellos mordidos: “Descubrí este oficio, después de todo lo vivido/ cuando ya los alientos me abandonaron/ cuando solo las letras, revoloteando mi alma/ convertidas en cálidas mantas, en su lecho me cobijaron.”  Entonces, el autor, se refiere a la poesía de manera sutil y bondadosa, fue para él, la preserva que permitió la continuación, desestimando un largo río cuya trayectoria fue cuesta arriba. Esa llamada meta-histórica, que se sabe, suele venir con un sin número de decepciones y seccionados ritmos que pasan inmóviles por la suerte o por la generación constante de futuros teñidos o mecanografiados en un progreso servicial, hasta lograr una relación constante poeta-lector. 

Del “poe_mario” podemos distinguir en el capítulo “Recortes de papel amarillento” como el poeta se disuelve entre el amor y la agonía, precisamente en aquel poema (agonía) nos propone su reflexión: “…Sí tu no lo entiendes/ estoy perdido/ acabemos ya/ si lo que deseo se desvanece/ lo que persigo/ me persigue/ aunque cada minuto haya quedado impreso en mí./ No, mujer, no eres tú…”. Frente al abúlico tormento, de aquellas preguntas llenas de espíritu y logradas reanimaciones nocturnas, terminan por confundir el espacio mental del autor, desestimando una aclaración frente a decisiones de lo amatorio; trama un incansable -al descanso- de lo que pueden traer y enrollar las distintas visualizaciones corruptas, imágenes desvanecidas que proyectan un fin inalcanzable. MBS puede recurrir, en sus textos, al desahogo (algo engañador), el éxtasis vomitivo de la escritura en post del menguar a favor del conocimiento interno y la salvedad que se puede alcanzar, en torno a unos cuantos versos, en él alcanzables, puesto que soluciona: “Estamos en un noche cerrada, profunda./ Te dejo  amor.” El hacedor de estos versos penetra hasta el cansancio en su diluvio y lo comprende para poseerlo y tirarlo a la sociedad, pero no para ser una piedra exigida de finta, sino, un presentimiento del poder que descontrola en el otro; lo que no se puede desestimar es que MBS  enjuicia su propio yo (y el de algunos más) atándolo con arboledas y mares sureños llenos de encanto, agorería y apego. Poemas llenos del garbo, sin rostros ni ilusiones, una sustitución de lo obtenido por la venida cósmica de la entrega y del entregar, no como lo haría un supuesto excéntrico de mil hojas molidas o un estanco de presteza podrida a lecturas pos-modernas o la caricatura –cada vez más común- de poetas trivializando discursos e insultando, a mansalva, a quien no sea de su agrado intentando ser parte de aquellas luchas míticas que ahora solo nos ayudan a entender la verdadera realidad poética de antaño: llena de literatura y honestidad intelectual.

Javier Sepúlveda 
Ppdog3@hotmail.com





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