jueves, 19 de junio de 2014

ISABEL SANTERVAZ [11.944]


ISABEL SANTERVAZ
(MARÍA ISABEL PADILLA SANTERVAZ)

Profesora especial de idiomas, colegiada en el Colegio Provincial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras de Las Palmas de Gran Canaria. (durante sus años de docencia) 
Proficiency por Cambridge University.
Diplomada con Proficiency por British Chamber of Commerce.
Ciclo Superior de Inglés de la Escuela Oficial de Idiomas.
Curso en Traducción Literaria. Escuela de Escritores, Escritores.org, Barcelona.

Ha impartido clases de inglés en diferentes colegios de Las Palmas de G.C.
Ha traducido al inglés relatos cortos de escritores canarios (Luis León Barreto y Emilio González Déniz).
Miembro de la Agencia Internacional de Traductores e Intérpretes AI-TI.
Miembro del Taller de Poesía Espejo de Paciencia.
Miembro de NACE, nueva a
Ha participado en diferentes encuentros poéticos y de narrativa, así como en varios talleres literarios.
Participaciones en publicaciones:
 “Cuentos y Leyendas de Vegueta”, (2008) publicado por la Fundación Canaria Mapfre Guanarteme, con el relato La Leyenda del Alísio;“Voluntad y palabra”, (2009) publicado por Ámbito Cultural de El Corte Inglés, con el relato Sueño de amor; “Taller de Cuentos”, (2009) publicado por la Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas de Gran Canaria, con el relato Obsesión; “Ámbitos de Microficción” (2011) publicado por Ámbito Cultural de El Corte Inglés, con el microrrelato Atrevimiento Insolente; “Antología 2011” publicado por NACE con el relato El Árbol; “Antología 2012” publicado por NACE  con el relato El botones; “Antología 2013” publicado por NACE  con el relato El doble.
Premios:
“¿Cómo lo continuarías?”, (2009) Concurso de Relato Breve publicado por la Biblioteca Pública del Estado de Sta. Cruz de Tenerife, consiguiendo el segundo accésit con el relato El Cáliz; “Noche de parida” (2009) segundo accésit al Certamen Literario Felix Casanova de Ayala, editado individualmente por El Plan de Medianías del Cabildo de la Gomera; “Rescatando la memoria” (2012) Concurso de Relatos Cortos promovido por el Excmo. Ayuntamiento de Arucas y la Fundación Mapfre Guanarteme, con el relato Flores en el mar; “20 Poemas al Mar: Homenaje a Néstor” (2012) II Festival Atlántico de Poesía de Canarias al Mundo, con el poema El arquero y el mar; “Poesía Erótica Canaria” (Selección 2013), certamen convocado por el Centro Canario de Estudios Caribeños, NACE, el Área Cultural Diego Casimiro, y el Taller de Poesía Espejo de Paciencia, con el poema Rayos de luna me envuelven. 

Publicaciones:

2013 El Bosque de Luisa
2014 El Niño del Desierto





Soy un ángel
La espera
La cima
Donde estoy, no sé
En el crepúsculo
Leer en las estrellas
Sonrisas
Polvo enamorado

Todo está en el rizoma
La casa sin puertas





Soy un ángel

Juró que me amaba.
Le creí.
Soy un ángel,
dijo.
Viajo por la Tierra
por mandato divino.
Sonreí.
Una noche repleta de cielo
me hizo el amor.
Sentí escalofríos y enseguida
me confortó la tibieza 
de su abrazo
sobre mi cuerpo desnudo.
Sorprendida, abrí los ojos.
Había desplegado
 sus alas blancas
y me tapaba con ellas.  


   



La espera

La figura imponente domina el abismo.
Otea el horizonte,
se exaspera.
Ruge el viento, tiembla su capa.
Las olas se encrespan y azotan los riscos.
Graznidos negros aletean
sobre aguas siniestras.
Aguardan.
La nave no llega.
Lenguas de fuego, cenizas agónicas
cuelgan del cielo.
Se agita en la cresta
la estampa funesta,
crece,
aulla,
 a la galerna.
La nave no llega…







La cima 

Se asomó
a la cima del mundo.
A sus pies
corrían nubes extrañas.
Revelaban su pavor 
los ojos desorbitados.
Inquieto, cruzó el sendero
de las tinieblas.
Llegó al filo del abismo,
se precipitó al vacío.
El cielo abrió las compuertas.
Lo engulló la eternidad.






Dónde estoy, no sé

Dónde estoy, no sé.
No siento mi peso,
no encuentro mi voz.
No tengo recuerdos.
Llantos  silentes.
Lánguida
pasea la blanca melodía
del azahar.
Su fragancia
despierta mi conciencia.
Sigo su aroma.
Sobre la caja
duerme su blancura.
A través del cristal 
me descubro. 
El rostro
golpeado,
violáceo ,
despabila la memoria. 
Aterra.
Truena
su última amenaza.





En el crepúsculo    

En el crepúsculo
muere el aire.
Desaparece la bóveda,
la luna,
los luceros.
Amarrado al mástil
escucho los cantos.
Hechizan,
enloquecen,
desesperan. 
Reman los hombres
sumidos en silencios.
No escuchan mi clamor,
y la razón pierdo.
¡Libérenme!
Acatan mis órdenes,
aprietan más las ataduras.
Vaga por la cubierta
el encantamiento.
Modula la coral.
Solo
yo 
los oigo.





Leer en las estrellas  

Sé cómo
leer en las estrellas,
y  escucho
el sigiloso río.
El cri cri de la cigarra
imito,
y cuentos                  
le silbo al viento.
Trepo
a la copa del pino,
y hablo
con la luna.
Cuervos 
de tres ojos cuido,
y escribo al revés
con sus plumas. 
En colinas de sal
bailo,
y ondean mis ropas
de aire.

Solo,
y solo por eso,
me tienen miedo.





Sonrisas  

Con sueños de verano
emprenden el vuelo
las sonrisas.
Rastrean
sendas vírgenes.
Persiguen 
la pradera de plata.   
Surgen
señuelos, 
espejismos,
simuladores del placer.
Y en el abandono
soldados de plomo,
muñecas desmembradas,
balones de trapo.
Un día,
se fragmenta el cristal.
Sangran las sonrisas
en los pliegues del tiempo.
Girar a la inversa
claman
las manecillas del reloj.
Entran las nostalgias,
los días de cuentos,
el calor del fogón,
la lluvia de ayer…





Polvo enamorado

Duermo entre tinieblas,
allá donde los muertos conversan
sin palabras.
Donde el frío mármol
eriza el pensamiento.
Donde las ánimas
se prostituyen,
ocultas en los cipreses.

Aguardo
al profano que desperdigó mis restos,
extravió las extremidades,
seccionó mi cabeza.

“Un día volverá
a saquear las tumbas”,
dicen las lilas
que florecen por mis oquedades.
“Lo atraparán las tinieblas” 





Todo sucede en el rizoma

En el centro del paraíso
encuentro la raíz
viajando en la espiral.   
Otra realidad
la centrifuga.
Atraviesa fronteras
de humo
colgada en los alerones.
En los abismos se mueve.   
De un sombrero 
saca a los personajes.
El diablo hostiga,
besa el poeta.
Gira un trompo.
El ave zancuda
se hunde.
Todo
 sucede
 en el rizoma.






La casa sin puertas

La casa sin puertas
me llama,
apresa.  
Fragancias a naranjos  
y limoneros 
envuelven a la niña.  
Ausente,
borda en el patio 
de azulejos.
Tiene los ojos quemados.
Retorcidos  los dedos.
Tempestades
navegan su rostro.
En sus manos,
la labor
dibuja una puerta.
Ovillos de colores
y lágrimas secas
rebosan el costurero. 
Se agita la aguja
prendida en el aire, 
muerta. 
La vida rueda,
hilada en bobinas,   
por las baldosas
del desespero.   
Ahora, yo
sigo bordando
la puerta.





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