jueves, 6 de marzo de 2014

OLGA ARIAS [11.141]

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OLGA ARIAS 

Olga Esther Arias Elenes, o simplemente Olga Arias, escritora nacida en la ciudad de Toluca, Estado de México, el día 25 de octubre de 1923. Su pluma dejó de escribir el 8 de abril de 1994 dejando un lugar vacío en el corazón de quienes la conocieron y en la literatura. Descanse en paz.Fue madre de cuatro hijos: Enrique, Yolanda, Natalia y Dalia.

De familia revolucionaria y liberal: su padre fue el General de División J. Jesús Arias Sánchez, a quien el General Francisco Villa apodaba “El gallo”; fue uno de sus famosos “Dorados” más estimados por él. Su Madre doña Natalia Elenes de Arias fue descendiente directa de doña Ildefonsa Fernández Félix, hermana del General don Guadalupe Victoria, notable insurgente y Primer Presidente de la República Mexicana.

Corre por sus venas sangre de hombres de letras. Su abuelo materno el señor don Herlindo Elenes Gaxiola, considerado uno de los prosistas más notables del estado de Sinaloa. Darío Elenes Gaxiola, hermano de Herlindo y primo del duranguense Antonio Gaxiola , también poeta y prosista destacado de las letras sinaloenses. Así, Olga es poeta por herencia y formación. Sus primeras letras se las enseñó su padre, el general Arias y siendo aún pequeñita, cuando apenas cursaba el primer grado de primaria en la ciudad de México la maestra llevó al grupo de excursión al bosque de Chapultepec y de regreso en el salón de clases la niña escribió en su cuaderno:

“En el lago los cisnes se deslizaban sobre el agua orgullosos de su plumaje”.

La maestra se sorprendió del talento literario de la niña y llamó a su padre para notificarle lo sucedido. El viejo militar sensiblemente conmovido cortó la hoja del cuaderno y doblándola la guardó en su cartera. Aquel escrito lo conservó el general toda su vida en su porta documentos personal como si fuera un tesoro. Era nada menos que la primera composición literaria de una de las poetisas más importantes de América.

La educación primaria elemental la cursó en escuelas de diversas ciudades del país. Su padre por necesidades del servicio de su profesión andaba de un lugar a otro por lo que la infancia de Olga fue nómada.

En el año de 1935 radicó definitivamente en Durango. Pocos años después, en 1938 contrajo matrimonio con el señor Enrique Weber Lozoya, rico comerciante que valoró el talento y capacidad de su esposa y le dio facilidades para su desenvolvimiento. Ya casada, ingresó como oyente a la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado y en menos tiempo del establecido terminó los estudios de la carrera de maestra de educación primaria.

No conforme con esa preparación y sabedora de lo que podía lograr, contrató los servicios particulares de eminentes personalidades de la cultura en Durango, para que le dieran clases, así como a la poetisa Cuca Guerrero Román, el presbítero David Ramírez, el licenciado en letras José Villalba Pinyama refugiado español y otros.

Con mucha satisfacción platicaba el señor Weber Lozoya que su esposa Olga no le pedía regalos en joyas o piedras costosas sino en libros de mucha calidad. Lo anterior se corrobora con la amplia y magnífica biblioteca que tenía en su momento Olga.

Notable poetisa durangueña cuyos poemas, algunos han sido traducidos al inglés, francés, portugués, italiano y otros. Autora de más de veinte libros de poesías, novelas y cuentos. Su pensamiento se ha grabado en cantera de monumentos públicos, donde están escritos fragmentos de sus poemas.

Algunos de sus versos grabados en bronce, hablan a las generaciones del presente y del futuro del profundo sentimiento de esta mujer singular. Siendo niña aún se trasladó a la ciudad de Durango, donde se estableció definitivamente y realizó su fecunda labor literaria. Ella se consideró duranguense por adopción y Durango se siente honrado con hija tan brillante.

Por más de 12 años fue directora del departamento de Extensión Universitaria de la Universidad Juárez del estado de Durango, donde sin contar con recursos económicos, realizó brillante labor en bien de la honorable institución. Estuvo al frente de la Promotoría Cultural de la Casa de la Juventud en Durango, donde se hizo sentir fuertemente la influencia de su capacidad y trabajo; también fue asesora cultural del Gobierno del Estado.

Su voz poética ha sido escuchada en numerosos recintos de México y de Europa, sobre todo de Francia, quien le otorgó un merecido reconocimiento. Su obra es amplia y fecunda, su poesía bella y significativa, donde las palabras vibran por su extensión y profundidad, en ellas canta al hombre, a la vida, a la naturaleza, a la mujer y cada tema alcanza en ella los ideales y sentimientos universales. Además de la poesía cultivó la novela, el ensayo y el cuento.

Entre algunas de sus obras están: Todas las amaron (novela) 1947; tres poemas (poesías) 1952, obras con las que inicia y entre las últimas “Nocturnos” en 1971, que fueron traducidas al francés y a otros idiomas, además de Mínimo Cardumen (poesías) 1978.

Recibió Diplomas de la Universidad de Juárez del Estado de Durango, del Centro Cultural Durangueño, del Círculo literario Argentino, Antorcha de Chile, Grupo de escritores de Venezuela, Sociedad Chihuahuense de Estudios Históricos. Además de la Presea Francisco Villa y Orquídea de Plata.







Súplica

Libérame 
de mis propias tinieblas, 
que acepte mi perfil 
de mínima creatura, 
admire el entorno 
y me asombre 
con la casa que es mi reducto. 
Disipa la oscuridad agobiante 
y que yo sea el último espejo 
del más humilde de Tus cocuyos.






Ahora

En la serenidad de este valle, 
la brisa dulce 
humedece las flores, 
alegra mi corazón. 
Sé que Tu mano 
fue mi conductora 
por el desfiladero proceloso 
y no olvido 
la sonrisa de tu lámpara 
oponiéndose a la noche mortal.






En verdad

Yo tampoco 
he sacado agua de la roca. 
Si alguna música digo, 
el mérito me es ajeno. 
De mi propiedad 
es únicamente la obediencia. 
Soy el pífano 
en que alguien sopla.






Eternidad

Así cuando llegue el día en que muera 
Y el alma que albergó impalpable 
Se arranque de mi marchito cuerpo, 
Que ya no respire, que ya no hable... 
Te veré al lado dulce hermana, 
Y como será sorprendente encuentro 
Riendo y llorando nos abrazaremos, 
Será la vida nueva mañana... 
Que al fin veremos para siempre unidas 
Por lo infinito de la eternidad, 
Será verdad y credo en nuestras vidas; 
Que esta, solo fue un leve dormitar....







Sin comunicación

La nostalgia despierta el lenguaje del silencio 
y canta la penumbra en los rincones, 
quiero decir 
que estoy sola 
hoy 
y desde hace miles de vidas.






SIN RAZÓN

Regreso del abismo
y asumo a la estrella,
todo universo es una paloma
de mi cítara soñante
y si acaso
mis pupilas son flores inventadas,
es porque el arcoiris pertenece a la luz
y de toda puerta
se ha perdido la llave del corazón,
como el perfume
en el aire de una sílaba.
¿Habrá cantado la alondra alguna vez?
Es de sueño mi palabra.

(De Concierto de pájaros)






CREPÚSCULO, III

Por la arboleda avanza
el índice del viento
y al final,
en la cumbre cósmica,
un rostro se mira,
allí,
desde el cáliz
donde las estrellas hablan
y las escuchan las rosas.
Por el sendero
también camina mi voz
y le responden,
con un manojo de musgo,
las piedras solemnes.

(De Almáciga)






ORATORIO

Las palabras,
al tocar el aire,
son pájaros libérrimos,
azogue en florescencia,
bruñido azul del cielo,
no aquí,
ni allá,
creciente cosmos,
axioma y quimera,
fundación del recóndito
por la música,
para el pan
de todos los días,
en el poema eterno.
Amén.






CADENA

Los instantes son universos
donde anidan otros infinitos,
que a su vez,
guardan mundos
en los que proliferan sinfines,
que por su parte,
son cardúmenes de cosmos
que también abrigan.

De La estrella cautiva (1978)





AMBICIÓN Y REALIDAD

Mi raída voz
espolvoreo
con el oro de la esperanza.
Quisiera
sembrar en su salterio
a la rosa y al astro,
y debo conformarme
con la brizna
en mi corazón.






PIE DE ATARDECER

No me encontrarán en el coro de los felinos
pulsando la agonía de la luna,
estoy en el rumbo del pez
que traslada ángeles,
con la solidaridad
de un sueño azul
acerca de las alucinaciones de un lente
y los insólitos rostros del astro catedralicio,
¿obtendré, de las aves columbinas,
un jazmín
por cada arrullo del reloj?
Tras de la luz
se ha extraviado toda posibilidad.








DANZA EN CADENA

Danza la brisa
y en ella,
el polen,
como el rosal
inventando a la rosa,
o el pájaro por su vuelo.
Que en el azul oscuro,
las estrellas lo hacen,
y en lo hondo del ser,
el espíritu,
es el sublime danzante
de una eterna coreografía.
Y así,
desde la causa
que conduce al infinito,
de extremo a contra,
todos vamos en la danza,
perpetuamente,
al compás de la luz.




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