lunes, 17 de octubre de 2016

MARIBEL TENA GARCÍA [19.299]


Maribel Tena García 

Nació en la localidad pacense de Villanueva de la Serena en mayo de 1978 y se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca con la intención de dedicarse profesionalmente a cultivar su amor por las letras, algo que realiza desde 2000, primero como profesora de español en la Universidad de L'Aquila (Italia) y después a través de la docencia de Lengua y Literatura en institutos de Secundaria. 

En 2012 publicó su primer libro de poemas, 'Mujer fractal' (Editorial Origami) y su 2º poemario 'Como suceden los árboles', (La Penúltima Editorial. Valladolid, 2016).

Apareció en las obras colectivas 'Voces del Extremo', publicadas por la editorial Amargord, concretamente con 'Poesía antidisturbios' (2015), Poesía y Raíces (2016). Junto a otros poetas publicó en 2015 en Origami la obra homenaje a Juan Antonio González Iglesias 'Dicebamus crastina die. Decíamos mañana'.

'Mujer fractal' (editorial Origami, 2012)



La casa del poeta

Cosas.
Para atrapar su luz
me sumerjo en un oficio de sombras.

I
Una bombilla empieza a caer.

Caer,trizarse
y sonar así, tan bella-


II

Pongo bajo el grifo la regadera,

Cierro el grifo.
El beso es el silencio.


III

En la siesta
una taza rechina de limpio

Nadie a quien contarle el prodigio de carne
y cristal
que funde mi mano y la pieza

y en el instante detenido me vuelve loza.


IV

La alcachofa de la ducha
me queda lejos,

O me inclino hacia atrás,
dejando que una hebra mínima
-aún más lejos de su origen-
me atraviese el ombligo,
hilvanándome al mundo.


Contra el presagio de cierta altura

Celebro
todo signo de fuerza agazapado en mí,
y la ternura desmesurada
de algunos de mis gestos.
Celebro mi cuerpo,

Celebro mi centro claro y agridulce,

Celebro la proporción de mis formas

Celebro el olvidado encanto de lo pequeño
la representación a escala de los mapas.



L'Aquila 


Quisiera poder explicarte
qué me hace feliz aquí.
Las mismas cosas que cuando era niña,
supongo.
Las sé idénticas a las de ahora.
Su centro es del mismo almíbar lento.


IV

Dime:
Si este balbuceo ardiente,
mi danza ancestral en círculos 
en torno a la hoguera de la lengua,
si esta cúpula de la garganta no nos acercara .
¿Cómo explico la música entre el trigo alto,
el tiempo que se deshilacha penélopemente,
el hojaldre de lo nunca dicho?




Círculo

La piel esconde,
por debajo de su dureza obstinada,
grietas de luz por donde se filtran
dolores antiguos.



Ajuar

Pero reconozco sobre todo
enla fibra de poliester que avento sobre el lecho
una trenza invisible de tejidos
sobre la que se disponen en secreto
la furia y el futuro.




"Como suceden los árboles", (La Penúltima Editorial, 2016)



MAYO 

Demos por comenzada
la época en que se oye a las flores abrirse
en su aspiración de fruto.
La voz de los pájaros se confunde con la de los niños.
El tiempo en que es más fácil
perpetuar nuestro idilio con lo sagrado.




EL DESEO ES UN ANIMAL QUE NO HUYE

A pesar de convertirse el amor,
o algo que se le parecía tanto,
en un territorio arrasado que empuja al exilio.
A pesar del abandono creciendo
como mala hierba,
de los cálidos pliegues de carne
que una mañana se antojan extraños.
Aunque el espejo de repente devuelve
sólo una holografía borrosa del cuerpo que se veneraba
o del que se ofrecía con mística higiene,
regresa la salvación del tacto.
Se inicia incansablemente una azarosa expedición
en busca de la hermosura.
El olvido es la alquimia que redime
de este tiempo aquí.
Tan breve. Tan de ceniza.




CATÁLOGO DE SED

La alegría no debería ser nunca algo relativo.
Y lo es, sin embargo.
En qué medida podríamos calcular la distancia que va
del grifo de diseño con temperatura regulable
a la maratón que recorre una mujer africana
para buscar agua cada día.
Cómo pesamos el bidón lleno sobre su cabeza,
la tierra que apenas se hunde bajo su piel encallecida.
Al castigo cervical del mundo, qué nombre le damos
mientras fluye un manantial templado de las tuberías de casa.

El dolor en cambio es absoluto.
El pájaro de la muerte nace del mismo nido
a uno y otro lado de una frontera indiferente.
El único equilibrio sucede cuando la vida
nos arranca de repente una pierna o un hijo.
Entonces se asemeja el catálogo de nuestra sed,
el tiempo respira y se contrae,
se seca bajo nuestros pies el barro de una extraña justicia.




VACACIONES

Despertarnos con la luz,
con el ritmo sencillo y previsible de los animales.
Conducir evitando las autovías.
Hundirme hasta las rodillas
en la memoria de hielo de un río.
Descifrar la extraña coreografía de los insectos.
Comer despacio cuando tenemos hambre.
Hablar poco, lo imprescindible.
Sostener en medio de la noche
la mansa mirada de un ternero.
Agotar los ojos y las piernas en un bosque.
Desandar por dentro la ciudad
y su fango de burocracia.
Bisbisear una lenta plegaria
para que no nos abandone en septiembre
esta certidumbre de belleza.



BOSQUE Y ALACENA

La memoria de los ausentes
crece como el musgo,
en la cara norte de los objetos  que dejan.

En un tiempo preñado de verde 
se intuye el paso,
el perfil de las huellas recientes.
Se queda su contacto en la agenda del móvil,
el dentífrico, los jerséis 
y todo cuanto nunca le dijimos.

Permanecen en orden
por pura inercia,
prendidos en la obstinación del aire.


*




EXAMEN

ayer se me ha muerto una alumna
una niña de quince años

se ha pasado toda la noche
con su voz imposible
dictándome una misma pregunta
cuya respuesta yo no sabía

en el sueño han venido hasta su mesa
para llorar blandamente
alumnos míos de otros centros
a muchos kilómetros y días de distancia

hacia el amanecer le he entregado el folio en blanco
lo ha recogido con manos de cera perfumada
y me ha dado permiso para descansar

me iba diciendo mientras nos dormíamos juntas
lo que yo le dije a ella en diciembre

no pasa nada
habrá otras oportunidades
sé que este no te lo habías preparado

(Inédito)




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