sábado, 19 de diciembre de 2015

LEOPOLD STAFF [17.789]


Leopold Staff

Leopold Staff (Nació en Lemberg (hoy en día Lviv, Ucrania) EL 14 de noviembre de 1878, y falleció en Skarżysko-Kamienna, Polonia, el 31 de mayo de 1957) fue un poeta polaco, uno de los mayores exponentes del modernismo en Europa, aparte de ser doctor honoris causa en las universidades de Varsovia y Cracovia y ser nominado al Premio Nobel de Literatura por el PEN Club.

Representante del clasicismo y el simbolismo en la poesía del movimiento Joven Polonia, Staff fue autor de muchos poemas influenciados por los pensamientos de Friedrich Nietzsche y de las ideas de la orden franciscana.

Staff nació en Lwów (entonces parte del Imperio Austríaco; actualmente Leópolis, Ucrania) durante las Particiones de Polonia. De origen checo, él era uno de los tres hijos de la repostera de la ciudad. Estudió derecho y filosofía en la Universidad de Leópolis, y en 1918 se instaló en Varsovia tras que ésta obtuviera su independencia tras la Primera Guerra Mundial. Murió a la edad de 78 años en Skarżysko-Kamienna poco después de que Polonia pasara a adoptar un régimen comunista, y fue enterrado en Varsovia en el Cementerio Powązki.

Staff fue muy influyente durante el período de entreguerras, incluso en la vida de Julian Tuwim, el cual se basó en la obra de Leopold Staff para fundar el movimiento literario Skamander junto a otros importantes poetas polacos de principios del siglo XX. Entre sus obras más destacadas se encuentra "Most", "Podwaliny" (adaptado por el poeta polaco Czesław Miłosz) y "Trzj Miasta", éste último escrito en 1954, tras años antes de su muerte.


Ars

Mira raudo al mañana,
Mas no profetices,
Déjalo a los adivinos.
Es tan difícil expresar lo que es.
Escribo poemas lentamente,
Trabajo como un mulo.
Soy paciente
Como la gota de agua del tejado.
El tiempo siempre tiene tiempo.
Y el mundo es viejo como él solo.
No crearás nada nuevo
Buscando novedad.

De Poesía completa
TRADUCIDO POR ABEL MURCIA




LA SOMBRA DEL CAMINO
Tres poemas de Leopoldo Staff

Por XUAN BELLO |

Tal vez tengan curiosidad mis lectores, que se asoman como yo a las ventanas de la primavera buscando promesas de armonía, por la poesía de Leopold Staff. Yo ya he confesado en varias páginas, incluida esta, mi devoción por sus poemas. Lo descubrí, fugazmente, en una antología que seleccionó y editó Czeslaw Milosz, 'Postwar Polish Poetry', y desde entonces alguno de sus versos no han dejado de acompañarme. Nacido en 1878, catorce años por tanto más joven que Miguel de Unamuno, fue un poeta cordial, de esos que tienden puentes sobre el abismo, y no tropezó, si de hablar de la desolación se trataba, con las piedras puntiagudas de la desesperación. Esperanzado y jovial, Milosz lo retrata muy bien en la breve nota que corona la selección de sus poemas: «Un detalle divertido, y que explica muy bien la manera sincrética en la que este poeta entendía la poesía, es que mientras traducía al polaco a Nietzsche compaginaba este trabajo con la traducción de las Flores de San Francisco». Mientras resonaba en su cabeza la música airada y líquida de 'Así habló Zaratustra', el bueno de Staff ponía en su lengua aquello de 

«Alabado sea mi señor por la hermana agua  
que es muy útil y humilde y preciosa y casta». 

Compré esa antología en Nueva York, en la Burnes&Noble que queda cerca de la Trinity Church, y recuerdo haberle preguntado a Martín López-Vega alguna palabra que no entendía del inglés claro de Milosz. El poema se titulaba 'Fundaciones' y se quedó para siempre como divisa de mi vida: 


«Contruí sobre arena 
y se derrumbó. 
Construí sobre roca dura 
y se derrumbó también.  

Ahora, cuando construya he de comenzar  
por el humo de las chimeneas».


Por el humo de las chimeneas, en realidad, comienzan a construirse todas las casas. No hay vida que no haya sido soñada antes, no hay realidad que valga si no ha adquirido consistencia en la página escrita. Tres poemas seleccionaba el antólogo, tan sólo. El segundo se titulaba 'El puente' y lo leí, intuyéndolo tras la niebla inglesa, estremecido. Guarda una secreta verdad: 


«No me lo podía creer,  
de pie en la orilla de un río  
que era ancho y turbulento, 
que tuviese que atravesar aquel puente  
que era estrecho y frágil, 
tendido sobre el incierto abismo. 
Caminé delicado como una mariposa, 
y pesado como un elefante. 
Caminé seguro como un danzarín 
y temeroso como un ciego. 
No me podía creer que pudiese atravesar aquel puente, 
y ahora que estoy de pie en la otra orilla 
no me puedo creer que lo haya cruzado».


Se cruzan puentes sobre el vértigo, sin duda, y a uno le estremecen los días pasados: somos azar y necesidad y, a la hora de arrear y su angustias, vamos como podemos.¿Pero cómo no sentir en el corazón, cuando ya hemos pasado el puente, gozo y perplejidad?

El tercer poema seleccionado, 'Tres ciudades', teminaba con una gran verdad:»

¡Qué pobre es el hombre  
que no se hace preguntas!». 

Qué pobre es es el hombre que no sueña, añado yo. Xavier Farré, embajador catalán en Polonia, mantiene un blog (http://xavierfarreabcd.blogspot.com) que nos mantiene a unos cuantos cómplices al tanto de las novedades poéticas de aquel país. En este blog yo pude leer muchos poemas de Staff, muy bien traducidos al catalán, y hay algunos que me place compartir con ustedes. Este, por ejemplo, también araña la condición humana: 


«Apresúrate para llegar al Polo  
y paga el precio de la vida  
entre el hielo,el frío y la noche.  
Atraviesa el Érebo y el Terror, 
haz un último esfuerzo y comprueba 
que algún ya ha estado allí. 
Te envolverás entonces en el manto de la ventisca, 
como Scott en la Antártida 
y dejarás que la nieve te cubra».


Bueno, la poesía de Staff siempre ha dejado en mi alma muchas preguntas y me ha recordado, frecuentemente, la fábula de aquel poeta persa, de la escuela sufí, que tras morir se presentó ante las puertas del paraíso. Allí estaba Dios esperándole muy dispuesto a gratificarle pues sus versos habían rozado, muy bellamente, el centro del secreto.

-Bienvenido, le dijo afablemente Dios al poeta. Y añadió: Puedes preguntarme lo que quieras que yo te contestaré.

El poeta pensó un poco y preguntó:

-¿Me podrías decir el secreto de una flor de ciruelo?

-0h, vamos -suspiró Dios-, menos mal que tenemos toda la eternidad por delante.

http://www.elcomercio.es/v/20100530/cultura/tres-poemas-leopoldo-staff-20100530.html



Poeta subtilis

Rozdwoiłem się na cztery części. 
Pomyślicie może, żem szalony, 
A Ja robię tak coraz to częściej 
I podwajam cztery świata strony. 

Nie wiem, jakim wyrazić to stylem, 
Ze tak zmyślny i subtelny jestem. 
Czy opiewać to dziwo daktylem, 
Czy uwiecznić może anapestem. 

Lecz daktyle u nas się me rodzą, 
Anapestów też jada się mało. 
Toteż ludzie po prostu się głodzą 
I już wielu doszczętnie zgłupiało. 

Ja też jestem jak zbłąkana owca 
I wciąż czekam, aż analfabeta 
Da mi kawał czarnego razowca, 
By odżywił się we mnie poeta. 


Ars poetica

Un’eco dal cuore sussurra:
“Prendimi prima ch’io languisca,
Che diventi diafana, azzurra,
Che impallidisca, che sparisca!”
Come una farfalla l’afferro,
Non già per sbalordire il mondo,
Ma per render l’attimo eterno,
Perché tu comprenda a fondo.
E il verso che viene dal bardo,
Vestito di suoni e d’arcano,
Sia limpido come uno sguardo,
Sia come una stretta di mano.


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