domingo, 18 de octubre de 2015

PAOLA LLAMAS DINERO [17.247] Poeta de México


Paola Llamas Dinero 

[Guadalajara, Jalisco, México 1992] 
Estudiante de Letras hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Ha colaborado en diversas publicaciones nacionales e internacionales como el blog Tenían veinte años y estaban locos, revista Órfico, Hysteria, entre otras. Amante de la poesía, el punk, internet y la comida vegetariana. Está por publicar su primer libro“Bestia y fuego” (Mono ediciones, 2015) Actualmente tiene una gatita llamada Georgina y quiere aprender a escupir fuego.






De cómo ser joven está de la mierda, 
en un país de mierda,
por un presidente de mierda.

                          No voy a la iglesia
                          porque Dios está en los dólares.

                                          Foyone

Pánico.

Resido en la ventana 
entre el caos y la distracción.
Te odio, 
pero no importa.

Tutorial en YouTube: Cómo ser feliz.
Paso número 1: Olvidar.
¿Olvidar?

La muerte del chavo del 8.
Tutorial para olvidar.
¿Perdonar?

5 millones de pesos.
Tutorial para perdonar.
¿Solapar?

43,
42,
41,
40.
¿Qué número soy yo?
Tutorial para…

Dios está muerto
siglo XX.

Lo busco.
Buscar,
buscar, 
buscar,
buscar.
Tutorial para buscar.
¿En qué siglo estamos?

Quiero matar al presidente.

Rezo: ayúdanos.

La ventana está en llamas,
mi cuerpo en llamas,
mis ojos mudos en llamas,
su cuerpo en llamas.
Video de un descuartizado,
quemado vivo.
Vivo.

La sangre ya no es roja, 
es negra.
Como una noche negra 
de silencio y caos,
como un luto eterno.
Quiero poner un hashtag que diga:
nochenegra
#muerte
#mipaísmeodia.

Quiero matar al presidente.

Dónde está…

Tutorial para encontrar a Dios,
enviarle un correo,
un emoticón,
un whatsapp que diga: 
Dios, si ves esto ayúdanos plis, urge (cara triste).



Depresión post-todo

Saber que los cuerpos huelen a tumba,
después del viaje
regresar a casa nunca fue un eco tan grande
un llanto detrás de la puerta.
Dormir en camas de agua
con tijera en la mano derecha,
tanta agua acumulada 
tenía que dejar manchas.
La voz después de cien cajetillas de cigarro
se quiebra como yo
la espalda sangrada 
no dejes que nadie te vea
la sangre
no dejes que nadie te vea.
Tener a quien morderle un brazo
me hace más humano,
tener a quien decirle tengo frío
debe quitarme el frío,
me siento querida cuando sangro
el ardor de las cosas,
alguien deme un abrazo 
mientras muero
estoy muriendo,
luego se irá 
a morder otro brazo
y otro
y otro
y otro.
Nunca hay suficiente lucidez 
en los espasmos.
Llorar 
llorar en una banqueta
llorar en el hotel de una ciudad que no conozco 
las habitaciones
bodegas húmedas
llorar en el estómago.
Es difícil ser siempre yo
si dejo pedazos regados por todas partes
en cada sitio un dedo o una pierna
en cada sitio
mis cabellos azules y verdes 
en la coladera de cualquier cosa
soy una serpiente con piel muerta
me estoy regando por el piso
a ras del piso
llorando de risa en el piso
antes de irme para siempre.
El viaje hacia afuera no sirve
Regreso.
El regreso como nosotros
huele a tumba
a muerto tirado en el suelo,
muerto de risa como yo
y a nadie
¿le importa retirarse 
y llorar en otro sitio?
qué vergüenza
no quiero irme
morirme de tristeza lejos
donde no pueda verte
donde no pueda escucharte
los trayectos,
guardarme en una mochila
y no quepo estoy rota,
subir una escalera
y bajarla rodando
sin que nadie te lance 
la cara primero
       fuerza de voluntad
                tenga fe.
Llegar a casa
llorar en casa
ser el eco principal de la casa
un ruido, 
el ruido de una gata
llorando detrás de la puerta.
Esta ciudad está vacía.




Consumación

Tlacoyo
tlacoyito rico,
chiquitito de mi amor.
Desearía tenerte sobre el vientre ahora
inspeccionando el territorio
donde caerás muerto,
desecho en mi deseo mortal
y animal,
al mismo tiempo.
Tu cuerpecito azulado
como de otro planeta
tendría que tener 
una nave espacial consigo,
y no tiene nada.
Tlacoyito rico,
mis manos lejanas imaginan el blanco sobre ti,
y la humedad
como un estanque verde y lamoso debajo tuyo;
dentro de ti,
la tierra negra como una joya sucia y
preciosísima que guardas,
caliente el cuerpo
caliente,
me quemas.
Prometo buscarte en un caballo blanco
cual princesa idiota en un cuento de hadas,
o en el metro
o en el tren
que no es lo mismo.
Tlacoyo,
mi boca y tú sufren lo mismo,
mi boca amarilla y tapatía 
lejos del ardor de tu comal refugio
te desea,
y sin preguntarte de cerca
ni mi aliento sobre ti
ni mi estómago vacío,
ni tu suavidad entre mis fauces,
imagino que me dices palabras cachondas
de bestia salvaje y azul.
Chiquitito de mi amor
no lo niegues,
también me deseas.
Pobres de nosotros.



El halcón negro

Me duele la piocha del rodillazo que me diste anoche,
cuando me lancé de la tercera cuerda y descendí 
volando por metros y metros en caída libre
topeme con tu rígida, firme y durísima rodilla en mi piocha cartílago.
¡Crac, crac! 
Se oyeron dos crujidos en el universo
uno de la mandíbula y
otro del impacto, 
¡crac! Y el eco en las paredes resonó en el edificio,
todos debieron enterarse,
todos debieron haber pensado que el mundo se partió en dos,
o que dos estrellas chocaron allá en lo alto.
“¿Te rompiste un diente?” preguntaste con casual asombro,
levanté el rostro y secándome los ojos en silencio 
te miré a la cara,
y yo atónita, 
con la boca llena de tierra,
llena de noséenquémomento,
llena de mequivoqué, debí lanzarme de la segunda cuerda,
llena de teamo, pero te haré una llave “cavernaria” como venganza.

Mi herencia es el vuelo del halcón negro,
mi herencia es saber dónde y saber cuándo volará el halcón,
cuándo y a qué altura efectuar la caída,
a qué distancia,
cómo desplegar las alas,
cómo.
y me repito: la luchita es la luchita y nos quedan dos caídas más.
Me tenté con la punta de la lengua todos y cada uno de los dientes
albergados con seguridad en mi boca,
por fortuna,
ningún pedazo suelto 
que mereciera la chimuela tentación de los chismosos,
ningún diente, hueso o pedazo de lengua naufragaba en mi garganta,
no había asunto de derrota,
no ríos de sangre,
no,
tampoco el trompo ni la náusea,
no el miedo.
Sonreí como muestra de triunfo ante la caída
y mirándome con ojos de amor preguntaste: “¿jugamos otra vez a las luchitas?”.



Tlayudame a olvidarte 
mientras estoy lejos de tu planeta
Para mis amigos del planeta
Juchitown, Oaxaca llenos de mezcal y bupu
Nacida de las fauces de Godzilla
te encontré
peligrosamente y hacía calor,
petróleo sobre la mesa
mantel de plástico y sudor,
Doña Tere mandil engrasado,
cenaduría de noche
casa de empeño de día.
Ardías.
Sobre las llamas ardías 
y el carbón sin piedad
y sin calma.
Negra,
negrísima noche
hoyo infinito en el abismo 
que cae
y se rompe.
Máiz prieto
gigante alimenta monstruos, 
las flores dijeron otra vez
y el viento nos volvía locos,
una fiesta de punks juchitecos
mezcal y agua de jamaica.
Los poetas hablaban de viajes
los poetas comían frijoles y maíz
los poetas vagando en la calle
los poetas
los poetas se llenaban las tripas de ti
insaciablemente,
eres demasiado grande para alimentarnos
y la oscuridad te besa el rostro
no le temes al fuego.
Tlayuda,
tu piel es morena 
doradísima y caliente,
nos salvaste de la muerte de hambre
esa noche,
luego fuimos a bailar salsa
pensé en ti hasta las 3 de la mañana
y luego me fui a mi hotel.
Y luego volví a mi planeta
y te pensé 
y te pensé más
y alguien me dijo
“esperamos el poema”
y aquí estoy de lejos
esperando volver a verte.


Me dio miedo que te murieras una noche 
porque tienes el tabique desviado 

Mi respiración es igual
a la de un animal enfermo,
mi respiración mi cama y tú suenan a lo mismo
me estoy convirtiendo en una tumba
que tiene varios muertos dentro.

Vas a mirar mi habitación
y pensarás en el hoyo que se me hace entre las piernas
vas a mirar el hueco que falta en mi pared
y pensarás que es un túnel a tu casa.

Te miraré a través de mi espejo
para ver que sigas respirando
tu cuerpo es un globo blanco
con un listoncito colgado.

Mi madre no sabrá que me pasó
cuando no me reconozca
de tanta tristeza.

No podré explicar a tus amigos
porque mi cara estará destrozada
de tanto llorar
por los helados que no comimos.

No dejaré que mi gata se coma tu rostro.
Si dejas de moverte
seguro esperaría antes de gritar
porque nunca he gritado junto a un cadáver
y no tengo experiencia ni práctica en hacerlo.

Me dio miedo amanecer sin tus ojos
pero así es la vida.
No te rías.

Cuando mi cama rechine
pensaré en tu cabello enredado entre mis dedos antes de morirte.
Quizá te besaré en los labios
y a eso le llamarán necrofilia.

¿Sigues respirando?

No te mueras.
Y si te mueres
no dejaré que mi gata se coma tu rostro.
Lo prometo.


Sentencia

Mi cuerpo es un camino hacia el infierno,
no es cierto
exagero.
Mi cuerpo es un camino
​​hacia alguna parte
​​​​que no sé.

Mi cuerpo es un hoyo negro en el espacio
que no conozco
y quiero saber qué hacer con él.

Lo llamo
mirar al espejo y no reconocerme,
lo llamo mujer,
lo llamo nos están matando con un picahielo infectado,
49 kilogramos 1.53
gastritis,
dolor de pezón por el frío
variz de la pierna izquierda
y me da miedo ser madre
aunque tengan que crucificarme
me da miedo ser madre.

Tengo los pies congelados.
Lo llamo Godzilla
y el mar se oye bonito en un audio de whatsapp,
la basura no
la basura no, solo el mar,
lo llamo rugido de una roca golpeada por agua,
porosa y tengo salada la cara, así nací,
papá y mamá se aman viviendo en mis rodillas que crujen
cru-jen. 

Lo llamo fuego
fuego
fuego
fuego
ayúdame
no quiero morir quemada,
hecha ceniza y mi cuerpo.
Nadie la reconoce.

El Dinero habitó en mí desde antes,
parece fortuna
no sé,
si después
quizá nunca.

Mi cuerpo es un vegetal del planeta vegetariano de la muerte
la muerte
y me llamo a veces yo
me llamo ridículacomepasto
no hace tanto frío
y la carne de perro es mala,
me llamo cuenta en Instagram y
no sé usar Twitter
qué vergüenza,
debería darte vergüenza
y qué importa.

Me llamo tengo derecho porque nací en 1992
y estoy a la moda
me llamo vintage
me llamo pop
me llamo colores pastel y twister candente
me llamo tamagotchi
y en China me llamaron usuario desde entonces.

Mi cuerpo nació en 1992
y me daba vergüenza
no sé desde cuándo,
y la sentencia
y el fuego
y no sé si mi cuerpo resista.  

Mi cuerpo es
mi cuerpo es
mi cuerpo es
un hoyo negro en el espacio
que no conozco
y quiero saber qué hacer con él.



Yo no nací loca, culpo al mundo y al internet.

Nací a las 3 de la mañana,
cuando las brujas hablan
y mueven sus manos
en el desierto único
del vientre estrecho.

Nací de madrugada
como los perros con lagañas,
del vientre inundado de una ballena
en medio de un mar seco,
espuma evaporada
aullido del mar en las rocas.

Mi vocación no existe
culpo al cielo y al internet,
mi cachondeo adolescente 
la juventud y el internet,
hay un pájaro estampado en la pantalla,
cosmosatómicotípicolírico.

Nací un miércoles porque
google me lo dijo: 
“calendario 1992 México”
no culpo al internet.

Pienso
que la locura no es mía
sino de alguien más a quien debo culpar porque no soy yo
ni debo serlo,
la habitación del tiempo,
la locura no es mía.

Nací y ellos temieron al grito
golondrina púrpura en llamas
nos dio miedo la vida,
como el dolor en un pecho que se asfixia muriendo
el parpadeo último o primero.

La vida es dolorosa 
como un apretón de huevos,
aunque yo 
no conozca el dolor un apretón de huevos,
pero me imagino.

Mi madre le teme a mi vida,
me borra de los ojos sus ojos y me dice
alguna grosería con ternura y coraje
ella culpa al padre y a internet
no hay otro camino,
y me odia a veces 
y me da comida a veces 
y me extraña a veces
y me exige a Dios a veces,
y me dice que nací con otro rostro que no es este,
enterregado y seco
como un cactus vivo,
sangre de salvia caliente,
ella me llamaba “cebollita” 
en el poema perpetuo.

Nací un miércoles a las 3 de la mañana
y no culpo a nadie
porque así es la vida,
como un apretón de huevos que duele
pero no sé cuánto,
como una canción de 0:30 segundos 
con doble pedal
y golpes,
como saber que el punk no ha muerto y es la vida 
y la verdad,
como duele nacer en 1992
o en cualquiera.

Como culpar la imagen de mi madre en mi rostro
y llorar de histeria,
como saber que son las 3 de la mañana
y escribo este poema
y no pasa nada,
y la culpa no es de nadie.



Creímos en ti Ángel de Oro

Para Los perros románticos
y Guadalajara en noviembre del 2014 
Nosotros creímos en ti,
desde las sillas,
comiendo palomitas con chile
y cerveza Tecate caliente.
Gritamos “pendejo”
y “tu mamá es mi novia”
mientras se les iba el camión en domingo.
No pueden tomar fotos,
nos dijeron.
Los cuerpos flácidos y gordos
volaban sobre un gato de hule
y los calzones
y las viejitas
y la música de los 
chiflidos mentado madres al mundo.
Creímos en ti Ángel de Oro.
Cuando la señora del elote con crema dijo
que no eras puto de San Juan,
entonces supimos que eras bueno
y creímos.
Creímos en ti Ángel de Oro.
Cuando no eras tan feo
ni tan prieto
ni tan gordo
ni tan ridículamente licra.
Eras blanco de oro
como algo bueno
y en lo que alguien debía creer.
Creímos en ti Ángel de Oro,
antes de ir a cenar tacos 
y elotes al templo
y hablar de poesía
y extrañarnos sin habernos ido todavía.
Creímos en ti
sin tener tu máscara
ni el aceite de tu cuerpo,
pero creímos en ti.
Y al tercer golpe y el suelo,
Euforia se rio de nosotros
luego fuimos a los tacos
y elotes al templo
y hablar de poesía.
Mientras tú eras ángel
y eras oro
derrotado,
y nos extrañábamos sin habernos ido todavía.



Sueño #1

A Jesús Carmona Robles

Sobre la cama el tieso cuerpo
y afuera el sol
y la vida.
Soñé que el día
soñé que 15 segundos
Instagram
y Freezer contra Goku,
soñé que je ne sais pas
y oui oui oui,
otra vez no,
mi comida parece un pokemónvegano
ya no te rías,
bueno, ríete otra vez.
Un lonche de pierna y Chihuahua,
en Guadalajara decimos lon-che,
la pierna y Chihuahua
allá la carne,
carne, 
mucha carne,
y los amigos.
“Sembraste tu propio fracaso
en esta pelea”
tuviste este final por eso, dijeron.
Compartimos el destino con este planeta
seremos destruidos, 
abiertos de la panza al menos,
partidos-en-dos.
Pienso en 15 segundos,
y no cabe el musgo en un solo pecho
ni la luz en un solo planeta,
pienso, que los ojos están lejos,
y el destino del mundo está dentro,
ser destruidos.
Los reptilianos y el mezcal de a 10 varitos
tan románticos ellos.
La pelea y el sueño
la distancia a 18,500  horas
incrucificable
y me escribe y le respondo:
soñé muy raro. No quiero volverme loca.




Entre las piernas

Para mi vecina de 14 años 
que ya va para su segundo hijo.


Tengo en la entrepierna
4 mil millones de años girando,
el pecado orivirginal de la lujuria y
un alacrán hembra-becido, 
grito y ambulancia
un llanto TNT, 
grito de vida madriada y loca
cholos de  mi barrio.

Agua entre las piernas, 
un pulque curado y aguamiel,
la bestia,
el escarabajo verde metálico,
un sillón roto.

Tengo en la entrepierna una boca muda
la discapacidad extenuante,
el baile, cadera y lengua, 
el ritmo de una catacumbia
en muros de mantequilla o manteca.

Tengo a una chola sin tregua,
una chora, un chamaco que llora
la calle de noche,
(porqué es diferente la calle de noche)
y aun estrellada en la esquina
banqueta rota,
entre  piedras mojadas,
entre  sueño y ensueño en la vida,
la perra coja, 
la perra tuerta,
el envase con importe.
Veneno entre las piernas,
un valle
una luz roja,
el llanto y abandono.

Pobre vida, 
mi vidita, 
cariñito mío,
dale vuelo a la hilacha,
date cuerpo, hilacha
no vida. 





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