domingo, 15 de febrero de 2015

MARIELA BENÍTEZ [14.888] Poeta de El Salvador


Mariela Benítez

Poeta. El Salvador

Mariela Benítez, poeta salvadoreña, dice: “La función social del poeta estriba en la sensibilización de la sociedad, a través de la poesía, generando conciencia que responda a un cambio de actitud de los seres humanos” 

Para ella, la poesía es un libro abierto, en donde se plasma la subjetividad poética del autor, en cuanto a la realidad. Mediante la poesía, las sociedades latinoamericanas, pueden tomar partido, en cada uno de los problemas que aquejan sus realidades: Problemas ecológicos, de salud, de transporte, etc.




...Su infante voz convierte los lugares,
ausencia en esencia que pide como prócer,
como mártir del poema
no sabe el descanso, no lo conoce
su felicidad esta en el vuelo, no en la flor,
no sabe regalarse a si misma, MEZQUINA
vive de lo que ven sus ojos, llora por el sueño.
La segundera se vuelve más lenta que sus pies
Ya que corre sobre aguas poco profundas sin tocarlas,
vive del día al contado, resuelve su existencia en el paso, 
como si supiera que no hay mañana...

...Su brevespacio es un eterno colibrí que se escapa de sus manos
por un brevespacio sintió que iría a México y fue feliz, 
por un brevespacio creyó que Dios la había visto,
por un brevespacio el muelle y la luna fueron suyos,
fue un brevespacio la habitación 21, 
un brevespacio la sandía con sus semillas, 
un brevespacio que comenzaba en la ventana de altas defensas
coloniales, con un final de respaldo español...





Sus Escritos (Del poemario Inédito Sombra Desnuda)

I

Mis alas son cortas, fueron usadas por la ausencia 
Aplaudiré mi servilismo durante algunos segundos 
Y la lluvia marcará el mapa al silencio 
No debes sentir su abrazo
derrocharé y besaré tus hijos muertos 
duele, no tiene sentido.

Humecté tu cuerpo siguiendo tu línea inestable 
ríes sobre mi presencia 
comparándote con un perro caliente. 

Desde el techo veía tu desnudez vestida 
la timidez era un buen atuendo 
sin intención de entrega nuestro espesor
inconscientemente ambientamos la almohada

Deje huella de sangre en el cuarto sin luz
y la mente perturbada de violencia
cerramos con un pequeño candado 
y nos despedimos con nubes vistiendo montañas 
Y rostros deseosos de volver.

(Escrito 38)



II

Postrada, dibujo tu imagen,
aliando la oscuridad con aquellos zapatos viejos olvidados en las rejas, de la chica que usa el cabello suelto.

A pesar de mi noveno sentido,
no presiento lo postrero,
la botella azul que conseguí en los almacenes exclusivos del centro de la capital,
dice algo, desea decirme algo,
pero no logro distinguir el camino.

Postrada,
decido entrar a una ciudad amarga, llena de ruinas y sombras que aún están desnudas, en una de las grietas olí el pasto fresco dejado por ellos,
una extraña forma presumió estar viva,
acercándome pregunte por la ciudad y cual era el camino a la salida

Nunca escuche la respuesta

Postrada bajo el árbol testigo del tiempo,
busque a mi alrededor, a la NADA, con susurros suave,
y también con susurros suaves ella se acerco y acaricio el botón de encendido
Moje a las flores, escuchando entre ellas un susurro de virginidad enmarcada,
los ojos cruzados despertaron avisando que limpiara de inmediato el olor atrayente de dormidos y muertos.


De dormidos y muertos, de dormidos y muertos, ahí voy otra vez.

(Escrito 37)



III

Bohemio

Tus costumbres liberales y desordenadas
se cruzaron con la ¨m¨ y el pelirojo en la banca
Invocando espíritus risueños 
Murmure tu irregularidad
frente a sombras de aguas no cristalinas
rodando peces de colores extranjeros 

Entre risas, necesidad y pulcritud
Veías el escapulario de ella
Transpirando el amor silencioso
Con el sello de un beso archivado 

El tiempo decidió plasmar la fotografía en el espesor
cuatro días
con valentía de asesinar lo femenino
uniendo géneros, oliendo géneros 
recibimos la piedra dorada de amanecer.

(Escrito 35)




IV

Quise romper a besos el negro labio,
dormir en el hueco caliente de sus manos,
desnudarme en dirección opuesta al rayo,
y asistir juntos a la derramada vela.

Ese momento no será de respuestas,
Pues el último cuarto fue alquilado por la ausencia
y los deseos enormes de cortarme el cabello del hubiera.

(Escrito 34)



V

¿Qué paso?

No lograras que firme la libertad de mi culpa,
lo acepto, esa noche tatué tu sangre,
pero ojo, no utilicé mis manos, así que no deje rastros de lo que esa noche tome. ¿Qué pasa?
¿Por qué me miras así?
créeme, no deje rastros, y nadie puede verlo, menos tú. 

(Escrito 22)



VI

Guión

Cierra el telón,
La función ha terminado, escucho los aplausos
Y mis lágrimas no secan una vez más, el éxito.

Matando mi talento seco mi llanto
Comienzo a capturar la fortaleza que no me acompañaba.

Entierro las habilidades y poco a poco voy muriendo.
Finalizo este sentimiento que me fatiga

Cierro el telón
La función ha terminado

Autógrafos de la maestra del deseo
y la prisionera de libertades
Aquella que buscará seguramente
Mata su carnalidad.

(Escrito 17)



VII

Retirada

Partiré sin aviso,
Sencillamente sin reclamar lo entregado
Mis alas activaran el impulso al vuelo
y sufrirán
Nuevamente el largo camino casi olvidado.

(Escrito 16)




VIII

Mar

Cada ola del pacífico pretendió llegar a mí,
Su blancura quiso manchar su nombre con mi cuerpo,
y acariciar mi alma con su suave brisa,

Al saber que llegaría preparó una piedra dorada de amanecer
y me llenó de brillantes para asumir mi tristeza.
Una fuerte calma toco mi cuerpo
Finalmente abrazó mi deseo
y me aferré al silencio.

(Escrito 7)




IX

Alfa-Omega

En Génesis, tu voz se convierte en una hibernación de días, imposible para que pensaras en experiencias vividas y en las chispas de alegrías que ocasionaron el llanto causado por la cizaña e impulsada por una constante lluvia. , pero eso no deja a un lado que retomemos la poesía utilizando imágenes de trovadores infieles, infieles trovadores de banca pero goleadores.

Los días no terminaron, aparecen las canciones ejecutadas por tu dulce zampoña, desafinada pero dulce, disfrutó dibujos credos por tus laboriosas manos  y compartimos mañanas blancoscuras que nunca explicaste  y yo por supuesto no entiendo.

Falsamente nos gustaba ver en aquel final la luna, la gigante luna que siempre nos acompaña y que me hará recordar nuestros 22 días,  Solamente 22 días bastó para  ver tu tienda de muñecas apocalípticas.  

(Escrito 1)


X

Espera

Mi cuerpo se llenó de huellas,
Seguiré marcándome,
Hasta encontrarte.

(Escrito 42)






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