sábado, 17 de enero de 2015

JORGE ALEJANDRO VARGAS PRADO [14.512]




Jorge Alejandro Vargas Prado

Nació en Cusco, Perú en 1987. Egresó de la Escuela Profesional de Literatura y Lingüística de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. A pesar de su corta edad ya ha publicado  tres libros, el primero es Cuentos (2006), el segundo es Para detener el tiempo (2008) y el tercero es Kunan Pop (2010). Ha sido editor principal de varias recopilaciones de poesía y narrativa, donde destaca sin duda la antología escrita de forma bilingüe en castellano y en quechua bajo el título de Qosqoqhechwasimipiakllasqarimaykuna (2012) con Luis Nieto Degregori y César Itier. Ha sido ganador de varios premios en poesía, narrativa y video-poesía porque su propuesta es multidisciplinaria. Es fundador del Grupo Editorial Dragostea y  empezó su carrera de editor a los 16 años.



Poema borderline 2

Escucha: Yo, puedo cernir el cielo y hacer que llueva. Puedo pincharle los ojos a Dios con mi aguja incandescente. Revierto el mundo y sin embargo: Tú. Luego, tu mandíbula: nudo de cordilleras, tu maldita boca. Soy feliz como un río de sangre, como un brazo suelto persiguiéndote, como tu ropa sucia. Yo, soy feliz como un grito.




Poema borderline 3

Hoy he cagado muy bien sin ruido y fácilmente.
He cagado pensando en ti y, siendo sincero, ya no me da vergüenza.
(Entiende: los bonitos también cagan)
Para pensar de intestinos es preciso entender que el culo azul de un ruso huele igual que el culo de un hermoso soldado del Perú.
Me emborracho y pienso en la plastilina de mi estómago.

Atardeces.

Luego llego a una rotunda verdad:
Cada mañana cago a pedazos mi corazón.




Poema borderline último

Pizarra:
Y al final juzgo que el tiempo no se detiene con tu ausencia inexpugnable ni con mis ganas de morir sino sólo cuando un poema se hace nudos de cristal.

Rumi Uya (Cara de Piedra)

Rumi uya, te regalo esta cajita hecha con mis costillas rotas de no abrazarte. Puedes conservar aquí dentro la garúa y mis juegos de canica.
Rumi uya, te regalo esta cajita para que te lleves lejos las junturas perfectas, las piedras de catorce ángulos que arman tu cara; para que se esconda la espuma tibia de tu cuerpo en manadas felices.
Rumi uya, te regalo esta cajita donde caben tus ojos para que cuando llores no inundes la cosecha, no ahogues a las vacas ni me despiertes empapado.
Rumi uya, te regalo esta cajita con nuestras ropas húmedas, nuestros chullos húmedos, nuestras cervezas.
Rumi uya, te regalo esta cajita a cambio de una bola de pelos de tu pubis en mi garganta.
Rumi uya, lo siento, mejor, te regalo esta cajita nomás.




Santiago de Chile

Eres un ramo absoluto de flores
Donde las flores siguen la lógica de los pájaros de luz.
Porque, Chile
Eres un rayo de sol
Una palabra que se susurra
Un monumento de madera y sangre
Y un joven llamado, vamos a pensarlo así, Marco
que es la representación de todo lo que se dispara en el mundo.
O una pistola de flores o el mito sobre el mito que ya no existe.
O un buque de niebla que cubre las playas más ciucas o pitucas de Viña del Mar.
Las nubes rajadas por la luz
Me revelan que:
            Aquí se disparan con hondas los autos.
            Aquí los policías golpean con su armadura de robot.
            Aquí todo se ha intercambiado por dinero: desde las bases espaciales hasta el furor del agua y los pupitres.
Sin embargo, mis ojos hambrientos me cuentan otra historia:
            Que hay cumbia.
            Que hay guasos.
            E inacabables edificios de cristal.
Porque yo vengo del color y la estridencia.
Créeme cuando te digo que eres un ramo absoluto de flores
Donde las flores siguen la lógica de los pájaros de luz.
Y que un joven llamado, vamos a pensarlo así, Marco
Es la representación de todo lo que se dispara en el mundo.
O una pistola de flores o el mito sobre el mito que ya no existe.
O un buque de niebla que cubre las playas más ciucas o pitucas de Viña del Mar.
Pero, óyeme también cuando te digo, Chile.
Que Marco busque en los resquicios de su cerebro, de sus átomos.
Porque se está aprendiendo, otra vez, a escuchar el crepitar de la madera sobre el fuego, el andar de las lombrices, los idiomas.
Y sin embargo a mí, que vengo del color y la estridencia, tu joven Marco, Chile, me ha enseñado a ser joven y la sensación tan cómoda de la cara, los pies o las muletas sobre este suelo que al fin y al cabo, compartimos.

He levitado sobre tu arena, Chile.
Se han desbandado mis ojos sobre tus grafittis.
He reclamado las banderas que se hacen harapos en tus astas.
He roto tu ley y he tomado alcohol después de las 3 de la mañana y así
he hablado en quechua con un hombre rapa nui que me ha hablado en rapa nui.
He intentado salvar del suicidio a un señor cuya vida estaba en el beso de una muchacha.
No había reparado, entonces, en mi propia muerte, que es también un poco la muerte del sol, un poco la muerte de las piedras de Machupicchu.
No había reparado, entonces, en mi corazón enloquecido porque un guerrero mapuche le mostraba mi cuerpo desnudo a la luna y la trataba como a su amante. Porque yo era el amante del mapuche guerrero y la luna, me lo han enseñado, era mi madre.
Porque no quiero podrirme al romperle la ropa de un mordisco al guerrero mapuche.
Porque mi corazón, que aún es niño, se sabe volver cruel de tanto ruido
de tanto miedo
de tanto exceso.
Quién dice que todo está perdido, Chile, yo vengo a ofrecer mi corazón.
Que es un poco, el corazón de tus jóvenes marchando por miles.
Que es un poco, el corazón de la pequeña hiena que ha nacido en tus desiertos
Y que nadie ha visto.
Pero que existe y nos completa aunque lo ignoremos todo, aunque lo ignoremos siempre.



Jorge Vargas Prado ya se ha hecho un nombre con varios libros publicados. En julio del año pasado Jorge publicó su cuarto libro, esta vez de poesía: T’ikray, que tiene como particularidad lo bilingue, pues está impreso en castellano y en quechua.

Jorge es un joven cusqueño que maneja diferentes intereses, y el breve perfil que de él hacen en el blog del IV Festival de Poesía de Lima, nos puede dar una idea de sus actividades:

Escritor, editor, músico y activista. Ha publicado varios libros entre los que destacan Para detener el tiempo (2008), Kunan Pop (2010), Qosqo qhechwasimipi akllasqa rimaykuna (2012, junto a Luis Nieto Degregori y César Itier) [...] Sus trabajos han sido reconocidos con publicaciones a nivel nacional e internacional y con premios en categorías como: poesía, cuento y videopoesía. Es egresado de la Escuela Profesional de Literatura y Lingüística de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Actualmente lucha por fortalecer el idioma quechua, edita libros en el Grupo Editorial Dragostea y es parte del grupo de post-folk progresivo Chintatá.

El idioma quechua es un elemento que está presente en casi todos sus trabajos, y en la web de la revista Nosotros – Ñuqanchik, le hicieron una interesante entrevista precisamente orientada a este tema, pero también sobre sus anteriores libros publicados:

Kunan Pop fue un ofrecimiento de Cascahuesos editores para recopilar lo que ellos consideraban lo más destacado de mi producción de cuentos hasta entonces. He tenido la suerte de integrar una generación bastante seria. Tuve suerte también de llegar a trabajar con Luis Nieto Degregori. Él es un escritor muy reconocido. Sin su confianza no hubiera podido ser capaz de meterme en la aventura del Qosqo qhechwasimipi akllasqa rimaykuna. César Itier, a diferencia de muchos especialistas extranjeros sobre el quechua, es una persona de un gran corazón, muy sincero y muy humilde. Para mí fue todo un honor trabajar con ellos. Nos costó muchísimo hacer ese libro, pero quedó hermoso.

Pero hablando de T’ikray, fue recién el pasado 4 de enero que este libro se presentó en la ciudad del Cusco. Como se mencionó anteriormente, el libro tiene la particularidad de estar presentado en dos idiomas: castellano y quechua. Sin desmerito de lo primero, es el trabajo alrededor del segundo idioma el que le da el sello al trabajo literario de Jorge en este poemario. En entrevista el día 13 de enero, nos habló de lo que para él significa el quechua y qué piensa de la escena cultural cusqueña:

Otro sello que puede encontrarse en el libro, es la presentación de diferentes cosmovisiones del cuerpo. En palabras de Jorge: “Sentimos y hablamos con todo el cuerpo”. Dejemos que sea el mismo quien nos lo cuente.

Sin duda alguna T’ikray representa dejar una puerta abierta al debate. Un debate sobre el quechua, un debate sobre lo andino, y un debate sobre lo que es ser escritor en el escenario social cusqueño. Para terminar los dejo con la lectura de parte de sus poemas, tanto en castellano como en quechua, que Jorge hizo en la presentación de T’ikray. [JUAN ARELLANO VALDIVIA]






-T'ikray-Jorge Alejandro Vargas Prado

Serie: Mutilaciones (poesía)
Fecha de publicación: Julio, 2013
Páginas: 90 en quechua, 87 en español y 24 láminas a color



Ser un Inca en el año 2310 and not find the App “Khuyay” in Google Chrome
T’ikray pretende ser un film hermoso en donde Rosita de Espinar tiene polleras coloridas como un circo que da vueltas a través del sol.  Un film hermoso donde el zapateo es el sístole de un concierto de teckno-huayno y donde la gente bebe cerveza y Marisol Cavero juega con el anti-lenguaje y manipula diatribas para con los ‘hombres’ malos y sacavuelteros. Un film en dondeJorge Vargas Prado toca música con Chintatá y  le regala una cartita a Rosita de Espinar y ella llora y tiene flores en su estomago y en su espalda y en su mente, y en los dedos gordos de sus pies.

T’ikray es un libro híbrido, bilingüe, bisexual y harto amoroso que sobrevive en un planeta ajeno a sí mismo

T’ikray es un libro que se lee de atrás hacia adelante porque en la cosmovisión Aymara el atrás es adelante y lo adelante está detrás.

Y Florcita de Espinar es un eclipse que deja ciego a toda la gente que zapatea sin darse cuenta como si sus pies fuesen motores que amen con todas sus trenzas, a 150 000 latidos por segundo.

T’ikray es un libro que incluye cuatro poemarios, “Se ha vuelto a dar la vuelta”, “Los mendigos y la lluvia”, “Y el norte, ¿dónde?”, y “El fantástico show del mar al revés”:

“T’ikray es un libro de indispensable lectura para poder interpretar la nueva poesía que se irá forjando en las últimas décadas.”

En el primero experimenta con la estructura de un examen y hace de él un examen hermoso que todos los niños del futuro quisieran resolver para graduarse en la vida. Repleta de preguntas incisivas que buscan nuevas cogniciones en nuevas cosmovisiones aún no descifradas y  las opciones de respuestas son siempre un tanto al margen de una lógica racional y más bien se enfrenta a una nueva lógica-de las emociones. Las preguntas de examen enlazan poemas en comentarios de facebook quechua, o graffitis, o memes, o panfletos/folletos y una serie de poemas visuales que buscan un nuevo lenguaje interpretativo.

Jorge Vargas Prado no sólo juega con la arena de Máncora o con el corazón de Cusco.

Jorge Vargas Prado también nos narra un viaje interminable por los extremos del Perú, desde donde desprende esa lucidez de la búsqueda de un otro a quién amar o a quién reclamarle lo injusto, desde conversar con un compañero de bus con quien se imagina sudando de cerca o con un pescador a quien la vida le ha tratado sin mucha delicadeza, se enfrenta a una la lucha contra un orden establecido  y contra una realidad que le ha quitado muchos placeres a la vida.

T’ikray es la búsqueda de una igualdad universal frente a todos los rasgos culturales, sin etiquetas, buscando la verdadera honestidad, y la verdadera música, y la verdadera flor, y la verdadera norma que hará que todos los niños del mundo y todos los poetas del mundo se amen aún más y que Cusco sea como un pájaro bajo la lluvia al que muchos roqueros con polos de Lady Gaga amen mientras bailan y escuchan las canciones de Magaly Solier en sus Iphone 6, & besen a los mendigos y a los perros muertos y coman juntos en las calles o en los hoteles al rededor del Coricancha o  en una casita de adobe en el último cerro de Machu Picchu sin que nadie pueda impedirlo.

Reseña por Crhistian Bafomec



SE HA VUELTO A DAR LA VUELTA (EXTRACTO)

Colegio Estatal “Nuestra señora de la Merced” del Cusco
EXAMEN PARCIAL DE ‘EDUCACIÓN ARTÍSTICA’ CO-
RRESPONDIENTE AL III BIMESTRE
Cuarto año de educación secundaria

(…)

Consulta 5

Revisa los siguientes documentos que estuvieron contenidos en el pequeño cofre de cristal que el escritor Arthur Rimbaud Vilcashuamán le obsequió a su colega Stefany Quilcca Huamán antes de fallecer, además del poema visual de esta poeta titulado “Caralibro” y desarrolla libremente. (ver láminas 1, 2, 3, 4, 5)


Lámina 1. José María Arguedaspa harawin Katatay. Patapi Arthur Rimbaud Vilcashuamán t’ikraran, qillqaran ima.



Lámina 2. José María Arguedaspa harawin Katatay. Patapi Arthur Rimbaud Vilcashuamán t’ikraran, qillqaran ima.


El autor nos increpa el  ser una sociedad enajenada de nuestra realidad y a la vez nos propone una serie de ejercicios a través de su obra:

Dejemos de pensar en razas, no existen las razas.
Dejemos de pensar en evolución, las cosas cambian de acuerdo al contexto.
Dejemos de pensar en el “otro”, somos nosotros.
Dejemos de pensar en Folklore, todo es música.
Dejemos de pensar en Indígenas todos somos iguales.



***

El fantástico show del mar al revés (Fragmento)

Es verano en Lima.
Llevo como una corona el sudor.
y no tengo vergüenza pues el sudor que se edifica en verano tiene la belleza del cristal de los edificios más altos de San Isidro, en el Perú.
Como corona también llevo, a cada lado de mi cabeza, una proyección:
Adivino que en alguno de estos, los edificios más altos del Perú, un ejecutivo rico y de piel clara saborea a lengüetazos cada rincón del cuerpo de un muchacho de limpieza con la piel más oscura. Así y viceversa.
Los dos descubren que sus olores, sus pliegues, sus sudores, se parecen.
Yo me teletransporto, husmeo el pequeño cuarto de servicio y me pregunto: ¿Hasta cuándo el dinero tendrá un color de piel diferenciado en el Perú? Y me pregunto también, muerto de sed, si podré alargar mi mano para ser parte de aquella explosión iridiscente y salina; si me alcanzará la nariz para husmear cada rincón de esos cuerpos.
Pero cuando aparezco a su lado, no hay sorpresa, ambos se suben el calzoncillo y el bóxer, según el caso o la pobreza, y salen sin hablarse.

Yo me detengo lo más que puedo en el pequeño cuarto absorbiendo desesperadamente, en silencio, las ruinas de aquel show cósmico, el olor que poco a poco declina, el olor del mundo entero que ha florecido de cada pliegue abierto de los cuerpos del ejecutivo rico y blanco y del muchacho de limpieza pobre y oscuro de piel.
Estoy feliz.
Mis vértebras se entrechocan
Fosforeciendo
y producen destellos.
Mis vértebras son las teclas de un
sintetizador que a veces las flores
se detienen a oír.
Pero es de noche y los girasoles están durmiendo.
Mis dos hombros se encienden como si contuvieran el cristal líquido y brillante de las luciérnagas o de los peces abisales.
Se encienden mis costillas.
Y mis caderas marcan el ritmo con el que se menean los astros.
Los dos huevos que llevo entre las piernas se menean también, divertidos y luminosos.
Estoy tan feliz que toso y tosiendo se me escurre un listón de papel, como flema, por la boca.
Sorprendido leo lo que está escrito:
 “Los que desechan las flores son incapaces de ver”
Será por eso que se me han caído
los ojos en el mar.
Y lo he descubierto todo, otra vez, sin ojos.
Porque me gusta arrancar dolorosamente las flores que me crecen en el pecho y entregarlas.
De mi pecho crecen flores, campos inmensos de flores.
De mi pecho crecen flores que arranco y que alcanzan para todos los seres que existen en el mundo de abajo, de aquí y de arriba.
De mi pecho crecen flores que arranco para los que tienen mocos, para los que tienen muñones, para los que tienen nieve o espuma.
¿No sería cruel negar las flores que crecen de mi pecho y arranco?
Es verano en Lima.
Pero el bus retorna.
Y la corona de sudor que me adornaba el cráneo, se vuelve un matorral pútrido de espinas.
Mis vértebras tiritan, se desgastan y se apagan.
Mis dos hombros tiritan, se desgastan y se apagan.
Mis costillas se esconden.
Se apagan las estrellas.
Y las flores que crecen plenamente en el corazón del mundo
y las flores que crecen alegremente sobre mi pecho
se apagan, desapareciendo.
Es en ese momento que deseo que a todas las personas se les caigan un poquito los ojos para que yo también pueda apagarme.
Se han perdido las estrellas que guiaban a los barcos.
Ahora, confundidos, los barcos navegan en el cielo.
Y, aunque sea el cielo, los barcos despliegan tristes sus velas, sus turbinas, sus rayos láser.
Quisiera que un pescador me haya dicho: “El principal misterio de esta época se encuentra en el momento exacto donde el sol apenas toca el mar en el horizonte”.
Quisiera que ese mismo pescador me haya dicho también: “La única manera de develar ese glorioso misterio es descender pacientemente el short de un elástico muchacho que se encuentre en Máncora”. “Sólo así —quisiera que continúe el pescador— o llegando hasta el horizonte en el momento exacto que el sol toca el mar, se descubre la lógica universal que se repite en el rotar de las más grandes estrellas y en la vorágine cósmica de la vida de los seres más diminutos que existen a pesar de la limitada imaginación de los hombres”.
Sin embargo, el pescador me ha dicho:
“Se me ha muerto mi novia
se me ha muerto mi familia”
Y se ríe, borracho y confundido, por el traqueteo interminable de una parte suelta en el motor del bus que otros esperan.
Y yo quisiera escribir un poema ultramoderno, ultrajoven, sobre un reloj de plástico verde limón, con los pies repletos de arena.
Sin dolor.
Saludable.
Y recordar, cada vez que lea ese poema, que siempre habrá personas inconfundiblemente más jóvenes que uno.
Y recordar, cada vez que lea ese poema, que siempre habrá personas curiosamente mayores que uno.
Y recordar, cada vez que lea ese poema, que la novia y la familia del pescador están muertos.
Un poema ultramoderno y saludable.
Que nos cure
cuando se levante la voz de su conjuro.
Mientras escriba ese poema, ruego:
Que se me escapen los pies, pero, sobre todo, por favor, que se me escape la cara.
O mejor, virgen de pan, diosito, que mi cara se mantenga de pie, sin miedo, corajuda.
Yo uso el báculo encendido de un arcángel
para dibujar mi historia alegre en la orilla más húmeda del mar.
El báculo encendido de un arcángel.
Tengo tantas ganas de alabar a los dioses infinitos, al propio universo con el alivio de mi semen.
Y así, detener el dolor del pescador borracho y ruidoso y deudo. De los limeños amantes. De mis vértebras y hombros apagados.
Así detener la soledad de las naves espaciales.
Así detener la caída de los ojos del muchacho más bello del mundo.
Más bello y más solo, caminando con una erección notoria y triste, el domingo de resurrección.
La soledad de una ciudad baldía en domingo de resurrección, de las naves espaciales, del pescador deudo, de los barcos perdidos, de mis vértebras y mis pulmones.
La soledad del muchacho más bello del mundo que camina con una erección notoria y triste el domingo de resurrección.
Tengo un bosque de niños y niñas creciendo en mis piernas.
Miro al cielo y me detengo, ¿dónde están mis dientes?
¿Dónde está el abra de mis nalgas?
Tu ano.
Mi ano.
Tu ano.
Mi ano.
Tu ano en un bus.
Mi ano en un bus.
Tu ano en un avión de papel.
Mi ano en un avión de papel.
Tu ano en una fiesta.
Mi ano en una fiesta.
Una bala sostenida en el aire.
El alarido de un dinosaurio vivo en otro planeta.
Todo lo que he escrito.
Todo lo que no está influenciado por Europa.
El río de peces atrevidos.
No más estrellas en las vías, en las carreteras.
EL INSTANTE
LA ETERNIDAD
LA REVELACIÓN DEL INSTANTE
EL ADIÓS A NUESTRA ÉPOCA.


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