sábado, 20 de diciembre de 2014

CLAUDIA VACA [14.273] Poeta de Bolivia


CLAUDIA VACA FLORES

(Santa Cruz, Bolivia, 1984).- Poeta.
Claudia Cecilia Vaca Flores salió de su casa-agua, para llegar a Santa Cruz de la Sierra un torrencial 16 de diciembre del 1984.
Es filoloca y gestora cultural, cree en un ser que no ven sus ojos ni tocan sus manos, ni besan sus labios, pero que como el aire abraza y oxigena su vida. Solo sabe lo que busca y eso le permite ver lo que encuentra. Tiene preguntas en sus ojos cuándo algo o alguien la inquieta y respuestas en sus manos cuando algo o alguien la despierta.
Su labor diaria ocurre entre los actos poéticos de leer-amar-educar.
Publicó el poemario Versos de Agua (2008), ha participado en las antologías: Breve poesía desde Santa Cruz (2009), Los tres cielos (2013).


Fastidio 

Desnuda la estatua temerosa. 
El sueño profundo en sus ojos. 
Aletean las palomas sobre ella. 
Se duermen en su vientre mariposas.  
¡Ah, silenciosa! 
me cansé de hablarte.



Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad NUR, fue becaria del programa de emprendimientos culturales de Relaciones Exteriores de Israel y la OEA el 2008.
El 2009 fue nombrada Embajadora Cultural por el nodo Santa Cruz, de la red Bolivia Emprendedora FTE.

Su obra:

-Versos de Agua (2008)
-Como vuelan las mariposas (Puraletra, 2013)






-Versos de Agua (2008)



INCUBADORA

Vuelvo...
...de incubar los versos.

Descanso
en la bendita palabra
que crea lo innombrable.

Reaprendo
en la bendita palabra
de apacible aroma,
de viajes majestuosos,
de seres loables,
de sueños realizables.

¡Bendita palabra!
Incuba la acción,
urdiendo el mañana.




EMBARGO

Secuestrar el alma,
en estos días
es un riesgo
de virginidades solitarias,
de decencias simuladas.
Confiscar el alma
es un hobbie
de castidades revueltas
en cuerpos de porcelana.




-Como vuelan las mariposas (Puraletra, 2013)




ESPEJISMOS

 En primavera
quiero abrir todas las puertas
de tu maravilloso ser.                                                                                     
¿Me das las llaves?
… o entro por la ventana.




FARFALLA

 A vos,
la querida,
la que impregna con su vida
el aire que respiro,
la que perfuma las calles
de la ciudad que camino.

A vos,
la querida,
la que evoca borboletas,
en el vientre y en la mente.

A vos,
la querida,
la que desbaraja el día,
entre palmera y palmera,
entre libros releídos,
entre dibujos-excusas,
entre aleteos-sonrisas,
entre el sueño y el ensueño,
para caer al vacío que me permita decirte,
«¡cuánta luz ha dado tu risa a mi ser!,
¡cuánta salud ha dado tu pupila a mi pulso!,
¡cuántos latidos dicen tu nombre!».

A vos, la querida,
te digo,
«¡salud!,
por devolverle a mis días
la luz de la juventud,
reposando en la noche
del abrazo revoltoso».




CONTINENTES HABITADOS

 Al mirarte en mi ensoñación
bailé en las llanuras de la Amazonia,
nadé en las aguas del Mediterráneo,
ahí cerquita del río Jordán,
bauticé la memoria
del alma que espera mi vuelo.

Al mirarte recordé el sueño
en el que habitas mis entrañas
recitándome a Quevedo en el Siglo de Oro.
«¡Me cuesta entenderte!».
Y me dices:
«No hay nada que entender,
solo vuélvete conmigo
el mismo río que transita estos caminos».

Al mirarte vislumbré
nuestras vidas volando
sobre las serranías de Santiago
convertidas desde un rito
en pirámide de Egipto
que narra los mitos
de dos continentes
que resultamos ser
vos y yo.
           
Al mirarte acepté
que cuando arrecien vientos
de arenas desérticas
y la crisis de no saber
cómo lidiar con la cotidianidad,
el ceño cansado y renegón,
en lugar de amarrarnos a la ira
decidiríamos dar
un borboleteo anacoreta
en el Tíbet,Monte Carmelo, Jerusalén
o en alguna serranía de la Chiquitanía,
con la manía de conversar pacíficamente
sobre nuestros demonios.

Al mirarte
afiancé en mis alas
la esencia del atardecer en Chochís,
empujando mi vuelo
con la furia de sus vientos.




LA NOCHE QUE NO ME SUICIDÉ

Bailabas en el canto de Watteau,
pintándome un carnaval
de engañosas mariposas
que regalan odiseas.

La noche que no me suicidé
caminabas en las rieles
de mi infancia
cual serpentín viajero

La noche que no me suicidé
tomabas mi mano
y nadaba mi loto en tus aguas.
Despertabas mi boca
cual mujer extasiada
en«El Beso» de Klimt.

La noche que no me suicidé
zambullí mi existencia en el fondo del mar,
para nadar
con alas y sin cabeza,
cual Victoria de Samotracia,
en todas esas noches que no me suicidé.

La noche que no me suicidé
me habló tu sonrisa
desde la escritura de Baudelaire.
Me abrazaron tus brazos
desde la «risa y el olvido» de Milan Kundera.
Me mojaron las aguas
de«El mismo mar» de Amos Oz,
para mecerme cual «Hija amada»
en la escritura de Toni Morrison.

La noche que no me suicidé
me visitó la orilla encastillada
en el río de Rubens
y mis jardines de pereza
me pintaron Girasola,
matando a la curiosidad por saber
qué hay en el vientre de la muerte
la noche que me suicidé.




AYÚDEME A ESCRIBIR

Siga las pautas y obtenga su propio poema, ayúdeme a encontrarme y suélteme.

Para no ser un pobre misterio,
para no ser olvido
y encontrarme,
pregunto en mi letanía, luego de la noche en que no me suicidé:

¿Hacia dónde va la luz cuando se apaga?
Responda con los ojos vendados.

¿Por qué lo sagrado es huérfano?
Recite una oración antes de responder.

¿Por qué la luz oculta más que las tinieblas?
Responda su mentira con las verdades de otros y encienda su propia luz.

¿Por qué no leí tu silencio?
Grite hasta la afonía de sus sentimientos y trague un puñado de tierra rociada a las cinco de la mañana.

¿Por qué no hallaste mis palabras?
Traduzca el idioma de sus latidos antes del amanecer.





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