viernes, 12 de septiembre de 2014

YADI MARÍA HENAO [13.280]



YADI MARÍA HENAO

Nació en Samaná, Colombia, en 1975.  Escritora, poeta e ingeniera de alimentos. Vive en Buenos Aires, Argentina. Ganadora de premios, destacándose el Primer Premio Anual de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a la producción literaria, 2005, por “El otoño escribe mi nombre”; Finalista Concurso Internacional Contextos de Relato Breve (Radio Cultura), Buenos Aires, 2002; Primer Premio de la Poesía Libre Internacional de la Universidad Autónoma de Manizales, Colombia, 1998.
Editó : El otoño escribe mi nombre" , "Biografía de los caballos tristes" ," La que largamente llueve".



DOS CABALLOS EN EL REVÉS DEL INFIERNO


3

Los cerrojos del viento están sellados y las ventanas amortajan el corazón. Un poeta oscuro es bendición de alta blasfemia. Rasguña el silencio con tiza de locura.
Algo se descompone, fragmenta, parte en dos la noche de la muerte. Alguien mastica la noche. Lo que queda de dios como migaja de fe embalsamada.




SE BUSCA UN PARAGUAS

Aún no logro viajar hasta los sueños de un gato.
Ni dormir en el centro de un huracán.

Esto es un tratado sobre ratas.
Por la izquierda ahuyento al roedor del insomnio.
Por la derecha oculto la huella de un recuerdo.

Si las ratas cierran un ojo, escribo.
Si lo abren, se llevan lo que callo.

Hay vírgenes rojas que habitan la ratonera del vacío.
Discursos metódicos que a nadie hacen feliz.

Amanece en la boca la sed que amanece en la mirada.

La palabra se moja como un paraguas
bajo un diluvio de abrazos perdidos.

La muy sola palabra se dice a solas
entre los solos de noviembre.





FALTA UN CUARTO DE SOMBRA

Cuando resucito dejo el amanecer arriba de la frente.

Una palabra a las seis de la mañana llama a la puerta.

Le quito la noche a la noche,
le escribo tiempo al tiempo.

Cuando falta un cuarto para la sombra
nadie viene desde mi no estar en nadie.

A la tumba que uno paga en cuotas diarias
es mejor llegar con una vida de retraso.





VENDRÁ LA VIDA Y TENDRÁ TUS OJOS

A veces vuelve mi padre con sus zapatos de muerto.

Ebria la sangre el exiliado de sí.

El que espía entre ruinas,
el que pierde al ajedrez con la desolación.

A la vida no lo dejan entrar.

La muerte lleva en sus valijas
pájaros de Van Gogh;
le dio lo que nunca tuvo.

No sé por qué no lo dejan entrar.

Ebria la sangre
el que golpea oficinas de sombra,
el que abraza a la niña de frío.

De la ciudad de las mulas alegres, vuelve.

El extranjero de humo
y sus secretos de vulnerable agosto.

Para que escriba el vegetal del imposible.

Para saber por qué no lo dejan entrar.

Cómo se pierde el pasaporte
al país de la muerte.


Extraídos de BIOGRAFÍA DE LOS CABALLOS TRISTES.  Buenos Aires: Ediciones Extranjera a la Intemperie, 2006.  164 p.





  
                    "Pertenecemos a esa sociedad que
ha reducido a mi madre a la dsesperación"
                                MARGUERITE DURAS



Mi plegaria crepita en hojas secas de fe.
Madre, talaron el árbol de la vida.

Escribo la historia del desamparo,
el telegrama que selló toda esperanza,
la estampida del clavel sobre ruinas de cereza.

Lo vimos todo, Madre.
La caravana de langostas sobre cosechas de amor,
la rancidez de sus frutos.
El astillado esqueleto del país que soy,
la radiografía del fin entre mis manos.

Madre, todavía te veo sobre Pomponio,
el asno de la dicha.
Una y otra vez te arroja a valles de asfaltos
dos veces más una te levantas.

Allá va, gritan
la sola en hipotecas
sobre ruinas de caballos.
Allá va.
Mujer que hizo de madre.
Siempre.





Hola soledad

Alzó su capa
y montó en su escoba.
Océanos y continentes
vieron a la bruja loca
volar, ebria de amor.
Nada se supo de ella.
Hasta que una colisión
contra la luna,
fue anunciada en el
¡New York Times!



Houdini

La palabra mágica
que desapareció al amante
bajo el sombrero
fue...
                 ¡Amor!





Croché de tormentos

"Ô soleil sel,ó mon pays, ma seule destinée". 
Marguerite Duras.

Sin reflejos, sin caminos,
buscarte en la sutilidad que no se nombra ni se logra.
Sin enredaderas, ni hastíos,
ansío el polvo estelar de pies que marchan hacia aldea lejana.
Sin tormentos, ni ocasos,
hallar el sitio, latitud exacta,
meridiano de dorada esperanza.
Y aun cuando hiedras crezcan en el jardín de nuestro sino
por el croché tirano que teje bufandas de salvajes colores:
sembrar en las montañas de café
el poema de los sueños que aún cantan.
Trópico de almíbar, sol de cumbia,
danzan magdalenas en las noches
de un lastimado país con lágrimas de estío.




Alicia a través del espejo

"Aquí, frente al espejo, yo, la inevitable:
una imagen en sombras
y toda la soledad multiplicada".
Olga Orozco.


Frente al espejo,
vio una enorme "S" dorada
grabada en su pecho.
No de "supergirl"
No de "sexi-sado-sodomita"
Sí, de
            ¡Soledad!





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