lunes, 22 de septiembre de 2014

SERGIO ORTIZ [13.403]


Sergio Ortiz 

Sergio Antonio Ortiz Rivera nace en Santurce, Puerto Rico, en 1951.  Se traslada a Chicago en el 1955, y regresa a Puerto Rico desprovisto de su idioma materno en el 1960.  Es poeta, narrador, fotógrafo, y educador. Tiene a su haber los poemarios: At The Tail End Of Dusk (2009), y topography of a desire (2010). Actualmente está retirado de la docencia.  Ha terminado su última colección de poemas: Wet Stones And Bedbugs In My Mattress, que será publicada en el 2011.




ESPERÉ

esperé al amanecer
como se espera al enfermo
que baja del monte cargado en hamaca. 
me sentí viejo y contagiado

pero el viejo aquejado no era yo
sino el que suplanto las manos
por ruedas, el que menguó

a la madrugada, a la zafra
y al ingenio.  me opuse su dictadura
a sabiendas
de que yo no salvaría a nadie.

vigilaron lo que escribo,
arrestaron
mis palabras, balearon
mis poesías
y me consumió la soledad

de las piedras.
el musgo del silencio las cubría
lentamente con  estiércol
del verdadero enfermo.

el faisán del corazón deserto la escuela
de esta dictadura. 

día a día se metía más en la embrolla
del consumo
para ocultar la humillación de los
gases lacrimógenos.

y preguntó: ¿dónde esconderán
su casa de torturas, su gulag?  ¿qué me dejaran
llevar conmigo?





NOCHES DE TORMENTAS

sin saber de ti
clava duro

mi incomodidad
clava duro la separación

lo duro de querer
más no saber

clava duro
el consuelo

de estar a tu lado
sin el llanto

solo la risa
tus ojos claros

clávame
duro






PIÑA

Tus labios cayeron sobre mi espalda,
torrente de gorriones picoteando la piña

agridulce que hincha lenguas y amortigua
respiraciones como mortero de boca ancha. 

¡Toma, golpea a las setas tailandeses de mis
nalgas perfumado de estrellas de mar

y de hojarasca!  Historias translucidas
que arrancan a besos la pulpa de mis labios

al compás de un ligero ritmo tropical:
Danzón que no tiene descanso, que retumba,

como los dedos de Ismael Rivera, sobre
mi cuero, lasca de piña redonda y azucarada
con la morena dulzura de tu melaza.





BESTIARIO

disfruto la distancia. sentado
a solas en el bosque de sauces.

comiendo arroz con leche.
durmiendo con la luz. apagada.

no sueño. con sapos detrás
de las puertas. ni pescaditos

muertos.  no escondo. juguetes
en el armario. ni fósforos. ni velas.

no es. que no te quiera. papa.
es que la distancia la creaste  

tú. con el. régimen de humillaciones.

me acerque como colibrí.
sentí la escarcha. del rechazo.

el caminar sigiloso. de la pantera.
la mordida. de perro. rabioso.

un cardenal cantaba.
su magia. manteniéndome vivo.

cure las heridas que pude.
las que no.  las mordí.

queme.  escupí.
cubrí con ajoylodo.

pero el mejor. herbario
ha sido el tiempo. adjunto
a la distancia. el más espectacular
de todos. mis actos. de magia.





DESPUÉS DE LOS LAURELES…

el beso negro
empato la carrera

allá, en el cuarto oscuro
de tu ojo sin salida.

córrete, amor, córrete
que me lo he ganado

córrete las cortinas
si me vas a jinetear

así de duro





ERÓTICA

tu  piel: ardiendo por dentro
quema, cubre

apretado -- preciso, mojado,
seco & otra vez se revuelca en mi hambre,

tú piel de hombre.





ACOLCHONADA

No te bastó con ponerme a
pastar
mientras tus diosas rechiflaban
en la cola
frente la imagen clavada en la puerta de mi dormitorio
acolchonado.

“Te observo      sé           entonces             que estoy solo.”

Eres como el prócer
que llega tarde al trabajo sin
escases de
escusas: las gallinas se enfermaron,
el león se embuchó,

la chita no se pudo acomodar otro
punto.  Y yo, el hermafrodita
con el coño hinchado y la verga echa en piedra
no pude flotar.
Para ti eso significa que no se amar.
Para mí significa que el me tomará la

mano y cantará Il Mare Calmo Della Sera.





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