jueves, 4 de septiembre de 2014

GABRIEL CRUZ MAYORGA [13.183]



Gabriel Cruz Mayorga

San Cristóbal De Las Casas, Chiapas, México  1972. Participó en el taller “Toda Luz debe morir” de Saúl Ibargoyen, en 1995. Egresado de la Generación XVI de la Sogem, D.F. Ha escrito De La Luz (Historias de entreten y miento, Coahuila, 1996), En el corazón del hombre ( Producciones editoriales Jech, S.C.L.C, Chiapas, 2003) y De espejos rotos y otros ruidos (colección La última piedra, Revista Tabique, Cuernavaca, Morelos, 2004). Pasante de la Licenciatura en Lingüística por la Enah, fundador de la revista Incuicatl, sobre lingüística y literatura. Actualmente reside en la ciudad de San Cristóbal, Chiapas.




Si el día ha terminado

Si el día ha terminado
si las aves vuelan hacia ningún aire
si duermen los árboles en su semilla
oscurecidos por su sombra

Si el día ha terminado
si apagas tu corazón y tienen otra fuente
tus sueños otro sonido
si ya amaste y dejas un fuego en un abrazo

Si hojeaste el diario
como si el mundo estuviera siempre en vilo
entre luces y penumbras

entonces puedes apagar la luz
como si apagaras una sombra
que ha crecido contigo todo el día





PREGUNTAS

                Al pueblo palestino, enero de 2009,
a 22 días de la invasión israelí a Palestina

Quién es el otro
                 a quién asesinan
qué rostros de angustia

cuáles son sus últimas palabras
          no escuchadas
lanzadas a un desierto

cuáles sus últimas ideas
        de dónde viene
la irrupción del fuego
en la ceniza cotidiana de la cocina
de los pies descalzos

dónde se fractura la mirada
             suspendida
por un horizonte clausurado

en los diarios y en la tele
atrás del infierno
de las voces anónimas
aparecen los ministros

firman tratados de paz
se dan la mano
negocian las fronteras
los ríos

atrás la muerte y su boca oscura
atrás la gente y su historia interrumpida
dislocado su hombro
por cargar sus muertos

quién es el otro
que desde adentro nos mira
quién nos traspasa su miedo
a través del sueño

quién enmudece





De la serie de poemas de Cartas no enviadas 



CARTA

amor
dónde estás
porqué dejaste
tus ojos
en la mitad de mí

ahora no sé
qué veo
cuando veo
amor
sino un cuerpo
que te busca
o unas palabras
que te hablan
en silencio

o una pared
donde me ausento
porque regreso
de la calle
y tengo la sensación
de que una mitad mía
no regresa conmigo

y es que he salido a buscarte
como un loco y un extraño

me he sentado a comer
al lado de la gente
y sin hablar
con un dolor común
cocidos con la misma aguja
en la misma mirada ausente

y es que los domingos
uno está más solo

en un plato se asoma el rostro
y el cielo es más limpio
pero nadie habita la tierra

a estas horas
en los domingos
nuestros pasos resuenan
en otro lado

son domingos
con los pies
metidos
en los zapatos
de los lunes

como verás amor
esto no es un poema
sino una carta
escrita
en las paredes
de la sangre
     




Carta al sur

                                 A Juan Gelman

Me la paso haciendo poemas que no escribo:
es extraño hablar
¿Hablo porque existo o porque quiero existir?,
¿Por qué la lengua se enrolla
hasta el silencio?

amor, te estoy buscando siempre
en el rostro que no tienes

¿Por qué no tendremos patria también
a qué memoria evocamos
cuando el país lo vemos ya sin nombre?

también por eso hablo:
se atraviesan puentes de aquí allá
con el mismo deseo intacto

¿A qué crimen vamos asistir hoy
y a taparnos los ojos?

¿Por qué todo lo queremos nombrar?

me la paso haciendo cartas que no voy a enviar
pues cuando escribo es para extrañarme
o de alguna manera espantar la ausencia:
soledad

¿Alguna vez estuviste en el sur?

hay niños allá que nadie nombra
mujeres erguidas con un árbol en la mano
hombres que caminan mostrando su espalda

yo tengo un hueco en la voz cuando estoy hablando del sur

me la paso atravesando ausencias
que no voy a nombrar

otra vez amor te has ido
sólo una canción dejas
en la memoria que va inventarla

en mi mano tengo un rostro
y la mano de una sombra
escribiendo por mí






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