martes, 23 de septiembre de 2014

FEDERICO RIVERO SCARANI [13.413]


Federico Rivero Scarani 

(Montevideo, 25 de enero de 1969), es un escritor y poeta uruguayo. Profesor de Literatura egresado del Instituto de Profesores Artigas. Fue docente de la cátedra de “Lenguaje y Comunicación”, en el mismo instituto, impartiendo clases de Semiótica, Lingüística y Gramática.

Publicó "La Lira, el Cobre y el Sur" (1993); "Ecos de la Estigia" (1998) y "Donde aullan las Esfinges" (Vintén Editor, 2000). Participó en los discos compactos de poesía "Sala de experimentación y trabajos originales" (Maldonado, 2001); "Contextos y vocales" (Punta del Este, 2002).

Lector precoz, a los seis años leyó las “Fábulas de Esopo” e “Historia Ilustrada Universal”; a los ocho una colección de “Cuentos Japoneses” y mitología griega; entre los diez y once años incursiona en la literatura de “Ciencia Ficción” y de “Terror”; descubre a Edgard Allan Poe a quien lee con fruición, tanto sus cuentos como sus poemas y ensayos. A su ingreso en el Secundario en pleno período de la Dictadura Militar, se dedica exclusivamente a las materias curriculares dejando de lado, por un tiempo, las obras literarias, excepto aquellas que se dictaban en la asignatura Literatura.

Sin embargo se interesa por el cómic: “El Tony”, “Dartagnan”, “Mafalda” y otros tantos. A los catorce años lee a Platón en Buenos Aires a instancia de un tío abuelo argentino; intenta componer sus primeros “poemas” sirviéndose de la música rock y pop como inspiración, a éstas canciones les quita las letras y compone textos para esa música.

A los dieciséis años comienza, junto a un grupo de amigos del barrio Capurro de Montevideo, a grafitear paredes y muros de la zona, firmando como “Los Pintores”, los cuales fueron antologados en el libro de Eduardo Roland, “Contra el Muro, Los graffitis de la Transición (1985-1989)” Ediciones de Uno, Montevideo; en ese mismo libro de recopilación de graffitis también se encuentra “La Brigada Tristán Tzara” en la cual participa el poeta Julio Inverso, también comienza a nutrirse del videoclips y de la música y letras de los grupo “Los Traidores” y “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”.

En 1990 estudia en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de la República.

En 1997 establece una relación de amistad con el poeta Julio Inverso que durará hasta la muerte de éste en 1999. Ambos escribieron un poemario que se encuentra inédito titulado "La Luna y la Nariz", este poemario se puede encontrar con el título "Ojos de Insecto" editado por Ediciones del Cementerio dirigido por el poeta Juan Ángel Italiano.

Docencia

En 1999 estudia Latín y Estilística en el curso “Idioma español por Complemento”.

Corrector de las Pruebas para Aspirantes a ingresos a Institutos de Formación Docente, aplicador de las mismas, y dictado de clases para la preparación de los aspirantes.

Escribe sus primeros poemas que luego incluirá, de acuerdo a una selección, en el primer libro publicado junto con los poetas Juan Ángel Italiano y Luis Brandón: “La Lira el Cobre y el Sur” (1993), firmando con el heterónimo Claudio Lavié Gostosa. A los veinte años se reencuentra con el profesor de Literatura y poeta Juan José Quintans con quien comparte tertulias en la casa de la poetisa María Gravina y Andrea Blanqué; de a poco se irá sumergiendo en el ámbito literario participando de las tertulias del poeta Julio Kiss.

Según el docente y crítico literario Gerardo Ciancio, Federico Rivero pertenece a la "Generación M" (o del margen) la cual incluye a los jóvenes poetas que comenzaron a publicar sus obras hacia finales del siglo XX en Uruguay. 

Publicaciones y Participaciones

Publicó un ensayo sobre el poeta uruguayo Julio Inverso (“El lado gótico de la poesía de Julio Inverso”), editado por los Anales de la Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense (Madrid-España) 2005. “El simbolismo en la obra de Julio Inverso”, escritores.org/baobac.com/ Agulha-Banda Hispánica. Participó en antologías de poetas uruguayos y colombianos (“El amplio jardín”, 2011) y Poetas uruguayos y cubanos (“El manto de mi virtud”).

Su poema "Donde aullan las Esfinges”, participó en el CD “Sala de experimentación y trabajos originales”, en Maldonado en 2002. “Desde el Ocaso” (2014) editado en las páginas digitales EspacioLatino.com/Camaléo.com. Colaboró en diversos medios del país como El Diario de la noche, Relaciones, Graffiti, y también en las revistas brasileñas Verbo 21.com y Banda Hispânica.com y en la portuguesa In Comunidade.

La poesía de Federico Rivero Scarani está considerada dentro de una tendencia neo romántico gótica según el crítico Luis Bravo.

Obras

“La Lira el Cobre y el Sur"(1993)
"La Luna y la Nariz" u "Ojos de Insecto" (inédito)
“Ecos de la Estigia” (1998)
"Atmósferas” (1999)
"Donde aullan las Esfinges"(1999)
“Synteresis perdida” (2005)
“Cuentos Completos” (2007)
“El agua de las estrellas” (2013)
“Desde el Ocaso” (2014)

Reconocimientos

El libro "Atmósferas" Poemas en Prosa obtuvo una Mención Honorífica en el Concurso de la Intendencia Municipal de Montevideo en 1999.
Mención Honorífica por el trabajo “Un estudio estilístico de Poeta en Nueva York de Federico García Lorca”, 2014, Organizado por el Instituto de Estudios Iberoamericano de Andalusíes y la Universidad de La Plata (Argentina).
Obtuvo un accesit por "Poemas Crepusculares" en el Concurso José M. Valverde, Catalunya, Barcelona.
Fue seleccionado en el Concurso Internacional de Cartas de Amor 2014 (Cuba).




De Synteresis perdida


El bosque de las pavuras

Te contaron tal vez la historia donde
en el llano del Bosque de las Pavuras
se endureció el corazón
eran frágiles manos retorciendo el cuello
de una vieja paloma en el llano aquel
Y los sin cuerpos aparecieron entre relámpagos
un piano espectral los conducía siniestros
y bailaron como muertos
en el Bosque de las Pavuras mientras tanto
se quemaban las hogueras de andróginos selenitas
La gente dormía en sus casas para poder escapar
la vigilia enferma de fiebre rutina
asco en la piel
los sin cuerpos volvían una vez más
nononononononononononononono
Ataron venas en los árboles paseándose
entre la gramilla la luna roja luna
iluminó con furia
y los amantes se separaron cada uno hastiado
cada uno con otro de su propio sexo
Y el maldito sol iluminó desde su alba
las siluetas negras escapaban riendo
pronunciando tu nombre
y los desgraciados a trabajar brutos y tecnócratas
la buena mujer y el miserable ladrón de cables
Y todo era normal en el Bosque de las Pavuras
fue kuando una niña alegre se acercó hasta
las cenizas grises
hallando un amuleto donde el futuro era un cadáver
pero no supo saber los azares providenciales
Y se masturbó entre los árboles donde colgaban venas
donde la voz del aquelarre sonaba apagada
entre el orgasmo que se acercaba
y calló su voz y cayó la niña extasiada
mientras tanto sus padres trabajaban aburridos
Los sin cuerpos the nobodies entonaron
una muerta canción fue kuando teus olhos
chuvando parlaron
nonononononononononononono
esta vez te rendiste ante el placer infantil
Ahogando un grito no te atreviste a volver
a tu sweet home y cayéndote por entre las calles
borracha inmunda
te ofreciste en el lupanar más crápula del rioba
y te encontraron dedos pretos como sua ánima
Bebiste del licor maldito por la nariz
tu habitación carecía de ventanas janelas
janelas escuras
ate a noite urna projeçao alem
y la cama fue la mejor tumba que conseguiste para tu sed
Como la barriga hinchada de un perro muerto
explotaste desparramando gusanos que son palabras
y te oí, ouçe
confesiones que ruborizarían hasta luzbel
y nació tu cría: una sombra y un vómito
Mientras tanto la gente trabajaba correctamente
llegando a fin de mes con facturas sin pagar
éramos tan felices!!!!
cuando el populacho freía sus carnes al sol feroz
niños dementes en el ómnibus venden almanaques
Estando de jarana kometí un crimen porti
portí porti sí porti cometí un crimen atroz
fue una kukaracha
que alimenté desde los principios de su existencia
mientras tanto me sonreía con sus antenas
Oscura turva de nocturnas aves se posaron
en las ramas de mi cráneo florecido mal
y no lo podé
hicieron sus nidos igual que hadas oscuras
ángeles infusos de tugurios oscuros humanos
Vapores bovinos de traseros abiertos fluyen
como aroma de caño podrido cuyo perfumista
Jean-Baptiste, él
transformó el dulce néctar en aromas parisino
él, quien fue engendrado por el Peor engendro
Sé que tu furia es salvaje, lector
la mía me hizo a su antojo en potestad
y ahora aquí escribo
el carné de un condenado la antropofagia
de un mundo que es serpiente circular lasciva
Nos alegramos kuando somos menos pobres que el otro
tu prójimo, ámalo komo a ti mismo, hereje
no le desees nada
excepto su malestar de estar acá
hundido en el mismo fango que te kubre
Señores del jurado, tirad la primera piedra
despojaos de sus investiduras dormid in pace
quamquam decipant me
umbrae desidero habere te iucunda micare
es lo que puedo confesaros en el Bosque de las Pavuras
Y a esta existencia me condeno porque es
un prisma que refracta colores de agonía
cálidos y fríos
en un cuadro perpetuo cuyo pintor era ciego
digitalmente expuesto a la furia de los bits
Muchos, quizás tú, nacimos kuando el kalendario
estaba muerto e ninguem se dio kuenta
pobre feto de foto
alimentamos nuestra carnicería filmando
la bendita descomposición komo un kocinero
Angelis quando vertunt hi sunt caeruleui
me susurró un voz cavernosa de aguardiente
pensé en algún pariente
mientras tanto las estrellas rutilan detrás
de la tormenta seca del próximo desierto
Tengo el alma envenenada, mis antenas
son mi perdición, me desespera tu arrogancia:
un set de maquillaje
descubrí que la mujer es un animal diferente
ojalá se procree a sí misma: nueva humanidad
Esto lo escribo mientras estás vivo, ja
mañana será otro día y el siglo que viene
un conjunto de sismos
donde el valor no es matemático apenas físico
mientras tanto lloverán meteoritos de neo-bio-digital
Vamos a extinguirnos, viva la Patria que hambrea
viva la tua la nostra bandera rotos jirones
el último homo
no tendrá sepultura, o la femme fatale
insectívora aullará por suo compagno
Vamos a extinguimos vamos a extinguirnos
vamos, arriba, vamos, vamos a extinguirnos, sí
el abismo espera
vamos a extinguirnos vamos a extinguirnos
vamos, adelante, a extinguirnos, seja nossa vontade.




Domingo por la noche

Arábiga luna de hechicerías noctámbulas, 
te celebro desde el suelo sacrosanto 
y deambulo embriagado por tus sinuosos reflejos 
en el agua de los charcos que como ojos de ciego 
te absorben lunáticamente en su licantrópica 
                selenitud

Inana de verdes tiempos con auroras de magia, 
los templos te llaman como mi alma 
como las cosas que buscan su nombre 
como la vida que se hace camino bajo tu halo 
te sostengo a pesar de mi alarma emotiva

Faro del pobre sin techo del ebrio asesino 
del nauta sin rumbo del amante airado 
faro de gatos en celo de brujas de cal 
ilusoria la trampa con la que atrapaste al pagano 
tutora de fantasmagorías de invierno 
¡Ráptame llevándome en tu escala de bruma 
hasta el nido de los amantes de ojos verdes!

¡Apriétame el cuello como si para llorar
lo necesitara más que al aire, más que al alma!





Desde el ocaso
Poemario de Federico Rivero Scarani



             
I

Soy hijo de un siglo impío
Donde se retuerce la mugre y la desidia
Camino solo por la avenida
Y veo a la grey enloquecida
Sus obligaciones la llevan al delirio
Y se empujan en el ómnibus
Como rebaño de vacas estúpidas
El sol es tapado por la bruma
De un otoño que llevo adentro
Y que no se despeja
Ni con brisas ni con viento
Los árboles sin hojas ya
Muestran su esqueleto
Y el río a lo lejos
Se encrespa como un gato
La miseria y la indigencia
Que se aprecia como un cuadro
Dan testimonio de una época podrida
Yo que amo el arte y la naturaleza
Me siento fatigado y deprimido
Encuentro, tal vez, en una mujer que pasa
Lo maravilloso que se traga el hastío.

                        
II

Descendió un ángel del cielo
Y agarrándome de los pelos me dijo:
¡“Vicioso, apiádate de los demás
Y de tu alma manchada”!
Y sacudiéndome me tiró contra la pared
“Yo no estoy obligado a nada”, le respondí,
Vete al cielo donde las estrellas se tocan
Pero el ángel furioso me volvió a recriminar:
“¡Tenías que ser poeta para
Contener tanta maldad!”
Y se fue dejándome preocupado
¿Qué tendrá que ver la poesía
Con mis desafortunados arrebatos?

                        
III

Soy extranjero en mi tierra de cielo gris;
He vivido entre la grey infinita de los hombres;
Los notaba a todos atrapados por el silencio y la muerte.
He deseado sumergirme en el hueco de mis abismos,
Y, parado bajo el ojo siniestro del pensamiento,
No halló mi corazón el bienestar del reposo;
Mi melancolía me hacía volver al mundo;
Por debajo de mí la vida huía como un sueño,
Y en el cielo estrellado brillaba eterno mi destino,
Que no estaba seguro de que fuera mío
Y volvía a la melancolía atroz otro día más.

                        
IV

Te llevarán cálices oscuros y amargos
te nombrarán con palabras de acero
jugarán con tu cordura y tus sueños
ellos, los inefables seres sin tiempo
buscarán en la bruma tu nombre
para hacer que éste se embriague
y luchando como titanes saltarán
sobre tu sombra querida, sin vacilar …
pero a pesar de este sombrío augurio
yo te elevaré con mi canto y mis besos
a vos, querida princesa de un cuento
que escribirá una niña en mil años
y estaremos presentes alma con alma
más allá de la última sombra que lleva
y nos amaremos entre nubes y ríos
bajo el tibio sol y la luna llena.


                        
V

Cae la helada en la noche eterna
Mientras la luna gira en el cielo
Es pasada la medianoche
Y los sueños comienzan a surgir
Pero a mí me invade el insomnio
Es una película en cámara lenta
Surgen recuerdos y quimeras
El frío lo abarca todo
Como una sábana invisible
Es la hora de los grafiteros anónimos
Es la hora de los muertos
De las hechicerías verdes
Juegan en los parques los duendes
Y algún travesti aburrido
Los ve danzar mientras su maquillaje
Se perla por las gotas de rocío
Un indigente se revuelca
En la cama de la pobreza
Junto a los duendes los autos paran
Árboles oscuros contemplan la escena
El travesti se acerca
Conversa gesticula y sube al coche.

                        
VI

Luna lunita que espera
A la noche con sus estrellas
Me acompañas con tu luz
De plata y oro
Por las calles de mi barrio
Luna lunita lunera
Que descuelgas por el aire quimeras
Me proteges de los espíritus malos
Y de los malandras que tajean
Luna de hechicerías nocturnas
De amores inspiradora
Es tu halo un círculo mágico
Mientras te cuelgas del cielo como una fruta
Guías como un faro solitario
En los roquedales de las nubes
Luna lunita lunera
Por más que halla gente que te temiera
Yo te alabo desde la tierra.

                       
VII

De Babilonia recibí el talismán
Y crucé siglos cuidándolo
Más que a mi corazón
Hoy olvidé su significado
El polvo del tiempo me erosionó
Creí en los dogmas y en Baco Tricornio
Sangré teología edifiqué fibras etéreas
Y heme aquí tan lejano del principio
Que el vértigo lo descubrí en un chevette.

                       
VIII

Los Románticos denominaban Melancolía
Al estado de Depresión, enfermedad
Que es un cáncer para el alma.
Ese estado mórbido los llevó a componer
Obras de arte, estimulados por alguna sustancia tóxica
O alucinatoria que los transportaba
Hacia regiones del espíritu vedadas al hombre cuerdo y sano.
Los Románticos eran unos sujetos enfermos:
Por la época, por el clima, por sus amores, por la realidad
La Melancolía los arrastraba hacia su limbo
Y los instaba a componer con un desmayado espíritu
Y una lucidez febril que los hombres comunes carecían.
Sus pálidas almas encontraban en el arte
La alquimia de sus verbos íntimos y personales
Podían desahogarse tocando el piano
Pintando o escribiendo mientras la Melancolía
Los acariciaba como una amante triste.

                                                                                          
IX

¡Otoño, príncipe ocre!, tiene un antojo: hacer florecer sus rosas tan hermosas como dos primaveras juntas. Otoño confidente de amores de parque donde las parejas se unen en abrazos y caricias. Eres una nueva primavera que hace florecer los rosales.

                          
X

Una variación del poema “Las vocales” de A. Rimbaud.

A azul, E amarilla, I, roja, O verde, U negra, vocales,
sus orígenes escapan a los sentidos humanos;
A, azul mar que lame las orillas blancas con su espuma
y del cielo su color más antiguo que la humanidad.
E, amarillo sol que despunta en el horizonte reluciente
donde van los pájaros a embriagarse de luz y calor.
I, roja como la sangre inquieta de los enamorados
durante la primavera, crepúsculo vespertino bermejo
que toma de la mano a la noche para que se instale
sobre los seres y las cosas con sus estrellas y lunas.
O, verdes campos y colinas de mi país al sur del hemisferio,
ojos glaucos de mujer que seduce a hombres y mujeres,
verdes plantas de jardines emotivos donde florecen jazmines.
U, negra noche colmada de hastío, con la soledad pegada
como una negra mancha en la espalda, negra sombra
de peligros nocturnos donde las rameras conversan con los asesinos;
U de viento ululando por las ruinas de oscuros terrenos uliginosos.
Todas ellas se unen en una correspondencia vedada al hombre.


                       
XI

Qué te diré de mi oscura existencia
excomulgado del Cielo y de los hombres
como un insecto dañino voy volando
por los días de un eterno calendario
Siento a veces la presencia de entidades malvadas
que me susurran al oído venenosas palabras
puede que sean invenciones mías, alucinaciones
de tanto estar solo con mi sombra ya cansada
Qué te diré de mi origen: quizás sea un sueño
de algún ángel protervo que se extasía alegremente
con hacerme sufrir, con condenarme al esplín
¡Pido, por favor, al Cielo!, que me arranque
de esta desventura que voy llevando como una cruz
pesada y santa como la de Aquel que también sufrió.


                        
XII

Los poetas buscan las palabras
no sólo para expresarse sino
para descubrir nuevas regiones
del alma, o del fugitivo sueño
y así componer sus poemas
son los que conservan el acervo
de la lengua: ellos bucean
en el lenguaje para rescatar
del olvido las palabras que
en ocasiones poseen el don
de crear nuevas realidades
ya que ésta es tan mezquina
que los atormentan noche y día
Los poetas están condenados
a sísifo labrar los poemas
usando su mente y su corazón
para exorcisarse de la vida cotidiana.

                    

XIII

Me pesa sobre el cuerpo una tristeza
tan pesada como el granito de una lápida.
Y no sé qué hacer para que se me vaya
el dolor que me cansa hasta la espalda.
Muero, de a poco muero en este sucio días gris
que al despertarme ya presentía la desgracia.
No consigo consuelo ni abrigo para tal fatiga
de existir, mi alma pareciera que estuviera obligada
a dar tumbos por esta primavera enferma
a la cual cortaría si pudiera con una espada.
Se me ha muerto un pedazo de mi vida
y ya no encuentro ni en las flores alegría,
ni una caricia al alma poseo para consuelo
sólo una tristeza infinita que me aprieta el cuello.


                         
XIV

Aquel que sostenga
que tanto el olor como el sonido
poseen el espacio por naturaleza,
se deberá convencer de su equívoco
pues con sólo buscar
el lado izquierdo o derecho
de un sonido (tal vez el canto
de un pájaro furtivo),
o imaginarse un perfume al revés
como un jazmín dado vuelta,
caerá en el abismo metafísico
que del filósofo es un infierno.

                        
XV

Estamos rodeados de signos
que a veces nos hablan,
la Naturaleza toda
por suerte nos ampara.
Un ángel protervo vuela
desde el cielo sombrío,
y le pone nombre a las cosas
como Adán en el Paraíso.
Quiere confundir al hombre
con símbolos, mitos e íconos,
se oculta en una iglesia gótica
y lee en el frontispicio
un epigrama en latín
y sube al Cielo sin ganas.
Estamos rodeados de signos
como una estrella con sus planetas,
confunden igual que en Babilonia
al hombre y sus sentidos.

                    
XVI

No tengo las respuestas
para esta noche tan larga,
apenas me dan las ganas
de escribir algo
que se parezca a un poema.
Hoy corté jazmines
para mi hija y para vos,
perfuman el living con violencia
mientras la noche se va cerrando.
No me siento amargado
porque cuento contigo,
con tu corazón de fruta
y tus besos, tu mirada
con los cuales me consuelo
mi querida amada.

                                                                                        

XVII

a Camila Olmedo


Soy un poeta pobre
mas no un pobre poeta
la miseria me destila los días
sin embargo en mi alma
se explayan flores
METÁLICAS
¡qué cansado estoy a veces!
escribo porque es mi condena
escribo porque es mi absurdo pacto
CON LA OSCURIDAD
no tengo ni una moneda
no tengo ni una palabra
que me aliente, excepto
LA TUYA, AMOR
la tuya
que con su claridad ilumina el habla
como cuando se abre el alba
tiñendo con su luz
CADA RINCÓN.


 
                       
XVIII

Tozaré flores para vos
esas que te transportarán
con su aroma y color;
serán gladiolos y jazmines
mientras el cielo se cubre
y la tormenta amenaza.
Será durante la primavera
cuando el jacarandá
deja llover sus flores lilas;
Trozaré flores para vos
porque con ellas te diré
te quiero, te amo, mi vida,
ya que sos mi consuelo
para mi sangre herida.
Tus ojos brillarán
como estrellas de la noche,
y en ésta encontraré
el silencio de tu voz apagada.
Trozaré flores para vos:
rosas, margaritas, glicinas,
porque sos mi princesa
y la mejor flor divina
del jardín de mis días
del jardín de la vida,
siempre buscaré flores
para obsequiarte, mi niña,
y si me tengo que ir
más allá de los jardines,
no te olvides que te entregué
flores coloreadas y perfumadas,
todo porque me has inspirado
y me has ayudado a salir
del lado oscuro de la vida
por tu gracia y tu alma
tan profunda como el cielo
tan hermosa como el vuelo
de un pájaro bermejo.
Trozaré flores para vos
porque así yo lo quiero
por puro instinto y deseo.

                    
XIX

La llovizna diagonal desdibuja
la bahía de Montevideo,
y pienso, “te quiero”
aun en el cadáver gris del día.
Los árboles y las plantas
absorben con avidez el agua
que del cielo encapotado cae
como cristalinas ráfagas.
Hay un ensueño en la Ciudad
todo parece monótono.
Es que la tarde se ha puesto a llorar
quizás por algún corazón roto.
El río plomizo en calma
recibe aun más agua,
y su calma parece ser
la plenitud que sentiría un alma.

                     

XX

Sertralina, amiga mía, confesora
De instantes deprimentes, me das la fuerza
El sostén para andar en estos días rotos.
Sertralina, te quiero como a una amante
Como el cuerpo de una mujer desnuda
Que viene hacia mí cuando estoy postrado.
Sertralina, tu nombre es de ninfa antigua
Coronada con flores eléctricas que
Hacen que mi serotonina funcione
Y pueda encarar el mundo con rostro de limbo.
Sertralina, te injiero de mañana
Es lo primero que hago antes de ir al baño
Y tus químicos me hacen efecto
Y así encaro la realidad, Sertralina, mi amor.




No hay comentarios:

Publicar un comentario