viernes, 26 de septiembre de 2014

EMILIA ALMANZA TOWGOOD [13.480]


Emilia Almanza Towgood

(Ciudad de México, 1985)
Es de nacionalidad mexicana y canadiense y vivió la mayor parte de su vida en la capital de Guanajuato. Licenciada en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana. Ha tomado talleres de poesía con Saúl Ibargoyen y Demetrio Vázquez Apolinar.  Escribe reseñas para la revista Variopinto. Actualmente trabaja en su primer libro de poesía y mantiene el blog Busco mi voz: http://emilialmanza.wordpress.com/



Si me hubieran preguntado

Quisiera haber nacido sin fecha.
Ojalá hubiera sido la luna
quien me jalara
de las entrañas de mi madre
y no las manos de un desconocido
cuyo reloj atrasado dictaminó mi signo.

Hubiera querido salir al mundo
cual pez en la desembocadura de un río
para no herir mi ascendencia
acostada de espaldas
con las piernas temblando en el aire.

Ojalá me hubiera recibido la inteligencia
avispada de la matrona
que habría entendido la necesidad orgánica
de acercar mis gritos
al agrietado pezón que estallaba.

Si me hubieran preguntado qué quería
habría exclamado   ¡Alto!
al ciego paso de lo civilizado

fugitiva en esa pausa
de la razón instrumental
tan propia de los bancos y de la morgue.

Si me hubieran dado a escoger
nacería por entero mamífera:
un camello azotado contra la frialdad de la planicie,
y no contaría la altura de la caída
ni tendría inicio para conmemorar
cuanto he pertenecido
a la industria del tiempo.




Higos

Enflaco cada día sin miedo.
Dejo en los surcos y la cama
incontables brevas de mi tronco.

Parpadeo despacio, 
la retina
proyecta casi inmutable la luz
como si en ella permaneciera la blancura
después de mi dádiva y despojo.

Cada día abandono, doy.
Cada día me roban y arrebatan.
La mirada se fija más y más
en la perfección de higos
expectantes de sus ramas.
No me atrevo a violentar
la perfección con mi hambre.
No los toco.

Y me vuelvo observadora del hurto
que picotea su jugoso centro y los mata.
Otros caen simplemente,
se abandonan a su podredumbre
fertilizando el suelo.

Silenciosa contemplo un destino.
Y cuando caen mis párpados
tantos higos permanecen
después de cada dádiva y despojo.





Extravío

¿Dónde está el arrojo necesario
entre las sienes de este templo?
¿Qué divinidad guía sus salmos
entre las riveras y el desierto?

Todo cabe en la grieta de un recuerdo
valioso contenido sin forma
desdeñada forma del pensamiento
hija de un clamor poderoso
amplio y olvidado.

He confiado en la inmediatez
en su profundidad oscilante
he creído en la fuerza encerrada
de mi inclinación
desatada, sin leyes que la gobiernen
como la hierba terca
o una gata sin amo.

La hora de la tempestad se aproxima
por el propio movimiento de lo abstracto
sin ataduras
las horas de adorar el viento se van
se acerca la negrura de un torrente
sin cauce.




Mareas

Sólo busco conocer lo real
para saber delinear el horizonte.

Que perdonen los que me buscan
los que quieren algo estático dentro de mí
mi eterno enamoramiento con lo venidero.

Todo lo que he aprendido
todo lo que reproduzco
es el movimiento.
Si no siguen el mismo impulso
si no logran correr por sus cuencas
fundirse en las olas y sus mareas
que al menos me perdonen
cuando burbujeo
en los límites del paisaje.

Ojalá sepan mejor que las ausencias
que todo ha sido veraz
que sólo lo que anda y camina es real
para encontrar en su perdón
un poco de consuelo.




Aprendizaje


“deixa que a dor se exerça agora
sem mentiras
nem desculpas
e em tua carne vaporize
toda ilusão”

̴ Ferreira Gullar


Escurridiza
casi imperceptible
penetró en mi hogar con cara amiga
acarició mi gato
trajo su gente, impuso sus reglas
y sacó al gato a cagarse bajo la lluvia.

Me alié con ella sin saberlo
la tuve por verdad
la quise y creí necesitarla
cuando no fluían las ideas
y las sonrisas se trababan en muecas
como se usan las máscaras
y se maquillan los payasos.

Pero cuando la conocí
cuando realmente vi sus facciones
y distinguí sus sombras en las paredes de mi encierro
en mi recluso pecho
cuando se robó mis recuerdos
e interpuso entre mi boca y el lenguaje
el veneno de una farsa destructora

entonces
se sacudió más fuerte que nunca
más poderosa que sus silbadas palabras
una bestia agitada
la autenticidad primitiva y retraída
rompiendo el marco de su celda.

Y con esa fuerza cobijé al gato
quien perdonando mis civilizadas hipocresías
me contó todo
y supe que nunca era tarde para sacar la Mentira
a cagarse bajo la lluvia.



Mi deseo

Quisiera que despertaras rodeado
de todas las horas y hasta el primer segundo
que transcurrió mi vida sin ti.
Quisiera untar tu prieto cuero
con la salvia que me hizo y te precede,
e inundar tu ombligo con las lágrimas que derramé.
Quisiera peinarte con todas mis risas
y rasurar a diario tu bigote
con los cristales de mis lentes de niña
calzarte con mis versos primerizos
vestirte con mis jornadas de trabajo.
Quisiera que desayunaras mi inconsciente 
con el jugo de mis ensueños
-hasta los más perdidos.
Quisiera que te transportaras
en todas mis soledades y pausas
que entraras y salieras de tu casa
con las llaves de mis recuerdos.

Quisiera que tomaras mi pasado 
entre tus amorosos brazos y mecerlo
cantando una canción de cuna
con la vista fija en el porvenir.









No hay comentarios:

Publicar un comentario