miércoles, 3 de septiembre de 2014

DANIEL ABELENDA BONNET [13.158]


Daniel Abelenda Bonnet

Docente, periodista y escritor uruguayo (Salto, 1962). Desde 1970 vive en Colonia. Es politólogo, profesor ayudante de historia de las ideas y ciencia política en la Universidad de la República (Udelar) y docente de idioma inglés en la Universidad ORT. Se inició muy joven (1977) en el periodismo escrito de ese departamento. Fue corresponsal de medios como La Mañana y El Diario, y actualmente es columnista de Prensa Rosarina, la revista La Voz de la Arena y Revista Internacional Abrace. Ha publicado Historia de Tarariras (Editorial La Imprenta, Rosario, 2000) y Hombres de acción (La Imprenta, 2003). Cuentos suyos han sido incluidos en las antologías Nueva literatura argentina (Editorial de los Cuatro Vientos, Buenos Aires; 2006) y Cuentogotas VI (Bianchi Editores, 2006). Fue finalista del Certamen de Narrativa de la IMM con Manodepiedra y otros cuentos (2004). Su novela Secretos de Estado fue ganadora de una mención en el Concurso Anual de Literatura del MEC (2003). Su novela de aprendizaje en idioma inglés Cleveland (2005) y su poemario Ciertas canciones (2006) pueden leerse, junto con otros textos suyos, en Letras Uruguay.




The open road

“You can´t go back home”. Bob Dylan

  Con un sol amarillo de trigales,
Pastaban bestias, pasaban gentes,
Bajo el yugo de los trabajos y los días
-antiguo ritual de las estaciones-

Pero había una música nueva
Llamándote a andar caminos
Y partiste con poco equipaje:
(unos poemas en un cuaderno liceal)
Pues la vida estaba en otra parte…





Lunes del abuelo

“Labor improba, omnia vincit”. Virgilio.

Mi abuelo se sube a su bicicleta inglesa
Vital, atlético –más joven que su edad
impecablemente blanco
con su vestimenta de sportsman

Y como todos los lunes mi abuela
Lo despide con un beso
(luego le alcanzará su gorra)
Y lo mirará orgullosa
Pedalear por la carretera de balastro
Hacia el pueblo vecino
Donde no hay Profesor de Gimnasia

Y el abuelo volvererá al anochecer
Cansado pero feliz
Porque “sus muchachos”
Progresan cada semana
-mens sana in corpore sano-
les recordará con dulzura
cuando se despida
hasta el próximo lunes
-su único día libre-.




Dios de adolescencia

(Al Flaco, claro)

  Entonces todo camino podía andar
“con tanta sangre alrededor”
todo podía ser más intenso
aun allá, lejos de todo
en aquel pueblo azul
rodeado de durazneros
pero donde no había
-nunca hubo-
cine o disquería.

Toda muchacha podía tener
“pechos de miel, corazón de tiza”
Cuando finalmente
Te daba pelota 
Y caía enamorada
Con aquellos versos
Que sangraban cual duraznos
Pues ella no podía saber
Que vos los había sacado
De una canción de un tal Spinetta…





Mirando trenes

"It's better to travel hopefully than to arrive" 
(Graffiti en un café de Cleveland, Ohio).


A Viviana.

Tras la ventana helada
Del café bullicioso
Miro la gente en los andenes
Y escucho los trenes
Que hieren
El silencio blanco
De esta tarde
Eterna

Solitario en mi mesa
Intento un pobre poema
Ya que mi pluma
Persiste 
-cual brújula invertida-
en señalar al Sur
a "Estación Sansueña"
donde -a esta misma hora-
una muchacha azul
espera una carta
improbable.





Moriré en Montevideo

“Montevideo, tus calles con luz de patio”.
J. L. Borges.

Un atardecer cualquiera
Invierno adentro —lo sé—
La lluvia golpeando la ventana
Ya sin luz las calles
Rodeado de libros,
Estaré demudado y solo
Escuchando por última vez
Las viejas canciones.

Moriré en Montevideo
—será tiempo entonces—
Ya habré dicho mis versos
Casi nada he guardado
En el cofre del tiempo;
Acaso algún abrazo amigo
Partido por la distancia
Acaso, ¡apenas!,
alguna amarillenta carta de amor.





Galileo, siglo XXI

A Luis A. Carro

El poeta apoya su pluma
Sobre la hoja virgen
—hasta que sangre—
tinta negra, palabras blancas
Y el Planeta vuelve a girar
Sobre su eje de sueños
Que ya han recorrido
Más de media órbita

El poeta escribe —aunque sabe—
Que no está en Pisa
Ni tribunal alguno
Se tomará la molestia
De exigir una retracción
O quemar sus libros en la hoguera
(la Indiferencia es arma de los Poderosos)

Duro destino el mío —piensa—
Sólo un puñado de amigos
Esparciendo al viento
Mis mejores versos
Para atestiguar que intenté
Mover al Mundo.




El otro lado del día

“Constantly risking absurdity / and death”.
Lawrence Ferlinghetti.

     Cual acróbata de circo
          El poeta se balancea
              Peligrosamente en las alturas
                 Al filo de la realidad
                   Sus manos aferradas
                          a una escala de versos,
                            el poeta prueba el aire
                              desafiando el vacío
                                    (¿de la vida?)
                                    Y vuelve a saltar sin red,
                                     intentando caer de pie
                                        al otro lado del día.





El alfarero

“Como el barro en las manos del alfarero, así eres tú en mi mano”.
Jeremías 18:6.

De greda parecen los dedos
El torno gira rápido
Entre los fuertes muslos
Es húmedo el taller del artesano
Allí abajo, a solas con Dios,
sentirá crecer el día
Mientras su sudor cae
Sobre la arcilla húmeda.
Moldea, redondea una vasija
O se quiebra antes del horno
Y entonces, el alfarero
Volverá a empezar.








No hay comentarios:

Publicar un comentario