martes, 2 de septiembre de 2014

AMPARO DÁVILA [13.140]


Amparo Dávila

Amparo Dávila (Pinos, Zacatecas, México, 21 de febrero de 1928) es una escritora mexicana ganadora del Premio Xavier Villaurrutia en 1977. Estuvo casada con el pintor, escultor y dibujante mexicano Pedro Coronel.

Fue la única sobreviviente entre sus hermanos debido a que su hermano mayor murió al nacer, el siguiente murió de meningitis y el último murió durante su infancia. Aprendió a amar la lectura a muy temprana edad pasando el tiempo en la librería de su padre. A los siete años se traslada a San Luis Potosí para estudiar la primaria y secundaria. Su infancia fue marcada por el miedo, un tema que aparece en algún número de sus trabajos futuros como autora. Su primer trabajo Publicado fue “Salmos bajo la luna” en 1950, seguido por “Meditaciones a la orilla del sueño” y “Perfil de soledades” en 1954. En ese mismo año se mudó a la ciudad de México donde trabajó como secretaria de Alfonso Reyes. En 1966 fue parte del Centro Mexicano de Escritores donde recibió una pensión para seguir escribiendo. En el 2008, Dávila fue reconocida por el Palacio de Bellas Artes.

Dávila es conocida por su uso de temas de locura, peligro y muerte, generalmente relacionados con una mujer como protagonista. Muchos de ellos parecen tener desórdenes mentales con tendencia a la violencia física. Muchas veces la mujer no es capaz de escapar de la locura como una forma de sobrellevar las decisiones tomadas. Ella también juega con la idea del tiempo como un símbolo de lo que no se puede cambiar.

Los personajes femeninos de sus relatos han llamado la atención de la crítica, aun cuando varios de sus protagonistas son varones. En ambos casos, sin embargo, destaca tanto lo frustrado de las relaciones interpersonales (noviazgos que no llegan a culminar en casamiento, parejas infelices, matrimonios asfixiados por la rutina) como el deseo ardiente y no satisfecho de contar con una pareja.

Acerca del proceso creativo y la relación con el autor la encontramos en Los narradores ante el público: "No creo en la literatura hecha a base de inteligencia pura o la sola imaginación, yo creo en la literatura vivencial, ya que esto, la vivencia, es lo que comunica a la obra la clara sensación de lo conocido, de lo ya vivido, lo que hace que la obra perdure en la memoria y en el sentimiento".

En septiembre de 2013, Amparo fue homenajeada por el noveno encuentro de escritores, Literatura en el Bravo, siendo la primer mujer que recibe este galardon por dicho encuentro.

Obras

Salmos bajo la luna (1950)
Meditaciones a la orilla del sueño (1954)
Perfil de soledades (1954)
Tiempo destrozado (1959)
Música concreta (1964)
Árboles petrificados (1977)
Muerte en el bosque (1985)
Cuentos reunidos (2009)





Brindis

Recordemos el ayer y bebamos por lo que fue; por lo que ya no es!
Levanta la copa y brinda por lo que fue vida y fue muerte;
por lo que un día fue presente y ahora es pasado.
Recordemos el ayer y los amores color de flama; flama esencial
que incendiaba el alma.
Yo sólo tengo vino color de llama; la hoguera de sus amores
se quedó atrás en el pasado.
Llena la copa y bebe; bebamos por el pasado que no puedo
olvidar!





Acuática

Iré por la noche hasta el río musical, cuajado de estrellas;
iré a bañarme en sus aguas color de turquesa.
Escucharé los lamentos de las ramas inquietas; creeré piedras
movibles, los sapos grises.
Correré por la orilla de arenas dormidas, persiguiendo
luceros; en la arena quedarán las huellas de mis infantiles
goces.
Navegaré por el río con mis brazos por remo; el río cruzaré
con remos alados, y brotarán de mis manos las flores
del agua.
Desafiaré los peligros de las aguas profundas; sumergida
en su seno, me pensarán acuática.
Interrumpiré el sueño de los pececillos leves; a los peces
de mil colores les robaré sus sueños de perla.
Liberaré los cabellos con ansias de redes; pescarán estrellas
de coral y de nácar.
Cansada de juegos, descansaré a mi antojo sobre el regazo
del río; el río adornará mi cuerpo con encajes de espuma.






Perfil de soledades

I

Si alguien hubiera dicho:
la soledad se nutre de párpados caídos,
de silencios dormidos en la noche del ángel;
la soledad es una inválida semilla,
heredad antigua, cadena y mortaja…
Pero nadie lo dijo.
Y yo, que esperaba,
tuve que evadirme
por los cuatro puntos
amargos del viento.



II

Me sorprendo cercana de la noche,
en vano pregunto y llamo;
bajo un cielo de ruinas
contemplo mis manos
que se alargan como interrogaciones
y veo, palpo, siento,
la soledad.
Gimen las flautas
Gimen las flautas
en las manos del aire
y en vano las brisas
azotan los cristales.
¡Es tan duro el corazón de la piedra!
Arcilla desolada,
el peso de los astros
lacera tu frágil epidermis
y hace trizas, cenizas y sollozos
la rosa de la luz.
Dejadme gritar y ensordecer
con mi propio grito
hasta escuchar la esquina
más sola de mis venas.
Quiero pensar, creer
y, sin embargo…
están ausentes de ternura
los ojos de la tarde
y lloran solos
las fieras en el monte.
Si lo sabéis, decidme:
¿en dónde está el secreto manantial,
el agua virgen?
Busco bajo la niebla cuajada de horizontes…
Y ni siquiera lo sabía:
¡soy muda y ciega!
Decir tu ausencia




I

Aquí, donde comienza tu ausencia,
en este litoral del olvido
donde una esperanza se consume,
estoy como molino sin aspas;
como barco sin velas,
soy el eco de otros gritos;
amarga sal concentrada de otros llantos,
me circunda un horizonte de ruinas;
me acecha una noche sin luna y sin estrellas.

(De “Poesía reunida”, Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México, 2011. Este libro reúne las obras “Salmos bajo la luna”, de 1950; “Perfil de soledades”, de 1954; “Meditaciones a la orilla del sueño”, de 1954; “El cuerpo y la noche”, 1965-2007. Amparo Dávila nació en Pinos, Zacatecas, en 1928. Algunos biógrafos la describen como una niña rebelde, aunque la familia se vio muy afectada por la muerte de uno de sus hermanos, al nacer, y de otros dos por enfermedades padecidas a muy corta edad. Al pasar mucho tiempo en la librería de su padre, se convirtió rápidamente en gran lectora. Cursó estudios primarios y secundarios en San Luis Potosí y luego se trasladó a Ciudad de México, donde trabajó con Alfonso Reyes. Su primera publicación de poesía data de 1950, con “Salmos bajo la luna”. En 1977 recibió el premio Xavier Villaurrutia. Se destaca también como cuentista).





LA NOCHE hunde
su prestigio de tigre
muerde al sueño
y al cuerpo
el tigre de la noche
en el agua






ESTE cuerpo que grita
y no se escucha
que se abisma
para salir huyendo
cuerpo sin luz
en sí cerrado






Ni un solo pájaro
en la noche
ni nada que nos retoñe
el cuerpo olvidó su rostro
su sombra
su recuerdo






NOCHE sin alba
profunda
eterna
el cuerpo cae en ti
como fruto maduro
y consumado






EL CUERPO es una llama viva
pasión en movimiento
la noche con luna y con estrellas






EL CUERPO es una llama errante
un terco dolor
la noche caída y fragmentada






EL CUERPO busca en la noche
la fugaz duración del sueño
la leve permanencia de su gozo
y la huella tal vez
de una mirada
instante consumado
y sin retorno






EL AMANTE reposa
en el secreto límite que separa
el gozo del dolor
con ojos cerrados percibe
la fría desnudez de la alcoba
los muros como lágrimas secas
su propia desnudez
y el cuerpo más sólo
cada día




El cuerpo es una estrella fugaz
una llama encendida
que se apaga

La noche es una ala negra
que se extiende
y envuelve en su negrura









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