martes, 12 de agosto de 2014

JORGE FEDERICO TRAVIESO [12.817]





Jorge Federico Travieso 

Nació en San Francisco Atlántida, HONDURAS  (1920), falleció en Río de Janeiro (1953). Obra: La espera infinita. Poemas. Tegucigalpa, 1959. De él dijo Rafael Heliodoro Valle:

"Su estilo es el de la confidencia; su voz la de un poeta que iba de prisa por la vida; su queja era muy honda... Honduras perdió en él uno de sus poetas más promisores... era un poeta de verdad, un enamorado férvido que veía el cielo azul desde el fondo de un pozo visitado por las estrellas...

Jorge Federico Travieso es otro poeta hondureño que forma parte de esa cadena de luto y dolor creada por ellos mismos. Se suicidó a los 33 años en 1953, en Río de Janeiro.


           Poema manuscrito de Jorge Federico Travieso




Soledad

Compañero del alma, compañera
Quien quiera que tú seas: siempre estaremos solos
Aunque la risa mía tu corazón abriera,
Aunque en horas de llanto lloráramos en coro;

Aunque fueras conmigo bajo la primavera
Y hallara juntos el estío, y de oro
Nos vistiera el otoño y el invierno viniera
Trayendo para ambos un ataúd tan sólo;

Aunque tú me quisieras como yo te quisiera
Y una vida en recuerdo para los dos hubiera
Y entre tú y yo ni el viento pusiera un riel sonoro;

Aunque odiáramos juntos de la misma manera
Y en amor y en ideales la llama nos uniera
Bajo la noche inmensa, ¡Siempre estaremos solos!





Ruego Sin Convicción

Perdóname,
la tarde
tenía mucho azul para no amarte

Había tanto verde en los senderos
y eran tan pura el agua del riachuelo
que tenía por fuerza que besarte

Perdóname,
ya no seremos lo que fuimos
los dos aquella tarde

Tu beso es un silbar de codornices
en el fondo del valle del recuerdo,
y tus ojos tan negros, casi tristes,
serán por siempre en mis nostalgias grises
un amor enterrado que no ha muerto

No tenía derecho de besarte!
pero estaban tan frescas las praderas
y estaban tan floridas las palmeras

y estabas tu tan linda aquella tarde!


Sueña Morazán

Si hay más allá que sea hermoso y bueno
para tu gran amor atormentado.
Algo como tu ensueño realizado
en la escondida realidad del sueño.

Si hay más allá que tengas cinco estrellas 
bajo tu mando, ¡General osado!
y pasees la vista emocionado
con un solo fulgor prendido a ellas.

Si hay más allá, mi General, espero
que te adorne el ojal de la solapa
un escudo con cinco pebeteros

en campo azul, y vivas prisionero
para no ver tu desunida patria
en hipnótica torre de luceros.



PATRIA NOSTALGIA DEL COLOR

¡Ah! No me deis estos cipreses mustios,
estos abetos pálidos y grises,
este sol que rastrea por las hojas
y tiritas sin fe sobre los líquenes.

Dadme un pinar, azulidad y flautas,
dardeando recio por los soles místicos,
un pinar de esmeralda en que recruzan
como arco iris, guacamayos indios.

¡Ah ¡ No me deis los nórdicos océanos
color de ocre al mediodía triste
mar de luto en que la niebla arrastra
su melena de sombra por el límite;

Dadme mi mar, azul como mi cielo,
blanco de alas,  púrpura de picos,
mi islas verdes mi espumas albas,
dadme a Honduras magnífica y terrible!







1 comentario:

  1. Me gustaría que se incluyera el bello poema "Ruego Sin Convicción"

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