martes, 26 de agosto de 2014

ADÁN DE MARÍASS [13.042]



Adán de Maríass 

[Seudónimo de Miguel Ángel Colán Ramos] nació en Lima, Perú 1960. Estudió en la Universidad San Martín de Porres en la Facultad de Educación, y Literatura en La Universidad Nacional Mayor de San Marcos [estudios no concluidos]. Pertenece a la A.N.E.A. y a la Asociación Peruana de Autores y Compositores desde mayo de 1990. Ha publicado los poemarios Sol de Madrugada y Júbilo en un solo libro gracias al auspicio de CONCYTEC en 1989, Donde apenas empezaba a ser yo (Edición Electrónica por Editorial Obrapropia). Ha colaborado con diversas revistas literarias como Cinosargo, Matemáticas y Poesía, Revista Papirolas y Blackbird.





Poema que da vueltas como un trompo 

la palma de la mano
libre y limpia
como mamá me enseñó

se la muestro una vez más
y ella discretamente deja
a un lado el agua y el jabón

es el pequeño dios de mi infancia
mi niño trompo
quien viene dando el baile más exagerado
en esa suave hondura de líneas cruzadas

donde las rutas de la vida se me antojan
como un desorden creativo planteado por
un yo arbitrario de miradas diversas

pero en repentina crispación
la palma de la mano se contrae
por acción de ese clavo que ya no es
de cuatro pulgadas
al sur del trompo

desde la palma de la mano
el trompo del pasado ya se fue zigzagueando
en el aire fabulador
de unas traviesas circunstancias

claro que ya no soy el mismo
niño ni el trompo está conmigo
ni tengo miradas diversas
desde donde se iniciaba el arte agresivo
de un yo arbitrario

me resigno sin apelar a
recursos gastados de tristezas nulas

mirando sin emoción
las palmas de mis manos
imagino que en esas rutas de líneas cruzadas
alguien camina sin prisa y sin rostro
bajo la repentina lluvia de los años vividos
que descarga la sucia hipocresía
de una muerte que sigue amenazando





ATMÓSFERA HOPPER

En la austera habitación 
de un antiguo hotel neoyorkino 

una mujer desnuda y de perfil 
miraba a través de la ventana abierta 

qué estará mirando 

imaginemos que 
algunas nubes blancas 
se desprenden de ese cielo que las contiene 
hasta caer sobre el ebrio mar de la irrealidad 
como si fueran ángeles sedientos

el viento apurado de la noche 
dispara su aire frío que la estremece 
con la desnuda sensación 
de sentir mojados los pies 

al cerrar la ventana un inesperado vértigo 
inclina su cabeza golpeando el vidrio donde 
se duplica la imagen 

deja pasar algunos segundos se viste con cierto cuidado
y sale de todos los espejos de su habitación

al bajar por esas escaleras 
se encuentra con una mujer que extrañamente se le parece
quien sube pensativa como si alguien la estuviera esperando 
algo sorprendida intenta hablarle
pero el ruido lejano de un presentimiento la detiene 
a dónde se irá es la pregunta que deja escapar como una bocanada de humo 
afuera el sospechoso vacío de la noche 
la recibe entre los fríos paréntesis de la callada vida 
mientras la luna se va perdiendo en la agreste lejanía 
donde desciende premeditadamente el olvido 

otra vez se desperdician los pasos del tiempo 
y la desolación de la muerte arroja sus cenizas a las veredas 
para que nadie vuelva a caminar sobre ellas

una noche cualquiera de 1942
al llegar a la esquina donde está el bar Phillies
observa que adentro hay cuatro personas y un gato que sólo ella ve 
allí la mujer pensativa busca establecer una conversación 
al lado de un señor que al entrar 
aún no se ha quitado el sombrero

como si se conocieran 
como si la consoladora tregua del aire de los recuerdos
los señalara discretamente 

la mujer desnuda y de perfil
cree reconocer al señor del sombrero negro y pies grandes
dice que se llama Edward Hopper 
es pintor y todas estas noches viene como si no estuviera





Los niños

ellos juegan en el amplio 
y bien cuidado jardín
uno lanza la pelota con inusitada fuerza
que desaparece tras
los matorrales de la casa de al lado
en esa casa vive un ciego 
con su mamá bien sentada en el sillón
muerta hace años 
los cinco niños no se quedan mirando
actúan como si no pasara nada
el otro lanza nuevamente
¿pero con qué pelota?
y el juego continúa
no muy lejos desde el comedor 
la señorita Maxi observa 
le cuesta creer que esos niños existan
toma el cuaderno y con un lápiz bien afilado 
empieza con un par de líneas 
hasta completar la página
levanta la vista y los niños ya no están
pero aún se oyen sus voces
se pone de pie deja a un lado el cuaderno
y se dirige hacia el amplio jardín 
donde observa pisadas que se mueven 
en distintas direcciones
se sofoca porque le cuesta respirar
regresa hacia el comedor y se sienta
hace una obligada pausa
luego abre nerviosamente el cuaderno
hasta encontrarse con la sorpresa de que los niños
están dentro del cuaderno 
desde ese día su imaginación 
tiene más preguntas que respuestas





Composición del amor puro

soy como la ausencia que aparece 
el que no esperabas 
el que amanece y permanece
el que sueña y ensueña 
el que besa tu sonrisa 
el que cae y se levanta para llegar hacia ti 
el que desliza entre tus largas piernas mucha agua de caricias 
el que ve en tus ojos la desesperación del amor 
el que interrumpe el paso del viento para abrazar tus deseos 
el que te ama sin pausas conjugando tus latidos 
el querer que te quiere y mucho 
él de ti lo que perturba y consagra 
tú con él lo que trasciende y encarna 
soy yo y la luz reflejada en el inquieto y suspirado mar de tu corazón 
amorosos 
intensos 
inagotables 
devorados
soy como la ausencia que enloquece tu destino 
el que nunca esperabas 
tu amor de hombre
mi maravillosa preciosa





Aseo

como quien se desata
de los poderes letárgicos 
de la su(o)ciedad
se sueltan las manos los temores los pecados

como ese esmirriado cuerpo 
que ni llega a los sesenta kilos
y que el espejo impostor de la realidad 
delata que soy yo (lo pongo en duda)
se verticaliza en la presumida altivez 
de su metro ochentaitantos
aliviándose con el aseo correspondiente

apenas unas cuantas gotas de agua
¿alguna exigencia o escasez?

trato en lo posible de no demorarme
pero mi distraída lentitud 
sigue enjabonándose 
felizmente el agua empieza a caer
libre deliberadamente eficaz 
sin restricciones

en contados minutos la toalla 
que fue de color blanco
justificara esta necesaria limpieza del cuerpo 

breve sensación catártica
de generalizado frescor 
donde se abren los pensamientos
y se agua la memoria

cuando dispongo de mi poca ropa
sin ningún criterio
violentado por la brusquedad 
del apuro rutinario

desayunando aires de prisa
casi vuelo hacia la puerta 
que alguien disimuladamente la entreabrió
cuando veo pasar la combi desesperada 
conducida con tan demencial velocidad 
sin que nadie pueda detenerla

igual corro tras ella 
como si el premio de todos los días fuera 
la necesidad de trabajar comer dormir y luego 
trabajar dormir sin haber comido y trabajar de nuevo 
entonces comer sin dormir y trabajar durmiendo

es una exquisita barbaridad vivir así
o será mejor ignorar el hambre que acecha 
hasta el desarrollo de mi forma de mirar 
o justificar el retraso exhausto 
cuando hay tanta ansiedad vacía

es en ese momento de fragilidad 
y lastimada esperanza 
cuando aparece delante de mí
la amorosa presencia de mi mujer

trayéndome con su sonrisita resignada 
-ayer mismo los lustré 
por tanto ir y venir hacia ninguna parte- 
el nuevo amanecer embetunado
de mis cansados zapatos sin taco



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