martes, 8 de julio de 2014

LILIANA MORENO MUÑOZ [12.205]


LILIANA MORENO MUÑOZ  

Liliana Moreno Muñoz (Bogotá, 1974). Poeta y guionista, directora artística de Saraswati – Artes Integradas, cocreadora y gestora de la acción poética “Al aire libro”. Licenciada en Lingüística y Literatura, estudios en Artes Escénicas y Magister en Literatura Hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo. Ha publicado el poemario “En lengua de bruja” (2015). Sus poemas, cuentos y ensayos han sido publicados en diarios y revistas nacionales e internacionales, así como en algunas antologías de  poesía en Colombia y México: “Oscuro es el canto de la lluvia” (1997), “Inventario a contraluz” (2000),  “Diez mujeres poetas le cantan a la tierra” (2015) y “Voces de tinta” (2016). Ha recibido algunas menciones y reconocimientos por su trabajo artístico. Docente  e investigadora del Pregrado en Creación Literaria de la Universidad Central y directora de talleres literarios en IDARTES y casas de cultura. Ha participado en diversos proyectos de creación artística entre los que se destacan “La Divina con medias” (2013) y la puesta de poesía escénica “Tríptico del fervor” (2016). Actualmente desarrolla un trabajo de investigación en creación literaria experimental denominado “Escrituras desde el cuerpo”.




PÁJAROS DE SANGRE

Amanece en mi cuerpo.
Afilados rayos del sol
cruzan las ramas celestes
y trinos caudalosos
brotan de los nidos.

Soy el fango que cruzas,
el viento que asciende
tu espalda vegetal,
secreto revés de la piel,
nervadura de hierbabuena.

Tu erizado plumaje de arpía
borra los mundos, los muros.

Se hunden las miradas
en la luminosa cabellera del día
como semillas del grito original.



VII

Beso en el agua,
codos al cielo.
Oigo el salvaje ascenso de la pena.

Entre mis ojos,
una galería de gritos congelados.

Palpo los bordes
del antiguo estanque, de la flor.

Sospecho una ausencia.
Confirmo: me he quedado sin rostro.



SENTIDO

En el proscenio,
agitadas campanas de luz
son las lámparas,
se mece el pesado telón
y escucho en la distancia,
el vaivén de los ahorcados.

Te veo, ya no. Te veo.

Vierte la música su eternidad
en los secos labios de la tierra,
que despacio,
se abren.

Atraviesan,
ardientes rocas,
la piel del cielo.

Vennnn…
— vibra la lengua
a punto de saber la noche —
una lágrima de fuego
se desliza
por mi rostro de nieve
en esta función sin final,
sin intermedio.

Me miro,
y me crecen,
como ramas,
tensos hilos transparentes.

Desaparecido teatro,
se olvida el papel
cuando eres la red, la araña y la presa.



DE CALLAR EL PRESAGIO

Jugoso, el corazón del canto
late en los labios de tu oído
y nacen furiosos soles
en el cielo negro.

Intentas pulsar
el telar incandescente
y tus dedos,
no alcanzan la ceniza.

Palabra:
pesadas alas de agua turbia,
látigo rechazado por el aire.



ANÓNIMO IMPULSO

Al rasgarse la página del mundo,
te miras.
El  lago, congelado en mis ojos,
prolonga tu aullido.

Es espesa la claridad
en mi voz de leche.




EL GRITO DE BAGUÉ[1]


… tres veces hermosa
con tres hermosos rostros ser ostenta…

                                                                                                                                 (Primero sueño)

                                                                                                                                            Sor Juana Inés de la Cruz

(Apagón y ráfaga; en un parpadeo nace otra mirada: el escenario palpita entre un cántaro roto, agua soñada. No hay público, sólo una bóveda-espejo envuelve su cuerpo. Lanza una piedra y despierta un grito: constelación-serpiente-beso.)


No sé nombrar.
Pero celebro,
de las mordazas, el estallido,
de cuando en vez,
de cuando envés.
Nos han nacido púas,
voces, pesadillas
y las manos.
Si este teatro no es mío.
Si este teatro soy
Las manos olvidaron
el tejido.
Agudo índice en el sol.
Sus mis manos de lana
tramaron
la sonrisa de la muerte.
Sus mis manos de tierra
roja, negra y gris,
dedos sedientos
de piedra lunar.
Sus mis manos
en Primero sueño,
en El despertar,
en La mandrágora.
Aunque el olvido pesa en los párpados
y el aire se pierde
entre pesadillas diurnas.
vuelven,
en caravana y a destiempo,
los vivos fantasmas
que no quisimos mirar.
Presas
entre el lago y la torre,
amasamos esta mueca anciana
y la risa de niña que exprime
el ya seco corazón de su madre pájaro.
Más allá,
ella clava sus colmillos
en un cuello sin sangre,
y siente crecer
desde su vientre,
la hendidura.
Como máquina ortopédica,
el vértigo se inserta en su carne.

Monstruosa espía.
Se acerca…
lanzo la piedra
y una horda de reflejos
me persigue.
Arde la sombra
que arrastran mis talones.
…No florecerán más cantos
de este brumoso esqueleto
que sueña
entre sus muertas veneradas,
porque los ojos se secan,
el rostro endurece
y cómo duele entonces despegar los labios…
Las manos se atascan,
se cierran,
se hunden
como raíces en la piel ausente.
¡Calla!
Más acá,
soplas, y en la boca
se agita la memoria del descenso
como cuando un cadáver animal
entre los brazos
o el ardor de la belleza en los ojos.
Entre los dientes,
sostengo la ira…
el amor pasea sobre mí
su temblorosa sombra
…el secreto canto.
No es a ti,
es al dolor de ser fantasma
a quien despido,
a un silencio que no es mío,
a la inmóvil rueda
y a la dolorosa,
de mi calor enamorada.
Tiene estrías esta noche.
Entre el aullido de todo lo que muere,
te veo
dedos de mariposa moribunda,
ojo de bruja,
disecado
y eclipsado
por el revoloteo
de un insecto.
Sus alas
como las voces de un libro
que ennegrece mi risa.
Yo también te llamé
desde una profunda cavidad sin sangre,
con mi amarga legión de voces,
te llamé, sin saber,
llamándome.
Invento, se puede decir;
miento,
también se puede decir,
recuerdo…
más que el espejo cóncavo del cielo
al sumergirse el sol,
delirante de cansancio,
en el agua reposada.
Ritmo perdido
entre los subterráneos ríos que manan de tu lengua
en vibración constante
arrastran hasta la luz de estas hojas
la partitura que mi cuerpo reclama,
de torrencial secreto

¿Podré escucharte?
La piel en la letra entra
leve incendio
entre mis labios
que cuece, que cuece
la misma y otra música
la misma y otra pócima.
No son los mendigos,
es tu hambre
y la telaraña de fique.
Veloces aves sin color
clavan su mirada en lo perdido.
Ella insiste, espera,
donde los nombres son semilla,
en cada oído que crece.
Dóciles bestias de la culpa,
hocico de bufón repleto de borlas,
carroña de reina
en la punta de la lengua,
paredes ciegas
donde todo impulso
se desvanece.
Puedes tocarme,
la noche ruge en tu sueño.
Aquí… la caída no hace el mérito,
sino la leve determinación,
al abandonarse.
No hay centro,
y huyes espantada
entre las lobas,
la ciudad se desfigura,
es naturaleza.
Los mundos brotan de su grito
Y además en ruinas, y además con flores
El canto del atrás que es adelante…
Isla de hielo
En la tierra negra
Ígneos caballos se acercan
Amanece
Teje la piel del tigre
Te evaporas
Acunada entre los ojos celestes y su espejo
Se inclina,
retira el maquillaje
y no encuentra tus labios,
sólo el canto,.
un manantial que te sueña.
Y se tiende
tarde que viene entre montañas,
marimba infinita,
vasija de barro adentro…
todos los llantos contenidos,
latir de piedra.
Venias
Coronas
Gibas
En tenebroso arrullo viaja el filo, el crujir del tablado, el  relámpago se extinde y troza el aire. Ella acerca sus fauces coloridas al estanque. Cubre y descubre: el canto de remolino profundo, de caracol que crece en memoria de tamboras. Caen los hilos y por fin danza
la traición, la transparencia
en lengua de bruja:
el grito original.
Entre la niebla del tiempo,
hay un secreto.
Eres también mi cuerpo
eres también mis plantas,
la mirada embebida de la angustia
y el soplo que borra estas palabras.
VOZ
Asómate sin miedo al abismo
y serás cascada.



…MAL – DECIR

Escribo calcinándome las manos
para enviar señales de humo.
Alguna ceniza en tu ojo
dirá, por fin, lo que mi palabra no alcanza.



…DEL SENTIDO

Marioneta lanzada al escenario en llamas,
mientras los niños dan a luz
desfiguradas sonrisas.
Se cierra el telón.
Mis cenizas buscan al titiritero.


Poemas incluidos en la obra “En lengua de bruja” de Liliana Moreno Muñoz


Nota

[1] Bagué: diosa muisca que da origen al universo a través de un grito.







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