viernes, 20 de junio de 2014

LUCÍA CUPERTINO [11.957]


LUCÍA CUPERTINO

Lucía Cupertino  (Polignano a Mare, Italia, 1986). Antropóloga cultural, poeta y traductora. Ha publicado: Mar di Tasman (Collana Isole, 2014), 43 poetas por Ayotzinapa. Voces por el México y sus desaparecidos (Arcoiris, 2016) y No tiene techo di casa (Casa de poesía, San José, Costa Rica, 2016, edición bilingüe). Cofundadora de la revista La macchina sognante. En Italia, Argentina, México, España, Alemania, Australia y Colombia ha desarrollado investigaciones centradas en el mundo indígeno, la educación y la transición social. 



Selección poética de _No tiene techo di casa_ de Lucia Cupertino (Casa de poesía, San José, Costa Rica, 2016, edición bilingüe)

Al amparo de un árbol

Todavía nos queda una casa abierta
donde podemos dormir y ver el aire negro
raspado por las constelaciones.
Pero se oyen taladros, golpes, derrumbes.

Daniel Calabrese, Ruta Dos



AVEVAMO dimenticato le chiavi
la luna appesa da troppe ore,
non potevamo scuotere il sonno dei nostri anfitrioni.
Che fare? Prenotare un hotel
snaturerebbe il senso del viaggio,
bisogna pur sacar una idea 
ma i neuroni sono sfibrati.

Qualche gatto stava di vedetta
arrampicato sugli alberi
come in attesa di arrivi.
Eravamo sul punto di adagiarci lì
quando la tua voce raschiò l’aria:
¡Volvamos al campamento!

E anche noi per una notte
chiedemmo rifugio a quest’isola,
una tenda tra le esili altre
 …noche noche
que a todos nos abrigas
y a nadie perteneces
…notte notte
che tutti ci ripari
e a nessuno appartieni
Noche como un techo
notte come un tetto
esperanza para todos.



HABÍAMOS olvidado las llaves
la luna colgada hace demasiadas horas,
no podíamos sacudir
el sueño de nuestros anfitriones.
¿Qué hacer? Reservar un hotel
le quitaría sentido al viaje,
habrá que cercare un’idea
pero las neuronas están desfibradas.

Unos gatos estaban de vigía
trepados encima de los árboles
como en espera de llegadas.
Estábamos a punto de echarnos allí
cuando tu voz raspó el aire:
Torniamo all’accampamento!

Y nosotros también por una noche
pedimos amparo a esta isla,
una carpa entre las otras delgadas
…notte notte
che tutti ci ripari
e a nessuno appartieni
…noche noche
que a todos nos abrigas
y a nadie perteneces
Notte come un tetto
noche como un techo
speranza per tutti.



– 



LA SUA CASA è calda accogliente
piena di modesti tappeti
il portone dipinto di mare
la scala a chiocciola ocra
dal balcone s’intravede
la deserta libreria di quartiere
e in cucina c’è del makdous.
Tutto è sobrio e sa di pace.

Sulla lavagna qualche parola araba
della lezione appena conclusa
spiegazioni con caotici segni
parti appena cancellate
il foglio stropicciato e rotto,
così è la Siria, mi dice
incrociando grave il mio sguardo,
un cumulo rosso nero e grigio
qualche insegna in arabo
ad indicare strade che non esistono più
tende stropicciate tra mobili a pezzi
e tazze di tè con zolle di calcinacci
mani mozzate a non sostenerle.



SU CASA es cálida acogedora
repleta de modestas alfombras
el portal pintado de mar
la escalera de caracol ocre
asomada al balcón se entrevé
la desierta librería de barrio
y en la cocina del makdous.
Todo es sobrio y sabe a paz.

En el pizarrón algunas palabras árabes
de la clase recién terminada
explicaciones con caóticos signos
partes apenas borradas
la hoja encrespada y rota,
así es Siria, me dice
cruzando grave mi mirada,
un cúmulo rojo negro y gris
algunos letreros en árabe
señalizando calles que ya no existen
cortinas encrespadas entre muebles en pedazos
y tazas de té con terrones de ripio
manos cercenadas que no las sujetan.



– 



a un guardiano del bosco

QUATTROCENTO querce mi corteggiano
in una danza di selva venti e liane
questa notte solo mancano ali di colibrì
per librarmi in cima agli alberi.

Quattrocento gli echi nel cuore
quattrocento o molti di più i morti
su questi monti dormono,
maturano lentamente
coperti da un sonno di abusi
accumulati in forma di foglie,
sono stati quattrocento i colpi
di machete fucile coltelli
quattromila o quattro milioni,
chi ha tenuto i conti?
E abbattevano giovani afflati
abbattevano la rugiada del mattino,
anche il verso dell’uccello alla luna
ancora ripete il grido di donne abortito.

Ma tu un k’atun fa hai lanciato semi,
hanno resistito a tutti gli assalti:
quattrocento querce mi corteggiano stanotte.



a un guardián del bosque

CUATROCIENTOS robles me cortejan
en una danza de selva vientos y bejucos
esta noche sólo faltan alas de colibrí
para remontarme hasta la cima de los árboles.

Cuatrocientos los ecos en el corazón
cuatrocientos o muchos más los muertos
sobre estos montes duermen,
maduran lentamente
cubiertos por un sueño de abusos
acumulados en forma de hojas,
han sido cuatrocientos los golpes
de machete fusil cuchillo
cuatro mil o cuatro milliones,
¿quién ha llevado la cuenta?
Y tumbaban jóvenes aflatos
tumbaban el rocío de la mañana,
inclusive el canto del ave a la luna
todavía repite el grito de mujeres abortado.

Pero tú hace un k’atun lanzaste semillas,
resistieron a todos los asaltos:
cuatrocientos robles me cortejan esta noche.



– 



NON HA TETTO la mia casa e neppure pareti
le finestre sono pendii il pavimento guadua
il tappeto è un velluto di felci.
Non ho chiavi né serrature
perché la mia porta sono alberi
e si aprirà con gli anni, restando
a decifrare i segreti del bosco.



Non ho neppure una sveglia,
all’alba lo svolazzo di un colibrì
muove le lancette del mio orologio interno
ma se ho voglia di trattenermi un po’ di più
non c’è ufficio che mi aspetti o incalzi.



Nella tasca non accumulo facce di carta,
ieri notte ci ho trovato semi di corbezzolo
notte di un sogno al bordo del sentiero.
Molte cose non ho e neppure voglio avere.



Come tornando ad essere partorita
oggi nelle acque della cascata seguo
il flusso delle foglie in mulinello.





NO TIENE TECHO mi casa ni tampoco paredes
las ventanas son cerros el piso guadua
la alfombra es un terciopelo de helechos.
No tengo llaves ni cerraduras
porque mi puerta son árboles
y se abrirá con años de quedarme
decifrando los secretos del bosque.

Tampoco tengo un despertador,
al amanecer el aleteo de un colibrí
mueve las agujas de mi reloj interior
pero si quiero quedarme un rato más
no hay oficina que me espere o apremie.

En el bolsillo no acumulo caras de papel,
anoche me encontré una semilla de madroño
noche de un sueño al borde del camino.
Muchas cosas no tengo ni quiero tener.

Como volviendo a ser parida
hoy en las aguas de la cascada sigo
el fluir de las hojas en remolino.



– 



QUESTA MATTINA il cielo irriga la terra
possiamo riposare coperti da un albero
far crescere un ramo di pazienza
lavare la tunica di pensieri
logora che c’ingombrava
smacchiare le distanze
bere anche qualche goccia
rigenerare il serbatoio dei sogni
poi abbandonare il riparo sicuro
indagare curiosi se la terza sorella[i] 
è germogliata sul dorso del declivio.

È tempo di sostare
osservare le nubi transitare
sorpassarci e correre ad altre vallate
smettere di ripetere i naufragi dell’inerzia
lievitare come il cielo nuovi parti.



ESTA MAÑANA el cielo riega la tierra
podemos descansar al amparo de un árbol
dejar que crezca una rama de paciencia
lavar los pensamientos de la túnica
gastada que nos estorbaba
desmanchar las distancias
incluso tomar unas gotas
regenerar el tanque de los sueños
luego abandonar el amparo seguro
curiosos investigar si la tercera hermana[ii]
brotó en el dorso del declive.

Es tiempo de detenerse
observar las nubes transitar
adelantarnos y correr a otros valles
dejar de repetir los naufragios de la inercia
como el cielo leudar nuevos partos.



[i] Antica tecnica agricola del Nord e Centro America, prevede la coltivazione congiunta di mais, fagioli e zucche. Le tre piante si sviluppano collaborando in modo positivo tra di loro e sono la base di una dieta sufficientemente completa.

[ii] Antigua técnica agrícola del Norte y Centro América, basada en el cultivo integrado de maíz, frijoles y calabazas. Las tres plantas se desarrollan colaborando posítivamente entre ellas y son la base de una dieta suficientemente completa.





Breve glosario del tránsito


Casa
esas cuatro letras
que pongo en cruz
a cada despertar.


Maleta
como algo siempre
ocupando una mano.



Alma
te eché en la maleta,
no abultaste mucho
y no te detectaron
en los chequeos del aeropuerto.


Ciudades
en las que transito como arado
labrando silenciosa otros versos.



Sueño
que perdí varias veces
que gocé unas cuantas
que sueño a mi vez.


Boleto
siempre caducas
siempre te renuevas
prometéicamente.


Sol
manecillas en el vientre.


labios de rocío
rojo vino bueno
y alba rojiza de pelo.


Lengua
mía lengua, mía,
no eres una, eres alto
alboroto de voces.


Mar
esté donde esté
pulso vital,
vibración de tambor.


Indígena
es la cara a mi lado
la cara en el reflejo.


Soledad
nos fuimos conociendo
y luego callamos
una a lado de la otra,
compañeras de viaje
que saben cuanto azúcar
uno quiere en su tecito.


Calles
llenas vacías llenas
madriguera de ratas.



Él
acudía a mántricas despedidas
y a palabras de azúcar,
no yéndose nunca, se fue.



Aliento
aliento
alientos.



Fortuna
todos dicen que eres infiel
algo distraída
algo voluble
y no es tan cierto.


Cartera
aldelgaza cada vez más
porque quiere ser una modelo.



Plegaria
de palabras no palabras,
mero sonido entregado
al vórtice del yo.



Espejo
que me miras,
¿qué miras?



Camino
enorme puzzle de pronombres
conocidos a cada esquina.



Casa
esas cuatro letras
que pongo en cruz
            a cada anochecer.






A quel portone tè verde
inviai qualche volta
cartigli e lettere
benché non fosse saggio
per le contese giudiziarie
su quella casa pendenti.

Ma cosa non fu
dolcemente scriteriato
tra quelle pareti?
Tanti fiati incrostati,
tanti sogni al soffitto
come pomodori appesi,
sussulti e gemiti
dagli spifferi della porta
correvano, si propagavano
e vibravano tramonti
alle verdi persiane
e anche il mormorio
sino al baccano di voci,
il ronzio dei motorini
e il folto schiamazzo
degli uccellini ai rami.

Ora quel portone è solo tuo.
Ogni volta che di lì cammino
riapre un carillon di emozioni,
riassesta nell’aria gelida
il tuo viso e il tuo neo:
tu che non dicevi ma parlavi,
ogni amore è schermo alle paure.



Selección de En la cuenca de los ojos

Leyendo ruta dos de Daniel Calabrese

1.

Regla del octeto

Siempre algo no termina de ser
por quedarse al borde del ser
y el remate que había elucubrado
ya no es bueno para esta casa.

Que me llueva adentro
toda la resolana de hoy
sólo me hace pensar
que ni sé si más quiero
un techo encima de mi alma.

Sólo las casas de palabras son
estables y sin falta de reformas
lo demás obedece a otra física.

Otra química de las cosas, quizá.
Siempre nos falta un electrón.

2.

Luego

A medida que el tiempo pasa
va secándose nuestro ser.

Antes llorábamos por un nada de
como ríos corríamos los valles
a cada curva
alboroto y remolinos.
Luego ya no es lo mismo
surcamos el vientre de la tierra
y en silencio armamos
revueltas de olas.

Luego
luego de otro luego
y de otro miles de luego
el lecho se torna más y más árido.
En el desierto de ese desierto
a cada oasis
vertimos nuestro ser:
la ausencia.


De vuelta
                                                                                          
Ver no es abrir los ojos                                                                                                 
ves arrojar a un lado el bastón blanco:
                                                                                                                
osar andar
                                                                                                                                       
sobre el saberse perdido.
Osadía, Hugo Mujica

Atamos el barco al poste
en el vacío levantado
entre aire y muelle
mecía la cuerda
en unos segundos bajamos
y pisamos tierra, tierra
otra vez tierra.
Eran distintos los astros
en la axila del puerto
ahora más maternos los rostros
abría a la serenata el corazón.

Pero no teníamos voz
ni voz en las mejillas
esculpidas por los vientos
sino tan sólo
un estremecimiento
en la cuenca de los ojos.

Habíamos regresado por fin
de las osadías del mar,
callando contábamos el cuento.


Azul

Se han ido como polen
rabia y alegría
y tu cara de creta
se han ido luchas de alientos
agotados de tanta luz
al otro lado se han ido
los tres barcos
que hasta ayer permanecían
en la orilla
como tiernas raíces.
Se ha ido hacia un punto
que desconozco la luz
dicen que mañana regresará
pero voy a velar esta noche
y esperar a que vuelva.
Cuerpos se han ido
y los han encontrado
al otro lado de la ribera
con muerta sonrisa
entre los dientes.
Y cuerpos otros cuerpos
comidos por la arena.
Se ha ido también ella
una noche cualquiera,
así dijo un marinero.

A pesar de todo
el blanco de olas
sólo este azul
se retiene yéndose.







-

No hay comentarios:

Publicar un comentario