martes, 24 de junio de 2014

GLORIA CELIS [12.015]


GLORIA CELIS

Gloria Celis (Santiago, CHILE 1935). Poeta. A pesar de nacer en Santiago, vivió su niñez en el pueblo de Malloa, entre Pelequén y San Vicente de Tagua Tagua. Estudió periodismo en la Universidad de Chile. Fue integrante de la Sociedad de Escritores de Chile, el Grupo Fuego de la Poesía y la Unión de Escritores Americanos. Publicó: “Momentos” (1963), “Y al principio era agua” (1966), “Penetrador en la llama” (1972), “Y el río vuelve” (1994).

Fuente: “Gloria Celis”. Por Víctor Castro. (“Las Últimas Noticias”, 01 junio 1974).



Desde su más tierna edad, la poeta ha vivido hermanada con la lluvia, esa loca bailarina danzando en las techumbres y luego columpiándose en los sauces como una niña transparente...
Aún caminan juntas enhebrando perfumes y sonidos...
Gloria Celis es enemiga del autobombo, de esa loca manía del yo... yo... yo... yo...
Ella sabe que está sin lugar a dudas entre las mejores poetas de Chile...
(Carlos Órdenes Pincheira)



INVIERNO

Cae el agua interminable de mi infancia
esta tarde. 
Cuando de niña 
contemplaba el río del cielo,
la niebla 
y el viento en los largos caminos.
Era el tiempo de los sueños
de islas azules
emigrando a cielos claros.

Era el tiempo del invierno
en un reloj antiguo.
Mis abuelos eran viejos árboles
cogidos en vientos de destino.
Y la lluvia caía inexorable
en los corredores de piedra
en la techumbre y el cerro.

Recuerdo los años que fueron
como el agua
el otoño y la lluvia
de lejanos inviernos.

Era entonces un pájaro pensativo
entre la tristeza y el miedo,
la risa y el sueño.
Cuando la soledad y la lluvia
golpeaban las ventanas del espíritu.





UNIÓN

Llueve sobre el mundo
los parques están silenciosos
vacíos de pasos
vacíos de besos.
Veo pasar gente desconocida
sin ojos
sin palabras.
No son nada para mí,
yo no soy nada para ellos,
caminan escondidos
debajo de grandes abrigos
pesadas mantas.

Sin embargo, lo confieso, hay algo que nos une,
talvez nunca nos conoceremos,
yo no sé nada
cómo es tu hogar,
tu mesa, tu lecho.
Yo no sé si te espera el amor
detrás de alguna puerta,
o la soledad te besa
con los labios fríos
de una lluvia de junio.

Hay algo que nos une,
lo presiento
en el silencio de tu rostro y el mío,
en los pasos que caminan
el mismo instante
el mismo siglo.
Habitamos un planeta
constituido de agua y tierra,
integramos un gran universo.

Mis pensamientos caen como la lluvia
en los cristales y en los techos.
Como la lluvia en los anhelos y recuerdos.

Como la lluvia.




Momentos
Autor: Gloria Celis
Santiago de Chile: Eds. del Grupo Fuego, 1963

CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1964-08-29. AUTOR: HERNÁN POBLETE VARAS
Irregular, quebrada –desde el uso de ciertas rimas torpes que llegan a parecer casuales, lo que también está mal, hasta cierta conciencia admirable de lo misterioso-, Gloria Celis se inicia en poesía con su libro “Momentos” (ediciones del Grupo Fuego, Stgo., 1963).

Nos dice:

“estrujo una lámpara de aceite
para sentir su corazón de llama”.

Y tras esta hermosa y evocadora imagen agrega unas larguísimas palabras:

“Hay un silencio fosforescente
y mis dedos son presentimientos largos”.

Es una manera de estropear un poema. Con todo y a pesar de estos pequeños derrumbes que suelen ocurrir en sus versos, se siente y se presiente que Gloria Celis no canta en vano: tiene algo que decir, ha penetrado más allá de nuestras visiones terrestres a ese mundo enrarecido, misterioso, que es la poesía.

“Su roce me quemó furtivo y absoluto
como un presentimiento”.




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