viernes, 16 de mayo de 2014

CARLOS VALLÍN [11.690]



Carlos Vallín 

(Guadalajara, Jalisco, México; 20 de junio de 1983). 
Carlos Vallín (Guadalajara, 1983). Psicólogo de UTEG. Ganador, por dos años consecutivos, del Premio La Siembra de la gaceta universitaria “Voces”, en la categoría de mejor poema (2004 y 2005). 

Ha publicado poemas en la revista de psicoanálisis Non Nominous (2005 y 2006), Papalotzi (2014), Va de Nuez (2014), Neurosis (2013), La ira de Morfeo de Uruguay, Chile y Colombia (2013), Almiar de España (2013), El Perro (2015), Liga Latinoamericana de Artistas Sudamérica (2013), Síncopa (2016) Perturbana (2016), periódico Siempre Libres Puerto Vallarta y en el fazine Los Locos llega solos de Varrio Xino (2016). Participa en el II (2014) y en el III (2016) Encuentro de Poetas Francisco González León en la Casa de Cultura de Lagos de Moreno, Jalisco. 


Publica su primer poemario titulado Oasis envenenado (2012). Publica el segundo poemario Canciones sobre una Musa infinita (2013). Aparece en la antología de poesía Salve Luzbel  (2014). Ha sido locutor de radio en Radiomorir, RadioCentinela y Malasangre radio. Actualmente escribe una columna mensual “La Espada ensangrentada” de poesía contemporánea en la revista literaria Palabrerías.




Parques industriales


De nada sirve los rascacielos

llenos de ejecutivos
ni los parques industriales
de ingenieros poderosos

ni que los poetas succiones
los tronos de las Vacas Sagradas
cual monaguillos a sacerdote pederasta,

se transforman los bosquecillos
en cotos privados y seguros
nada sirve que votemos
por naranja o azul o tornasol
ni la queja ni la revolución
ni la bandera ni el amor
cuando la guerra estalle
cuando no haya oxígeno blanco
y el invierno sea de 40°c
cuando el caldo negro fluya sin remedio
desde la fábrica de robótica.



Arboledas de los suburbios


Vagabundearé por arboledas infestadas

de señoras baratas
las veré putear
taconear amorfas
escupir en las banquetas.

Luces de gris farmacia
árboles de piel polarizada
gendarmes de nobleza opaca.

Hombres hablan de nada
prostitutas sexagenarias
de piernas peludas
y arrugas no maquilladas.

Coyotes de anillo y reloj
controlan el comercio de cachorros
gendarmes de nobleza opaca.

En arboledas de los suburbios
locos se bañan en las fuentes
aves comen alpiste contaminado
albañiles fuman papeles carmesí
amos lamen llagas de sus perros con rabia.



Libros de texto

En unos años los bosques y la selvas
desaparecerán de los libros de texto
y serán un mito de la literatura.

Los halcones leones ballenas
estarán en las enciclopedias
de zoología fantástica y mitológica
el agua pura valdrá millones
úlceras de smog en ciudades alcantarillas

Nosotros atrincherados inútilmente
en monumentos de cochambre y papirolas
los sobrevivientes se lamentarán
alguno con el dolor de la frustración
apretando sus puños dirá a Dios:
“¿por qué no tuviste el suficiente valor
para detener la máquina destructiva
y nos creaste con tu infinita ignorancia?”


  
Cueva de Midas murciélago

Soy un Midas de miseria
convierto los jardines
en catedrales de plástico.

Soy un Midas de desgracias
con manos de buitre
con ojos de condenado.

Soy un Midas de desdicha
cambio soles esplendorosos
por cuevas de murciélago.

Soy un Midas de sombras
con pies de huida
con alma disecada.

Soy un Midas de abismos
con pupilas de insecto
colmillos de obsidiana.

Soy un Midas de penas
convierto praderas hermosas
en desfiles de muertos.

Soy un Midas de olvidos
de paraísos de llagas
con lengua de epitafio.


Cisma

Cuál es mi propósito estar en soma
en la bóveda dermática.

Mi larvario motor pide una resonancia
de la plegaria hacia el Edén
gobernado por el Eterno.

Deidad crea esfera de aliento,
entidad concibe teología, dogma, doctrina.

Eclosioné apostólico
mi sustancia espiritual experimenta vacilación.

El dictador aislado
en su ergástula de fluido y calcio
razona contra la grey.

Era un crío renacuajo con credo nonato
calmosa fue la inserción
de leyes arbitrarias
nadie inquirió si apetecía.

Cavilar arduas materias celestiales
apuntalan un letargo quimérico
y disperso al alba.

Cómo congoja el culto,
sus preceptos berrean en abismal
discernimiento.


Los viejos son los fetos de la muerte

Los viejos son los fetos de la muerte
de alma inocente
de memoria congelada en la tristeza.

Los viejos son embriones
que quieren nacer en la muerte.

Pre-difuntos
la piel se les pega a los huesos
queriendo estar más del lado del esqueleto.

Germen de lo que vendrá
se carcomen, se les va la fuerza
la voz se debilita ominosamente.

Semen y óvulo de extinción
traen a Dios como esclavo
y se marchitan lentamente.

Les llegan lágrimas de melancolía
sus manos temblorosas despiden
la vida y los recuerdos que no vuelven.



En la basura de los vertederos

En la basura de los vertederos
se va la esperanza.

En la náusea de las bocas
en las gargantas infectadas.

En la pus de la desgracia
en las heces de las ratas.

En la danza de los paralíticos
en los paisajes de los invidentes.

Se va la esperanza.

En el erotismo maliciado
de los suicidas.



Borrachos de banqueta

Los borrachos de banqueta
son el resumen del fracaso.

El corazón se les infecta a cada trago.
viven en fotografías negro y blanco.

Su morada es borrosa como el verano
su horizonte una lágrima.

Se reúnen llenos de basura soledad desilusión.
botella es el único sosiego.

La vida es un ocaso
voz se quiebra sin eco.

Su estómago baldío
alma sumergida en estiércol.

¿alguna vez su rostro tuvo vida
sus ojos tuvieron anhelos?.

Un verdugo les azota los huesos.
dormidos en su cama de cemento.

Perfumados con los orines matutinos.
largas son sus charlas con los perros.

Los borrachos de banqueta
son payasos pintados
de las cenizas del amor incinerado.

Retirados de la vida pública
jubilados de felicidad
desiertos de todo sueño.

El deseo de los borrachos de banqueta
es un hospital de enfermos terminales.



Poseídos

Hay tanta poesía en los poseídos
por el diablo
tanta opresión metaforizada
tanta inidentidad comprimida.

Hay dolor contra el mundo
una excesiva soledad
tanta risa reprimida
tanta sangre coagulada.

Los poseídos se parecen
a los sacrificios de los santos
al dolor de los aquejados.

Hay tanta poesía en los poseídos
por el diablo
tanta fobia remolida
tanto poder contenido.



Oración del anacoreta

Quisiera tener nobleza de perro callejero.
Curarme con guitarras chillonas.
Extraviarme como explorador sin brújula.
Divagar como barca a la deriva.
Con vacuidad de mendigo de parque.
Mi alma fogata alimentada de pétalos.
Pez que ve el mundo afuera del estanque.
Mi corazón es buitre mordisqueado por la muerte.



Oceanohólico

Hincado frente al océano
suplico por mis pecados.

Hago letanías taciturnas y sordas
a las olas atentas cual confesionario.

El océano es un necrófago
de penas como herejes náufragos.

Cementerio de tristezas, limbo de blasfemias
liturgias en la arena, milagros en las piedras.

Comulgando luna como hostia
embriagado de aguas espesas.

El océano es una salada iglesia
de nómadas condenados.



Oasis envenenado

Soy piel que muda de serpiente.

El que riega el pasto
del otro lado del vidrio.

La maraña atascada
en alguna playa despoblada.

El que crea himnos
como un alfarero un jarrón.

El color amarillo
del césped de otoño.

Balada que no tiene palabras
sino cantos.

Soy el sediento errante
bebiendo de un oasis envenenado.



Te amo

Te amo por espesa.

Eres limpia como la muerte
azucarada como el ocaso.

Eres corrupta
rubia
astuta como la mentira
efervescente como el odio.

Eres puta
te amo por puta
eres fácil y pecadora
eres embustera
te amo por perversa.

Eres mugrosa como el dinero
eres dañina
eres medicina
te amo.

Eres divina como el llanto
eres profana
eres clandestina
te amo por alcahueta.

Eres seductora
excitada y dispuesta
te amo.

Eres fiel como orquídea
eres infiel como ramera
eres consuelo
eres remedio
eres enfermedad
te amo por escandalosa.

                                           Cerveza.
  

Evangelio

Hay algo divino
en tu cuerpo.

Besos sagrados
caricias celestiales.

Aleluya por sus senos.

Amén por tus caderas
por tus piernas
y por eso que
solo tú y yo sabemos.

Bebo el vino consagrado
de tu sexo.

Hay una liturgia
en el movimiento.

Hay algo divino
en tu cuerpo
un evangelio en nuestros besos.



El indigente y
su musa

Soy un indigente y tú eres mi musa.
Un trotamundos en el vergel de tus labios.
Peregrino en el camino de tus piernas.
Musa en las ruinas de mi alma.
Vagabundo en la ciudad blanca de tu carne.
Musa que bebo
como un estero como mi santo grial.








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