martes, 8 de abril de 2014

HÒ XUÁN HU'O'NG [11.490]


Hồ Xuân Hương

Hồ Xuân Hương (1772-1822) (胡春香, pinyin Hú Chūnxiāng) poeta vietnamita en chữ nôm nacida al final de la dinastía Lê. Considerada una de las figuras más importantes de la poesía de su país.

Los hechos de su vida son difíciles de esclarecer. Al ser una concubina en una sociedad confucianista, su trabajo le enseñó a ser una mujer de mente independiente que se resistía a las normas sociales a través de sus comentarios políticos y el uso de humor y expresiones que hacían referencia al sexo. Sus poemas son a menudo irreverentes y están llenos de dobles sentidos, pero se consideran eruditos. Su deseo de escribir en nôm en vez de en chino tradicional contribuyó a su prominencia en el siglo XVIII.

Poco se sabe acerca de una de las poetas más valiosas y excepcionales de la historia de la literatura vietnamita. Valiosa por sus inteligentes ironías, dobles sentidos y juegos de palabras; excepcional por su estilo heterodoxo (único en su tiempo), alejado de los rígidos y masculinos convencionalismos confucianos.
Debió nacer en los alrededores de Hanoi. No se conocen con exactitud la fechas de su nacimiento y muerte, aunque algunos estudiosos de su figura creen que pudo nacer hacia 1772 y morir aproximadamente hacia 1822. Sí sabemos que se casó dos veces, ambas como esposa de segundo rango, y que en su época ya fue muy leída y apreciada por su gran cultura. También sabemos que intimó y se relacionó con numerosos poetas, escritores y artistas coetáneos.
Dejó unas sesenta composiciones (cerca de un centenar si consideramos las atribuidas), caracterizadas por su sencillo lenguaje y la originalidad de los temas, de trasfondo biográfico. Su obra revela un profundo análisis de la sociedad que le tocó vivir. La poeta no suele dejar títere con cabeza. Desafía los prejuicios sociales, ridiculiza a personajes influyentes, y muy conocidos en su tiempo, y expresa, con enorme habilidad y sensualidad alusiva, el erotismo de un cuerpo femenino plagado de secretos.
Ho Xuang Huong se erigió en defensora de la independencia de la mujer con respecto del hombre, independencia que para la poeta vietnamita comenzaba en el claro reconocimiento de su sexualidad.






COMPARTIR A UN ESPOSO

Ay, compartir a un esposo con otra,
¡qué destino de perra!
Una duerme bajo bien enguatadas
mantas mientras la otra se congela.
Al azar, le reserva él un encuentro
al mes, una o dos veces, o ninguna.
Se le aproxima para arrancarle un bocado,
pero está el arroz mal cocido.
Se le sirve como una fiel sirvienta,
pero ¡ay!, una sirvienta sin paga.
¡Pobre de mí! Si hubiera yo sabido
que esto iba a ser así, me habría
quedado sola, como antes.







EL COLUMPIO

¡Bravo! para los que plantaron
hábilmente cuatro pilares.
Unos suben para mecerse
y otros miran el balanceo.
Arquea el muchacho sus rodillas
de grulla, y hala y hala sus riñones;
la muchacha flexiona su cuerpo de avispa,
se tiende y tiende los senos arriba.

Cuatro piernas de pantalones
rosados chasquean al viento,
y dos pares de muslos blanquecinos
se extienden paralelamente.
¿Saben acaso aquellos que practican
estos juegos primaverales
que una vez retirados los postes
los huecos quedan en el abandono?






LA CONDICIÓN DE LA MUJER

Hermanas, ¿sabéis cómo funciona esto?
Por un lado el crío desgañitándose; por el otro,
el marido deslizándose sobre vuestro vientre,
su hijito todavía chillando junto a vosotras.
Sin embargo, cada cosa debe ser satisfecha.
Todo ha de despacharse atropelladamente.
Marido y críos, ¡qué obligaciones!
Hermanas, ¿sabéis cómo funciona esto?








1

La que nació sin sexo

¿Qué conflicto entre las doce hadas de los nacimientos
la privó de su joya primaveral para plantarla no sé sabe dónde?
¿Qué más da que sus grititos sean de rata
o que bordonee como el abejorro cuyas picaduras se hinchan?
Desafío a cualquiera a saber si es tubérculo o flor.
¿Quién podrá distinguir si es tallo o es corola?
Ya que es así, así sea, de acuerdo, poco importa;
nunca en toda su vida se oirá llamar nuera.



18

El pastel flotante

Blanco es mi cuerpo, de formas redondeadas.
A ratos sobrenado; otros, me hundo en el agua.
Dura o blanda, no importa qué mano me ha amasado
porque conservo siempre rojo mi corazón.



20

El fruto del árbol del pan

Mi cuerpo es como el fruto que da el árbol del pan,
de corteza rugosa, de pulpa muy espesa;
amigo, si te gusta, hunde en él tu punzón
pero, ojo, si lo palpas te pringarás los dedos.



31

Reproche a Chieu Ho

¿Por qué hablaste de cinco si sólo han sido tres?
Tú, el hombre de palabra, faltaste a tu promesa.
Cuando tus ocios te permitan venir a verme para meterte con la luna,
no se te olvide traer un buen puñado de hojas de baniano.

Réplica de Chieu Ho

Tres monedas de ley son más que cinco falsas;
tuya es la culpa, virtuosa mujer, que echaste mal la cuenta.
Cuando tenga un rato libre y vaya a verte y a meterme con la luna,
te voy a dar la rama entera del baniano con las bellotas incluidas.



32

Desafío a Chieu Ho

Hace mucho que no dejas de avisarme,
avisarme de que piensas ensartarme,
ensartarme, pero no te atreves nunca,
no te atreves porque tú eres un bocazas.

Réplica de Chieu Ho

Mira, niña, ahora te digo que te abras.
Si no te abres, daré golpes con mi verga.
Si mi verga no lo logra seguiré dale que te dale,
seguiré dale que dale y al final tendrás que abrirte.



43

El miembro viril

Al nacer nos lo dieron nuestros padres, ¿qué vergüenza hay en ello?
De noche, aunque sin ojos, luce más que una lámpara.
En la cabeza lleva un sombrero de piel; su copa brilla roja.
Carga a la espalda un saco de pelotas, que cuelga en una funda negra.


HO XUAN HUONG (Vietnam, siglo XIX), Perfume primaveral, Hiperión, Madrid, 1996, 137 págs. Traducción de Jesús Munárriz






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