lunes, 28 de octubre de 2013

DRUSILA TORRES ZÚÑIGA [10.716]


Drusila Torres Zúñiga 

(Ciudad de México). Licenciada en Letras Hispánicas por la UNAM. En 2009 obtuvo el Primer lugar del Premio Nacional al Estudiante Universitario José Emilio Pacheco, en la categoría de poesía.

Marquesa del Tepeyac. Eterna vagabunda de la ciudad. Poeta-antipoeta, culta-anticulta Estudiante de Lengua y Literatura Hispánicas en la UNAM.




Tres poemas del micro

Un día el Buda me dijo que el mundo podría ser una tierra pura.
Entonces salí a las calles y busqué la pureza.
He aquí lo que encontré.


I

No estar Contigo
es como estar con nadie.
El Amado es el Uno
Eterno.
Pero yo vivo en la multiplicidad
dividida.
Me pregunto si acaso el Uno
quisiera dividirse en muchos
sólo por un día.



II

Quizá no exista
el disolvente pero
siempre podrá ser la solución
el fuego.
Necesito un incendio
para deshacerme
del tatuaje de tu nombre.



III

No me busques en las conversaciones con tus amigos
ni en el ruido de las copas que chocan por la salud.
No estoy en el ruido de los cubiertos,
ni en el bullicio de las diez de la noche.
Estoy antes de que abras los ojos,
y en el momento en el que entras al sueño.
No estoy en la punta de tu lengua,
estoy en la punta de tu dedo cuando se acerca a tu boca.
No estoy en las risas ni en las carcajadas
sino en el nudo que se forma en tu garganta.
No me busques en el tutti del órgano,
no estoy en el glissando del piano,
ni en las notas más agudas de los instrumentos;
estoy en los silencios, en las pausas,
entre cada compás
estoy en el momento en que cierras los ojos
y buscas la concentración.







Tres poemas a Shams

Rumi tenía 36 años […] cuando logró el arrobamiento y llegó a la conjunción total y la revelación de Dios al conocer a Shams, cuyo nombre significa “sol”. En su primer encuentro, al hablar con el desconocido, Rumi cayó desmayado: todos los secretos le fueron revelados. Shams buscaba un cuenco donde volcar su conocimiento y la sed de Rumi recibió el océano entero.[I]



I

—¿En este momento me sientes, me percibes?
—A cada paso.
—¿Exactamente cómo?
—Como un aroma. Que está por todas partes.
—¿Y cómo es el olor de ese aroma?
—Indescifrable.



II

Shams quiere volar
quiere expandirse
saberlo todo
abarcarlo todo
devorar el mundo en un bocado.
Si Shams supiera
que el Universo está
en la palma de su mano.
Lágrimas negras
Todos pueden ver los ojos de Shams;
unos cuantos saben su secreto,
pero sólo una saborea su regalo.

[I] Ramírez Castañeda, Elisa. “Introducción” en  La sed de los peces, Jalaludin Rumi, México: CONACULTA, 2005 (Cien del Mundo), p. 12.





3 comentarios: