miércoles, 19 de junio de 2013

VLADIMIR HERRERA [10.118]


Vladimir Herrera
Vladimir Herrera, es un poeta peruano nacido en Lampa, (Perú), en 1950.

Publicó su primer poemario, "Mate de cedrón", en 1974. Ha vivido en Lisboa, Roma, París y Barcelona. En esta última ciudad fundó la editorial artesanal Auqui. Ha dirigido las revistas Trafalgar Square y Celos. En 1980 fue becado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México y durante un año trabajó en un taller de poesía con Tamara Kamenszain y Alberto Blanco. Además del poemario mencionado, es autor de los libros "Del verano inculto" (Valencia: 1980), "Pobre poesía peruana" (Barcelona: 1989), "Almanaque" (Barcelona: 1990), "Kiosko de Malaquita" (Barcelona: 1993) y "Poemas incorregibles" una antología de su poesía, publicada en Barcelona por Tusquets editores el año 2000. Actualmente vive en Cusco y recientemente, su primer libro, ha sido re-editado por la editorial Cascahuesos Editores.




Cunilinguo

¿O será como cabras
y cabros que se comen de una sola amapola?
Martín Adán

Ha de ser como una llama que se dice quieta,
No como el fragor, señora, o como una urna en
El calcinado esplendoroso carmesí, sujeto
Del deseo, sometido joven aún a las hurgaciones.
Suscitada por el deseo de ser la lengua,
Su inverso cono de luz, su seno recortado, sólo
La pura lengua de plumas y saudades revestida,
Celebérrima, y los glúteos severamente azotados
Con arena, y el viejo figurín en la ventana
Tras la cual otro sexo habrá de levantarse
En brillo y desmoronado será en parte como
Cuando desea un santo de su cuerpo su verso
Emocionado.
Las economías, en suma, del Poder, y
El poder hacerlo de espaldas hígado y riñones
Afuera, pero sombra de naranjos y también
Fritilarias, acudidas todas a la intimidad
Constelada en que se pee y se bufa domesticando
El verano:
Los besos que en las verijas tendrán
Que olvidarse, como la lengua serán en sí
Recordados:
Unos cuartos de luna lucientes
Para la sandalia del agua más pura al pisar de
Dos ríos orondos las algas, la fiebre y el costado.

(De Del verano inculto)







VII

Lucerna sum tibi, ille qui me vides
Ello es que el polvo de la piedra revuelto en pulsaciones
Sondea la maravilla elaborando en forma pura de animal
Y la idea de lo real en perspectiva de aguas da fondo
Al artificio: un pulcro paisaje de veleros que enfilan
En sentido opuesto al retrato movedizo del deseo

Vallejianas: italianas
Polígamo del poema prometeico
Cuando el poema se adensa
No triste dispensario
No sensación de lenguaje en el poema
Más bien la nuritura del arte
La tintura del poema como
Destilación del ensueño
Sin voz
Sin nadie
Sólo unos campesinos van por delante de sus bestias
(De Soledad de la manzanilla)


Q

(Westphalen)

NATURALEZAS
Como nalgas
O monedas o anillos
De mero sentimiento
En la plaza de palabras
Masculinas femeninas
Tan útiles como
Alimentos diminutos
Separables en la glotis

(De Kiosko de malaquita)






Espalda de luna
Inmaculada
Que se abriría
En la glorieta
De vuelta a casa
La enamorada
Cabeza grande
Lamiendo la niebla
Del verso contra el verso

(De Últimos poemas)






(Vallejo) 

Si tu amor vomita 
En el desierto 
Su nada que te pareciera brillar 
O incendio de poesía 
Vendida a su divinidad 
Como toda putería 
Con avería de fuego 
Te es afín 
Y al fin Lima cae 
Es decir si cae 
Lima y se renueva el tiempo 
¿Qué harías con la hoz 
De fuego poeta sin martillo? 

(de Quiosco de Malaquita) 







[Sin título] 

Dime de arriero pero astro y Andes y 
Vulva celosa en la sombra eriaza 
Campánula sola de errados fuegos, patio de sol 
Boca filosa de capulí tinte de viento 
Junto a la rueda del beso de artimaña 

(de Últimos poemas) 






Elegía escarlata a manera de ensayo 

La mujer del soneto, mal vestida, advertida en la honda 
Fascinación como en el agua pura del conocimiento, 
Discurriendo bajo el puente de una coreografía moderna 
Desabotónase el traje oscuro en medio de la estatuaria, 
Meciendo su cabeza de gato incrustada de estrellas, 
Propia de las oleadas y sacramentadas lindes de un 
nocturno 
de París; ella demora en su realismo de azulejos eruditos 
que de continuo en la casa náutica de la prosa son el arte 
y sus correspondencias: a unas se les dio por asomar 
la cara en Constantinopla: otras se contentaron con el 
filo 
de la lengua, ciega y húmeda como pez de melancolía 
en el lago teórico de un falansterio de roces sexuales, 
tardío; 
ella era y me daba sin afán su cuerpo perezoso de 
cuartetos, hoy 
intacto junto al aura discursiva a cuyo pie soy capaz de 
llorar 

(de Soledad de la manzanilla) 






POEMA PARA
ANTONIO CORREA.

Volver a Quito que estará allí 
cuando llegue 
el bogotano
y alzar la vista que urge 
las llaves de lluvia
que urgen que arden 
en su materia fina de danza
Lluvia de Quito que estará allí
fruta mulata de ojos adormecida
de visita en el Hotel Sebastian
hotel de lluvia en que se pierden
las almas y el aroma
en voz baja como para llorar o
sin querer querer 
queriendo Antonio.

Cusco, enero del 2013.


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