martes, 19 de marzo de 2013

ASSIA DJEBAR [9482]



Assia Djebar
Assia Djebar, (en árabe أسيا جبار ) seudónimo literario de Fatema Zohra Imalayen, nació en Cherchell, Argelia en 1936. Liberada del enclaustramiento propio de las mujeres de su entorno, estudió en Argel y Sèvres Francia. En 1956, durante la huelga de estudiantes argelinos en París, escribió su primera novela, La Soif. En 1958 empezó a colaborar en El Moudjahid, la revista órgano del Frente de Liberación Nacional. En 1962, tras la Liberación, comenzó a trabajar de profesora de historia en la Universidad de Argel, pero, tras el golpe de Estado de Boumedian, se trasladó a París, donde se dedicó a la crítica literaria y cinematográfica y al teatro. En 1974 se reincorporó a la Universidad de Argel y realizó dos largometrajes: La Nouba des femmes du Mont Chenoua, premio de la crítica de la Bienal de Venecia de 1979, y La Zerda ou les chants de l'oubli.
Su carrera literaria, iniciada con La Soif, prosigue con Les Impatients (1958), Les Enfants du nouveau monde (1962), Les Alouettes naïves (1967), Femmes d'Alger dans leur appartement (1980) y Loin de Médine (1992). El amor, la fantasía, Sombra Sultana, Grande es la prisión y El blanco de Argelia, todas ellas publicadas en español por Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, forman parte de un Cuarteto Argelino en el que la autora recorre la atormentada historia de Argelia y se recorre a sí misma.
Entre otros premios, ha sido galardonada con el Premio Liberatura de Fráncfort, Premio Internacional Pablo Neruda o Premio Marguerite de Yourcenar.






La memoria es cuerpo de mujer velada

La memoria es cuerpo de mujer velada
Sólo su ojo libre fija nuestro presente
Blanco ahogado en el fondo de un abismo negro

La memoria es voz de mujer velada
Noche a noche, la extrangulamos
Bajo el lecho de un sueño de plomo

Oh memoria, vientre de mujer
Que dá a luz y la sangre grita
Entonces todos nuestros muertos, los ojos abiertos
Remontan hacía nosotros lentamente
Flotando sobre el agua
De nuestro olvido.

Tú, Oh memoria la develada
Al sol evaporada.

Cantos de la Zerda, "Canto I", Les écrans nº 49, oct. 1982, Traducción al español: MA Carlos R. Alvarado, ©2007.




Los cuatro idiomas femeninos (fragmento)

Las jovencitas de mi época -poco antes de que la tierra natal se liberara del yugo de la colonia-, mientras que el hombre sigue teniendo derecho a cuatro esposas legítimas, contamos con cuatro idiomas para expresar nuestros deseos, antes de jadear: el francés para la escritura secreta, el árabe para nuestros sofocados suspiros hacia Dios, el líbico berebere cuando imaginamos volver a encontrar a nuestros ancestrales ídolos maternos. El cuarto idioma, para todas, jóvenes o viejas, prisioneras o semiemancipadas, sigue siendo el del cuerpo, que la mirada de los vecinos, de los primos, pretende hacer sordo y ciego, puesto que ya no pueden encarcelarlo por completo; el cuerpo que, en los trances, danzas o vociferaciones, en accesos de esperanza o desesperanza, se rebela, busca, como analfabeta, en cuál orilla está el destino de su mensaje de amor. 






Por cuál verdad


I

Escribir en principio, y cualquiera fuese la lengua,
la que balbuceamos o gritamos,
luego, más tarde, que escribimos- ¡ Y no es
de pronto la misma!

Escribir al fin, o a pesar del hiato que
seguidamente va a seguirte, como una sombra
quebrada, deformada...

Escribir, bien hubiera podido ser en chino, o en
bengalí, o en inglés: fue en árabe (para
aprender el Corán) y en francés; en la escuela.

Escribir, fue al principio la primera;
la oscura necesidad.



II

El francés pues, aquel de la escuela, aquel el de
“nuestros ancestros, los galos”, ahora bien, ¡no eran
“nuestros” ancestros y no eran galos!

Mis, nuestros ancestros hablaban, o gritaban,
o cantaban en árabe, en bereber, en ...
Qué importancia, dado que ellos no escribían
o más bien no escribían más,
guerreaban (¡al menos,
en los relatos de nuestras abuelas!).

Mi abuela, en árabe, contaba a los
niños de su alrededor, la guerra, los rehenes,
el incendio de los olivares, en la zauia (1)

En la escuela francesa, la institutriz, llegada
de Francia – Contaba Carlomagno, e inclusive
Charles Martel, en Poitiers...

En árabe, la abuela continuaba
su historia, siempre de noche
y sobre la esterilla, cerca de las velas...

¡La voz de la maestra y la de la abuela
de la noche, se entrelazaron en mi memoria!



III

Diría yo, hoy que para mi, escribir –
escribir de la sola escritura que me impele, y me
habita, y me manda, escribir en francés
pero para inscribir, a pesar de todo, voces
de ancestras y verdades invertidas, volcadas,
en sus juegos de sombras y de realidad,
eso sería, escribir en francofonía,

En los márgenes,

A la frontera, en lo más recóndito de uno mismo,
de nosotros...
De ellos, allá, antiguamente enemigos
La escritura doble
Las verdades dobles y reflejándose en
opuestos
Escribir en francofonía
En francografía
En francés todavía vivo
A sobresaltos, entre la lengua de los orígenes
rasgadas, andrajosas, jirones
de memoria

Y el francés que resiste, mi francés, que
a pesar de mi, hace en mi, el grand écart
Para reparar, desde luego,
Para renacer, ayer y hoy,
Por cuál verdad...

Enero de 2006, París.

(1) Escuela coránica, y/o mezquita con derecho a asilo.

" Pour quelle vérité ", Poema inédito de Assia Djebar, de la Academia Francesa, Publicado en « Le Magazine Littéraire », Nº 451, Marzo 2006. Versión en español:
© Carlos Alvarado (Traductor), 2008.






Poèmes pour l'Algérie heureuse


Neiges dans le Djurdjura          
    Pièges d'alouette à Tikjda
    Des olivettes aux Ouadhias 
    
    On me fouette à Azazga
    Un chevreau court sur la Hodna
    Des chevaux fuient de Mechria
    Un chameau rêve à Ghardaia

Et mes sanglots à     Djémila
    Le grillon chante à Mansourah
    Un faucon vole sur Mascara
    Tisons ardents à Bou-Hanifia

Pas de pardon aux     Kelaa 
    Des sycomores à Tipaza 
    Une hyène sort à Mazouna 
    Le bourreau dort à Miliana

Bientôt ma     mort à Zémoura 
    Une brebis à Nédroma
    Et un ami tout près d'Oudja
    Des cris de nuit à Maghnia

Mon agonie à     Saida 
    La corde au cou à Frenda 
    Sur les genoux à Oued-Fodda
    Dans les cailloux de Djelfa

La proie des loups     à M'sila 
    Beauté des jasmins à Koléa 
    Roses de jardins de Blida 
    Sur le chemin de Mouzaia

Je meurs de faim     à Médea 
    Un ruisseau sec à Chellala 
    Sombre fléau à Medjana
    Une gorgée d'eau à Bou-Saada

Et mon tombeau au     Sahara
    Puis c'est l'alarme à Tébessa
    Les yeux sans larmes à Mila
    Quel Vacarme à Ain-Sefra

On prend les armes     à Guelma
    L'éclat du jour à Khenchla 
    Un attentat à Biskra
    Des soldats aux Nementcha

Dernier combat à     Batna 
    Neiges dans le Djurdjura
    Piéges d'alouette à Tikjda
    Des olivettes aux Ouadhias


Un air de fête     au coeur d'El Djazira





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