viernes, 14 de diciembre de 2012

LISA COCCO [8826]





LISA COCCO, Cerdeña, ITALIA, 1958-2012 
FALLECE  28 DE SEPTIEMBRE 2012



POESÍA DEL LIBRO CONTRAMAESTRE



Te exijo
como ciertas miserables caridades
así que sigo amándote
sin descanso
y todo es traicionado.





Se muere sin un te quiero
con los ojos
cerrados por una espina
y se tiene aliento sutil
y no se tienen caricias ocultas
y no es nada
y se dobla el aire
en un doloroso despido
estoy furioso y lejos de tus manos.






Reconoces el confín
la vencible tierra
o el
Dios mayúsculo
reconoces la muerte
y aquel ordenado perdón
moldeado como una rueda
torneado como una perla.






Se cierra el cielo
y es como todo contenido
dentro de una nuez
cuencos que se ocluyen
órbita desorientada de mí
en un silencio atronador
mi pensamiento armado
que el tiempo
no quiso olvidar.

Comprimido dentro de una
cápsula de odio.






Esta agua
llena de lágrimas
casi se mueve
como si fuese un planeta
o una bomba que hace
explotar las olas.





Llevadme una rosa
como un ángel
fascinante
una rosa vidente
que me haga feliz.






Luego este beso
será un velo oculto
será penitencia y cárcel
dolor y blasfemia
sólo tus ojos oscuros
pasarán y caerán
suplicando mi adiós.






No nos daremos
ninguna hora
porque
estaremos firmes
y separados
como las piedras.





Luego tendremos
también el silencio
en las venas
y una cuna todavía
y pasaremos
de la última palabra
al principio del cielo
y a una infinidad de vida.







En el silencio tenso
y detenido
no te sitia nada

Y estás en la fe
como un hombre perdido.






Me brota el espíritu
solemne y ausente
parece un desfloramiento 
mil resonancias
una muerte abierta
esta es la hora
en vez el luto.






Las espumas son esperma
feroz manicomio

olas cortantes
solo huesos y gritos
del mar emergen extravíos
y cabelleras a fajos
asoladas por el viento.







Nuestros dedos son ramas de sauce
del cuello a la tormenta.








Tengo fatiga en el pecho
un espesor
una pelea en la respiración
y me vuelvo loco de miedo
sin saber que muero.







Tienes gatos y avispas en el pecho

alas confitadas
no prometes tus huesos
porque tienes cuerpo
con hilos de miel.









Salgo de la guardia de Dios

y muero
bajadme la tapadera
para todos los siglos.





Es una lentitud agotadora

un abrazo de vejez
una turgencia sin estallar
mas a este aire
lo comparo al final.






Con ninguno compartimos
la muerte
pero solo es nuestra
y nos combate
es sincero aquel quejido
aquel mal en el aire
aquel plomo fúnebre

abierto por muchos años
y siempre atento.







Nos tocamos por miedo
y nos hemos besado
todavía
ahora me dices que haces
qué harás si no te miro

Todo nos molesta amor.






Adorno el cerrojo
ahogo
porque no dejas
por qué tienes piernas de trino (venada????)
te pruebo
te partes
te penetra el placer.







Querría después
de cada palabra
un derrumbante placer
que te toque las manos
una palabra cerrada
adherirte como un beso
y verte como estarás
turbada amor
tan lejana por ti misma
al final de tu cuerpo
a confesar y perdonar
tu boca que vuela.







Quiero una felicitación
una oración fúnebre
como ocurre a los humanos
en los ataúdes
quiero morir avivado
absuelto y fiel
quiero alejarme
llorando.








Quiero brotar aire
dejarme matar
sin un minuto de aliento
y mientras me miro
sentir la muerte
en pleno tiempo
hinchada de calor
jurar poderme chupar
toda.








Ven y quedemos unidos
un instante
solo y enteros
échame tu beso
y las manos para retenerte

Estamos inmóviles

Esta noche captamos
el firmamento.








Una vez el alma nos traspasa
para dejarnos acostados
forma compleja enseñarnos
como desaparecidos
se va hacia el éxtasis
el único aire
es innatural quienquiera
no tenemos más razón para vivir
estamos indiferentes y apaciguados.






Un solo minuto es carnívoro

si es todo el tiempo
más allá de la noche
nunca acaba
avanza con la boca blanda
y parece erigirse como una cueva
para encubrirme
no lo olvido
(me digo que te quiero)



FRAGMENTO DE LIBRO DE POESÌA LA TARARA DE LISA COCCO
(reseña de Carmen Váscones)

La tarara de Lisa es un sí al aliento de su ser, un si al lugar que se funde con el laberinto de las letras que nacen en su interior, es un empapelarse con los colores de la tierra, con los sentidos que la atraviesan. Con los pensamientos que aclaran el no de la soledad. Es un sí con su rebeldía fundándose en el olimpo del tiempo que rebota como aguas que refrescan por un rato a la sombra.
La nostalgia tiene color agua en la complacencia de la creación de Lisa. Ella limita con los acantilados del verbo. Talla la forma del sentimiento y los echa a las mareas de la memoria. El sonido estalla como ola cerca de la roca. Como ventisca dejándose atrapar por el espacio.

El ser de la poeta clama un refugio para la pasión que cae en el crepúsculo. La mirada traspasa la barrera del fonema. Deja unir el trazo con el sentido. Nos lleva a escuchar el latido de la existencia cuando se está gestando.

Las formas del agua femenina y la naturaleza invaden el espíritu. Tanta belleza no cabe en la tragedia. La ausencia: nostalgia de la luna en cualquier lugar. La escritura su precipicio de placer para no serle fácil a la nada.

Conmueve esa transparencia de la autora al ahondar en la madriguera de su alma donde el laberinto tiene la forma de su ser que asoma al espejo de sus ojos. Palabra sin exclusas.
Palabra viva e irreverente a la muerte. Su letra firme asienta su poética que desmadeja en el silencio al lenguaje que descubre. Su escritura un duelo de pasiones.

Un amanecer con la imaginación. Un gozo sin compasión.





A VOLTE

A volte dalle parole non si torna indietro,
straziati da un sospetto che non dorme mai.
Dove l’ amore è solo violenza e sottomissione,
e anche un bacio non perde la sua drammaticità.
Fingere, perché ci sono altri ruoli da recitare.
Fingere, per non avere il coraggio di abbattere
la morale comune.
Ignorando che questi sbagli, saranno la nostra
fortuna, non c’è da scontare tutta la vita la
fragilità di certi momenti.
Via la donna che non è stata scelta.
Non consumerò teneramente la mia esistenza;
sarà la buona amante di un uomo, di un altro
e un altro ancora.
Guarirò, scegliendo gli antidoti giusti
per contrastare i sentimenti più aspri.
Nasconderò a me stessa il rancore che mi tormenta,
ma sto male, là nel profondo.
Dove io stessa non posso vederlo.





3

A VOLTE BASTA UN CANTO

Distesa sul letto non riesco a pensare ad altro,
immaginandomi sudata e ansimante,
su un qualunque corpo da usare,
fino a non poterne più,
per poi ricominciare.
E vivrei volentieri,
aspettando qualcosa che mi renda viva.
Pensieri, parole e gesti, di un giorno, una notte
o una vita, in un vagare erotico di occhi scuri
a illuminare un volto maschio, sensi accesi…
Piccola vita, nella storia della mia vita.
Languore silenzioso di questa dolce sera,
immersa nell’ abitudine di un affanno,
che cresce, pulsa,
mi fa dimenticare ogni sconvenienza,
ma mi mette al sicuro, tuttavia.
Sono momenti tra timore e eccitazione,
in cui la paura diventa impudenza,
e il corpo, animale pronto a tendere l’ agguato.
Non c’è arroganza, ma quasi malinconia
nella preghiera di accogliere una carezza,
nel bisogno di gettarsi in altre braccia,
per ritrovare una bocca forte e gentile,
uno sguardo dolce e insinuante.
La malizia diventa ansia,
e in un gesto intimo la mano
si protende verso la tela del ragno
dalla quale non è possibile fuggire.





4

A VOLTE

Sto aspettando… non so cosa.
Mentre la risacca prosegue nel
suo moto perpetuo,
ho una prorompente voglia di
diversità.
Ho compreso che rimanere
incatenata ad un muro,
era una versione delle favole,
con le strofe
troppo a lungo ripetute.
C’ era una volta… e una volta
ancora.
Non mi interessa quel pugno di
amara filosofia, ho pensieri e
nitidi sogni, da cucire con rituale
esigenza.
Ti mancherò, anche se sarò poco
lontana dal tuo cuore.



No hay comentarios:

Publicar un comentario