miércoles, 14 de noviembre de 2012

HERNÁN LUCAS [8376]


Hernán Lucas nació en Buenos Aires, en 1974. Publicó Un tapado arena (Alción, 2005) y Prosa del cedido por el oro (Paradiso, 2007). Tiene dos libros inéditos: Sobre un tipo de sufrimiento y Tirále un filósofo al tiempo. Desde 2008, coordina, junto con Esteban Bieda y Lucas Soares, el ciclo de lecturas y música Noches Humbert Humbert. Co-dirigió tres videos documentales. Desde 2007 es propietario de la librería Aquilea.





Onoly Jean-Pierre
se hacía llamar
poniendo el apellido
adelante
Onoly Miguel
Onoly Raquel
no importa
según él, el carro arrastra los caballos.

A Jennifer vio
Onoly
¿y qué vio?
que la pobre firmaba Conoly
y fue suficiente,
ya saben,
la o apellidal fue
el anillo de compromiso.
Con genes de oro soñaba Jean-Pierre.

A qué esta escarola
si una monola
la calma no viene a romper.
¿Monoly? The price! Pierre-Jean sin oler la tragedia
la invita a pasear.
Ono oly monó lolí.

Para ellas, llámense como se llamen
y sean de este planeta o daquel
no hay aire como el suspiro.
— ¿Qué hace esa o en tu dedo? ¿Comprom tal vez?
—Mentir no puedo, compromis es de
— ¿Por quién mancas la voz?
Jennifercono, y fue todo.
Referir queda nos de la  pobre
que hoy regentea el doblón
de diez militares
muy lejos del planeta Pepón.

De “Un tapado arena”, Alción, 2005





Praga estaba regalada en 1994,
Ingrid y Bettina que venían
de Londres la carísima
se daban la gran vida ahí
aunque no dejaba de ser un problema no saber
checo. Ingrid no pudo calmar su antojo de pollo,
por ejemplo, ni aun dibujándoselo a la moza,
ni agitando los codos como alas
delante de sus ojos
azules e ignorantes como zafiros.
Pero una noche disfrutaron por igual
el poder de sus dólares
y  la ignorancia del idioma.
En un restorán decidieron guiarse
sólo por los números:
Betti le señaló al mozo el postre más caro fue
como poner en marcha maquinarias olvidadas:
instrumentos especiales traídos
por hombres repentinamente graves
manteles de otro blanco larguísimos
preparativos que encerraban
la gran promesa del postre, y ahí
Betti empezó a callarse, porque del postre en sí
                                                   no se acordaba.
De “Grieta de oro rápido” (inédito)







Paz da la cabeza al piso
y deja su pie en el zócalo, de la peluquería
rompe la crisma, estrella
el peinado flamante
deja a la gloria zumbando
en el filo de las tijeras.






La ruina
de lo que vos creíste
que era tu audacia
no es un lago bajo el sol,
pero un cambio
en el ánimo del cielo
también la irisa.

“En el cráneo una leonera” (inédito)









No te imaginás Sebas lo bien
que la estamos pasando hoy
entramos a la playa y la arena tibia no
quemaba. Muy en el olvido iban las cosas.
Simba, el perro, agarraba pelotitas
y se trenzó a jugar con otro, eran
de lejos una golosina, dorada, negra,
sobre el mar nublado.
Cuando entré, las olas emergían de plomo
como los hombros de algo grande, Kiss
negros en lo negro, un hilo de niebla
besándoles los hombros.

Empezábamos a bajar por una duna
hacia el coche poco después
de una colonia de sombrillas de alquiler
cerradas, que Bety advirtió
y yo comparé cuándo no
con los muertos.
Bajando entrevimos escalones de madera.
Un heladero huía con nosotros de la lluvia.

No había calle al final de la duna,
una caja de vidrio enturbiada por el vapor,
con dos chicos adentro conversando, afuera,
el inesperado jardín
apretaba luz plomiza.

(de Sobre un tipo de sufrimiento, inédito)






-Fiuuu hacen los astros al moverse. Ni do, ni re, ni mi bemol, ni sol... (entiendo que la escala varía según los distintos autores). Fiuuu y otros ruiditos que suenan como yo digo. No hay armonía sino coherencia.
-¡Oh’xelente! -digo para abreviar-
-No abrevie, no economice; segmente
-Yo hablo como quiero
-Pero que se le entienda
-Mmmmbuuuaaa...yo quiero... buuu... que las palabras sean cosas y que causen un efecto físico...un efecto en el físico: ningún efecto, snif... para abreviar.
-Bueno, pero no lloriquee; me hace acordar a uno de esos poetitas breves que criaba un señor Frías por amor al arte. Crecían un alto así, y desde ahí entonaban su poesííía moqueando como las viudas. El otro se reía hasta que le dolía el costado, entonces los lisonjeaba un rato y los poetines se caían redondos de gusto.
-Ajá
-Vea, no se trata de lloriquear ni de abreviar; siéntese y suelte lo que tenga para decir, sin desgañitarse. No es de admirar un coso desmejorado que anda buscándole sin fortuna palabras a esto y aquello. Apartadas con criterio, las palabras andan solas que es un contento.

(de Prosa del cedido por el oro, Paradiso 2007)








La pera diversa en la sala retirada
hace declinar posibles incordios
ratos blancos o balcones, silla
cortinas hinchadas, la fiesta llega
en un tren nocturno entre dunas
o elefantes rendidos
al templete definitivo: tu casa en la ciudad.
Los objetos de anoche, los invitados
dificultan el paso de un tren
salido para entrar
en otras estaciones
verdinegras, coloradas figuras
del ingenio que nos permite
seguir paseando parejo
al oriente aquel: tu casa amanecida
...y derrumbada.

(de Prosa del cedido por el oro, Paradiso 2007)








Después de todo
no es tan fácil
discernir
donde empieza un músculo
donde termina el hueso.
Cartílagos
cártago
en formas que no son
las de la historia
sí una meditación
fuera de la mente
(algo que desconoce)
que cártago y vuelve
hacia todos por la justicia
que le negaron, quiere rosca
porque si bien sabe
que la suya es una vida que nada
podía sobresaltar,
salvo cártago
y otros
seres locos que nunca mueren,
de tanto rozar el dinero y el color negro
ahora le vienen esos cosquilleos
en miembro fantasma.

(de Un tapado arena, Alción 2005)





Maquiavélicamente el sol invadió el territorio: ciudades.
En ex río habla el ave al revés de mi pena, su frente
un abanico, cine, abierto de este a oeste, 
calado por una luz que lo anima.
Entre rectángulos de niebla caída, riela
el dibujo de una voluntad que se cortó, siguió sola
(de su progreso no queda una partida una astilla una proa).
En la tarde sin orillas corta el ansia una imagen, el cine
llegaba lento, como del oscuro trajinador un mito.








El calendario trae
la memoria de la fuga
la súbita aparición de rombos
azules y blancos en cada solar.
De tu recuerdo aun
retirándose de vos
dimana el desaliento.

*
El acento de las estrellas
(y no digo llaves)
detrás de la puerta, antes de mí
inagotable como el recuerdo
y la quietud de la muerte
se vuelve tintineante llegada
como si fuera tiempo lo que entra
(y no digo dicha).

*
Si negro se mueve, trabaja
Si negro es lo que se mueve, entonces es trabajo.
Negro se mueve. Trabaja.
El año pasado había dos periódicos gratis en la ciudad
que leían trabajo como un negro.
Insurrecta emplumado,
liso, erizado, húmedo
escamado, piloso,
fungiforme
solo, perdido, cuerpo
saliente de ratán sentado
medita pieles por venir.

Pepón, libre, otro
me voy por la alcantarilla.





Se va, sin el nuevo jefe, con el poeta.
Ese cajón de su escritorio era una máquina
que automáticamente le decía tu pasado te olvidó.
La canción que te hace invisible
no es la vigorosa canción del trabajo.
Industrias de encanecer, se va
sin el nuevo jefe, con el poeta
ese cajón


*
Es la luna despejada, no es el día
los caballos se tragan plateados
toda el agua la laguna el aire.



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