martes, 20 de noviembre de 2012

DIANA POBLET [8483]





Diana Poblet
Mi nombre es Diana Poblet, vivo en Buenos Aires, Argentina y soy de muchos lugares. La vida me ha llevado por diversidad de sitios y gentes influyendo sobre mi escritura.
Escribo porque creo que es una adicción irrecuperable, he logrado editar siete libros , tres en prosa : Sólo por hoy (novela Primer Premio Maité Allamand en CHile Editorial Dolmen), Vivir a prueba (Chamuel Ediciones, Chile) y El manual del vuelo (Ediciones El Salvaje Refinado, EEUU). Siendo los cuatro de poesía: Cenizas de sol (1) Ediciones El Salvaje Refinado EEUU; De pétalos y espada (Ediciones En la Claridad de la Noche Bs As), Cenizas de sol (2) Reeditado por Ediciones En la Claridad de la Noche y Desde la Raíz en castellano y catalán traducido por el filólogo Pere Bessó i González y editado por Ediciones En la Claridad de la Noche. 
También he sido antologada en la Antología a 30 años y por los 30.000 de las Madres de Plaza de Mayo y he participado en Antologías en Canadá y Méjico.
Aún mantengo inéditos dos libros de cuentos y continúo escribiendo poesía.
Cuando me presentan como escritora o poeta respondo que sólo soy Traficante de palabras y me agrada que me conozcan a través de ellas.
sus pag. webs:

http://remontandosoles.blogspot.com 
http://diana-poblet.blogspot.com/ 
http://enlaclaridadelanoche.blogspot.com/ 






Te veré ir hacia ellos
fragmentada
habrá algo partido permanente
ese tajo marcado en mi cara
esa mirada heroica
la que utilizo para vestir mis muertos

te veré ir deseando que gires
que gravites
que regreses
que improvises
que el duende que habita tu mochila
rompa la brújula
y no comprendas el oeste

y vuelvas,
aunque sea por error.

                         del libro De Pétalos y Espada




Factor luz

Permanezco aquí, heraldo en lucha
remontando vida procuro sorprender,
trastocar,
acaso distraer por si ingresa la muerte,
ese refucilo de sombras.





Aires de permanencia

Qué forma de quedarse

en este burilar ausencias
se volvieron sólidas, inmanentes, mulas tercas,
desamordazadas y queridas
las hicimos nuestras,
las desajenamos,
liberamos llantos y sentencia
fuimos la voz similar al sentimiento que arde
la fogata preñada de insomnio
Emocionamos ante el ¡Presente! que gritó la Plaza
volvieron los pañales a sus cabezas canosas de esperar
no dimensionaron las hectáreas de Memoria
hoy se camina sin la gravedad del pasado,
miles gritaron negando ausencias
aferrados al mensaje que no fue posible desaparecer:
Recordar lo que duele también es amar lo que vendrá.
La Verdad no tiene porqué ser bella,
sólo debiera ser incuestionable.




Detalles - del libro Desde la Raíz


Detalles I


Es la soledad
esa multitud amordazada
que habita a la izquierda de mí
y te llama sin nombre
en esta ciudad que bulle
desconocida
y feroz.


II

Es la soledad
último artilugio
piedra nómada
claridad inútil
cuando será tu ausencia
todo el caos.


III

En paréntesis de silencio 
escribo
ausente a la cita
predico soles
extraviado el avatar
huérfana la estrella
que ovacionó tu nombre
torero sin arena






Niñez anónima

Otra vez ese dolor de bandera a media asta
en esta plaza de pochoclo y molinillos
en la desolación  aburrida del subte
tu hambre ajeno se vanagloria
al lado de mi indiferencia
amputo mis ganas de hablarte
no me comprendas
ellos dirán:
el frío es porque viene el invierno
tu dolor no tiene medicina
tus mañanas llegaron muy tarde
tu escuela cerró por derrumbe
no aceptes mi vergüenza
que no te expliquen el asombro ni la calle
no acuses recibo de mi impotencia
que no te detengan estas,
mis palabras tembleques
este afán por arroparte un solo día
el cartel que contenga tu mirada de intemperies
tu soledad anciana de cuatro años
Aquí no leemos indigentes
aunque lleguen desde tu obcecado silencio
desde tu mano extendida en calendarios
desde tu rosita prensada en celofán
creo que es insoportable,
aunque tenga el color de la patria
este dolor de bandera a media asta.

del libro De Pétalos y Espada






Los trashumantes

 “el horizonte es un amor que nunca alcanza.”
                                                      Rubén Vedovaldi


En la línea que rompe los pueblos
cruel sinsabor sudamericano
otra india de fuego y sin leña
el frío del hueso que mastica la miseria
la cuchillada amanecida del olvido
el mascarón de proa que repatrió la sombra.

Fue el último pan un rescoldo ceniciento
heredado modismo que gritó carencia
y ardemos suave en un temblor de vela
morimos delicadamente, sin estrépito
no se modifica el rayo que chamuscó la montaña

en esta tierra invariablemente subversiva
fuimos a recuperar nuestra voz y algún latido
trepados más allá del horizonte. 






Reto mágico


En estos días inciertos
apretar dientes para intentar soles
sin importar la bruma sobre las plazas
el apuro insatisfecho de las gentes
la desidia de los Diarios
la bronca transportista de sueños rotos
acaso le importe al sol del amanecer
le ocupe a la luna de esta noche
tal vez se pierdan todas las estrellas
nada es incierto en el universo
en este parpadeo del alba
donde sólo somos granos de arena transitando el infinito
con pretensión de reyes desoímos lo que murmuró el viento
lo extraviado en la queja del arroyo
la placidez que existía debajo del pinar
nada de esto se ha perdido
en estos días inciertos.

Sólo una batalla.







La Frontera

Desde acá
la miro
añorando estar allá
estando allá
la miro
deseando estar acá
entonces comprendo
mi alma por la mitad
las ganas
las cartas
los amigos
los aromas
los paisajes
las banderas, por la mitad
comprendiendo
haber llegado
sin alternativas
a la última parada del tren
adonde todos bajan
y se quedan.






Paradoja

Somos desterrados
a batallas suicidas
maniobrando ideologías
propias y prestadas
lo buscado hoy con audacia
mañana se descarta por erróneo
en franca dualidad arrepentida.
La vida nos transcurre entre cima
y abismo sin condecorarnos ninguna vez
por la hidalguía de ostentar cicatrices
que hablarán con sinceridad relatando
nuestros desvaríos disfrazando
con gloria los fracasos pregonando
que hemos sido valientes hasta la
estupidez
ó estúpidos hasta el heroísmo.






MI CASA

Habrá de ser refugio con leños ardiendo
cohabitando caracoles nacarados,
traslúcidos prismas de cuarzo
y geodas de amatista.
Serán rugosas sus paredes de ciprés
para colgar lavandas y estrellas de mar,
inmensos sus ventanales soleados
para que la brisa entre sin anuncio
a ejecutar melodías
acunando mis campanas de viento.
Una mesa de algarrobo enorme
parirá navidades en familia.
¿Fotografías? de todos los tiempos
libros, música y álbumes
para insólitos momentos de soledad.
En el patio,
hortensias rosadas y azules
aconsejarán al limonero inexperto
mientras los gorriones del barrio
alborotan por las migas del mantel,
chocolates de Bariloche
permanecerán escondidos
para no pleitear con hormigas.
El techo,
obligadamente de chapa
para no perder el concierto de lluvias
prometido para este largo invierno,
En la quietud del cuarto
bastarán tres deseos :
un atrapa sueños
para ahuyentar fracasos
una virgen de Luján
para no olvidar mi origen
y mi amado,
irreemplazable,
para encender juntos
las noches sin estrellas.


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