martes, 23 de octubre de 2012

SAMUEL BASSÁN M. [8174]




Samuel Bassán M.
Nació en la República de Panamá, el 3 de diciembre de 1951.
Participa en varias páginas y comunidades literarias en Internet. Sus trabajos han sido recogidos en la prestigiosa página Textonautas. La comunidad Encuentro Internacional de Poesía lo distingue entre poetas selectos, en donde participa como poeta invitado. Seleccionado por el proyecto: “Libro sin Tapas” para sus Muestras itinerantes de poesía, en el cual representa a su país, y en la edición de sus libros artesanales. Sus poemas han recorrido muchos países de América.

"Libro sin Tapas" proyecto que fuera declarado de Interés Nacional por el Gobierno de la República Oriental del Uruguay de donde es su creadora, tiene actividad en países como Argentina, Chile, Brasil, México y otros del área hispana.

LIBROS, CUADERNILLOS Y FOLLETOS PUBLICADOS:

Lágrima Escarlata (Panamá, 2000), Limbo “Z” y Limbo “X” (Panamá, 2002), Acapela” con cuentos y relatos (Editado por Carlos Bromley, Panamá, 2004), Alter Ego nuevo poemario (Editado por Carlos Bromley,Panamá, 2004), Acapela. Un mundo mío (Panamá, 2004), Partes <Muerte de un corazón sin maltrato> (Panamá, 2008), Diciembre rojo (Panamá, 2011)



Vientos intimos

Sonaban,retumbaban:

Abriendo paso anunciándose entre bailes verdes grises, entre montaña,arboles, opio espiritual de llanura, vigía de estrellas enmudecía mi alma,

trastocada sin pinceles ni resistencia, vientos, aires,brisas como mares bajando de llanuras,
no sé donde quedé, donde respiré, me quedé estando respiré viviendo, no mares abiertos, ni fanfarrias, pero sí colibrí entre mi ventana y néctar de miel amarillo como la piel que nace del arroyo.

No hay palabras, hay miradas en la espera, que espera lo esperado entre tus manos que logran atrapar aquellos vientos que van plasmando aquello que es aquello que es el aquí el ahora y entre esos aquí y ahora, algo más.

¿Vientos conocidos?




Demencia

Tomo tu cara,
podrè tomarla
en un vaso de leche
cuando el campo duerme,
al ser fantasìas reales,
teniendote en la demencia.

¿De no tenerte?

Si, tus dientes caen,
seran palomas
que no vuelan,

¿Y si llego a fallecer,
que harìas con las palomas
que vuelan?





Nirvana

Desamarro una caja,
de cuerdas deshilachadas
abro la tapa,
miro hacia dentro,
remuevo,
va despertando algo
es un corazòn,
repentinamente vuela,
desaparece
en sentimiento no enlatado.

En libre metafora,
arma rompecabeza.

Nirvana.






Nada

Estoy sentado,
mi cama esta en frente
no tengo rimas, 
ni cosa parecida,
tengo sabanas frias,
mi brazo me duele,
tengo sed,
lampara fiel que alumbra
mi sombra al caminar.

El despertador camina,
da vueltas el segundero
y yo, yo aquì,
tomando del valor un poco
para zambullir mi alma
en cada sueño que no estàs.

Se enfria màs el frio 
que llevo dentro.

¿Donde, donde estàs?

Me bañarè con agua caliente
quemarè mi piel 
donde pasabas
marcando espacios,
mordiendo ternuras.

Ven, imaginarè que vienes,
y me cubres con el edredòn
para que la noche
no me tenga solitario.

Sì, es real lo que lees,
nada invento, 
no hay vasos de leches,
ni galletas de avenas.

Lo que hay lo sientes.

Dime que lo sientes,
acompañame,
quien quiera que me lea,
Asì me haràs compañia.

Leyendome.

! Carajo con la soledad!

!Pero, carajo que me duele!






Del libro PARTES (Muerte de un corazón sin maltrato)


Escrito XVII

Entre capítulos
que niegan expiro.
Soy mancha 
en tu piel;
cubrí tu silencio,
en ciertas noches
te mostré mi alma.

Por momentos, fui absuelto.




Escrito XL

Te colgué del cielo
Con hilos
de mariposas
Caminé sobre ellos
Me hice liviano.




Escrito XLI

Fuiste mar,
Algún infierno,
Amanecidas mojadas,
Sueños conclusos.




Dormí

al otro lado
De un arroyo
Tomé manzanas
abordé trenes
caminaron sin rieles
yo miraba por la ventana.




Escrito LX

Hierro caliente,
tormento apasionado.
No caves mi tumba
al tenerme por mis entrañas.
Poeta y verdugo
de mano propia
Sangras a placer.
Entre tinta
y papel,
haces de tu infierno
Una confesión
sopla con la vida.
Madrugadas.
Ella es la reina de marfil.




Escrito LXXXII

En una encrucijada
sin despedirse de un reloj
que camina como el vientop
enredándose entre manecillas
sin movimiento.





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