miércoles, 1 de agosto de 2012

7356.- ÁNGELA VERA TEMOCHE



Ángela Vera Temoche: (Lima, PERÚ 1986) Estudia Ciencias de la Comunicación en la Universidad San Martín de Porres. Ha participado en diversos medios de comunicación en el área escrita y fotográfica, algunas de las cuales se pueden apreciar en la web y otras en distintas revistas, flyers e intervenciones.




Rayos x ultravioleta

Yo soy el sol
no tengo miedo.

Yo piso
Yo quemo
Yo ruego

Ando por todos lados y
duermo en donde quiero.

Soy así,
incendiaria.

Un ser de ojos rojos
y alma de metal.

Inmensa,
tanto como el mundo
Grande,
un poco más que tú.

Soy valiente
a nada le temo.

Soy una sombra
que abraza
que besa
que mata

El monstruo
que se esconde en tu ropero
debajo de tu cama
y en todos tus pensamientos.

Y he venido por ti,
lo siento.






Tsunami

Es el fin. El mar se une al cielo y palomas blancas se convierten en mantarrayas, víboras en anguilas, y peces en personas inmóviles e inconscientes.

El sol arde y las nubes se tornan rojo red, el agua amarilla yellow y todo parece un juego, como si fuera esta la hora detenida en el tiempo creada sólo por y para diversión.

Ratas por todos lados, la gente inmóvil se vuelve morada, y tú, ahí, caminando, hecho un idiota sin entender el porqué, sin comprender que

……..el tsunami no es más que mi propia ola gigante buscándote.

Logras verme bajo tanta luz. Notas que no estoy inmóvil como los demás, me observas atentamente y te das cuenta que vengo cargada, violenta. Y vengo por ti.

Corres, intentas huir y que mi gigantesca ola no reviente en tu corazón. Pero es inútil esconderte, todo es inútil, te encontraré porque

…….el tsunami no es más que mi propia ola gigante buscándote.

Eres pesado y espeso, orgulloso y engreído. No tienes opción, estás rodeado de vapor multicolor, ráfagas de luz lilas y verdes, lava en el sur y heladas en el este.

Vapor que huele a mi perfume y se ve como tú, generalmente azul. Azul cielo, azul mar, azul como tu rostro perfecto en una fotografía azul.

Heladas que no hielan y lava que no quema, porque a la gente nada le pasa, nada siente, nunca llora y jamás se ahoga, ni lo hará, pues

……….el tsunami no es más que mi propia ola gigante buscándote.

Mientras tanto sigues huyendo de mí porque yo soy la alumna y tú mi profesor. Porque la alumna se negó. Se negó.

Pero te equivocas y no importa. Eres como tus fotos: muchaformapocofondo. No vas más allá. No ves que te quiero i love you. Eres una anguila que no entenderá todo lo que significa que

………… el tsunami no es más que mi propia ola gigante buscándote

Y no importa.







Si..

Si tanto te gustan mis ojos
ven y sácamelos con una cuchara, llévatelos de una vez.

Si te gustan mis piernas ejercitadas 3 veces a la semana en el gimnasio
ven y cómetelas fritas, llévatelas de una vez.

Si tanto te gusta mi sexo
ven, hazlo tuyo, llévatelo de una vez.

Déjame sólo lo importante
lo que tú ni nadie ve.

Llévate todo
que justo ahora,
en el preciso momento que termine de escribir esto,
comenzaré de nuevo
y esta vez lo haré sin miedo.

Huye.







La penúltima función

Ella era grande, vivía en un escenario
y actuaba para nadie.

Él y las escenas con él
eran producto de su imaginación
porque siempre lo esperó
pero nunca fue.

Él no se iba a quitar los lentes
por ella.

Y lo supo.

Por eso entre inexistentes aplausos
desapareció.

Sin embargo,
en el escenario la penúltima función se repite
una y otra vez
porque algún día llegará

Pero será tarde.






Sobre arácnidos…

Dice la leyenda que el amor de arañas es infinitamente cruel
y que da spaider jort no existe,
que todos todos aquí lo saben saben
y no lo quieren quieren creer creer.

Doblemente stiupid.






Momias

Momias. Alabanza. Castigo.  
Te enterraremos vivo. Te cortaremos las tripas y las dejaremos a  la intemperie. Te pudrirás envuelto en dolor hasta que mueras. No ser almuerzo de nadie se convertirá en tu maldición. Serás eterno y años después te encontrarán, te sacarán y te estudiarán. 
Momia. Maldiciones. Necronomicón, por aquí nadie te conoce. 
Nadie te revivirá. Nadie tiene el valor ni las ganas de revivir muertos en Perú. ¿Ya para qué? Momia. Has faltado el respeto y algunos todavía creen que te han enterrado así,  alabándote. 
Pena. Muerte. Castigo. Terminarás siendo leyenda.  Asustando a cuanto mortal se te acerque. Siendo protagonista de películas, un muñeco de Mattel, el tema en una próxima exposición fotográfica de una simple mortal que utiliza el acero en pulseras contra el mal de ojo. 
Momia, ¿qué has hecho? Mira cómo has terminado. Eres una barbie, un ken en un museo. Un muñeco enterrado y secreto de la isla San Lorenzo. 
Mira  lo que te ha pasado por enamorarte de una mujer que no era de tu condición. Esclavo. Ahora yo estoy aprovechándome de ti y fotografiándote como nadie más lo ha hecho.  Rompiendo tu maldición y alimentándome de ti.
Ahora eres mi almuerzo.






Peces

Es el invierno más crudo de todos los tiempos. Llueve, la humedad me ahoga,
vivo debajo del mar, 5 pisos debajo de Lima, del agua, y aún así, no me 
enfermo.

Pulpos bebés quieren entrar por mi ventana en las noches, 
animales que buscan a querido mi perro para atragantarse con su pequeño 
cuerpo negro.                Olas,
el mar se ha salido, hombres corren tabla  por encima de mi casa,  piernas de
algún muerto flotan entre las algas.
100 por ciento de humedad y las narices se convierten en branquias rojas y 
moradas,                       nos salen aletas, escamas, mis ojos cambian.

Ahora soy un pez gigante, un pez que cierra las ventanas de su casa,
que se corre de pescadores  porque no  quiere terminar en un plato de
sudado ni que personas como Lastenia le arranquen el ojo para chuparlo
como si fuera un caramelo.

100 por ciento de humedad
Federico Salazar dice que es como si estuviéramos viviendo debajo del mar,
se ríe,
no sabe que si fuera así, ya hubiera muerto por falta de oxígeno,
no sabe que ni él, ni el 76 por ciento de limeños no podrían convertirse en
peces, porque para eso, hay que tener alma acuática.

Alma de sobrevivencia, de valentía para con tiburones y pirañas.

Es el invierno más frío de todos los tiempos,
sirenas pasan por mi ventana, pulpos viejos van detrás de ellas,
peces martillo, carachamas, espadas.
Corales y medusas. Medusas extrañas, de colores y con dreads
Medusas que hacen malabares  para entretener a los bonitos y a los
pejerreyes.

Agua fría, humedad, escamas,  personas verdes y moradas, muerte.
Agua en los pulmones, cabellos flotando, toyos enamorados paseando.
Mantarayas y pirañas intentando apropiarse no sólo de tus pertenencias sino
también de tu cuerpo y tu alma acuática.

Más carachamas, más bonitos, y mi querido perro y yo en la ventana, cuidando nuestras
branquias y viendo a Lima sobrevivir de tanta red de  chalaco pescador, de tanta gente
hambrienta, de tanto ceviche, de tanto frío.

Parece ser que pronto habrá un tsunami.





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