miércoles, 25 de abril de 2012

MARÍA JOSÉ ALEMÁN BASTARRICA [6.570]



MARÍA JOSÉ ALEMÁN BASTARRICA

Poeta y periodista nacida en La Laguna (Tenerife), en 1957. Entre 1987 y 1992 ha sido redactora en varios medios de prensa y emisoras de radio en Tenerife. Desde 1992 trabaja en el Museo de la Ciencia y el Cosmos de La Laguna (Tenerife).

Ha ejercido también la crítica de arte. En 1985 obtuvo el premio de poesía Ciudad de La Laguna. Sus dos primeros poemarios, Plasmario, de 1985, y Mirador, de 2003, se reúnen en un solo volumen de 2004. También ha publicado Una familia completa (2009).


La pesadilla

El cuerpo se sale del cuerpo
sin pedir permiso al cuerpo.
Antes de tiempo y desprevenido
sale del sueño y camina.
Hacia la izquierda atraviesa
una espesa muralla verde
que a media noche crecía
en el borde de su mente.
El cuerpo penetra a tientas
pisando briznas y hierbas
con los ojos del cuerpo cerrados
abiertos los de la muerte.
Pero esa hierba del muro le envuelve
como del sueño que a un niño arropa
y el cuerpo que está dormido

se cubre todo de hojas.



Alteraciones

Es en primavera cuando deja de ser personal
y se transforma en común.
Ya no recurre a la oscuridad del invierno
para obligar a la introspección y al aislamiento,
sino que desinhibida y joven
se derrama en la geografía de las habitaciones y los cuerpos.

*

Porque es la luz una emoción,
es común y es gratuita,
y el que creyó que con el paso del tiempo sería menos intensa
está huyendo de la luz.


*

Tiene la tendencia a sentir como real lo que cree, cuando sabe que lo personal no deja de ser una forma de alterar la realidad.



pista

este cielo no es de hoy
y menos mal que lo guardaste

pues esa manía que tienes
de retener y contener
tantas escenas
como para darles valor
como si no lo tuvieran ya

es poner cada acontecer en tu lugar
guardar su pura mágia
su coincidencia
que es para ti un recuerdo
un sueño un deseo

raptar ese rato de cielo
para meterte en el espejo
y fabricar los recuerdos
y las pistas



mis primeras dos palabras

la primera palabra que pronuncié
esta mañana pensé
que me hubiera gustado que fuera
iglú

hay una palabra que me gusta
tanto como iglú
dijo ella recogiéndose el pelo
con una cinta de color rojo

es bloc

me sentí feliz al poder compartir
el gusto por las palabras por la mañana
el propósito de indagar el sentimiento
que provocan
más allá de su concepto

lo estaba compartiendo

no era la primera vez

propósito es mi segunda palabra preferida

cuando la pronuncias
parece que estas hablando
realmente en serio
son de esas palabras
que no salen así como así
sino tras una larga reflexión,
indica un pensamiento previo

es una palabra premio





el colador

el aire atraviesa mi cuerpo
como si fuera un colador

también pasa
el miedo
como si no ocurriera
y el dolor
como si no lo asumiera

¿he simplificado las leyes mi física?




el letargo

Un mes es más que suficiente
para gestar las ideas
que aguardaban
como estas palabras
derramadas en el sofá de la trastienda
palabras acostadas que
querían decir cosas



De un mar abierto

Tu cuerpo me parece una isla
que unida a otra isla
emerge de un mar abierto.
Las montañas son el territorio
por un puente a la cabeza ensambladas.

Tendido sobre la cama
te afianzas entre las mantas,
como los puentes en Sikoku
que se agarran a las montañas.

La cama se parece a un mar.
El cuello que las une, a un puente.
El archipiélago es ondulado
como el contorno de tu cuerpo
que está tumbado.

Tu cuerpo me parece una isla
que emerge de un mar abierto,
en medio de la noche
cuando ya no tengo sueño.



Las siete en la flores

Se llegó a un acuerdo
hace ya décadas.
Para llegar a ser flor
hay que respetarlo.
A las siete contar a los padres,
a ver cuántos quedan,
ponerles un nombre,
por ejemplo árnica
y ordenarles el sueño.
Porque aunque uno patine
y la otra sea un pájaro,
van para flor.



El desorden

El argumento de la silla y la mesa es el despacho,
el de las galletas, una merienda.
El agua es el argumento de la sed.
Aun así, a pesar del orden,
una lavadora vieja y una rueda de una bicicleta
habitan en un vertedero,
y en los grandes almacenes
las novedades literarias y la leche de oferta
se colocan al lado de unos zapatos del cuarenta.
Porque la condición esencial
para llegar a ser argumento
es que el desorden preceda a la trama.



La respuesta

A veces las casas y las calles no son la respuesta,
a veces tampoco es la montaña a lo lejos,
verde, pero esperando el agua que no llega.
Tampoco la forma de las nubes en ángel gigante
que fabrica el viento que viene de África,
el que trae la arena que envuelve el cielo
como un velo que no deja respirar.
Entonces tiene que ser la gente,
que desde este balcón no veo,
pero intuyo dentro de sus casas
o conduciendo los pequeños coches
que cosen la autopista lejana,
la respuesta a este sin sentido
tienen que ser ellos,
con sus movimientos silenciosos,
ese ir y venir que busca el mismo ángel
en la forma de las casas,
de las calles o en el cielo
que les muestre la respuesta.





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