jueves, 21 de julio de 2011

MARJORIE KANTER [4.214]




Marjorie Kanter Delgado 



(Cincinnati, Ohio, 1943) vive en Madrid, España. Sus escritos están entresacados de los diarios que ha mantenido durante los últimos 14 años en los cues ha vivido en Madrid, el sur de España, la República Dominicana, Marruecos y los Estados Unidos. En la actualidad prepara una colección de poemas titulada Desplazo el aire al caminar.
La autora puede ser contactada en:      marjoriekanter@gmail.com 

Publicaciones y artículos: 



-Paul Bowles: Una Voz Modulada, articulo en Intramuros, Otoño 2007.
-The Saddle Stitch Notebooks, Working Pieces Issue Number Two: Appearances, Ediciones La Espiral Escrita, March 2007
-The Saddle Stitch Notebooks, Working Pieces Issue Number One: Relationships, Ediciones La Espiral Escrita, March 2006.
-Selected pieces included in Blades 39, Fall 2005.
-"I displace the air as I walk", una colección de piezas literarias cortas, Ediciones La Espiral Escrita, March 2004.
-"The Skirt", The Barcelona Review, March 2000.
-"El Enano", Mucho Cuento, Editorial Acumán, Spain, Nov. 2000.
-Text Only Postcards, Ediciones Caracola en Patines, Spain, 1999.
-Vendaval Magazine, Editor, Tarifa, Spain, 1988-90.

Instalaciones e intervenciones:



- Instalación de textos, la Fundación La Caixa, Lerida, Spain, enero 2007 - 6 enero 2008
- Nexus Art Project, intervención de texto más imagen enviado por telefonía móvil vía Blue Tooth, con Ricardo Echevarría, Delgado Guitart, Achilleas Kentonis y Maria Papacharalambous, Madrid Abierto , febrero 2007.
- transacciones/fadaiat tarifa 22+ 23 junio 2004, documentación y proyecciones


el Vestuario


se marcha una mujer
dejando la puerta abierta detrás de ella.
otra, medio desnuda, corre para cerrar(la).
un poco más tarde
esta está lista para salir y
se marcha dejando abierta (tras ella).
otra, una tercera, apresura para cerrar(la).
ella se marcha y soy yo quien cierra con rapidez.
acabo de vestirme y salgo
cerrando la puerta del cuarto vacío-vaciado
ya que, la puerta y el cuarto no pueden hacerlo
por si mismos.



Reglas de cortesía


Nos encontramos
por la calle.
Sonrisa-sonrisa.
Muá-muá
Kiss-kiss.
Adíos-adíos.
Bye-bye.

No sabrías que
no nos queremos.



Sin/manos

Un día en el mayo de 1969 (casi) al atardecer
ellos
(el y ella)
salieron de paseo por el Parquedelretiro
Madridspain.

Iban de la mano cuando un guarda
uniformado de pana marrón
con una tirilla verde rodeándole el cuello
se les acercó y les dijo:
"No pueden ir de la mano (aquí)."

Continuaron sin manos
saliendo del parque hacia la puesta del sol
justo antes de que cerrasen las cancelas
(para la noche).



La Falda

por
Marjorie Kanter Delgado
Traducción: Malika Embarek



Prólogo:

No suelo comprar lo sintético.

Capítulo I: El acontecimiento

Encontré esta falda
en mi tienda favorita de oportunidades.....
..... una falda negra, larga, llena de pliegues estrechos.
Me gustaba mucho.
Me la ponía mucho.
Iba con todo, a cualquier sitio, para cualquier ocasión.
Me sentía cómoda.
Me sentía artista.
Digamos que con ella me sentía bien.
(Pero) un día se puso a llover.
Salí con ella.
Me mojé.
La falda se mojó,
(y) todos los pliegues se deshicieron.
Lo tendría que haber sabido.
La etiqueta decía: "Do not wash! Dry clean only!"

Capítulo 2: Insatisfacción

(Yo) quería mi falda de antes.
No me gustaba su nuevo aspecto, su nueva textura.

Capítulo 3: Dependencia..........El tinte

Fui al tinte a ver si me podían ayudar.
(Allí) conté mi historia.
El empleado me dijo que la podría devolver a su antiguo estado.....reconstruir
mi des-construída falda favorita.
Me dijo: "Eso se arregla planchando pliegue por pliegue".
Hizo una prueba. Un intento.
A ver si lo conseguía. A ver cuánto iba a costar.
Lo observé presionando sobre una fila de pliegues.
Me di cuenta que era mucho trabajo.
Oía el vapor caliente.
¡Aquello tenía tela!
(Cuando) acabó,
calculó el precio y me lo dijo.
Sin duda correspondía a su esfuerzo.
(Pero) para mí era mucho. Un experimento costoso.
(Aunque) seguía siendo una ganga.....mano de obra barata, esfuerzo barato.
Pensé, no le vale la pena.
(Yo) en su lugar, diría: "Lo siento, señora, no lo puedo hacer".
Le dije, "Me lo pensaré. Gracias
por su amabilidad e interés, pero (verá)
no sé si la falda merece la pena.
Quizá(s) me tendría que deshacer de ella.
Quizá(s) me tendría que comprar una nueva.
Gracias, gracias por su amabilidad".

Capítulo 4: Indecisión

Gastar o no gastar.
Limpiar en seco o no limpiar en seco.

Capítulo 5: Decisión

Decidí que no merecía la pena gastar ese dinero.
¿Y si de nuevo me atacaba por sorpresa un chaparrón?

Capítulo 6: Independencia..........El lavado, la reconstitución

Se me ocurrió lavar la falda entera y ver qué pasaba.
No tenía nada que perder, (pues) no me gustaba su estado actual.....más tela que cuerpo y sin pliegues.
La lavé a mano
con cuidado
en agua fría
con detergente especial para lavado en frío.
La extendí
sobre una toalla, en una fila recta y estrecha.....con todos los pliegues juntitos.
La observé, la vigilé.
Cambié la toalla varias veces.
Tardó días en secarse. Al final se secó, ¡estaba seca!
Los pliegues (por arte de magia) volvieron a estar perfectos.
Otra vez alineada en filas de pliegues impecables.
Como nueva.
Sin planchado. Sin ayuda de terceros.
(Por arte de magia) había recuperado su forma original.
Pensé, qué hábil (que) soy y consideré que la falda ya estaba lista.

Capítulo 7: Prudencia..........una pizca de cuidado

Al día siguiente, me estaba preparando para salir
(cuando) el cielo se nubló.
Amenazaba lluvia.
¿Qué hago, me pondré mi falda rejuvenecida?
Bueno, pensé, si se moja, la lavo, y de nuevo
la arreglaré.
(Pero) ¿y si esta vez no se arregla tan fácilmente? (pensé).
No me la puse.
La dejé a la espera de un día soleado sin amenaza de lluvia.

Capítulo 8: Inestabilidad..........el alargamiento

Llegó el día apropiado.
Comprobé el estado del cielo.
Comprobé el parte meteorológico.
Todo apuntaba a un día soleado.
Saqué la falda y me la puse.
Salí por la puerta.
Me sentía bien y contenta conmigo misma
pero entonces
al bajar las escaleras, tropecé.
Me miré a los pies.
La falda había crecido. Cada vez era más larga. Parecía que crecía.
Hice un doblez en la cintura y seguí bajando.
Parecía estar bien, O.K.
Al rato (de nuevo) tropecé con la falda que no dejaba de crecer.
(Poco) después, una vez más, me sentí enganchada en una trampa de tela.
Miré hacia abajo.
Había vuelto a crecer.
Comprobé la cintura.
Los dobleces seguían allí, le dí una vuelta más.
Otra vez me vi (de nuevo) atrapada en esta masa sintética creciente.
La falda crecía y crecía.
(Y) yo la iba doblando en la cintura más y más.
¡Que pinta más cómica y aparatosa!

Capítulo 9: Perseverancia..........el esfuerzo en busca de una solución

La puedo lavar de nuevo, pensé.
Los pliegues fácilmente vuelven.
Lo que necesito es una solución permanente.
¿Qué tal si la pulverizo con laca del pelo?
¡Qué desastre si se mojara!
La podría usar tal como había llegado a ser y lanzar una moda nueva.
Me podría comprar un par de zancos.

Capítulo 10: Separación..........dispuesta para la adopción

La regalé.
Decidí
que quizá(s) a alguien le gustara tal como había llegado a ser y la necesitara también.
Quizá(s) le interesase a una señora alta realmente alta.
Lo que a mí no me servia pod(r)ía servir a otro(s).
Entrevisté a sus potenciales dueñas.
Una señora llamó preguntándome, "¿Es una falda larga?"
Le contesté: "Bueno, depende de lo alta que sea usted, del tipo de zapatos que use y si la falda ya ha dejado de crecer".

Epílogo:

Quizás pudiera vestir el mundo con sus crecientes extensiones.



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