miércoles, 24 de junio de 2015

HÉCTOR PINTADO [16.366]



Héctor Elías Pintado Tejel 

Nace el 4 de Octubre de 1977 en Zaragoza. Dicen que se pegó el primer año de vida vomitando porque vio el mundo y le dio asco. El primer libro de poesía que cayó en sus manos fue El jardinero de Rabrindanath Tagore, traducción de Zenobia Camprubí y Juan Ramón Jiménez. Es entonces cuando empieza a sentir la necesidad de leer y escribir poesía.

Títulos como Los doce trazos de un amor no correspondido, Todo lo que no te supe decir, La soledad de mi vecina, Sala de respuestas, El porqué de las heridas, Coordenadas para un encuentro, Si hoy tuviera que decirte aún y otros poemas, Lo entenderás con el tiempo y A partir de una frase de Einstein son algunos de los proyectos que se fueron quedando en el camino.

Los recuerdos de los primeros años de escritura van entrelazados con los primeros años de conocimiento personal e interpersonal, con la formación académica en los Jesuitas de Zaragoza. Pero son los años de estudios de Filología Hispánica en la universidad los que resultan definitivos. Son años de descubrimientos de nombres y textos, años de conexiones literarias, de experimentación, de crecimiento en todos los sentidos. Todos esos amigos con los que compartió largas conversaciones teorizando sobre el mundo y la vida.

Fue así como surgió París según las bestias, libro ganador del I Premio de Poesía Eclipsados en 2010. Actualmente hace malabares para manejar su vida personal, su vida laboral y la escritura. Al autor se le puede encontrar en su blog www.hectoreliaspt.blogspot.com, en Facebook, Twitter e inciándose en Instagram.



Este texto es un fragmento de
París según las bestias
Héctor Pintado



ESPEJOS PARA LOS FANTASMAS Y LLUVIA PARA EL MUNDO DE LOS MUERTOS

I

Extrañamente solos, inmensamente extraños,
como las visiones o las puertas que llevan a viajar en el tiempo,
de nosotros mismos,
como cuando una canción suena igual de día que de noche,
como cuando te miras en el espejo
y esa otra parte de ti resulta más real y más creíble,
como cuando miras a tu alrededor
y eres tú quien se siente menos humano.
Extrañamente solos, en el camino.

Una noche cualquiera se planeó la llegada del hombre a la luna,
algún país preparó las armas por si acaso
y los muertos vieron su futuro de nuevo en la tierra, algún
loco soñó con un mundo mejor
en alguna película de cine puso su nombre,
los muros se sintieron poderosos
sin espejos sin poesía
alguien aprendió a amar alguna ecuación falló
alguien sonrió a la vida
antes de morir.

Es inquietante la noche sin planes sin sueños sin luz por si acaso
sin fugas sin programas de radio sin música sin cines
sin esa otra persona o sin todas esas personas
sin esa pastilla contra el insomnio sin vecinos
sin ese cigarrillo sin el dinero para pagar los vicios
sin minifaldas
es inquietante la noche sin veneno sin fotos sin palabras
sin sombras sin filosofía sin labios sin taxis
sin final. 

Las rejas desde donde ves
a los niños empezar el día,
la esquina donde escuchas
negociar el precio del cuerpo de una mujer,
la ventana desde donde imaginas
aviones, pájaros, la ciudad creciendo,
las cruces unas más grandes que otras
que carga cada persona que se cruza contigo,
tú mismo, llevando la tuya,
las manos que te ayudan a levantarte
cuando tropiezas y te caes,
la sonrisa desde donde observas el mundo
pensando que podrías con todo,
la luz de las farolas que te sostiene tantas noches,
el cajón donde guardas tus desastres
y el tiempo inútil que coleccionas sábados y domingos…
Vuelves a mirar cómo los niños empiezan el día;
tú has pagado los cuerpos de demasiadas mujeres
y piensas que ya es tiempo de mirar más allá;
un día de estos vas a ser una persona normal,
vas a encontrar a esa otra persona,
te casarás y tendrás hijos: dos,
una niña y un niño,
la parejita.

Olvida esta multitud corriendo,
el ruido de los autobuses
los pitidos y los gritos
de las y los adolescentes,
haz silencio en tu mente un momento,
párate
cierra los ojos y respira;
y ahora mírame:
ya sabes lo que hay que hacer,
yo sólo soy tu conciencia.

Las mentiras están en los espejos y en los cuadros,
la inocencia permanece a oscuras
mientras el tiempo devora nuestro tiempo
y se consumen en el fuego los libros,
las brújulas, la música y los diarios,
(nombres, lugares y fechas).
La perversión llega a medianoche,
el deseo es permanente.
Los propósitos están en el principio,
las compatibilidades son excusas.
Nuestra naturaleza y nuestra ignorancia.
Nuestra estupidez.
Siempre hay una diosa que las precede.
Después viene la noche,
y su secreto. 

Humo, neurosis, pañuelos,
cristales, de nuevo humo.
Tragicomedia, desalabanza, algo ajeno,
los coches, la noche, el invierno,
las ruinas de lo que fue una ciudad romana,
todo ajeno, las miradas, los pasos,
de nuevo el rojo de los semáforos y la pérdida de mi identidad.
Los sitios donde otros amaron,
los cajones cerrados con llave que siguen cerrados aún hoy,
el deseo, la prohibición,
los cinco pasos del amor,
contraindicaciones, contradicciones,
las permutas,
los pasos equivocados,
de nuevo el deseo.

Han quedado en nuestra cara
las huellas de unas manos injustas,
todos los años difíciles
que nos han doblegado sin piedad;
silencio no es una boca cerrada.
Nos devoran, hay gritos y rebelión,
y sin embargo, todo parece tranquilo.
Quizá sea cierto aquello
de que los números dicen más que las personas.
Silencio no es una boca cerrada,
silencio no es una noche más. 

Estás agotado, parece que todo fuera un peso enorme que aguantar, levantar
ciudades enteras, tú que de hombre tienes el sexo y nada más, imagino
que es difícil que yo te entienda como tú quieres que te entienda, porque
las cosas desde fuera se ven siempre más fáciles,
te tiendo mi mano cuando tú necesitas un abrazo, te hablo de ayudarte
cuando no más que necesitas que esté ahí, perdóname por estos años
que tardé en encontrarme, ahora que ya lo hice soy capaz
de todo, ninguna posibilidad impide que tú y yo
nos encontremos de nuevo.

Alguien te ha borrado de todas las listas,
y ya ni tu sombra se refleja en las paredes
ni eres capaz de asustar a las palomas.
Sobre las puntas de las grandes catedrales
se han ido extendiendo tus alas,
y en el ascenso a los infiernos,
cuando tú ya has dejado de pertenecerte,
cientos de pasos han hecho desaparecer tus sombras.
Ella está llena de veneno, pero a menudo,
la segunda vez, no cambia nada. 

Revisaremos los planetas, en busca
de nosotros mismos, intentando hallarnos,
una vez se acabó nuestro tiempo
y tuvimos que dejar nuestro espacio a muchos otros.
No nos merecimos más, no supimos,
el silencio fue demasiado grande y entre las cenizas
no conseguimos encontrar nada.
Volver será posible, pero ninguno de nosotros
llegará a dar ese paso. 

A medio camino de encontrarnos,
los cadáveres se amontonan y se apilan
debajo de los puentes,
sin un orden concreto, tal y como
la vida nos escoge para redimirnos.
Hay una gran bola de fuego engulléndoselo todo.
Alguien me estará mirando
imaginándose ser yo, por un momento.
Los puentes son sólo una excusa,
si los echásemos abajo
y nos dejásemos ver la luz del día,
ver lo que significa ser una sombra sin más,
quizá entonces dejaríamos de imaginarnos
nuestras vidas de otra manera.
El fuego sigue engulléndoselo todo,
de nuevo alguien se ha dejado caer.

En las paredes están los restos
de los nombres que sobraron,
las deshoras, el cuaderno
de las inercias y de las gravedades,
las migajas de los encuentros fracasados,
las malas artes;
son otros los que recogerán esto
aquí donde nosotros lo dejamos,
los que nos devolverán todas nuestras palabras,
los que, llegado el día, nos darán por muertos. 

Tus historias, mis historias, nuestras historias,
todas las historias,
en algún momento tendrán su fin,
dejarán de cruzarse, de repetirse, de suceder,
desaparecerán en algún punto del tiempo,
con nosotros.




"París según las bestias" ganó en 2010 el I Premio de Poesía Eclipsados. A pesar de ello no llegó a ser publicado porque la crisis lo devolvió al olvido. Ahora una nueva ventana ha abierto de nuevo la posibilidad: ya está en 

http://libros.com/crowdfunding/paris-segun-las-bestias/ 

la campaña de crowdfunding para su publicación. 

Me gustaría contar con el apoyo de cualquier persona que le interese realizar esta pequeña labor de mecenazgo para que "París según las bestias" se haga realidad.






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