sábado, 28 de agosto de 2010

719.- KIKI DIMOULA




LA POETISA GRIEGA KIKI DIMOULA, PREMIO EUROPEO DE LITERATURA 2010

Kiki Dimoula nació en Atenas en 1931. Comenzó trabajando de administrativa en el Banco de Grecia. Se casó con el poeta Athos Dimoulas (1921-1985), con el que tuvo dos hijos. Desde 2002, Dimoula es miembro de la Academia de Atenas.
Ha ganado el Premio Nacional de Grecia por dos veces (1971, 1988), y también los Premios Kostas y Eleni Ouranis (1994) y el Αριστείο Γραμμάτων de la of the Academia de Atenas (2001).


Obra
La poesía de Kiki Dimoula es el reflejo de la anulación existencial de la postguerra. Sus temas principales son la carencia del hogar, la inseguridad, la usencia y el olvido. Usando muy diversas materias y protagonistas, y retorciendo la gramática y dando matices al léxico de forma nada convencional, logra dar especial fuerza a las palabras dando continuas sorpresas al lector, que no encontrará fácil seguir los caminos de su desbordada imaginación.

PRODUCCIÓN POÉTICA:
Ποιήματα (Poemas), 1952
Έρεβος (Erebo), 1956
Ερήμην (In absentia), 1958
Επί τα ίχνη (Sobre la pista), 1963
Το λίγο του κόσμου (Lo insignificante del mundo),1971
Το Τελευταίο Σώμα μου (Mi último cuerpo), 1981
Χαίρε ποτέ (Adiós jamás),1988
Η εφηβεία της Λήθης (La adolescencia de Lethe), 1996
Eνός λεπτού μαζί (Un minuto juntos), 1998
Ήχος απομακρύνσεων (El sonido de la partida), 2001
Χλόη θερμοκηπίου (El césped del invernadero), 2005
Μεταφερθήκαμε παραπλεύρως (Nos trasladamos a la puerta de al lado), 2007




El número plural

El amor,
nombre sustantivo,
muy sustantivo,
singular,
su género ni femenino ni masculino,
su género indefenso.
Número plural
los amores indefensos.

El miedo
nombre esencial,
en el principio singular
después plural:
los miedos.
Los miedos
por todo a partir de ahora.

La memoria,
nombre capital de las tristezas,
nombre singular,
simple nombre singular
e invariable.
La memoria, la memoria, la memoria.

La noche,
nombre esencial,
femenino,
singular.
Nombre plural
las noches.
Las noches a partir de ahora.

Traducción: Meli San Martín





INTERPRETACIÓN DE LA CREACIÓN

Estoy protegido, dijo el caos a los constructores.
Por dentro, todo tiene que seguir igual.
Solo permitiré pequeños cambios en la fachada.

En el principio apareció el ayer. Sin una pausa
en cuanto la intuición gritó
anticipando la visión del primer día creado: Cielos
eres tan insuficiente.
No bastas para llenar
la soledad de una persona sola.

La argamasa se inquieta. Qué ha fallado?
En los planos el día parecía interminable.
Yo mismo pude ver cargado de tierra y de ladrillos
un sospechoso camión color naranja.
El trabajo sucio del ocaso?

No aparece el constructor por parte alguna.

Invocamos el placer de decorar de forma urgente.
Experto en expandir el tiempo
como los espejos hacen con los pequeños espacios.

La desilusión surgió de esa manera.
disfrazada de Edén:

Aguas bajistas, corrientes tocadoras de guitarras
encima, la cúpula con el azul normal,
el típico atuendo planchado.
Aldeas, pequeños pueblos, lugares de descanso
para los trinos,
arriba en las subidas del columpio
abajo huertos frutas serpentinas
redomas que hipnotizan manzanas envenenadas
cigarras que viven las cuatro estaciones
que supongo más cálidas -no sé
cuando llegué hacía frío.
Gotas de rocío equilibristas
en hojas diminutas
figuras de una danza cosaca las amapolas
el ensueño que se permite sorber
efervescentes ruiseñores con una pajita
uno tras otro
la vergüenza con una hoja de higuera
roja-brillante clavada en una hendidura
en el costado bailando con una palabra emigrante
que añora su tierra
y la obediencia hilvanada en la misma costura que
el engaño
disfrazada también de paraíso.

El primer concurso de belleza.

La eternidad fue elegida Miss Universo.
Ella no estaba presente.

Y surgió de nuevo el ayer.
No exactamente como el anterior.
Ilustrado un poco más tarde
con fotografías.

Sin aliento cayó la permanencia.
Pensaron que estaba dormida.
Le dieron palmadas, arrojaron cubos de besos sobre ella.
Para nada.
Solo la noche interminable.

Se oyó entonces el primer sollozo bípedo.
la manzana lo había mordido.

Dónde estaban los primeros auxilios de los sueños.
De verdad no tenían preferencia?
Un error. Cada soberbia aventura de la argamasa
moldea al principio sus camilleros.

El mañana apareció todo deprisa.
pero era ya, con mucho, demasiado tarde.

Traducción: Meli San Martín






LADRONES EN LA MENTE

Llorando describe
cómo los ladrones arrasaron su casa
los miserables se llevaron sus joyas
y expoliaron sus convicciones de anciana.

No se alegra?

Han pasado años sin que ladrón alguno
haya puesto los pies en mi casa.
Ni para el café.
Yo dejé aposta abierto el recipiente.

Cada vez que regreso ruego
encontrar forzados los colmillos de la puerta.

las luces parpadeaban como acabadas de golpear
con la cabeza de un seísmo altísimo

para ver las ofrendas rituales
robadas a los reinos momificados del espejo

como si alguien se hubiera afeitado
en mi cuarto de baño
y hubiera escupido los pelos de su barba
sobre mi rostro sin vello
su refutación que yace de pies y manos en el suelo

y llega de la cocina, con su paso tranquilo, vapor
de pisadas calientes
con montones de canela
por encima.

Traducción: Meli San Martín





UNA SUERTE DE TRISTEZA

¿Por qué golpeabas por la noche en el suelo
arriba
con tu bastón todopoderoso que todo lo ve?
Lo que tenías que haber hecho es venir y ayudar.
No me has visto? Yo recogía la humanidad excluida
del vertedero de un documental.
Irradiaba el hambre la pena de tu oscura raza.
No has visto acaso qué profundamente cerraban
sus ojos -uno por uno- círculos negros
alrededor?
Vale, dónde se encuentra el pan? Ha sido el Santo
Panadero, el que amasó su multiplicación
para que todos comieran y se hartaran,
un racista, quizás?

Niñas pequeñas- un tierno juego familiar
regalo adecuado para muñecas de muy corta edad-
yacen en las camillas del sol.
Sus cuerpos violentados, enseguida
poseerán su bastarda tierra negra.
Tú, el Padre, por encima de todas las cosas.
Bebés prendidos de pechos que lloran
-madres piel y hueso- que exprimen y exprimen
para sacar leche de la mera apariencia.
La delgadez dibuja
sobre membranas transparentes
esqueletos a vuela pluma
que los chicos entrelazan.
Más o menos diez años- compara:
a sus doce años de edad Él proclamó
una iglesia provisora?
En todo el mundo.

No te lo podrás creer, estas criaturas aquí
junto con Cristo cuando era todavía
un pequeño crucifijo
un adorno en el cuello, visible,
eso lo creé yo? Rosáceo. Cuando era posible.
Cuando de pronto yo percibí,
con el pequeño ángel
los lirios
inhalando simplemente, blanco virginal inesperado
fragante aún,
el mundo.

¿Por qué también yo?
El cubo de la vanidad tiene un escape
y no he querido comprar uno nuevo.

Traducción: Meli San Martín




LA COARTADA

Cada vez que vengo a visitarte
solo el tiempo transcurrido
de un encuentro a otro ha sufrido un cambio.
Por lo demás, como siempre
desde mis ojos fluye un río
desenfocado tu nombre inscrito
-apadrinando el minúsculo guión
que media entre las dos fechas,
para que no piensen todos que pereció
sin bautizar la duración de tu existencia.
A continuación recojo
los restos de las flores marchitas
y añado un poco de tierra roja
donde ha caído la negra
por último cambio la tulipa de la lámpara
por otra limpia que traigo.

Tan pronto como llego a casa
friego con diligencia la que traigo sucia
la desinfecto con lejía
y la venenosa espuma de disgusto
que brota de mí
cuando la agito con fuerza.
Siempre con guantes
siempre resguardando mi cuerpo
a buena distancia de la palangana
para que no me salpique el agua muerta.

Con un duro estropajo de aversión
restriego la suciedad pegada en el borde
del cristal
y en el velo del paladar de la llama sofocada
mientras la rabia machaca el paseo clandestino
de una serpiente intrusa
en la quietud que la rodea.

Aclaro y aclaro con locura que escalda
hirviente esfuerzo para devolver
al cristal su origen
su luminosa naturaleza,
Su utilidad:
apagar la sed.
Al fin el cristal deviene reluciente, brilla:
qué aprensivo mi deseo de evitar morir.

Caro mío: míralo de modo diferente:
¿cuándo no ha temido el amor a la muerte?

Traducción: Meli San Martín








LAS ADELFAS AMARGAS





Colina de Filopapo



Nunca estuvimos aquí.
La colina no te conoce.
Tu paso no quedó marcado
en ninguna pequeña subida
ni en las suaves bajadas
suena la risa de tu premura.
Tampoco estás inscrito
en las verdes palabras de amor:
en las hojas carnosas de los cactos.
Llenas están de pequeñas cuchilladas de nombres
que no llegan a profundidad
y cierran fácilmente,
Elsi – Dimitris
y flecha.
Y más nombres que pasaron
con una pena duradera.
En la mayoría
el guión de unión entre ellos
ya se ha encorado, se ha borrado.
Y se desconectó el entonces.
Soplan juramentos detrás de las matas
y piedras resbalan.
Amores que suben,
amores que deslizan.
La tarde siente
una apatía fragante
y todo lo que es tristeza
parece sosiego de follaje.
Los cuerpos de los perfumes
con pesadez abren y cierran sus alas,
con pesadez ignoran:
ninguno huele a desaparición.
¿Dónde estás?
Algo apena a las adelfas amargas
más que su nombre.
¿Dónde estás?
Pero nunca estuvimos aquí.
La colina no te conoce.
Pues me ahorro las asociaciones.
Y así puedo quedar
a la altura de una neutralidad contempladora
para gozar sin molestias
ese ocaso canalla.

Traducción: Vicky Rouska

_____________________

Kikí Dimulá: <i>Símbolos solubles</i> (Edicones Linteo, 2010)
Kikí Dimulá: Símbolos solubles
(Edicones Linteo, 2010)
traductora Marta López Vilar


HE PASADO (1)

Because these wings are no longer wings to fly
(Porque estas alas ya no son alas para volar)
T.S. Eliot


Camino y cae la noche.
Decido y cae la noche.
No, no estoy triste.

He sido curiosa y he estudiado mucho.
Sé de todo. un poco de todo.
Conozco los nombres de las flores cuando se marchitan,
sé cuándo reverdecen las palabras y cuándo sentimos
frío.
Sé con qué facilidad se abre la cerradura de los
sentimientos
con cualquier llave del olvido.
No, no estoy triste.

Hubo días de lluvia,
me instalé detrás de este
alambrado acuático
con paciencia y discreción,
como el dolor de los árboles
cuando cae su última hoja,
y como el miedo de los valientes.
No, no estoy triste.

He pasado por jardines, frente a fuentes
y he visto muchas estatuas que se reían joviales
sin saber por qué.
Y pequeños cupidos, presumidos.
Sus arcos tensos
parecían lunas menguantes en mis noches de ensueño.
He soñado muchos y hermosos sueños
y estuve a punto de perderme.
No, no estoy triste.

He pensado en los sentimientos,
de los míos y de los demás,
y hubo siempre espacio entre ellos
para que pasara el dilatado tiempo.
He pasado y he vuelto a pasar por Correos.
He escrito cartas y las he vuelto a escribir;
he invocado sin tregua al dios de la respuesta.
He recibido breves postales:
una cordial despedida desde Patras
y ciertos saludos
desde la torre de Pisa que se inclina.
No, no estoy triste porque el día se inclina.

He hablado mucho. A la gente,
a los faroles, a las fotografías.
Y mucho a las cadenas.
He aprendido a leer manos,
y a perder manos.
No, no estoy triste.

He viajado, es verdad. He ido aquí, he ido allá…
el mundo siempre a punto de envejecer.
He perdido aquí, he perdido allá.
He perdido por ser observadora
y también por ser distraída.
He ido al mar.
tenía derecho a un espacio. Supongamos que lo conseguí.

Tuve miedo a la soledad e imaginé a la gente;
a unos los vi caer junto a un polvo tranquilo,
traspasado por un rayo solar;
a otros junto al sonido de una campana mínima.
Y me llegó el sonido del toque de la campana
de la soledad ortodoxa.
No, no estoy triste.

Jugué con el fuego, y me quemé lentamente.
tampoco me faltó la experiencia de las lunas.
Sus fases menguantes, sombrías, sobre mares y ojos,
me han nutrido.
No, no estoy triste.
He resistido tanto como pude a este río
cuando estaba crecido, para que no me llevase,
y cuando fue posible he imaginado los ríos secos
que tenían agua, pero me arrastraron.

No, no estoy triste.
A la hora precisa cae la noche.


AUTOCONSERVACIÓN

Habrá sido primavera
porque este recuerdo llega
saltando por encima de las amapolas.
A menos que la nostalgia,
tan presurosa,
haya ignorado el recuerdo.
todo se parece tanto entre sí
cuando la privación se lo lleva.
Pero puede que el recuerdo sea correcto
y que el fondo sea ajeno;
que las amapolas sean prestadas
de alguna otra historia,
mía o ajena.
es capaz de algo así la evocación,
por amar lo bello y por arrogancia.

Sin embargo habrá sido primavera
porque veo también abejas
volando alrededor de este recuerdo,
con fe, y con pasión,
agolpándose sobre su cáliz.
A menos que el orgasmo fuera
regla del pasado,
mecanismo de lo irrepetible.
¡ojalá siempre quede algo de polen
en las cosas terminadas!
Para la polinización
de la experiencia, de la tristeza
y de la poesía.


COPISTAS DEL OPTIMISMO
II

Sí, tienes razón: se agotaron los temas. (2)

Quizás la causa es en parte
por no alejarme de esta misma parada.

Quizás, digo quizás, si hubiese visitado
alguna de nuestras hermosas islas en las que desde lejos
te recibe vestida de blanco la cal
y trémulo toca cantos jubilosos el azul griego
de las ventanas
mis temas hubiesen dado para alquilar
algo diferente.

Y si acaso me hubiese lanzado lejos
a alguna preferencia más audaz
a españa, precisamente a españa,
adonde tantas veces estaba por viajar mi maleta
encantada, quizás, digo quizás
alguno de mis temas hoy podría haber sido
el Flamenco
– sus pies golpean apasionadamente el suelo
derritiendo hierros
y las manos arrojan al infierno
el ritmo endemoniado que arde sobre
las palmas fogosas.
¡Qué auto-aplauso me perdí, Dios mío!

¿Y ahora qué? Ausencia de ideas como dices.
Nuevamente uno o dos sueños
dependiendo enteramente de un sueño
otra vez alguna estatua de gélida inspiración
hecha de mármol auténtico
y otra vez la mar extendida delante de mí
abierta, marcada mi última página.

¿Realmente estoy segura de haber visto todo eso,
y que no me señaló simplemente al hojearme,
el dedo de mis obsesiones, como si fuera un álbum?

no, que no, mi última página
marcada, esa sí, estoy segura
de haberla visto.


CARNAVAL DEL ALMENDRO

Día soleado en el parque,
hermoso como el de Alcíone
disfrazado de traje matinal, deslumbrante,
tradicional, reparte gratuitamente
niños globos banquitos
caretas de Arlequín para el buen humor
un airecillo invita a bailar a las serpentinas
palomas limpiabotas lustran
con confeti sus polvorientos picos
rosquillas disfrazadas de pirata con un solo ojo
alas de mariposa de hojalata
sobre juguete mutilado con ruedas
empujado por un fugaz ruido disfrazado de niño
mi nieta más pequeña de odalisca
los otros mayores de caballo de troya
globos broches disfrazados de reloj
estallan ¡plaf! ensordecedores globos
niños llantos banquitos tranquilos
tranquilos, aislados toman el sol
sentados inexpresivamente sobre ancianos.


EDIFICIO

La verdad: ¿cómo fue
aquella gran empresa de sentimientos
que habías montado?

Supe que acabó contigo.
¿Al menos acabaste con tus obligaciones?
¿Ayudaste al olvido a construir?
Durante años soñaba
con una familia propia
con una casa propia
lejos
lejos del recuerdo
de aquellos que amaron a ambas.


SÍMBOLOS SOLUBLES

Hermosa calle opulenta, aristocrática.
A veces me encanta recorrerla
a escondidas, culpándome
ya que las excavaciones
me asignaron al barrio bajo
según los escasos hallazgos
de alguno de mis pergaminos asalariados.
Joyerías.

Se rajan los escaparates de tanto brillo
rubíes esgrimen con amatistas
se agita el firmamento de las cruces
mientras asciende el precio del martirio
en clavos de brillantes.

Uno teme mirar en demasía
no sea que le obliguen a pagar.
Entre nosotros, así nos hemos enriquecido: mirando.
Ciertamente se han empobrecido las manos
pero las cuelgas del revés
con la cabeza hacia abajo
atadas con una cuerdecita
en una habitación oscura
y desecas el tacto
tal como se conserva desecada
la aterciopelada lozanía de las flores.

Anillos rumbosos enfatizan
el bello encuentro del delirio
cuando el amor llegó a ser padre.
Y después el anillo de platino por la artritis deformante,

pero en el quiosco
acostumbro a comprar anillos
hechos de humo de fumador
en todas las formas estrafalarias
que has imaginado en tu vida
de todos los tamaños solubles,
por el noviazgo de la brisa con el almendro
por el cumpleaños de la pregunta:
Concesión, ¿te casaste conmigo por amor?

Anillos soñados, obsequios
sentimentales del humo a su amada disolución
adornando los dedos de todas las caricias;
se llevan también
en la caricia suave del dedito falso.
Si fuera preciso.


LA ETERNIDAD SELECTIVA

«Créeme te amaré eternamente»
repite a cada rato Caronte
a la eternidad

y ella quejándose
por tan desafortunada certeza

¡ay! por qué no serías mentiroso

lo maldice.



http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4041&r=1










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